Pilotaje aplicado al mundo real
Aparte de probar toda clase de automóviles, una de las grandes ventajas de trabajar en esto del motor es que tenemos la fortuna de participar en diferentes experiencias de conducción. Sólo en el último año, en coches.net hemos asistido al curso sobre nieve organizado por Subaru (Puerto de Navacerrada), Audi Winter Driving Experience (Baqueira Beret), los cursos de conducción deportiva BMW Driving Experience (Circuito del Jarama) y Audi Sportscar Driving Experience (Circuit de Barcelona-Catalunya), el curso sobre tierra Volkswagen Rally Experience (Circuit de Lleida) y el más polifacético Volkswagen Race Tour (Circuit Parcmotor Castellolí), realizado sobre diferentes pistas y superficies.
Suena divertido, y lo es; pero al mismo tiempo resulta lógico que quienes pasamos tanto tiempo al volante nos aseguremos de perfeccionar nuestra técnica. Dicho esto, en realidad los cursos a los que asistimos no suelen estar dirigidos a la prensa especializada del motor, sino al público en general: diferentes marcas y escuelas organizan cursos de conducción deportiva y de conducción segura que tratan de llegar a todos los usuarios, ofreciendo gran calidad formativa y experiencias muy recomendables a cambio de unos precios no tal altos como podríais imaginar.
Escuela R: Velocidad y seguridad
De la oferta de cursos celebrados en nuestro país, uno de las opciones más atractivas es la Escuela R de Volkswagen, evento itinerante de conducción deportiva que desde el año pasado recorre algunos de los principales circuitos españoles con el objetivo de desarrollar nuestras habilidades como conductores, tanto por nuestra seguridad como por pura diversión.
La Escuela R se alberga bajo el paraguas de la Volkswagen Driving Experience, que
como su nombre indica es un conjunto de experiencias de conducción muy diversas, incluyendo las mencionadas Race Tour y Rally Experience además de la Escuela 4Motion centrada en la conducción off-road. Pero esta vez se trataba aprender a conducir coches deportivos en la Escuela R. Y qué mejor entorno que el Circuit de Barcelona-Catalunya, al que algunos periodistas acudimos el pasado domingo para mezclarnos con el resto de alumnos, bastante jóvenes en su mayoría.
Antes que nada, estos eran los precios exigidos para los participantes: 150 euros para clientes de Volkswagen y 200 euros para no clientes. No sé si os parecerán demasiados para un solo día de prácticas, pero la cosa cambia si pensamos que a cambio podremos rodar en un trazado mundialista de Fórmula 1 y Moto GP pilotando compactos deportivos como los Golf R Variant y Scirocco R. Y todo ello con el soporte de un gran equipo de pilotos instructores de la categoría de Luis Villamil y Marta Súria, abanderados por el embajador de Volkswagen Motorsport Luis Moya. En efecto, el mismo Luis Moya al que todos admiramos por su larga trayectoria en el Mundial de Rallies como copiloto de Carlos Sainz.
Teoría y práctica
Precisamente Luis Moya fue el encargado de dar la bienvenida a todos los alumnos, con quienes compartió experiencias y anécdotas para romper el hielo de la fría mañana barcelonesa. Como él mismo nos explicó, el objetivo del curso no era convertirnos en un día en pilotos de competición, sino en conductores más seguros, capaces de salvar situaciones de peligro. Seguidamente, el director de la Escuela R Álvaro Espinosa y su equipo de instructores nos explicaron los conceptos básicos de la conducción deportiva: mirada lejana, anticipación, manejo del volante, y control de la frenada y las inercias del vehículo.
Una vez asimiladas estas nociones, llegó el momento de ponerlas en práctica a través de una serie de ejercicios específicos. El primero de ellos tuvo lugar en una pista delimitada por conos y con un trazado muy estrecho, con unas zonas sobre seco y otras con suelo mojado. La prueba consistía en dar tres vueltas a la pista con un Volkswagen Polo diésel automático. Las claves para superar este ejercicio son buscar el camino a seguir sin fijarnos en los conos (ya que tendemos a dirigirnos donde nos lleva la mirada), cambiar de dirección con rapidez y dosificar los frenos para no deslizar e irnos rectos. Lo que no significa que algunos, como quien escribe, se llevasen por delante un par de conos.
El segundo ejercicio ofrecía una emoción doble. Por una parte, tenía como escenario la recta de meta del circuito de Montmeló; y por otra, teníamos que hacer algo que no aprendimos en la autoescuela: frenar al máximo, sin contemplaciones. Esto, que parece contrario a nuestra intuición (ya sabemos que, en teoría, pisar el freno a fondo provocará el bloqueo de las ruedas con el consiguiente derrape), es algo que gracias a la tecnología actual no sólo podemos hacer en caso de colisión inminente, sino que en realidad debemos hacerlo, ya que los sistemas de control de estabilidad y antibloqueo de frenos de los vehículos actuales se encargan de asegurar el control del vehículo, al menos hasta donde sea físicamente posible.
Así, el ejercicio consistía en acelerar a fondo desde parado con un Volkswagen Polo GTI (motor 1.8 TSI de 192 CV) durante unos 200 metros hasta llegar a la altura de unos conos que marcaban el inicio de la frenada. Más adelante, a menos de 50 metros, estaba dispuesta una fila horizontal de conos que no debíamos derribar. Sorprendentemente, la distancia de frenado fue muy inferior, demostrando que en caso de emergencia el conductor medio no saca partido del potencial de su coche. Por supuesto, no es algo que debamos practicar en carretera abierta: para esto están los cursos de conducción.
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Seguidamente, nos dirigimos hacia la horquilla a izquierdas al final de la contrarrecta. Justo a la salida de aquella curva estaba dispuesta una fila de conos perpendicular a la pista. Aquel era el punto en el que debíamos detener nuestro Golf R Variant después de realizar una frenada regresiva; es decir, rebajando gradualmente la presión sobre el pedal de freno para controlar la inercia del vehículo al inicio del giro. Lo cierto es que a casi todos nos costó algo más de lo previsto; primero porque veníamos de practicar una frenada muy fuerte en el ejercicio anterior, y segundo porque en su día aprendimos que hay que frenar antes de la curva y no dentro de ella. Pero con los coches de hoy en día esta técnica funciona, y nos puede salvar de salirnos de la calzada.
Cuarta prueba: superar la chicane del circuito de F1 previa a la entrada de meta, delimitada para este ejercicio con tres “puertas” de conos. Una vez más, el objetivo es dibujar en nuestra mente la trazada ideal, asegurándonos de frenar mucho antes de iniciar el giro a la izquierda, sacrificando la salida de la primera curva para entrar muy rectos a la segunda, de la que gracias a ellos saldremos bien orientados asegurando la máxima tracción. No es tan difícil como suena, aunque sí exige un par de intentos hasta que aprendemos a alejar nuestra mirada hacia la salida de la curva.
Golf R Variant y Scirocco R, platos (muy) fuertes
Y por último, después de una pausa para refrescarnos, el momento que todos estábamos esperando. Finalmente saldríamos a hacer un par de tandas por el circuito de F1 a toda velocidad, pero siempre obedeciendo las indicaciones del instructor sentado en el asiento del copiloto. En mi caso no podía pedir más: fue el mismísimo Luis Villamil, gran campeón de las carreras de turismos, quien se encargaría de corregir mis "vicios" y enseñarme a depurar los movimientos de manos y pies para realizar una conducción más efectiva. Esto de pilotar parece muy fácil cuando lo vemos por televisión, pero cuando deis un par de vueltas en circuito aumentará vuestro respeto por los pilotos profesionales. Desde luego, yo les admiro más cada día.
Los coches que teníamos a nuestra disposición eran los mismos que ya había conducido con motivo del reciente Race Tour en Castellolí (el habitual circuito de pruebas de coches.net); es decir, el Scirocco R- y el Golf R Variant. Para no extender este artículo con mis impresiones sobre estos dos compactos deportivos, prefiero remitiros a nuestra crónica del Volkswagen Race Tour 2015.
Pero vaya por delante, para quienes no lo sepáis, que entre ambos modelos hay tres grandes diferencias aparte del tipo de carrocería: la primera, el esquema motriz, que es de tracción delantera en el Scirocco e integral en el Golf; la segunda es la plataforma, que en el caso del “cupé compacto” proviene del Golf de quinta generación, a diferencia de la más ligera MQB del compacto familiar; y la tercera, que el motor 2.0 TSI del aun compartiendo cilindrada. Como pudieron comprobar quienes nunca antes habían conducido coches con este nivel de potencia ni tampoco en un circuito “grande” como el de Montmeló, al rodar deprisa la pista se hace más pequeña de lo que parece.
Llegado el final del curso, los instructores hicieron entrega a sus alumnos de un diploma acreditativo, aprovechando la ceremonia para repasar la actuación de cada uno de ellos. En un ambiente distendido y de camaradería, cada grupo se hizo la correspondiente “foto de familia” que pondría broche a una jornada para recordar. Desde luego, eso es lo que reflejaban los rostros de los participantes en la Escuela R, que lucían una sonrisa de oreja a oreja mientras comentaban entre ellos y con la organización los momentos más emocionantes del curso.
Sé que en coches.net somos bastante reiterativos con este tema, pero no vamos a dejar de recomendaros que asistáis a cursos de conducción siempre que os sea posible. De acuerdo, suponen un desembolso económico, pero creemos firmemente que os compensará por lo bien que lo pasaréis pero, sobre todo, porque os ayudarán a convertiros en mejores conductores. Y la seguridad en carretera no tiene precio.
A propósito. Si os apetece aprender a conducir sobre nieve, tal vez todavía estéis a tiempo de reservar plaza en la última cita de la Escuela 4Motion, que tendrá lugar los días 5 y 6 de diciembre en el Circuit Grandvalira de hielo en Pas de la Casa (Andorra). El precio es de 110 euros para clientes de Volkswagen y 160 euros para no clientes.
a ver, esto es como todo, la pifias una vez, y eres pifiero de por vida, pero todos los días veo coches de la marca volkswagen nuevecitos y con sus conductores bien contentos, por algo será, a mas de uno ya se sentaría agusto en cualquier modelo del grupo VAG, bien sea un seat o un skoda, si mencionar ya un golf r o un audi s8.