Ebro s800: Con siete plazas y motor de gasolina desde 36.990 €

Ebro ha presentado su segundo modelo para el mercado español, el Ebro s800, un SUV de 7 plazas que se sitúa como el hermano mayor del s700. Tal como os podéis imaginar, el s800 es más grande que el s700, pero, además, es más lujoso, tiene 7 plazas y es más caro ya que arranca en 36.990 euros antes de aplicar descuentos. Lo que sí comparte con su hermano menor es el motor de gasolina de 1,6 litros turboalimentado con 147 CV y la caja de cambios Getrag de 7 velocidades a la espera de la próxima llegada de un motor híbrido enchufable.

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El s800 es un SUV grande, un coche del segmento D. Mide 4,75 metros de largo por 1,86 de ancho y 1,70 de alto, tiene una batalla de 2,71 metros y pesa 1.748 kilos. Sobre el papel, la principal diferencia entre este coche y el s700 es el tamaño y la presencia de una tercera fila de asientos, pero hay otras cosas que les diferencian como, por ejemplo, numerosos detalles en el diseño exterior.

El frontal es similar. La gran parrilla octogonal es parecida, enmarcada por un perfil cromado y con el nombre de la marca y la matrícula en su interior, los faros son parecidos, pero en el s800 tocan con la parrilla y el diseño de los parachoques es completamente diferente.

La silueta también es diferente. Además de ser más largo, el s800 tiene un diseño del pilar trasero más convencional. Mantiene los protectores de los pasos de rueda en negro, pero las manecillas están enrasadas en la carrocería, no así en el s700. Las llantas, con este diseño de radios que vuelve a estar tan de moda, son de 19 pulgadas.

Y detrás se mantienen los pilotos coast to coast (perdón, de punta a punta), pero el diseño es un poco más elegante y destacan, sobre todo, las cuatro salidas de escape que podrían hacer presagiar una potencia mayor que la que realmente tiene. ¿Colores? Cuatro: Blanco, negro, un gris que parece verde y que es el de nuestro coche de pruebas y un verde oscuro.

Mientras que el s700 lleva una de las tan habituales pantallas dobles, el s800 se desmarca con una instrumentación de 10,25 pulgadas, lo habitual, pero con un pantallón de 15,6 pulgadas en el centro. Además, en el s800 ha desaparecido la palanca del cambio automático que pasa a estar en la columna de dirección y aparece un cargador de móviles de hasta 50 watios y con refrigeración. Y sí, el climatizador, salvo las funciones llamadas de emergencia (desempañado y conexión del aire acondicionado) que están en la consola, ha pasado a la pantalla central. En la consola tenemos el dial para elegir los modos de conducción y, como la del s700, es una consola elevada que genera un hueco debajo que no nos convence por la altura de los bordes, que puede hacer que caigan objetos en la zona de los pies y por su mal acceso.

El interfaz de la pantalla permite gestionar el equipo de sonido, la citada climatización, los sistemas de asistencia a la conducción, la conectividad para teléfonos Apple y Android, de manera inalámbrica y las cuatro cámaras de visión periférica en alta definición con visión cenital y vista 3D del coche. Repartidas por el habitáculo encontramos cuatro tomas USB. El navegador no está disponible y hay que usar cualquier aplicación del móvil.

El acabado, con tapicería símil cuero en los dos niveles de equipamiento, es realmente bueno, con materiales de calidad y un ajuste impecable. No estamos ante un coche premium, pero, comparado con otros modelos de procedencia china, este s800 está al nivel de las principales marcas japonesas y coreanas en este apartado. Los asientos son elegantes y recogen muy bien el cuerpo. No tienen formato baquet como los del s700, pero resultan cómodos y tienen regulación eléctrica y calefacción. Los del acabado Luxury tienen, además, ventilación, memoria y masaje y el del acompañante incluso reposapiés.

En la segunda fila los asientos son amplios y con mucha distancia entre filas. La cota al techo también es correcta. En el equipamiento destacan el reposabrazos central, salidas de aire y calefacción de asientos en la versión Luxury. Esta segunda fila es deslizante (14 cm) para dar espacio a la tercera fila cuando se ocupe y tiene el respaldo reclinable.

Y la gran novedad es una tercera fila que, a primera vista, parece claramente para niños. El acceso se realiza por la parte estrecha de la banqueta (la del lado del acompañante) ya que la banqueta central se adelanta y se pliega (la parte más ancha no). El acceso no es fácil, pero una vez dentro el espacio es correcto excepto en altura. Una persona de 1,70 metros toca en el techo y debe agachar la cabeza. Adelantando un poco la banqueta central hay espacio para las piernas e incluso para deslizar los pies debajo, de modo que, tal como decíamos, solo la cota de altura impide un uso habitual de estas plazas que son para niños que viajen en elevador o para adultos “bajitos”.

Portón eléctrico (solo en el Luxury) y 177 litros de maletero con las tres filas de asientos en su sitio. Si plegamos la tercera contra el piso del maletero, lo que nos quedan son 889 litros, pero con trampa, ya que Ebro los calcula hasta el techo. Hasta los cristales debe estar entre 500 y 600 litros. Lo mismo sucede si abatimos los asientos de la segunda fila. Entonces, el Ebro s800 biplaza ofrece una capacidad de carga de 1.930 litros. El coche dispone de un estor cubreequipajes que puede situarse en dos posiciones (para poder reclinar los asientos traseros) y un pequeño hueco bajo el piso en la parte final para el kit de reparación de pinchazos y poco más.

La tapa del motor, que es parcial en el acabado Premium y contribuye a la insonorización, es completa en el Luxury y esconde un propulsor que es el mismo que el del s700, es decir, un cuatro cilindros turbo de 1,6 litros de cilindrada, con 147 CV de potencia y un par motor de 275 Nm. La caja de cambios es una Getrag de doble embrague y siete velocidades y la tracción es a las ruedas delanteras. El principal inconveniente, tal como le sucedía al s700 es la ausencia de hibridación, ni tan siquiera ligera en el motor, lo que le niega la etiqueta Eco de la DGT.

El s800 tiene homologada una velocidad máxima de máxima de 180 km/h. y el consumo es de 7,8 litros a los 100 con unas emisiones de CO2 de 177 gramos por kilómetro, lo que le sitúa en la franja del 9,75% del impuesto de matriculación. En autopista, en esta primera toma de contacto, el coche gastó, a 120 de marcador, 7,5 litros a los 100, pero en un recorrido más largo en carretera se fue a 9,3 litros.

El s800 tiene tres modos de conducción, el eco en el que se busca gastar lo menos posible, el normal y el Sport, que cambia la respuesta de motor y cambio para conseguir cambios a más revoluciones y retenciones más fuertes y que incrementa un poco la dureza de la dirección en el modo sport. En este modo, el motor es algo más reactivo y el cambio inserta las marchas a un mayor número de revoluciones, pero sin que pueda considerarse un auténtico modo deportivo, entre otras cosas porqué el cambio, al levantar el pie, mete en ocasiones una marcha más y retiene poco.

Además, al no existir un modo manual del cambio, debemos tener siempre en cuenta que, en ocasiones, no entraremos en la curva en la marcha esperada y la reducción necesaria no se hará hasta la salida, al acelerar con cierto empeño. El motor tiene un rendimiento correcto. No acelera mal y tiene un buen rendimiento a partir de medio régimen, pero le faltan bajos. Y eso se nota más que en el s700 porqué este coche pesa más que su hermano.

La suspensión delantera es McPherson y la trasera de tipo multibrazo, buena noticia esta última. Es blanda, como suele ser habitual en los modelos chinos, que buscan el confort de marcha, pero es equilibrada, con una compresión suave y una extensión que, aunque muestra un notable recorrido, es también progresiva. Esto le da un comportamiento equilibrado. Es cierto que en curva inclina bastante la carrocería, pese a que, según la marca, la suspensión es más firme que la del s700. A nosotros nos dio la sensación contraria, pero eso es debido al mayor peso e inercias de este modelo. Los frenos son de disco en las cuatro ruedas, los delanteros ventilados y el equipo de ruedas incluye neumáticos en dimensiones 235/50 en llanta 19, con un agarre más que correcto.

Muy cómodo en autopista, con un nivel sonoro más cuidado que el del s700, es un coche pensado, sobre todo, para vías rápidas, aunque no va nada mal en carretera. Es cierto que, si aceleramos fuerte a la salida de las curvas, subvira claramente y llega a perder algo de tracción, pero el control de tracción entra en acción rápidamente y corrige la situación. Esto le hace ser un coche fácil de conducir que agradece, no obstante, una conducción tranquila.

En carreteras muy reviradas se nota más la inclinación de la carrocería, pero en carreteras rápidas, el coche se muestra muy aplomado y la caja parece mejor “educada” en modo sport, un modo que aconsejo usar siempre excepto en autopista y en ciudad, donde no hace ninguna falta.

Vamos ahora con los precios y los equipamientos. Se vende en dos acabados, Premium (36.990 euros) y Luxury (38.990 euros). Los 2.000 de diferencia incluyen techo de cristal panorámico, portón trasero eléctrico, asientos con memoria, ventilación y masaje, retrovisores exteriores con memoria, volante calefactado, head-up display, asientos de la segunda fila con calefacción, climatizador con sistema de calidad de aire, salida de aireación en la tercera fila, airbags laterales traseros y un equipo Sony de mejor calidad (el del Premium es de la misma marca). Salvo el blanco, los otros tres colores tienen un suplemento de 300 euros. Las ayudas a la conducción (hasta 24) son todas de serie en ambos acabados y la garantía que les cubre es de 7 años o 150.000 km.

Con 50 puntos de venta ya operativos en toda España que serán 70 a finales de este mismo año, no hay duda de que el despliegue de Ebro es un despliegue ambicioso. Si el s700 nos pareció un buen coche, este s800 nos ha ratificado en esa misma idea. Se trata de un buen SUV familiar de 5+2 plazas, muy bien equipado y de calidad percibida elevada que tiene, eso sí, un motor que agradecería algún tipo de electrificación para rebajar el consumo y lograr la etiqueta Eco.

Ebro es una marca española, propiedad de EV Motors, empresa española que ha llegado a un acuerdo para montar bajo esta marca modelos del Grupo Chery como este s800 en la antigua planta de Nissan de Barcelona. ¿Qué este coche es chino? Efectivamente, es casi al 100% un Chery Tiggo 8 Pro, pero con el tiempo, éste y los que se ensamblen en la planta de la Zona Franca, tendrán cada vez más piezas de producción nacional y permitirán la recuperación completa de la factoría y de sus puestos de trabajo.