El Sancta Sanctorum de los citroenistas
Inaugurado en 2001 el Conservatoire aloja la colección de vehículos históricos de Citroën. Este de edificio de 5.000 metros cuadrados está situado en Aulnay-sos-Bois, a 7 kilómetros del aeropuerto Charles de Gaulle de París. Se trata de un espacio privado donde la marca del doble Chevrón atesora modelos de calle, coches de carreras, prototipos únicos y mucho más.
Aunque no está abierto al público como un museo más, se pueden organizar visitas guiadas entre semana para grupos. Son numerosos los clubs de la marca que preparan viajes para entrar en el sancta sanctorum de Citroën. Un guía acompaña a los visitantes durante una hora y media contando detalles y anécdotas de prácticamente todos y cada uno de los más de 300 coches que allí se encuentran.
En la puerta de acceso encontramos un conjunto de engranajes que recuerdan los inicios de la compañía. André Citroën (1878-1935) inició su carrera como industrial con la producción de utillaje mediante engranajes con un patrón de tipo doble chevrón bajo licencia polaca.
Su primer paso dentro de la industria del automóvil lo dio dentro de la marca de automóviles Mors entre 1906 y 1914. Durante la Primera Guerra Mundial produjo armamento para el ejército francés. Al finalizar la contienda en la que Francia venció, André Citroën decidió aprovechar el potencial de su fábrica así como su experiencia adquirida con Mors para fabricar sus propios automóviles.
Una vez dentro del museo, a mano izquierda encontramos una espectacular estantería repleta de maquetas a escala 1:5 de prototipos de toda la historia de la marca. Estos modelos son creados durante la fase de diseño antes de iniciar el trabajo de modelaje a tamaño real.
André Citroën fue pionero en muchos aspectos, como en la creación de una marca de juguetes para niños Jouets Citroën con la que promocionar sus coches entre una generación de futuros conductores. Sirva de ejemplo este coche a pedales bautizado como Citroënet C4 de 1928.
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Vimos y tocamos documentos originales que pertenecen al archivo histórico que también forma parte del Conservatoire. Vimos un dibujo de un prototipo realizado por el propio Robert Opron, el diseñador que dio forma al CX, un plano de un concesionario de antes de la Segunda Guerra Mundial y varios catálogos de época.
Después de quedarme con la boca abierta tras este paseo entre las joyas más preciadas de la historia de Citroën tuve un privilegio que no disfrutan todos los visitantes del Conservatoire. Conduje dos de los vehículos clásicos que forman parte de la colección. Un 11 CV 7 plazas de 1955, el popularmente conocido como Traction, Pato, Ligero o Stromberg y un Rosalie de 1934.
Mientras que el Stromberg era muy fácil y cómodo el Rosalie fue una experiencia completamente distinta. Este descapotable producido antes de la Segunda Guerra Mundial no iba recto ni para atrás. Los frenos tampoco hacían mucho caso así que fue la vez que he sufrido más circulando a muy baja velocidad. La experiencia valió mucho la pena, fue realmente divertido ver y comprobar en primera persona lo que ha llegado a evolucionar el automóvil.
Si te ha gustado el vídeo y el artículo todavía hay más. Echa un vistazo a la galería en la que encontrarás más de 200 fotografías de nuestra visita al Conservatoire Citroën.
Cuanta chatarra citrola junta