Muchos son los coches que se han fabricado a lo largo de la história, pero pocos son los que verbalizaríamos si fuéramos a un concurso de la tele y nos dijeran aquello de: “Por 25 pesetas, modelos de coche”. Lo más probable es que en un momento u otro dijéramos Chevrolet Camaro.
El Chevrolet Camaro vio la luz en 1966 como respuesta al éxito sin precedentes que estaba cosechando el Pony Car por excelencia, el Ford Mustang. Aunque no consiguió los éxitos del caballo salvaje, el Camaro se erigió como un muy buen rival desde el principio, junto con su primo hermano, el Pontiac Firebird. Si quieres puedes echarle un vistazo a la videoprueba del Pontiac Firebird de coches.net.
Tal fué el éxito que en 1970 se lanzó la segunda generación de este deportivo que disfrutó de gran aceptación entre la juventud norteamericana, agarrándose su vida comercial hasta 1981, cuando vió la luz la tercera generación del Camaro, que a nivel estético aún conservaba cierta garra, pero cuyas motorizaciones ya no tenían nada que ver con su generación precedente… y en 1992 salió la cuarta generación…, y no hace falta añadir nada más sobre ese modelo, la década de los 90 tuvo cosas muy buenas y otras que no tanto. De hecho la producción del Camaro de cuarta generación se detuvo en 2002, y en Chevrolet se tomaron una pequeña pausa para pensar lo que iban a hacer con el modelo.
Una pausa de 7 años, pero la espera valió la pena, porque el resultado fue un espectáculo visual en cuanto a la radicalidad, todos y cada uno de los elementos por los que se puede catalogar a un coche como agresivo están en el Chevrolet Camaro de quinta generación. Y sobre esta generación del Camaro gira este reportaje, ya que tuvimos la oportunidad de probar una unidad americana del Chevrolet Camaro SS.
Auténtico carácter muscle car
Obra de Sangyup Lee y Tom Peters, este Camaro, construido sobre la plataforma Zeta de General Motors, dio un golpe sobre la mesa en 2009, mostrando un diseño original, radical en todos y cada uno de sus elementos, con unos volúmenes y unas proporciones exageradas en todo aquello necesario para acentuar el carácter de muscle car de verdad de la buena. Mientras el Mustang de quinta generación tenía una línea muy basada en el GT 350 y 500 del 65, Lee y Peters optaron por tomar como referencia al Camaro del 69, que pasó de ser un Pony Car a mostrar líneas más propias de los muscle cars y ciertamente dieron en la diana.
La aceptación por parte del público fue inmediata, y se popularizó en gran medida por su aparición estelar en la cinta Transformers, donde encarnaba al entrañable aunque poco hablador Bumblebee.
Sus medidas aunque generosas no son exageradas, mide 4,84 metros de largo con una distancia entre ejes de 2,85 metros, 1,33 de alto y eso si, una anchura más que correcta de 1,95 metros, pero no solo es ancho, también lo parece.
Las llantas llenan absolutamente el lateral del Camaro, hablamos de unas 20 pulgadas con diseño de 5 brazos en negro brillante que calzan neumaticos 245/ 40 en el eje delantero y 275 40 en el trasero. Tras los brazos de las llantas puede verse el equipo de frenos firmado por Brembo y compuesto de pinza de 4 pistones con disco de 356 milímetros delante
El 13 de julio de 2011 se anunció la comercialización de este coche en España, en versiones cabrio y coupé, con una única motorización consistente en un V8 de 6.2 litros con cambio automático de 400 CV o un manual que elevaba la potencia hasta los 426 caballos. ¿Su precio? 43.900 euros para el coupé y 49.900 para el cabrio.
Si a día de hoy buscas uno de estos Camaros en coches.net podrás comprobar como los precios no han bajado demasiado, e incluso puedes encontrar algunas unidades con precios iguales o superiores al precio de venta inicial, lo que nos indica que no ha perdido valor y por ende se trata de un buen coche.
Pero el Camaro que pudimos probar, aunque es de quinta generación, es Yankee, concretamente de Alabama, y se distingue del europeo en algunos aspectos, como por ejemplo en las ópticas traseras, que en el modelo estadounidense están separadas por la chapa en esta sección de aquí, mientras que en la versión europea, tuvieron un diseño… un tanto peculiar, recordando a la montura de unas gafas..
La estética trasera se completa con un enorme difusor, con las dos salidas de escape en los extremos, que ya os adelanto que suenan de cine.
Habitabilidad del Chevrolet Camaro SS 2013
El interior tiene todo lo que un superdeportivo necesita, ni más ni menos. Aunque el diseño tiene elementos claramente de principios de los 2000, es tan parco y simple que no se ve anticuado en absoluto, ha pasado el tiempo muy bien.
A la hora de conducir un coche como este, ¿que necesitamos? Unos asientos cómodos pero al mismo tiempo que recojan bien para cuando queramos probar el chasis con cierta intensidad, y este coche los tiene. También un volante con buen agarre,un grosor perfecto y mandos en el volante. A nivel de instrumentación tenemos la información justa y necesaria, un velocímetro, un cuentarrevoluciones, indicador de temperatura de motor, de nivel de combustible y una pantalla central donde podemos ver la velocidad y algunos datos del ordenador de abordo.
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El resto de indicadores están en la parte delantera de la consola central, con 4 indicadores que ofrecen la temperatura del aceite, la presión del aceite, la temperatura del cambio y el nivel de la batería.
A nivel de acabados me sorprendió el empleo de una especie de gris piano, que encontramos en las puertas, decorando el volante, enmarcando la instrumentación, así como las salidas de aire centrales. Podemos discutir si es bonito o no, pero más limpio y sufrido que el negro piano, lo es un rato. También contábamos con iluminación ambiental, calefacción en los asientos, y un Head Up display muy curioso, con unos gráficos dignos de la película juegos de guerra.
Para finalizar, tiene dos plazas traseras en las que transportar a un ser humano al que no le importe demasiado no disfrutar de visión hacia el exterior, ni hacia adelante y un maletero de 320 litros con una boca de carga algo complicada pero suficiente para cargar equipaje para 4 pasajeros.
Comportamiento dinámico
La versión SS, siglas de Super Sport que podemos ver en la parte trasera, la calandra, el respaldo de los asientos y el volante, tiene como principal diferencia respecto a la versión Rally Sport o RS el motor. En este caso es un V8 de 6,2 pero no es el mismo 6.2 L99 que se comercializó en España, en este caso se trata de un LS3 derivado del Corvette con 426 HP y un par máximo de 569 Nm que se consiguen a 4.900 rpm, acoplado a una transmisión manual de seis marchas Tremec, que soporta más que bien los envites de las transiciones de cambio, que pueden ser bastante violentas.
El tacto de la palanca de cambio es exquisito, los recorridos son cortos, y aunque duros, el guiado es excepcional, transmite deportividad por los cuatro costados. Por lo que respecta a la relación de cambio, tenemos una primera para arrancar, una segunda para catapultarse y una tercera que se puede estirar hasta el infinito y más allá. Es impresionante.
A nivel de suspensiones, el sistema multibrazo está calibrado bastante duro, no es una tabla, pero es muy firme. La conducción en ciudad de este coche no es nada placentera, y nos penalizará mucho los ralentizadores, resaltos y badenes a baja velocidad, por el contrario, a alta velocidad por autopista sorprende lo cómodo que puede llegar a ser, y a ello ayuda en gran medida la postura de conducción, que difiere mucho de la de un superdeportivo al uso, en el que tendríamos una postura mucho más estirada, en este caso la postura de conducción es dominante, muy confortable, con buena visibilidad, pero por carretera a un ritmo alegre no penaliza en absoluto, cumple su función absolutamente y de hecho es el hàbitat donde se siente cómodo este coche, y donde saca a relucir todo el carácter.
Con el par motor tan bestial que tiene, uno piensa que el eje trasero lo va a atropellar, y cuando no modulamos el gas correctamente notamos como la parte trasera del vehículo nos quiere adelantar, dicho de otra manera, es muy fácil hacer deslizar las ruedas traseras, en este caso el diferencial de deslizamiento limitado hace que tengas la sensación de realizar un salto con red, aunque si quieres apuntarte a una competición de drift, siempre puedes desconectar del todo el control de tracción y estabilidad y dar rienda suelta a tus instintos más salvajes.
En contrapartida a este comportamiento dinámico tan divertido tenemos un consumo elevado. El homologado de la época eran 10,2 litros a los 100 km, con unos 15 litros de consumo combinado y 20 litros a los 100km en ciudad. La realidad es que el consumo en un uso civilizado estará sobre los 13 - 14 litros y si damos rienda suelta a nuestros instintos más primarios nos iremos a los 30 litros a los 100 km con una facilidad pasmosa.
Veredicto final
Poder probar esta generación ha sido todo un placer, y uno llega a la conclusión de que es una auténtica lástima que estos mitos tiendan a desaparecer.
Cuando os he explicado la historia de las diferentes versiones del Camaro, me he dejado la última para el final, en 2015 vio la luz la sexta generación del Camaro, más radical en sus formas que la quinta. Esta generación se mantuvo en fabricación hasta diciembre de 2023, cuando definitivamente dejó de fabricarse este muscle car, que ya ha alcanzado el estatus de mito.
Aunque puede que no sea el final del Camaro, ya que hay rumores de que Chevrolet quiere seguir los pasos de Ford, y nombrar a sus futuros modelos eléctricos como Camaro. Sin duda será una decisión tan polémica como la que tomó Ford en su momento. Aquí cada uno que opine lo que quiera, pero ¿con la cantidad de nombres que hay en el mundo es realmente necesario?
un Camaro elèctrico ??? ... menuda mierd@ !!! ...