Comparamos dos coches eléctricos que acaban de llegar al mercado: el Skoda Enyaq y el Volkswagen ID.4. Los dos comparten plataforma, motor eléctrico de nada menos que 204 CV, y una estética crossover con un aire claramente familiar.
El Skoda Enyaq como el Volkswagen ID.4 son dos coches muy parecidos, ya que tienen la misma base y pertenecen al grupo Volkswagen. Un poco lo que ocurre con otros SUVs con motor térmico, como el Seat Ateca y el Skoda Karoq, que ya os analizamos en su momento, podéis verlo en este video. Vamos a volver a jugar a las siete diferencias, y vereis, que en este caso, son más importantes de lo que parece.
El Skoda Enyaq iV es el primer modelo 100% eléctrico que la marca checa construye desde cero. Este crossover monta la plataforma MEB del grupo Volkswagen, la misma que da vida a su competidor en esta comparativa, el ID.4.
Su imagen mezcla detalles propios de un SUV con la silueta de un coche familiar. Una mezcla de estilos que estamos viendo en muchos eléctricos de última generación, que buscan agradar a una mayoría de público.
En la gama Enyaq hay una versión, llamada 80X, con con dos motores, tracción integral y 265 CV. Pero hemos escogido una un poco más sencilla, la Enyaq iV 80, con un solo motor sobre el eje trasero, tracción trasera, batería de 77 kW y 204 CV. Es una versión algo más económica y la que tiene más autonomía teórica: hasta 537 kilómetros.
El Volkswagen ID.4 que veis tiene la misma configuración mecánica que el Skoda: misma plataforma, mismo motor de 204 CV y también tracción trasera. El ID.4 Es el segundo eléctrico 100% dentro de la familia ID, después del Volkswagen ID.3 I(enlace a la videoprueba del Volkswagen ID.3). Se sitúa por encima de éste, al ser más grande, y al contar con motores más potentes, hasta 299 CV en el caso de la versión GTX.
El ID.4 tiene también una silueta muy de coche familiar y funcional, pero con un aire SUV más marcado, ya que es un poco más corto y más alto que el Enyaq iV.
El Volkswagen ID.4 mide 4,58 largo X 1,85 ancho x 1,64 alto.
El Enyaq iV es 7 centímetros más largo (4,65 metros de longitud), 3 más ancho (1,88) y dos más bajo (1,62).
Esto da al Skoda un aspecto un poco más “deportivo”. Se ve algo más aerodinámico y con mayor empaque que el ID.4, , y eso que el Volkswagen tampoco se queda corto en ninguno de estos aspectos. Los dos tienen aspecto de cochazos, grandes y potentes. La batalla es idéntica: 2,77 metros, y la altura libre es de 16 centímetros.
Diseño atrevido en los dos
Puestos así uno al lado del otro es evidente que poco tienen que ver desde el punto de vista estético. Los dos apuestan por detalles propios: El Enyaq por la parrilla típica de Skoda, grande, pero eso sí, cerrada, señalando claramente que se trata de un eléctrico. El ID4, por todo lo contrario: ausencia de parrilla, tan solo una pequeña apertura que enlaza los faros. Todo muy minimalista, pero con buen resultado.
En el Skoda hay dos grandes nervaduras en el capó que enmarcan el logo. En el ID4, nada.
El paragolpes es bastante parecido en los dos, con dos entradas de aire en los laterales y una entrada inferior.
En el lateral siguen una línea parecida: el Pilar A está muy inclinado, es aerodinámico,la línea de cintura también está muy elevada, existe poca superficie acristalada y lucen una silueta de SUV familiar, polivalente, clarísima.
Los tiradores de las puertas en el ID.4 están enrasados en la carrocería, son de accionamiento eléctrico. Las llantas son grandes, muy aerodinámicas. De 20 pulgadas en el VW, con diferente medida de neumático entre ejes, y de 21” en el Skoda.
Y atrás los dos tienen una clara caída del techo acabando en un spoiler, pero a partir de la luna, todo cambia. En el VW las opticas van unidas por una tira de LED, muy a la moda, y marca más los catadriópticos, a modo de salidas. Ninguno de los dos tienen salidas de escape simuladas, faltaría mas.
La unidad de Volkswagen ID.4 que veis en las imágenes tiene un acabado First Edition, que ya no se vende. Su equivalente es ahora el Pro Performance, el que se ofrece con el motor de 204 CV. El Volkswagen ID.4 Pro Perfomance cuesta 46.600 euros, pero con todos los extras que podeis ver montados, se va a los 52.355 euros. Este es un precio de tarifa sin posibles descuentos por financiación y Plan Moves III.
El Skoda Enyaq iV 80 4x2 tiene un precio de tarifa de 46.500 euros. Y con la configuración que monta esta unidad de prensa, a tope de equipamiento, sube hasta los 56.380 euros.
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Importantes diferencias en sus interiores
A la vista está que poco tienen que ver en cuanto a calidad de acabados. La diferencia de precio entre ambos radica básicamente en el hecho que el Skoda ha sido configurado con todos los extras posibles, mientras que el Volkswagen no.
Pero ojo, no sólo los opcionales como son los tapizados y los asientos con regulación eléctrica marcan la diferencia. El diseño del habitáculo del Skoda está más elaborado y con materiales más agradables tanto a la vista como al tacto. El acabado ecoSuite con piel color tabaco cuesta casi dos mil euros, a los que hay que sumar mil más de la regulación eléctrica. Aquí nadie regala nada.
Es curioso que estemos ante coches tan similares mecánicamente, pero que al mismo tiempo son tan distintos en cuando a calidad percibida.
Los asientos del Enyaq son más cómodos y encima sujetan mejor. La altura libre al techo es parecida entre ambos, pero quizás será por el techo panorámico de cristal que aquí hay más sensación de espacio que en el Volkswagen.
El acceso a las plazas traseras es bueno. La banqueta de tres plazas parece un pelín más amplia en el Skoda.
Las cortinillas en las puertas posteriores, el seguro para niños con accionamiento eléctrico, el enchufe de 230V y los puertos USB C forman parte de un paquete opcional que cuesta 390 euros. 570 euros si además queremos con mesillas plegables.
Hace unos años cuando hablábamos de un coche eléctrico, el maletero casi siempre era uno de sus puntos débiles. Ahora, con las nuevas plataformas con baterías en el piso y con carrocerías más grandes, este punto ha mejorado.
Maleteros grandes, pero con poca altura
El Volkswagen ID.4 presenta un buen maletero. 543 litros. Tiene formas muy cuadradas, es muy aprovechable, pero no dispone de doble fondo, solo un pequeño hueco para colocar el cable y el kit reparapinchazos. Este maletero se puede ampliar hasta los 1575 litros. Es 42 litros más pequeño que el del Enyaq. Como siempre, Skoda marca la diferencia con sus maleteros, siempre los mejores.
En el Enyaq encontramos 585 litros ampliables hasta los 1710 litros. Excelente para ser el maletero de un coche eléctrico. En el Enyaq iV encontramos palancas para abatir los respaldos de la segunda fila de forma automática. También tiene un plano de carga más bajo, por lo que entrar los bultos es más fácil; Y su portón es eléctrico.
En carretera, a la par
Entre uno y otro no hay demasiadas diferencias de funcionamiento en carretera. Los dos son confortables, están muy bien insonorizados, son potentes, se llevan con facilidad y con una buena sensación de seguridad.
El Skoda, como el Volkswagen, deja escoger entre diferentes modos de conducción (Eco, Comfort, Normal, Sport e Individual) para adaptar nuestro estilo de conducción en cada momento. No son eléctricos deportivos, pero los 204 CV de su motor eléctrico les permiten acelerar de 0 a 100 en 8,5 segundos. Y alcanzar una velocidad máxima, allí donde se pueda, de 160 kilómetros por hora, autolimitada.
El inconveniente de los dos es el peso. Sus más de dos toneladas hacen que en carreteras reviradas se perciban algunas inercias, aunque siempre viran sobre railes y con escaso balanceo de sus carrocerías. Los dos frenan muy bien, sin el habitual tacto de los coches con freno regenerativo, sino que tienen buena mordiente y progresividad. Ahora bien, tienen como detalle negativo que montan frenos de tambor en el eje trasero. El hecho de que tengan un sistema de frenado regenerativo hace que el uso que se haga de los frenos sea algo menor, pero nos parece difícilmente justificable montar tambores a estas alturas. Y si es por costes, tampoco es que se noten en el precio final del coche.
Por otro lado, ambos son coches perfectos para viajar. La batería de 77 kW/h les da una autonomía de 501 kilómetros en el Volkswagen y 537 en el Skoda. Pero es la autonomía teórica. En la realidad, una vez recargas la batería a tope, suele marcar una autonomía bastante inferior, en torno a los 450 kilómetros.
El Volkswagen gastó el día de la prueba una media de 23,9 kWh a los 100 kilómetros, y el Skoda 24,9. Por encima del homologado de 17,7, pero hay que tener en cuenta que rodamos bastante por carretera de montaña.
Los dos se cargan en corriente alterna o continua, hasta 125 kw de potencia máxima. Anuncian un tiempo de carga de 38 minutos del 5 al 80% en el mejor de los casos. Si la potencia del cargador es menor, como suele ocurrir, es fácil tirarse una hora esperando frente al terminal. Y para cargar en casa es recomendable instalar un cargador tipo wallbox. De lo contrario suelen tirarse más de un día para cargar por completo, si el enchufe es de tipo doméstico.
Son los “pequeños” inconvenientes del coche eléctrico, cada vez menores, eso sí, pero que hay que tener en cuenta. En estos dos crossovers tenemos potencia, buena autonomía, notable dinámica y excelente funcionalidad. Pero está claro que no se adaptan a las posibilidades de todo el mundo. En este sentido son bastante exclusivos.
Yo creo que el duelo es para saber cuál de los dos es más desagradable de ver y atención, no hacia falta realizar el test, porque empatan claramente , dios que coches tan horribles