Los coches de tipo SUV y crossover están de moda y sus ventas confirman que son los segmentos con más futuro. Y los motores de gasolina, a la espera del desarrollo masivo de híbridos enchufables y eléctricos (y de la bajada de precios que debemos esperar en estos modelos) se han impuesto al diésel como principal opción de compra. Por este motivo, comparamos hoy tres coches con tres filosofías diferentes pero que tienen en común el disponer de la misma planta motriz de gasolina. Son un SUV al uso, el Volkswagen Tiguan, recientemente remodelado, un familiar campero, el Skoda Octavia Scout, que acaba de llegar al mercado y otro coche reciente, el crossover Cupra Formentor.
El motor de gasolina de 150 CV que comparten es un TSi del Grupo Volkswagen con cuatro cilindros en línea, una cilindrada de 1.500 c.c., doble árbol de levas, distribución variable, inyección directa y turbocompresor. Con una potencia de 100 CV/litro rinde 150 CV desde 5.000 a 6.000 vueltas y un par motor de 250 Nm entre 1.500 y 3.500 vueltas. Un motor moderno que prescinde, en estos coches, de la micro-hibridación que sí está disponible, con esta misma mecánica, en otros coches del grupo.
Veamos, de entrada, como son físicamente estos tres coches. El Skoda Octavia Scout es un familiar del segmento C con plásticos en los pasos de rueda, en los bajos de caja y en los protectores delantero y trasero para que parezca lo que no es, es decir, un todoterreno. Cierto, tiene un poco más de altura libre al suelo que un Octavia Combi normal (1 cm y medio), pero no deja de ser un turismo. Mide 4,70 metros de largo, 1,83 de ancho y su distancia entre ejes es de 2,68 metros. Quedaos con estas cifras. 1,83 de ancho y 2,68 de batalla. ¿Altura? 1,51 metros.
El Volkswagen Tiguan es un SUV familiar compacto de los de toda la vida. Mide 4,50 metros, es decir, 20 cm menos que el Skoda, pero tiene la misma anchura y la misma distancia entre ejes: 1,83 y 2,68. ¿Altura? 1,67. 16 cm más que el Skoda. Esta es la principal diferencia entre un SUV y un turismo elevado. El Tiguan es un SUV ya veterano (es de 2016), pero que ha recibido una notable actualización con un rediseño del frontal, nuevas llantas, nuevos colores y una revisión del equipamiento. Nuestra unidad era un R-Line, es decir, un acabado que le da un aspecto más deportivo.
Y el Cupra Formentor es uno de los exponentes de esta nueva generación de modelos que están a medio camino entre un compacto tradicional y un SUV. Coches de diseño, que no son ni una cosa ni otra. Lo que vendría a ser un crossover. El Formentor mide 4,45 metros de largo por, sí 1,83 de ancho y tiene una batalla de… sí, 2,68 metros, coincidentes, ambas cotas, con los dos coches anteriores. ¿Altura? ¿Estará más cerca de un break levantado o de un SUV al uso? Como buen crossover debería ser equidistante, ¿no? Pues no. Mide 1,51, exactamente lo mismo que el Scout. Eso significa, en cierto modo, que los crossover son los nuevos compactos.
Maleteros
El Cupra Formentor tiene un maletero de 450 litros. No es muy grande, cierto, pero un León lo tiene de 380, así que es 70 litros más grande. Tiene un doble fondo y abatido 1/3 - 2/3 para una capacidad, una vez abatidos los asientos, de 1.505 litros.
El Scout tiene apertura automática del portón de serie y una capacidad de 610 litros, o sea, 160 más que el Cupra. Y tiene todos los detalles “simply clever” habituales de Skoda, como el doble fondo, una toma de 230 voltios, una base reversible. Pero ojo, el doble fondo cuesta 260 euros y la base reversible 94. Con los asientos traseros abatidos, la capacidad es de 1.740 litros, la mayor de todos.
El Tiguan tiene 520 litros en configuración normal, pero, como es el único que tiene la banqueta trasera deslizante, si la adelantamos a tope, llegamos a 615 litros que son 5 más que el Scout. Luego veremos qué pasa con las plazas traseras con esta maniobra. Si abatimos la banqueta trasera, nos vamos a 1.510 litros, solo 5 más que en el Formentor, pero el Tiguan tiene otro as en la manga que sus primos no tienen; el asiento del acompañante abatible hacia delante para cargar bultos largos en un momento dado.
Asientos traseros
El Cupra tiene el asiento trasero con las plazas exteriores más marcadas y es el más estrecho de los tres (mide 1,38 a la altura de los hombros, como el Scout y 1,26 a la altura de los codos, 2 cm menos que el checo) ya que tiene unas puertas muy anchas. El espacio para las piernas es más que suficiente, con 35 cm, mayor que el del Skoda y a solo 1 cm del Tiguan, pero situar a tres personas detrás es complicado. La altura libre al techo es de 97 cm desde la base de la banqueta, la mejor del comparativo, aunque hay que tener en cuenta que Tiguan y Scout llevaban techo de cristal, que rebaja la altura.
El Octavia tiene un asiento situado en una posición más baja, de manera que el acceso y, sobre todo, la salida, no son tan cómodos como en sus dos rivales y el espacio entre filas, aún siendo holgado, es el menor de los 3: medimos 31 cm con el asiento delantero situado en la misma posición que sus rivales. La altura hasta el techo es de 93 cm. La plaza central es tan poco usable como la del Formentor pero tiene un montón de elementos interesantes: cortinillas parasol, hueco para el móvil, portalatas en el apoyacodos, conexión de 230 voltios y unos fantásticos apoyacabezas con laterales extraíbles que permiten acomodar la cabeza a los dormilones.
El Tiguan tiene unas plazas traseras más pensadas para un uso familiar. La anchura es de 1,42 a la altura de los hombros, 4 cm más que sus dos colegas y de 1,34 a la altura de los codos, con 6 cm más que el Skoda y 8 más que el Cupra. La distancia entre filas es de 36 cm con la banqueta retrasada al máximo y de 18 si la adelantamos y la distancia al techo es de 94 cm. Y no terminan ahí las ventajas del Tiguan que tiene la única banqueta trasera reclinable, para cuando los niños, o los no tan niños, se duerman.
Plazas delanteras
El nuevo Octavia tiene un salpicadero de diseño muy limpio, con una instrumentación digital, una pantalla grande en el centro (de 10 pulgadas con el navegador que lleva de serie) y algunos elementos propios de la nueva plataforma MQB Evo que utiliza como los nefastos mando de luces, mal situados, el freno de mano eléctrico, los aireadores situados por debajo de la pantalla, que está idealmente situada, pero con los mandos del climatizador metidos dentro, con temperatura y caudal, eso sí, siempre visibles, la iluminación ambiental y, puesto que se trata de un Scout, un acabado en imitación de madera que en nuestra unidad de pruebas se había sustituido por imitación de aluminio.
El Formentor es igual que el León, pero con un pantallón de 12 pulgadas (el de serie es de 10) situado en la parte alta del salpicadero. Tiene los mismos mandos de luces que el Skoda y una palanquita del cambio automático que no nos gusta nada. Y tiene la deportividad que se presume de un coche de la marca, también en su diseño.
Los detalles en color cobre, la fina cinta de luz que recorre el salpicadero en la base de la luneta, el volante, de tacto perfecto y, sobre todo, los magníficos asientos deportivos (que pueden estar tapizados en piel y con el del conductor eléctrico pagando 1.250 euros) son los detalles que hacen que el Formentor pueda considerarse el más deportivo de los tres. Ah, y tiene cargador inalámbrico de serie, que en el Tiguan hay que pagar aparte.
El Tiguan denota que es el de diseño más veterano. Tiene la pantalla situada en una posición más baja (y es más pequeña ya que la opcional es de 8 pulgadas y la de serie de 7) y tiene los aireadores por encima, pero se ha puesto al día en algunos aspectos.
El problema del Tiguan es que está desarrollado sobre la primera versión de la plataforma MQB y eso se nota en algunos detalles. Por ejemplo, en el mando de luces, que sigue siendo el de siempre (mejor, en nuestra opinión), o en la palanca del cambio, que pese a ser automático, sigue siendo una palanca y no ese mando ridículo del Formentor, en que mantiene los mandos del climatizador separados, aunque la marca ha montado unos de tipo táctil que no nos gustan tanto, o en la instrumentación, que es digital, pero con menos opciones que la de sus dos primos. En definitiva, que parece que al Tiguan le hayan ido pegando mandos y pantallas en los huecos que ya tenía para ponerle al día. Y es el único de los tres en los que el acceso y arranque sin llave es opcional.
En marcha
Vistos por dentro, nos ponemos en marcha. Tiene el mismo motor, sí, pero los consumos homologados son muy diferentes. El Skoda anuncia 5,8 litros por su cambio manual, el Formentor 6,8, es decir, un litro más y el Tiguan 7,3 litros. En nuestro recorrido corroboramos estas cifras, aunque en todos los casos ligeramente por encima. En autopista y siempre en subida, al Skoda le sacamos 6,5, al Formentor 7,6 y al Tiguan 7,7. Con un recorrido algo más llano se podría bajar un litro en todos sin dificultades.
Los motores son iguales y, por lo tanto, su rendimiento es el mismo. Es un motor que va bien, que no tiene grandes defectos y que acumula las virtudes de un motor moderno. Tiene cuatro cilindros, y eso es una alegría, tiene una capacidad de aceleración y, sobre todo, de recuperación muy buena porque tiene el par máximo muy abajo, desde 1.500 vueltas y, sube de vueltas con facilidad y ofreciendo un buen rendimiento. Y no se dispara en sus consumos.
Cajas de cambios. En el Formentor puede elegirse entre el cambio manual y el automático DSG de siete velocidades que es el que llevaba nuestra unidad de pruebas. En el Tiguan se ofrece también la opción de ambas cajas en el acabado Life, pero, si elegimos el R-Line, será obligatoriamente automático. Finalmente, el Skoda ofrece algo todavía más extraño. La versión con cambio manual monta el mismo motor que sus dos primos, pero, si lo queremos con el cambio automático DSG, entonces deberemos optar por la versión e-TSi, es decir, la que lleva hibridación ligera.
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La suavidad de la caja DSG y su rapidez hacen que sea una opción más recomendable que la caja manual del Octavia, que no va mal, pero que tiene una marcha menos, lo que amplía los saltos entre ellas. Además, tanto en el Formentor como en el Tiguan tenemos levas de serie detrás del volante de manera que, en carreteras de montaña, donde nos apetezca conducir la caja de modo manual, podremos hacerlo sin problemas y con una buena respuesta tanto subiendo como bajando marchas.
Tiguan y Formentor disponen de un sistema que permite elegir entre diferentes modos de conducción: confort y sport en el Cupra y los mismos más un modo Eco en el Volkswagen. Estos modos de conducción afectan a la respuesta del motor, al cambio en el caso de los automáticos, a la dirección y, en el caso de que se monte opcionalmente, a la respuesta de la suspensión pilotada, que ninguno llevaba de serie. En el Skoda no hace falta ya que con el cambio manual solo cambiaría la respuesta del motor.
Lo cierto es que, en el Skoda, con el cambio manual, si el motor cae de vueltas se le nota algo más perezoso que en el resto, porqué el salto de segunda a tercera es notable. En los otros dos coches se nota la mejora de la respuesta del motor en modo sport. Es más reactivo, como si tuviera algunos caballos más y empuja más rápido al pisar el gas. También se modifica la respuesta del cambio, tanto al subir las marchas, porque estiran más y cambian más arriba como al bajarlas, ya que retienen mucho más la marcha y al llega a una curva no meten una marcha más al dejar de acelerar, lo que en conducción deportiva es muy de agradecer.
Comportamiento dinámico
El Skoda Octavia Scout tiene una suspensión blanda. Primero porque los Skoda siempre suelen tener la suspensión más blanda que otros coches equivalentes del Grupo, con una orientación más al confort y porque al tratarse de un Scout, que es un coche que debe poder circular por pista, se ha buscado también un tarado de suspensión que resulte cómodo en todos los terrenos. En autopista es el más confortable de los tres.
Al ser un coche más bajo toma las curvas con menos inercias que el Tiguan, por ejemplo, resulta preciso y subvira poco. De todas maneras, insistimos en que es un coche pensado para buscar el confort de sus ocupantes, así que el que busque un coche de talante deportivo, le recomendamos que mire con cariño las versiones RS (primera prueba en este enlace).
El Tiguan es un SUV y eso, a la hora de moverse por los diferentes tipos de vías, se nota claramente. En autopista es un coche pensado para hacer kilómetros con todo el confort. Es equilibrado, tiene una suspensión muy bien puesta a punto, y puedes hacer muchos kilómetros sin fatigarte. Cierto es que se notan más las inercias que en los otros dos coches y que gasta más porque es el menos aerodinámico al ser el más alto de los tres.
En carretera es donde se nota que físicamente es un SUV. Es el coche más pesado de los tres. Son 80 kilos más que el Cupra y 150 más que el Skoda y eso se nota. Además, es más alto, pero no se inclina más que el Skoda, por ejemplo. De todas maneras, de los SUV de este tamaño, es de los que va mejor. Ahí le ayudan las llantas de 19 pulgadas de serie que trae esta versión R-Line con los neumáticos más anchos de los tres que, al menos, le dan una motricidad muy buena a la salida de las curvas.
El Cupra Formentor hace honor a la deportividad que se le supone. En autopista este coche es casi igual de confortable que sus dos hermanos. Es un coche equilibrado, que inclina poco su carrocería y eso en autopista también ayuda, sobre todo en las curvas rápidas. Es el que menos inercias genera de los tres y eso se nota porque transmite más confianza al volante.
Pero donde el Formentor dicta su ley es en las carreteras de montaña. En este tipo de terrenos es el único que cuando lo conduces a un cierto ritmo, notas que le falta algo de motor. Y eso no es porque el motor sea insuficiente sino porque el chasis está muy bien puesto a punto, lo que le convierte en el más dinámico de los tres. Es cierto que su posición de conducción es un poco más elevada que la del Skoda y que tiene el centro de gravedad más alto, pero la suspensión lo compensa con creces y el comportamiento en curva de este coche, más corto y compacto, aunque más pesado que el Scout, es claramente superior a sus dos hermanos. Cupra ha buscado un tacto deportivo con una suspensión algo más firme que en ningún caso llega a ser incómoda. Sin olvidarnos de que los Formentor llevan el eje trasero multibrazo que el Scout, por ejemplo, no lleva en sus versiones de tracción delantera.
Presupuesto
El Skoda, con el mayor número de ayudas a la conducción de los tres en el equipamiento de serie (mantenimiento de carril, ángulo muerto, cruise con limitador, detector de fatiga), con acceso sin llave, climatizador bizona, cámara de marcha atrás, navegador, faros de LED y llanta de 18 pulgadas vale según el configurador de la marca 30.259 euros. Un precio razonable para lo que ofrece.
En el configurador de Cupra, este Formentor nos sale por 34.000 euros tal como viene de serie, pero, ojo, sin el paquete tech, que incluye buena parte de las ayudas a la conducción (de serie lleva el aviso de cambio de carril, el control de crucero activo y el detector de fatiga) y sin la cámara de marcha atrás, que nos parece algo muy difícil de justificar. Con los asientos de piel, el techo panorámico, la pintura roja y la pantalla de 12 pulgadas, que va en un paquete con el asistente de aparcamiento, la cámara, el navegador y el resto de las ayudas a la conducción, nuestra unidad costaba 38.573 euros.
Respecto del Skoda, lleva cambio automático, eje trasero multibrazo y la pantalla más grande. La versión manual está en 30.680 que es el precio del Skoda. Tirando de opciones se encarece, cierto, pero el precio de partida está dentro de lo que el mercado ofrece en este segmento.
Finalmente, el Tiguan cuesta, según el configurador de la marca 45.525 euros. Nuestra unidad, con el paquete de asistencia a la conducción de 240 euros, la pintura metalizada y el navegador pro costaba 47.315 euros sin que su equipamiento lo justificara. Respecto de sus rivales, lleva más ayudas a la conducción (mantenimiento de carril, cruise activo, cámara retro, detector de fatiga) y el techo eléctrico más el paquete exterior deportivo R-Line.
La diferencia de precio, sin embargo, entendemos que no se justifica. Ni por calidad percibida, ni por su mayor funcionalidad, ni por su equipamiento. El Tiguan es caro, aunque en coches.net hemos encontrado unidades de kilómetro cero por unos mucho más asequibles 37.000 euros al contado con este mismo motor.
Me quedo con el TIGUAN, me gusta vw. Será porque tengo uno. Si, sera por eso. Un saludo y muy buen reportaje.