Cupra ha presentado una nueva versión tope de gama del Born eléctrico llamada VZ, las siglas habituales de las versiones más deportivas del fabricante. En este caso se trata de un coche con un motor más potente, con 326 CV, diferentes mejoras en el chasis, unos asientos baquet y una batería ligeramente más grande. Está a la venta desde 48.240 euros, unos 5.000 euros más que la versión de 231 CV que existía hasta ahora.
¿Qué diferencia a este Cupra Born VZ del resto de los Born? Pues muy poca cosa, sinceramente. Por fuera hay un color nuevo, un verde oscuro, y las llantas son de 20 pulgadas con 8 de garganta. Si se eligen las llantas Tornado de nuestra unidad, que cuestan 950 euros extra, vienen con unos Michelin Pilot Sport EV y, de propina, el control de chasis adaptativo.
En el interior la novedad son los asientos. Novedad en los Cupra Born, ojo, porque los baquets firmados por el especialista italiano Sabelt ya los conocemos del León, el Formentor y el Tavascan. Son muy, muy buenos y están tapizados en una mezcla de poliéster reciclado y fibra natural en el respaldo.
Y poco más. La pantalla, en lugar de ser de 12 pulgadas es de 12,9 y tenemos un excelente head-up display, un sofisticado equipo de audio Senheisser y un techo de cristal panorámico, todo ello incluido en el paquete Top Pack facturado a 3.560 euros y que, además, incluye la cámara de 360 grados, el navegador y algunas ayudas a la conducción extra sobre las ya obligatorias.
Del resto del coche lo que ya sabíamos, es decir, unas plazas traseras amplias, con el piso plano, lo que permite aprovechar más o menos la plaza central y un maletero de 385 litros con un doble fondo. Un maletero que no es ninguna referencia, pero que, para un eléctrico, es lo que hay.
Y las dimensiones: 4,32 de largo, 1,81 de ancho y 1,54 de alto, que es la cota que más cambia con respecto a, por ejemplo, un Cupra León, que mide 7 cm más de largo, uno menos de ancho y 8 menos de alto. La distancia entre ejes es de 2,76 metros y el coche pesa exactamente dos toneladas.
Batería y motor eléctrico del Cupra Born VZ
Hasta ahora, el Born se vendía con una potencia de 231 CV y dos baterías, una de 58 kWh y otra de 77 kWh. Antes había otra versión de acceso a la gama de 204 CV, pero a principios de este año se eliminó. Esta versión VZ pasa de los 231 CV a 326, es decir, casi 100 más, pero Cupra no ha utilizado la fórmula habitual de instalar un segundo motor eléctrico, que en este caso se habría colocado sobre el eje delantero, sino que lo que ha hecho ha sido montar un motor trasero de mayor potencia. Eso es importante, porqué este Born sigue siendo de tracción trasera.
Cupra homologa una velocidad máxima de 200 km/h. (por 160 de los de 231 CV) y una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos contra 7 de la versión de 231 CV. Con batería equivalente. La aceleración de este coche es espectacular. La entrega de potencia es inmediata, no hay cambio de marchas que ralentice la aceleración y en este caso, además, hay un par descomunal de 545 Nm. Y es que esta es la gran diferencia entre este VZ y el resto de los Born. Es evidente que 100 CV de potencia se notan, pero es que, a nivel de par motor, pasamos de 310 Nm a 545 y eso es una barbaridad. La capacidad de acelerar que tiene este coche es alucinante en cualquier circunstancia. Saliendo de parado, sí, pero, sobre todo, circulando. Adelantar con él es un juego de niños.
El VZ tiene diferentes modos de conducción que se accionan desde el volante. Hay un modo Eco, un modo normal, otro Performance y otro Cupra, que es el más extrema y esta es la única versión del Born en el que se puede desconectar el control de estabilidad. Recomendación: el ESP mejor dejarlo en modo Sport, que ya permite un cierto deslizamiento de la parte trasera, pero manteniendo siempre un umbral de intervención de seguridad.
Este coche de tracción trasera y es muy potente. Es cierto que tiene el peso muy bien repartido, con el 48% delante y el 52% detrás, es cierto que tiene el centro de gravedad bajo y que, por lo tanto, es muy equilibrado, pero con el ESP desconectado, exige saber llevarlo ya que la entrada en acción de la potencia al acelerar es superior a la capacidad del eje trasero para pasarla al suelo sin la ayuda de la electrónica. En seco y con el buen agarre de los neumáticos, no hay problema a no ser que conduzcamos como descerebrados, pero si hay humedades o agua, mejor contar con el ESP.
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Cupra ha hecho algunos cambios en el chasis. Los elementos elásticos se han modificado en ambos ejes con muelles y amortiguadores más firmes y más grosor en las barras estabilizadoras. Con más goma en contacto con el suelo, esa mayor dureza de la suspensión y los cambios en la dirección, este Born transmite sensaciones de deportivo.
Este es un coche abiertamente deportivo, con un chasis pensado para ir rápido, con una suspensión firme que controla perfectamente la carrocería, una nueva dirección, rápida y directa que consigue que el eje delantero, pese a las inercias que se generan con el peso y el empuje que llega del eje trasero, se meta en las curvas con precisión. Lo cierto es que las sensaciones son poco habituales en un eléctrico porqué sí, la aceleración y la recuperación la tienes, pero es que, en este caso, el chasis acompaña, el coche parece que pese menos y la agilidad, sin ser la de un Leon Cupra, es convincente.
El Cupra Born VZ mantiene los tambores
¿Y los frenos? Pues bueno, Cupra los ha mejorado también. El tacto, con el problema habitual de la transición de la frenada regenerativa a la frenada física, se ha mejorado con respecto del resto de los Born. Aquí puedes modular mejor la frenada, no se nota tanto la transición y, cuando se le pisa con fuerza frena bien, mejor que sus hermanos más modestos. Eso sí… ya sabéis, las plataformas son las plataformas y alguien, hace unos años, cuando diseñaba ésta, pensó que montar tambores traseros sería una buena idea, sobre todo por ahorro de costes. Los ingenieros de Cupra han intentado resolver todo, pero aquí sigue habiendo tambores traseros. Y, además, siguen siendo de 280 mm. Cupra dice que están reforzados, con un cilindro más grueso. Sí, pero siguen siendo tambores.
También es cierto que, para ayudar a frenar, el coche dispone de la posibilidad de regular la regeneración del motor usando las levas tras el volante en tres niveles. Con el más intenso colocado, el coche se conduce en modo de pedal único, algo que va bien en carreteras de montaña, sobre todo bajando ya que subiendo frena más de la cuenta, y en ciudad, donde de lo que se trata es de recuperar energía y aprovecharla constantemente.
En autopista, el consumo del Born VZ está en línea con el homologado. En un recorrido de 185 km con el aire puesto y una sola persona a bordo nos dio una media de 17,4 kWh por debajo incluso de los 19 homologados a velocidad alta. En ciudad, si no aceleramos a fondo a la salida de los semáforos obtendremos consumos de entre 13 y 15 kWh y en carretera, todo dependerá de lo que nos pese el pie derecho, de la carga y de la orografía.
La marca homologa 590 km de autonomía, muy optimista en un uso mixto, sobre todo si hay autopista de por medio. A 120 por hora le hemos calculado una autonomía de entre 380 y 420 km en función de las condiciones de circulación y de la carga. Esta versión tiene una capacidad de batería ligeramente superior a la de 231 CV ya que pasa de 77 a 79 kWh útiles. También mejora la potencia de recarga, que llega a los 185 kW en lugar de 170, lo que arañará algún minutillo en la recarga rápida del 10 al 80%. En definitiva, pequeñas mejoras que, sumadas, permiten incrementar ligeramente la autonomía en conducción convencional.
Precio y equipamiento del Cupra Born VZ
El coche cuesta de base 48.240 euros, 5.000 más que el de 231 CV con el mismo equipamiento (aunque sin los asientos baquet, las llantas de 20 pulgadas y la puesta a punto del chasis) y nuestra unidad probada con todos los extras, las llantas especiales y la pintura metalizada y, ojo, la bomba de calor, que Cupra deja en la lista de opcionales y que cuesta 1.070 euros, nos sale por 54.590 euros.
Mucho dinero sí, por un coche compacto eléctrico, atractivo, rápido, muy rápido, muy bien puesto a punto (el piloto Jordi Gené ha tenido mucho que ver en ello) y pensado para disfrutar al volante. En el mercado solo hay un coche parecido, el MG4 XPower que es mucho más potente (435 CV), tiene tracción integral ya que tiene dos motores y es más barato. El Born VZ es un coche recomendable para los que quieran pasarse al eléctrico y para los que no quieran renunciar a las prestaciones, los 5.000 euros de más que cuesta este VZ son, teniendo en cuenta la diferencia con el de 231 CV, casi un regalo.
Su estética me mola, pero precio pasado como siempre. Estos coches a esos precios es difícil que los vendan pero si fuera 35.000€ se vendería bastante. Si no tienen ventas para que los hacen es perder dinero lo veo un sin sentido. Y eso que tiene ya una autonomía para el día a día. Pero así no van a vender nada