Nuevo Dacia Jogger: 7 plazas desde 14.990 euros

¿Es un familiar? ¿Es un SUV? ¿Es un monovolumen? Es el Dacia Jogger, un crossover que es sobre el papel combina las virtudes de todos esos segmentos en único coche que sustituye en la gama del fabricante al monovolumen Lodgy y al familiar Logan MCV y que de SUV tiene únicamente la estética y la generosa altura libre al suelo. El Jogger es, en definitiva, un coche para la familia, el más largo que ha hecho Dacia hasta la fecha y con un interior que ofrece espacio para 7 personas. Y a un precio que arranca en 14.990 euros, con todas las versiones de la gama por debajo de 19.000.

Empecemos con las dimensiones. El Dacia más largo fabricado hasta la fecha mide 4,55 metros de largo por 1,78 de ancho y visto de lado observamos que tiene unos voladizos muy cortos lo que significa que su distancia entre ejes es muy larga, de 2,89 metros en concreto. La altura se queda en 1,63 metros y la distancia libre al suelo es de nada menos que 20 cm.

Visto de perfil, parece una versión Stepway, ya que tiene todos los elementos estéticos propios de estas variantes camperas de Dacia. Tiene unos pasos de rueda remarcados en plástico negro, generosas protecciones inferiores para proteger la carrocería si circulamos fuera del asfalto y por supuesto unas robustas barras de techo que pueden situarse transversalmente para facilitar el anclaje de portabicicletas o cofres de techo.

Lo que es evidente es que el Jogger es un coche que aprovecha al máximo el espacio que ocupa y prueba de ello son sus líneas cúbicas de la parte trasera que le asemejan inequívocamente a un familiar. Sorprende que justo después de la puerta delantera, la línea superior de las ventanillas describe un pequeño escalón. Esto es así para que las puertas traseras tengan una altura superior y faciliten el acceso a bordo y también, para que vamos a engañarnos, para aprovechar las puertas delanteras del Sandero. Las llantas de aleación solo se ofrecen en los acabados Comfort y Extreme. Y salvo la pintura de color negro, todas son de pago. La blanca sólida nos costará 200 euros y los cuatro tonos metalizados 433 euros.

Por delante el parecido con el nuevo Sandero Stepway (prueba en vídeo de este modelo en este enlace) es muy evidente, entre otras cosas porque… tienen el mismo frontal. El aspecto es robusto, tiene una generosa parrilla inferior protegida por una plancha de plástico, los faros con la nueva firma luminosa de la marca en forma de Y griega acostada y, en el centro de la parrilla, el logotipo de Dacia de toda la vida puesto que el nuevo, que ya se está aplicando tanto a la comunicación como a la imagen de los concesionarios, tardará todavía un poco en llegar al morro de los coches de serie.

La trasera es la parte más sencilla en cuanto a diseño. En realidad, parece como si Dacia hubiera cogido los pilotos traseros del Volvo XC90 y los hubiera colocado a ambos lados de un portón de generosas dimensiones y que baja hasta el parachoques para facilitar la carga del maletero. En definitiva, que tenemos un coche con el aspecto crossover necesario para seducir a la clientela actual, con unas formas cúbicas propias de un break para ofrecer el mayor espacio de maletero posible y la habitabilidad teórica de un monovolumen.

En el interior encontramos un salpicadero que nos suena de algo. Y es que es rigurosamente idéntico al del Dacia Sandero. Tiene la misma forma, la misma instrumentación, la misma consola central, los mismos aireadores, la misma palanca del cambio y el mismo volante, con, eso sí, regulación tanto en profundidad como en altura.

Cuando quieres hacer un coche barato, una de las claves es aprovechar piezas ya existentes y esto es justamente lo que ha hecho Dacia. Como ya dijimos en su momento cuando probamos el Sandero, el salto de calidad de esta generación de Dacia con respecto de la precedente es más que notable, tanto en los materiales utilizados como en el ajuste de todos los elementos, pero no hemos de perder de vista en ningún momento que estamos ante un coche de planteamiento sencillo, con materiales económicos y diseñado para que resulte barato de fabricar y de mantener.

Dacia presume de ofrecer precios bajos porque sus coches llevan únicamente aquello imprescindible. Por lo tanto, no es extraño ver una pantallita monocroma para el ordenador de a bordo, encontrar el típico mando satélite de audio de otros modelos de Renault o poder elegir entre diferentes opciones en lo que al equipo de información y entretenimiento se refiere.

La primera se llama Media Control y consiste en un espacio para colocar el móvil como si fuera la pantalla central y, usando una aplicación que manejamos en el propio móvil y que nos da información también en la pantallita de la instrumentación, disponer de diferentes funcionalidades además del navegador de nuestro propio teléfono. La segunda es la Media Display, con una pantalla de 8 pulgadas y conexión por cable de nuestro teléfono ya sea Apple o Android y la tercera es el Media Nav, un sistema con navegador y conectividad inalámbrica para móviles que se asemeja a cualquier otro equipo de navegación.

Los asientos delanteros son también los mismos que se utilizan en el Sandero. Tienen unas dimensiones correctas, recogen relativamente bien el cuerpo y tienen una tapicería que parece de lo más sufrida.

En la segunda fila encontramos una banqueta para 3 ocupantes en la que las 3 plazas están marcadas y en la que la plaza central, que es ligeramente más pequeña, tiene el mismo confort que las dos exteriores (únicas del coche con Isofix, por cierto) puesto que no hay ningún apoyabrazos que se clave en nuestra espalda. Algunas versiones disponen de bandejas tipo avión plegables detrás del respaldo de los asientos delanteros.

No esperéis encontrar un gran nivel de equipamiento en estas plazas ya que, por no haber, no hay ni tan siquiera salidas de aireación. El espacio disponible en el interior es muy grande, con una altura al techo propia de un monovolumen y una anchura que da para que 3 ocupantes vayan medianamente cómodos. Hay también bastante distancia con respecto de la fila delantera y, por lo tanto, la habitabilidad trasera es buena. Ah, y la visibilidad también ya que detrás se va 5 cm más alto que en la fila delantera.

Pero, como todo en la vida, nada es perfecto y la banqueta del Jogger es fija, es decir, no puede regularse longitudinalmente, lo que hubiera permitido que el usuario pudiera ajustar sus necesidades de espacio en momentos puntuales. Y esto es así porque esta banqueta, cuyo respaldo está partido en proporción 60/40, debe plegarse para habilitar el acceso a la tercera fila. La maniobra de plegado es muy sencilla ya que se realiza simplemente accionando un tirador.

Ya que hablamos de la tercera fila, comentar que la altura libre interior del coche es lo suficientemente grande como para que personas adultas puedan acomodarse sin excesivos problemas en estas dos plazas, que son claramente mejores en cuanto a espacio que las que ofrecen la mayoría de los SUV de este tamaño en sus terceras filas. Pero, una vez más no es oro todo lo que reluce puesto que el plegado de estos dos asientos tampoco está excesivamente bien resuelto. Olvidaros por supuesto, de sistemas de escamoteado debajo del piso. Aquí los asientos simplemente se pliegan contra la banqueta trasera. Y una vez plegados, quedan, por supuesto, en el maletero a no ser que los desmontemos (fácil ya que pesan apenas 10 kilos cada uno) y los dejemos en casa. El coche lleva estor cubre-equipajes de serie tanto en 5 como en 7 plazas.

La capacidad del maletero es de 169 litros cuando ocupamos las 7 plazas, es decir válida para unas cuantas bolsas de compra y poco más. De todas maneras, ésta es la capacidad habitual en la mayoría de los coches con 3 filas de asientos, de modo que de lo que se trata es de ver cuál es la capacidad cuando solo usamos 5 plazas. Dacia la cifra en 565 litros con la tercera fila plegada contra la segunda y en 708 litros para la versión de 5 plazas, que también existe y que prescinde de las dos plazas extra. La capacidad aumenta a 1.819 si quitamos la tercera fila y abatimos la segunda. Por cierto, que la versión de 7 plazas es 650 euros más cara que la de cinco.

Para terminar con el interior y el equipamiento comentaremos que, entre los diferentes elementos disponibles para esta gama, encontramos, entre otros, calefacción de asientos, climatizador automático, acceso y arranque sin llave, freno de mano eléctrico, control de velocidad de crucero, sensores de aparcamiento, cámara de marcha atrás y control de vehículos en el ángulo muerto.

La oferta de motores se reduce en la gama inicial a tan solo dos, uno de gasolina y otro que puede funcionar tanto con gasolina como con GLP. El primero es nuevo, tiene 110 CV y unas prestaciones teóricas de 183 km/h. de velocidad máxima, 11,2 segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h. y 5,7 litros de consumo combinado. Como es habitual, para saber si el consumo es real o no deberemos esperar a una prueba más larga que una simple toma de contacto como esta.

El motor ya lo conocemos. Es voluntarioso, con un buen empuje desde 2.000 vueltas para arriba y algo perezoso por debajo de ese régimen, de modo que hay que intentar no dejarlo caer de vueltas para no quedarnos sin respuesta. No es extraordinariamente potente, pero como el coches es ligero (desde 1.200 kilos en la versión Essential), siempre que no vayamos cargados a tope, nos parece una potencia correcta para su planteamiento.

Lo cierto es que es un motor que, como básico para este coche estaría muy bien si, por encima, hubiera otro de mayor potencia, pero no es el caso y, por lo tanto, para determinados usos (coche cargado, carreteras con repechos constantes, puertos de montaña) se nos va a quedar corto. En 2023, sin embargo, Dacia lanzará el Jogger híbrido con el motor de 140 CV que usan el Captur (prueba en vídeo de este coche en este enlace) y el Arkana (comparativa en vídeo con un Arkana Híbrido). Si necesitáis más potencia, habrá que esperar a que salga. Dacia ha anticipado que será el híbrido de siete plazas más barato del mercado, pero sin dar pistas sobre sus tarifas.

Este propulsor va asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades ya que no hay ningún Jogger automático, al menos de momento. Es una caja un poco áspera, pero con recorridos correctos y bastante precisa y los desarrollos están bien pensados para sacar rendimiento al motor, con saltos cortos entre la segunda, la tercera y la cuarta, para evitar que el motor caiga mucho de vueltas y una quinta y una sexta de desahogo para autopista.

El Jogger usa la misma plataforma que el Sandero, lo que equivale a decir que usa la plataforma CMF-B de la Alianza Renault-Nissan, es decir, la de los Renault Clio, Captur y Arkana, por ejemplo, o la del Nissan Juke. Esto ha permitido que el comportamiento dinámico de esta nueva familia Dacia, con eje delantero McPherson y trasero por barra de torsión, gane muchos enteros ya que sus ejes son más anchos y la estructura es más rígida.

El comportamiento del coche es correcto, como ya sucedía con el Sandero. Tiene un tacto de suspensión firme, ya que es un coche pensado para soportar cargas elevadas y eso hace que no resulte incómodo en los cambios de apoyo ya que gestiona muy bien los balanceos de carrocería y no hunde el morro en las frenadas. Tiene un confort medio, mejor en autopista que en carretera, donde acusa bastante los baches.

La dirección es dura, tal vez demasiado, ya que en las maniobras a coche parado se agradecería algo más de asistencia. Resulta precisa, pero resta agilidad al coche en carreteras de montaña y en maniobras. Los frenos por su parte, son simplemente correctos. Lleva tambores detrás, como el Sandero, pero en este coche, más pesado, la exigencia de frenada es superior y le vendrían bien unos discos detrás. El tacto de freno es correcto, pero los discos sufren en frenadas fuertes constantes lo que, dicho sea del paso, rara vez se hará con este coche. Finalmente, constatar que el Jogger es ruidoso. No es un coche muy refinado, no está bien aislado y, además, su habitáculo, muy grande, hace de caja de resonancia ampliada.

El segundo motor ya lo conocemos del Sandero. Es un motor bifuel de 3 cilindros y un litro de cilindrada que rinde 100 CV de potencia y que puede funcionar tanto con gasolina como con GLP. La marca anuncia para este coche una velocidad máxima de 175 km/h y un consumo medio homologado de 4,3 kg de GLP a los 100 km. Sus emisiones quedan en 118 gramos por kilómetro y al ser un coche de gas recibe la etiqueta eco de la DGT.

Lo cierto es que no hay muchas diferencias entre uno y otro motor ya que, en realidad, el bloque es el mismo. Después de probar ambos, nuestro consejo es que, si no sois fans del GLP o tenéis una estación al lado de casa, es mejor el de 110 CV, aunque, eso sí, la versión de GLP tiene una autonomía mucho mayor (suma los 50 litros del depósito de gasolina a los 40 del de GLP, que elimina la rueda de recambio) y tal como están subiendo los precios de la gasolina, el GLP es muy competitivo a nivel económico.

Dacia ha organizado la gama del Jogger en 3 niveles de equipamiento llamados Essential, Confort y Extreme, este último en teoría una serie limitada de lanzamiento con un equipamiento que en el Confort será opcional. La diferencia de precio entre el Essential y el Confort es de 1.450 euros y la que existe entre el Comfort y el Extreme es de 1.250 euros.

La serie limitada Extreme lleva llantas negras brillantes, carcasas de los retrovisores y barras de techo negras, adhesivos en el exterior de la carrocería, pequeños detalles de pespunteado en rojo en la tapicería y un equipamiento que incluye de serie acceso y arranque sin llave, climatizador, cámara de marcha atrás y sistema de navegación Media Nav, el más completo. Por lo que cuesta sobre el Confort nos parece la mejor opción de la gama y, teniendo en cuenta que podría ser la versión más vendida de entrada, Dacia se plantea que, una vez terminado el lanzamiento, el Extreme se quede en la gama como versión tope.

El Jogger es un Dacia, de eso no hay ninguna duda. Es un coche barato, pero no es barato porque la marca lo haya desprovisto de un montón de cosas o esté haciendo ofertas muy tentadoras. Es barato porque se ha desarrollado desde el primer momento para que sea barato, utilizando la misma plataforma que el Sandero, con el mismo salpicadero y los mismos asientos delanteros, con el mismo equipamiento y con las mismas mecánicas.

Tiene motores a los que les faltará potencia en el momento en que carguemos el coche a tope, no dispondremos del equipamiento que sí nos ofrecerán otros coches de 7 plazas como los derivados de vehículos comerciales, pero en ningún caso encontraremos un coche nuevo de 7 plazas al precio de este Jogger. Y más ahora, que Stellantis ha reconvertido sus modelos a solo eléctricos (más información en este enlace). Esta es la filosofía de Dacia: ofrecer simplemente aquello que se considera imprescindible y en este Jogger se demuestra que esta fórmula no está, ni mucho menos agotada. Y más teniendo en cuenta cómo han subido los precios de los coches en España en los últimos dos años. ¿Es una ganga? ¿Es un chollo? No. Es un Dacia.