Citroën lanzará en septiembre (con entregas a final de año o principios de 2022) el nuevo C5 X, un coche que marca el regreso de la marca al segmento D y que destacará por su confort de marcha. El vehículo, con un diseño que mezcla los cánones de un crossover con elementos propios de las berlinas y de los familiares, ataca un segmento en regresión en el mercado europeo ante el auge de los SUV. Estará disponible con motores de gasolina y en una variante híbrida enchufable de 224 CV como tope de gama. Todas las versiones serán automáticas y no habrá diésel.
El nuevo modelo de la marca francesa se sitúa por encima del C5 Aircross. Se ha construido sobre la plataforma grande del Grupo, la que da vida a los modelos de los segmentos C y D como el Peugeot 508 (vídeo de la primera prueba de este modelo en este enlace), o el DS9 (información con vídeo de este modelo en este enlace) y, por lo tanto, podrá tener versiones electrificadas, que no eléctricas.
Estéticamente, salta a la vista que es un Citroën, tanto por su inconfundible frontal como por su innegable personalidad. El frontal continúa con el estilo del resto de modelos de la marca, con un capó con dos grandes concavidades en los laterales, los chevrones que se estiran hacia las luces de día superiores y hacia los grupos ópticos principales y unos parachoques con rasgos de crossover.
En el perfil destacan las llantas de grandes dimensiones, 19 pulgadas en casi todas las versiones, los pasos de rueda en negro prolongados en las protecciones de plástico delanteras y traseras, otro rasgo muy crossover, una línea cromada que recorre la parte superior de los cristales, el techo flotante en color negro y un pilar trasero con un elemento gráfico que recuerda al del C3 Aircross.
En la parte trasera, el portón, con una caída bastante vertical para seducir a los amantes de los familiares, está enmarcado por un doble alerón, el del techo y el situado en la base de la luneta. Los pilotos son grandes y entran claramente en las aletas en forma de V acostada y debajo del logotipo encontramos el nombre de la marca pasando el del modelo al lado derecho.
El Citroën C5 X mide 4,80 metros de largo
Con una distancia entre ejes de 2,78 metros, es un coche grande, de 4,80 metros de largo por 1,86 de ancho y 1,48 de alto, cotas que le sitúan en el corazón del segmento y ofrecerá un maletero de 545 litros ampliables a 1.640 abatiendo los asientos traseros. El maletero tendrá apertura eléctrica manos libres y una cortinilla retráctil situada en el propio portón. Las plazas traseras tienen un espacio para las piernas excepcional, una anchura de primer nivel y una distancia al techo normal. Esta última cota no es la mejor del coche..
En el interior encontramos los tradicionales asientos de Citroën, grandes y que anuncian un mullido de doble capa, muy confortable, un salpicadero elegante, con instrumentación digital, un enorme head-up display en color en 3 D que parece proyectado a cuatro metros por delante del coche, la pantalla táctil en posición elevada, una consola central con el freno de mano y la mínima palanca del cambio automático y los mandos del climatizador separados de la pantalla. Citroën ha dotado al coche de una gran superficie acristalada, techo de cristal incluido, y habla de un confort acústico muy elevado. Cuando lo probemos, lo comprobaremos.
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Citroën ha adelantado qué el C5 X no llevara motores diésel. Este Citroën montará el 3 cilindros de 1,2 litros y 130 CV como opción básica y el veterano 1.6 de 4 cilindros y 180 CV como versión intermedia para rematar la gama con el híbrido enchufable de 224 CV de potencia y solo con tracción delantera. Citroën ha explicado que por filosofía de marca, no dispondrá de las versiones PHEV 4x4 que sí están disponibles en otros modelos de Peugeot, Opel o DS.
Toda la gama montará la tradicional suspensión con amortiguadores progresivos de la marca, que ya conocemos en los C4 (prueba en vídeo del Citroën C4 diésel en este enlace) y C5 Aircross (prueba del C5 Aircross en vídeo en este enlace) pero, además, en el caso de la versión híbrida, se añade el control electrónico de la suspensión, lo que permitirá elegir entre diferentes modos de dureza.
Otros elementos de equipamiento previstos son un nuevo interfaz para la pantalla táctil de 12 pulgadas que permitirá conectar teléfonos sin cable y recargarlos a bordo, y dar órdenes o realizar preguntas a un asistente personal con inteligencia artificial. En el apartado de ayudas a la conducción, dispondrá del Highway Driver Assist que combina el control de crucero activo y el mantenimiento de carril, del control de ángulo muerto de larga distancia, de la alerta de tráfico cruzado trasero y del control del entorno en las maniobras con la cámara de 360 grados.
Un enfoque claramente diferente para el segmento D generalista, un segmento que está de capa caída y en el que Citroën pretende destacar con un modelo capaz de seducir al amante de las berlinas tradicionales, a quienes busquen un modelo con las virtudes de un familiar, portón trasero incluido y a aquellos enamorados de la estética crossover, pero que difícilmente abandonarán nunca el asfalto. Y todo ello, aderezado, evidentemente, con el elevado confort habitual en los Citroën.
Todo bien en diseño menos los faros. Lo mismo pasa en el C4. De nada sirve hacerlos bonitos si ponen unos faros que parecen un perro triste alicaído. El diseño que lleva el C3 aircross sería el correcto. En cuanto a lo de querer abarcar todos los segmentos.... va a ser estar en tierra de nadie y eso el mercado lo castiga, o es berlina o es suv.