Comparamos dos de los eléctricos más “premium” del mercado, enmarcados en el segmento de los coches utilitarios, de pequeño tamaño: el nuevo Honda e y el Mini Cooper SE Eléctric. Analizamos su habitabilidad, equipamiento, prestaciones y autonomía.
Nos guste o no, nos vamos a tener que ir acostumbrando a que cada día haya más oferta de coches eléctricos puros, sobre todo en el grupo de los eléctricos para un uso urbano. Una de las novedades del año ha sido el Honda e -link de acceso a la videoprueba del Honda e - un eléctrico que forma parte del grupo de los eléctricos “Premium”, de los mejor acabados y equipados. Lo vamos a enfrentar a su competidor natural, el Mini Cooper SE Eléctric. El primero, con un diseño más vanguardista. El segundo, más convencional pero a la vez muy deportivo.
El Honda e lo vimos en forma de concept hace unos años -enlace a la presentación del Honda e concept - , y Honda lo ha trasladado a la serie sin grandes variaciones. Y eso es lo que le hace tan espectacular a la vista, parece un concept de salón: tiene cámaras en lugar de retrovisores, tiradores de las puertas enrasados, manilla de la puerta trasera camuflada, una parrilla con faros redondos y con los intermitentes integrados que se replica tal cual en la zaga; el techo en color negro en contraste con el llamativo Amarillo Energético metalizado del resto de la carrocería. Todo en conjunto da un aire muy vanguardista y a la vez retro. Hay a quien este Honda e le recuerda al Volkswagen Golf de primera generación, aunque más bien parece un Honda Civic de finales de los setenta. En cualquier caso, el nuevo Honda e no deja indiferente a nadie.
El Mini Cooper SE Eléctric es un caso diferente. La marca inglesa ha utilizado la base del Mini de 3 puertas para hacer esta versión eléctrica 100%. Por lo tanto, no sorprende como el Honda, ya que tiene una imagen conocida, pero sí cuenta con muchos detalles exteriores exclusivos, pintados en amarillo: los podéis ver en la parrilla, que es de tipo cerrado y cuenta con una banda horizontal y el logo Mini Eléctric en relieve, ambos en amarillo; El logo también podéis verlo en las aletas delanteras y el portón trasero. Los retrovisores también son de color amarillo, como la banda de las llantas de aleación, unas llantas bastante especiales.
El Mini también se diferencia del Honda en un aspecto clave: es un 3 puertas (casi una rareza hoy en día), no un 5 puertas, como el Honda. Esto le da un aire más deportivo, potenciado por sus cortos voladizos y anchos pasos de rueda.
Bajo el capó del Mini hay un motor eléctrico de 135 kW (o 184 CV) que entrega 270 Nm de par desde cero revoluciones. Se combina con una batería de iones de litio de 32,6 kW/ de capacidad, que le da una autonomía teórica de 235 kilómetros.
En cambio, en el Honda e encontramos un motor eléctrico de 113 kW (154 CV) 30 CV menos que el del Mini, y una batería de 35.5 KW/h, de mayor capacidad, que le da una autonomía teórica de 222 kilómetros.
Por cierto, en el Honda el motor está sobre el eje trasero, y da tracción a las ruedas traseras. El Mini tiene el motor en el frontal, y es un tracción delantera.
Como veis, ambos tiene potencias y configuración diferentes pero una autonomía parecida y unas prestaciones que, sobre el papel, favorecen al Mini.
Medidas muy compactas
El Honda e hace 3,89 m. de largo, 1,75 de ancho y 1,51 de alto. La distancia entre ejes es de 2,53 metros.
El Mini Cooper SE es un poco más pequeño: 3,84 de largo, 1,72 de ancho y 1,43 de alto. La batalla es de 2,49 metros. También sobre el papel, el Mini debería ser menos espacioso en su interior.
Interiores muy diferentes
El interior del Honda e ofrece una mayor sensación de espacio. La idea del diseño del habitáculo, según Honda, es que parezca que el coche es una extensión del hogar. De ahí que los asientos parezcan un sofá, por las formas y la tapicería. En el salpicadero hay hasta cinco pantallas. La del cuadro de instrumentos, dos centrales y las dos de los retrovisores, bien situadas.
Las dos centrales ofrecen la información de sistema de infoentretenimiento. Una de ellas se destina al pasajero, y replica menús, que pueden ser intercambiados entre pasajero y conductor. También hay una pantalla digital en el retrovisor interior.
En las plazas delanteras no hay reposabrazos central. Encontramos en la consola central una correa poco práctica para dejar latas de bebida, y algunos huecos, algo pequeños, cuadrados. Los ajustes de dirección y banqueta del conductor son manuales.
La pantalla central puede manejarse a través de teclas de acceso directo a los menús o bien de forma táctil. Da acceso a lo habitual: teléfono, navegador y equipo de música, además de permitir conexión Android Auto y Apple Carplay. Hay un menú específico para programar los tiempos o ajustar el límite de carga de la batería, y otro para activar las órdenes de voz, que se pueden dar de forma muy natural.
También se visualizan las cámaras 360 grados, que podemos ver de froma directa dándole a un pulsador en la palanca del limpiaparabrisas.
Como detalles de equipamiento, se incluyen asientos calefactables Y varias tomas para conectar dispositivos: una de 230v, una auxiliar de 12Voltios , dos tomas USB y una HDMI, y un práctico bolsillo para colocar el teléfono.
El interior del Mini no produce ninguna sorpresa. Pese a su condición de eléctrico, los cambios respecto a los otros modelos son mínimos. El cambio más significativo lo encontraremos en el cuadro de instrumentos digital de 5,5” donde indica los flujos de energía -cuánto estamos recuperando en retención o cuánto estamos utilizando al acelerar- y la carga de batería de que disponemos. En el mismo espacio nos muestra las cifras de consumos, velocidad, señales de tráfico y el resto de indicaciones habituales.
La pantalla multimedia incluye un menú exclusivo relacionado con el consumo de batería y los cuatro modos de conducción: Sport, MID, Green y Green+. En el modo Green+, se limita la potencia y se desactivan algunas funciones para aumentar la autonomía de la batería. La palanca de cambios es específica de este modelo y en la consola central se incluye el botón de freno de estacionamiento eléctrico.
Respecto al Honda, ofrece menos sensación de amplitud, menos visibilidad pero, por el contrario, mantiene el aire deportivo de la marca. A nivel de espacios portaobjetos están bastante equilibrados, aunque el mini, a diferencia del Honda, dispone de apoyabrazos central.
Plazas traseras
En el Honda, Para acceder a las plazas traseras hay que darle a la manilla, que está oculta. El ángulo de apertura es excelente, y la amplitud interior más que correcta para tratarse de un coche tan compacto. Se echa en falta un apoyabrazos, aunque no faltaa dos puertos USB, un buen hueco en el interior de la puerta o este práctico pulsador para dar luz al interior.
En el Mini,la batería se ubica bajo el piso del habitáculo en forma de ‘T’, ocupando el espacio entre los asientos delanteros y bajo la banqueta posterior consiguiendo de ese modo no perjudicar la habitabilidad. La entrada a las plazas traseras no es cómoda, no nos engañemos, sin embargo, una vez sentados son amplias y cómodas para dos personas. No dispone de apoyabrazos central ni de entradas de USB, pero sí de dos altavoces en cada lateral y tres huecos portaobjetos.
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Maleteros: el punto débil
El punto más criticable en el Honda e es precisamente su maletero. Solo tiene 171 litros. y 861 de máxima, no cabe casi nada. Además debemos cargar con los cables, y su almacenaje está mal resuelto. Todo esta estrechez es debida a que el motor está detrás, y ocupa mucho espacio. Al ampliar el maletero, cae toda la banqueta. No podemos configurarlo para poder aprovechar una plaza más detrás.
En el Mini la capacidad es de 211 litros, superior a la del Honda. Con la fila trasera abatida la capacidad aumenta hasta los 721 litros, pero queda mucho desnivel entre el piso y los respaldos abatidos. Nada que no se pueda solucionar gracias a que se puede colocar el piso a dos alturas, igualando el plano y mejorando el espacio.
Honda e, divertido en montaña
El Honda e tiene un motor que se nota muy potente, que entrega esa potencia de forma contundente y totalmente lineal, como se espera de un coche eléctrico. Es un coche sencillo de conducir, al no tener cambio de marchas, sino tan solo una relación. Además, es un coche con el motor detrás, que tracciona desde el eje trasero. Esto hace la conducción muy divertida. A la dirección no se le acumula el trabajo, al no tener que traccionar, y esto hace que el coche sea muy fácil de guiar. Las reacciones del chasis lo hacen básicamente sobrevirador, pero en un grado mínimo. Todo ello hace que el coche tenga un tacto ligeramente deportivo cuando se conduce en carretera de montaña. Las suspensiones balancean poco, y frena muy bien, curiosamente de forma progresiva,algo difícil de ver en un coche eléctrico, ya que generalmente los sistemas regenerativos afectan al funcionamiento de este sistema.
Este Honda e tiene un modo de conducción “Sport”, que hace que las reacciones del motor sean más vivas. Eso sí, agota la batería con mayor celeridad.
Mientras vamos circulando podemos incrementar o disminuir a retención del motor y la acción del sistema de recuperación de energía a través de unas levas. Y dándole a un pulsador en la consola central, se puede incluso circular en modo pedal único, es decir, sólo usando el acelerador, sin utilizar apenas el freno. Esto es posible porque en modo pedal único la retención motor es tan elevada que el coche frena de forma considerable al dejar de acelerar. Es un sistema muy útil para circular por ciudad, porque se recupera mucha energía y se mantiene la carga de la batería.
Mini: Eléctrico, pero también deportivo
Si el diseño de este Mini eléctrico es prácticamente idéntico al del Mini con motores térmicos, lo mismo podemos decir de su comportamiento dinámico. Gracias a una potencia de 184 cv y un par máximo de 270 Nm, es un coche con una respuesta inmediata tremenda, que le permite acelerar de 0 a 100 km/h en 7,3” y alcanzar una velocidad de 150 km/h. La ausencia de cambio de marchas y la inmediatez de la respuesta al acelerador, transmite una gran sensación de rapidez y agilidad.
Dinámicamente, el nuevo Mini Cooper SE cambia poco respecto a sus hermanos. Es un coche ágil, rápido de movimientos y estable. Se ha buscado una combinación entre confort y efectividad en la suspensión y se ha conseguido. Sigue ofreciendo ese tacto de “kart” en los virajes lentos que tanto gusta y una buena estabilidad en los rápidos. Tan sólo sí realizamos una conducción muy deportiva en zonas reviradas, se nota algo más de balanceo y una cierta ligereza de dirección en los cambios de apoyo. Pero es un coche rápido, ágil y, como todos los Mini, divertido.
Además de los modos de conducción Sport, MID, Green y Green+, el grado de recuperación de la energía en desaceleración y frenado, puede determinarse mediante el sistema de control del motor. El nuevo MINI Cooper SE es el primer modelo de la marca en el que se puede variar el grado de eficiencia de la recuperación. Con un mando situado a la izquierda del de puesta en marcha, se puede seleccionar el modo “conducción con único pedal” –enfocado para circular por ciudad, ya que el vehículo decelera de una forma muy perceptible en cuanto el conductor levanta el pie del acelerador hasta detenerse totalmente- y otro modo con una retención mucho más liviana, para cuando circulamos por carretera y vías rápidas. El modo “único pedal” es demasiado “brusco” y, el otro, muy ligero en determinadas circunstancias. En mi opinión, añadir un modo más con una retención intermedia sería ideal.
Buenas prestaciones en los dos
El Mini se confirma como más prestacional, en parte por su filosofía más deportiva y por su mayor potencia: hace el 0 a 100 en 7,3 segundos y cuenta con una velocidad máxima autolimitada a 150 km/h.
El Honda tarda un poco más en acelerar de 0 a 100: 8,3 segundos. Y no llega a los 150 km/h de velocidad máxima, se queda en 145 km/h. En cualquier caso, van sobrados para la velocidad máxima permitida.
Después de todo un día arriba y abajo con los coches, llegó el momento de recargarlos. Aquí también vemos algunas diferencias. El Mini carga más rápido la batería que el Honda cuando se trata de hacerlo en un enchufe de 2.3 kW, como los que tenemos en casa. El Mini tarda 12 horas frente a las casi 19 horas que emplea el Honda.
En un enchufe de mayor capacidad, también corriente alterna, de unos 7 kW, como los de un punto de carga doméstico, la cosa se equilibra. Los dos necesitan unas unas 4 horas.
Y en un punto de carga de corriente continua, como los que hay repartidos por España, de 50 KW, el Honda emplea 31 minutos para cargar su batería al 80%, frente a los 35 minutos del Mini.
Conclusión: Tiempos de carga muy parecidos, excepto cuando se trata de hacerlo en un enchufe de poca potencia: aquí el Mini gana la partida.
Autonomía justa
Con la batería a tope, con estos dos eléctricos puedes hacer entre 220 y 230 kilómetros teóricos, que estarán por debajo de 200 en realidad. Esto los limita como coches de un solo uso, sólo para un entorno básicamente urbano o del extrarradio de una gran ciudad.
Otros utilitarios eléctricos los superan en autonomía teórica: Un Renault Zoe -enlace a la videoprueba del Renault Zoe - ofrece 385 kilómetros, en teoría; un BMW i3 entre 285 y 310; un Peugeot e-208 - enlace a la videoprueba del Peugeot e 208 -340 kilómetros; y con menos potencia y menor tamaño, un Seat Mii eléctrico o un Skoda Citigo iV - enlace a la videocomparativa entre Seat Mii Eléctrico y Skoda Citigo iV . llegan a los 260 kilómetros teóricos y más de 300 kilómetros en ciudad.
Otro hándicap, como suele ocurrir con la mayoría de coches eléctricos, es el precio, algo elevado y no al alcance de una amplia mayoría de público.
El Honda e se acaba de poner a la venta en nuestro país con una tarifa que empieza en 33.590 euros para la versión básica, y acaba en esta que os presentamos, Advance, que cuesta 36.590 euros.
El Mini Eléctric está a la venta a un precio casi calcado al del Honda en su versión básica: desde 33.950 euros. Pero la unidad que hemos probado,con acabado L, es más cara que el Honda Advance: cuesta 39.000 euros. Por encima hay un acabado todavía superior, XL, que alcanza los 41.000 euros.
Tened en cuenta que esto son precios de tarifa, que pueden reducirse con las ayudas del plan MoVEs o con promociones puntuales del fabricante.
Para la ciudad, no hay nada mejor que un scooter y el coche para viajar y en el garaje. Esta, sería la manera de que hubiera sitio para aparcar, no habría polución y todo andaría mucho mejor. Mientras se sigan haciendo coches para la ciudad, no andaremos bien.
Lo malo es si llueve...un coche eléctrico para ciudad, ideal.