DFSK 500 ECO GLP: Barato, automático y con pegatina ECO

Hemos probado el nuevo DFSK 500, un SUV chino que acaba de llegar a nuestro mercado. Y te contamos por qué es una buena opción de compra para el que quiera un SUV utilitario sencillo, automático, a un precio razonable.

Los coches chinos ya están aquí y son toda una realidad. Y llegarán más, muchos más. Y con ellos se abre un nuevo abanico de posibilidades para el que esté pensando en comprar un coche. Los hay de todos los colores, formas y tamaños, cada vez más. De gasolina, diésel, híbridos, eléctricos… Lo que queráis. Y en su gran mayoría con un precio bastante atractivo.

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Y precisamente esa es la principal razón de compra del DFSK 500, su precio.

Los coches son caros. Cada vez lo son más. Pero algunos coches chinos, como este DFSK 500, llegan para ocupar un lugar que se había quedado vacío. El de los coches de acceso, por así llamarlo.

Este es un SUV utilitario de tamaño generoso. Situado a medio camino entre los SUV del segmento B y los del segmento C, con una longitud de casi 4,4 metros de largo. Lo que asegura un habitáculo bastante espacioso.

Sus medidas son las siguientes: Largo 4,39 m. / Ancho 1,85 m. / Alto 1,65 m. / Batalla 2,66 m.

El DFSK es rival directo del MG ZS y del Dacia Duster. Uno es otro modelo chino y el otro un modelo rumano al que catalogábamos de “low cost”. Y es que en la horquilla cercana a los 20.000 euros, no hay más donde elegir.

El DFSK 500 tiene un precio de entrada de 20.995 euros en su acabado Luxury, el de acceso. Y de 22.995 euros para el Intelligent, que es el tope de gama y el que hemos probado.

Lleva equipamiento cerrado, pero en ese precio incorpora algunas cosas tan interesantes como los faros LED, llantas de 16 pulgadas, pilotos traseros LED, techo panorámico eléctrico, tapicería de símil cuero, pantalla táctil de 7 pulgadas, cámara trasera, sensores de aparcamiento, control de crucero, arranque sin llave… no está mal.

Estéticamente… bueno. Habrá opiniones de todo tipo. Pero en mi opinión no está mal. Tiene los rasgos característicos de un SUV de este estilo, con una gran parrilla, faros estilizados, protectores de bajos de plástico, y una carrocería con una caída del techo bastante descendente acentuada por un pilar trasero en negro que ofrece la típica impresión de techo flotante.

La trasera queda bastante limpia, acompañada por unos pilotos horizontales LED y por un pequeño alerón de techo que le aporta más dinamismo.

Eso sí, si lo vemos de costado, las llantas de 16 pulgadas le quedan realmente pequeñas. Acompañadas por unos neumáticos Linglong, que yo no había escuchado en mi vida, en medidas 205/65.

En el interior nos encontramos con un habitáculo espacioso y de buena impresión en general. Con un diseño del salpicadero sencillo pero a la vez elegante y algunos detalles como los aireadores redondos o el volante que se nos hacen ligeramente familiares…

El nivel de ensamblado es correcto en un coche de este precio, así como la calidad de los materiales empleados, los cuales combinan el plástico duro con otras zonas acolchadas que se agradecen.

La sensación de amplitud es generosa, los asientos son cómodos y la postura de conducción sería muy buena si no fuese porque el volante no cuenta con ajuste en profundidad, y eso para las personas altas, como es mi caso, es crucial porque vamos sentados más atrás y el volante nos queda lejos.

Tenemos un cuadro de instrumentos analógico, como los de toda la vida, con una pequeña pantalla TFT en el centro con algo de información, y una pantalla táctil de 7 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento.

Hago una pausa en este punto. Y es que esta pantalla… es un drama. El sistema táctil va bien, eso sí, es preciso, pero el tamaño es muy pequeño, la resolución es pobre y el brillo es muy justo. Bueno, más que el brillo, cuando la miras de costado la zona más alejada pierde brillo y apenas la ves.

Lo que ofrece, es justito también. Sí, tiene navegación, pero hoy en día es prácticamente prescindible si el coche cuenta con conexión Android Auto o Apple CarPlay. Este no lo tiene, en su lugar debes bajar una aplicación llamada CarGlobal, que lo que hace es replicar la pantalla del teléfono en la pantalla del coche. El problema es que si el teléfono tiene una pantalla muy apaisada, en la pantalla también lo verás así, desaprovechando gran parte de ella. Y para rematar, la calidad del audio es, sencillamente, muy mala.

El DFSK 500 cuenta con varios huecos portaobjetos de generosas dimensiones. En las puertas, bajo la consola central para dejar el teléfono y un cofre central con un distribuidor muy útil y una buena profundidad. En este aspecto cumple con las expectativas.

También nos gusta que los mandos de la climatización sean físicos, y así no tener que pasar por la pantalla como están realizando algunos fabricantes con sus nuevos modelos con el fin de eliminar botones en la consola central. Bueno, climatizador no tiene, más bien aire acondicionado, como el de toda la vida, pero sólo para los pasajeros delanteros ya que atrás no hay ningúna salida de aire.

El acceso a las plazas traseras es bueno, y una vez dentro los acompañantes gozarán de un generoso espacio tanto para las piernas como para la cabeza. La anchura también nos parece más que correcta, y cuenta con un práctico apoyabrazos en el respaldo del asiento central.

Un asiento central que no es tan cómodo como los laterales pero que se beneficia de la ausencia de un túnel de transmisión en el piso, por lo que se gana cierto confort pudiendo situar los pies en el centro sin restar espacio habitable a los ocupantes de las plazas laterales.

Dado que la habitabilidad es así de generosa, no queda otra que toparnos con un maletero de apenas 318 litros, una cifra bastante justa para un coche de este tamaño. Abatiendo los asientos lograremos un buen espacio de carga, pero perdiendo plazas, claro.

Bajo el piso encontraríamos una rueda de recambio, que es muy útil, pero en esta versión que hemos probado va situado un depósito de GLP. Y eso nos viene genial para hablar de la mecánica de este coche.

El DFSK 500 sólo está disponible con un motor de gasolina atmosférico, sin turbo, de 4 cilindros y 1,5 litros. Es un propulsor que rinde 106 CV de potencia y ofrece 148 Nm de par. Y en España se ofrece siempre con un cambio de marchas automático de tipo CVT.

Además, también puede funcionar con GLP. El depósito del gas licuado va situado en el hueco de la rueda de repuesto. Es un montaje que ofrece el importador con un sobrecoste de alrededor de 2.000 euros que, teniendo en cuenta que el precio del GLP es mucho más bajo que el de la gasolina, no tardaremos en amortizar ese sobrecoste.

Con un motor de poco más de 100 CV, atmosférico, y un cambio de tipo CVT, pues tampoco debemos esperar unas prestaciones de infarto. Aunque para el día a día son correctas. Según su ficha técnica tiene una aceleración de 0 a 100 km/h en 9 segundos, y una velocidad punta de 165 km/h. Suficiente.

Donde también se lleva un suficiente como nota es en el consumo. El consumo combinado según el ciclo WLTP es de 8,3 l/100 km, y aunque es una cifra bastante real, practicando una conducción más eficiente lograremos rebajar ligeramente ese registro.

Bajo la consola central tenemos instalado un botoncito con el que podremos cambiar a antojo qué tipo de combustible queremos usar en cada momento. De forma automática, cuando arrancamos el coche y se va calentando, empieza usando la gasolina. Una vez alcanzadas las temperaturas óptimas de trabajo, el sistema cambia de forma imperceptible al uso del GLP. Si nosotros no decidimos lo contrario, el coche se moverá siempre con GLP siempre que sea posible, de lo contrario cambiará al uso de la gasolina.

Apenas se llega a percibir una bajada de rendimiento con el GLP, es casi inapreciable. Y más cuando este coche utiliza un cambio automático de tipo CVT que lo disimula. Y digo que lo disimula porque su funcionamiento es de todo menos agradable.

El coche, al tener un motor justito para los más de 1.400 kg que pesa, precisa pisar más de la cuenta el acelerar, entonces es cuando el CVT se revoluciona bastante con un sonido muy áspero, vibraciones y una entrega de potencia extremadamente lineal que da la sensación de que el coche corre menos de lo que realmente lo hace.

El DFSK 500 es un coche de tracción delantera, con suspensión McPherson en el eje delantero y barra de torsión en el trasero. Un esquema habitual en estos tipos de coches. Además, equipa cuatro frenos de disco, siendo los delanteros además ventilados.

Es un coche extremadamente blando, lo que supone una ventaja a la hora de circular por autopista con un confort más que notable o de moverse por pavimentos rotos con un filtrado excelente. Pero también tiene la desventaja de que el coche balancea muchísimo a la hora de tomar las curvas, mostrándose un poco torpe en carreteras reviradas.

Eso no afecta demasiado a la estabilidad, donde sí destaca con nota. Sin embargo, la dirección tampoco ha sido demasiado de mi agrado. Hablamos de una dirección eléctrica, la cual carece de información respecto a lo que pasa bajo las ruedas delanteras, y que tiene un radio de giro muy amplio, es decir que gira poco. Tampoco es demasiado precisa, por ejemplo, tiene una zona central muerta que no hace nada, y obliga a realizar algunas correcciones especialmente al encarar el viraje.

Como diría mi compañero Farré: en resumidas cuentas. Este DFSK 500 es un coche sencillo, con un equipamiento justo, carente de elementos como el climatizador, por ejemplo, con sólo 4 airbags, un motor que ni fu ni fa… pero que gracias al sistema GLP puede contar con la pegatina ECO de la DGT y sus ventajas.

Podríamos decir que este es el SUV utilitario automático más barato del segmento. Y si lo que quieres es un coche sin demasiadas pretensiones, simplemente que te lleve de un punto a otro, y no te quieres dejar demasiado dinero, pues sí, el DFSK 500 es una buena opción.

¿Qué opináis vosotros?