Os voy a presentar uno de esos coches que siempre ha estado ahí pero del que solemos hablar poco: el Honda Jazz. Es un pequeño utilitario del segmento B, que siempre ha tenido poca difusión y unas ventas limitadas, a pesar de su calidad general.
Un coche que cambia por completo, que presenta una nueva generación, y que abandona los motores de gasolina para ser solo híbrido. De hecho, es el primero de los seis modelos electrificados que Honda va a lanzar en Europa en los próximos dos años, entre ellos el Honda e.
Un Honda Jazz muy cambiado, más tecnológico y con una derivación, atención, crossover, el Jazz Crosstar. Por lo tanto, el Jazz viene para dar mucho que hablar, hay mucho que explicar respecto a este coche. Vamos por faena.
El Honda Jazz, aunque se trata de un coche absolutamente nuevo de pies a cabeza, respeta las proporciones de la generación anterior. Mantiene su corto frontal, al mejor estilo de coche urbano y un parabrisas muy inclinado, que prolonga de forma curva la línea de techo hacia la zaga, dándole una imagen de pequeño monovolumen.
Pero los diseñadores japoneses han mejorado algunos aspectos. Han hecho un pilar A la mitad de grueso y han ocultado los limpias, para mejorar la visibilidad; y también la aerodinámica. De ahí que sea 1 centímetro más bajo. Mide 4 metros 4 centímetros de longitud (1,6 centímetros más largo que el anterior), 1,69 de ancho y 1,52 de alto. La distancia entre ejes es de dos metros y 51 centímetros.
A partir de ahora que los Honda híbridos incorporan esta Insignia: E:HEV Hybrid Electric Vehicle. El Jazz es el primero de la saga de híbridos de Honda. Su condición de utilitario urbano lo justifica plenamente.
El Honda Jazz tiene la imagen de coche diseñado para responder a su funcionalidad. Su estética no emociona, pero sí que resulta del agrado de los que buscan un coche con imagen sobria y atemporal, con la simplicidad como premisa.
Sus proporciones y diseño permiten mantener el amplio habitáculo ya característico en este modelo.
En las plazas delanteras se ha optado por un diseño minimalista, moderno, funcional, limpio, que recuerda en algunos aspectos al del Honda e. El salpicadero tiene líneas muy horizontales, sin viseras ni niveles que perjudiquen la visibilidad frontal.
Interior muy cambiado
Cambia la posición de conducción, ya que ahora hay más visibilidad, se reposicionan los pedales y se montan unos nuevos asientos con mayor sujeción y mejor mullido. Destaca en estas plazas delanteras las dos pantallas digitales, una para el cuadro de instrumentos con tecnología TFT y otra a modo de Tablet en el centro del salpicadero, de tipo digital.
Eneste coche no hay cuentarrevoluciones, que los japoneses han considerado innecesario,
Hay buenos detalles, como un pulsador para regular el brillo de la pantalla del cuadro de instrumentos, para que no moleste al conducir de noche.
En este coche los mandos del climatizadot son clásicos, se utilizan diales y pulsadores para activar el aire acondicionado o subir y bajar la temperatura.
El equipamiento es bastante completo: asientos calefactables, dos tomas USB (una de ellas de conexión y la otra de carga) y una toma de 12 voltios. Y un equipo de sonido con 8 altavoces y tweeter.
También es posible beneficiarse de los servicios de la aplicación My Honda, que se ofrecen de forma gratuita durante el primer año. Pero cuidado, algunos menús no estaban operativos, o al menos a mi no me funcionaron, durante esta primera toma de contacto con el coche. La aplicación permite, en teoría, geolocalizar el vehículo por GPS, bloquear o desbloquear las puertas y avisa si se activa la alarma.
Habitabilidad excelente
En las plazas traseras destaca, de entrada, el buen ángulo de apertura de las puertas, algo importante para facilitar el acceso. Una vez dentro, sorprende la buena distancia entre filas y la altura al techo. La anchura es justa, como es lógico en un coche de su segmento.
En estas plazas traseras se echan a faltar tomas USB y salidas de ventilación. Pero siendo un Honda, no puede faltar el Sistema Magic Seats , que permite recoger la banqueta hacia arriba para poder colocar, en un momento puntual, los bultos de mayor altura que no nos caben en el maletero.
El maletero ofrece una capacidad de 304 litros, ampliables a 1.199. Es un buen espacio, tiene formas cuadradas y con los asientos abatidos el coche se convierte casi en una pequeña furgoneta. El plano de carga es bajo, otro buen detalle.
Este maletero ofrece dos ganchos para sujetar la carga y un pequeño hueco extra donde colocar el kit reparapinchazos o cualquier objeto pequeño que queramos llevar guardado.
Híbrido compacto
Bajo el capó del Jazz hay un pequeño motor híbrido, que aprovecha la misma tecnología que se utiliza en el Honda CR-V. Utiliza un motor de gasolina i-VTEC de 1,5 litros, dos motores eléctricos, uno de ellos generador y el otro impulsor, una batería de iones de litio y un cambio de tipo CVT. Todo ello, colocado en el frontal, para aprovechar al máximo el espacio para habitáculo.
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El Honda Jazz hace el 0 a 100 km/h en 9,4 segundos y podría alcanzar una velocidad máxima de 175 kilómetros por hora. El consumo homologado, según norma WLTP, es
de 4,5 litros a los 100. Pero el real siempre es superior. En esta primera toma de contacto nunca vimos esa cifra, siempre estaba por encima de los 5 litros. Pero esto es solo una referencia. Falta una prueba más a fondo.
109 CV son una buena potencia para un coche de este estilo, que no siente pesado, sino más bien ágil y rápido. Los 253 Nm de par se entregan, como en un eléctrico, desde el inicio, y esto facilita la conducción en ciudad, la aceleración desde parado y las recuperaciones. El motor se asocia a un cambio automático CVT, como suele ser habitual en los coches japoneses de filosofía utilitaria. Esto es bueno para un uso principal en ciudad, pero considero que perjudica las prestaciones y las sensaciones de conducción en carretera abierta, debido al típico desajuste entre la subida de revoluciones del motor de gasolina y la aceleración real, ya que el cambio genera un efecto de “resbalamiento”.
Este cambio CVT dispone de un modo B que permite incrementar la retención del propulsor en el momento en el que dejamos de dar al acelerador o frenamos. De esta manera, se recupera más energía cinética para transformarla en electricidad para la batería.
Cómodo en ciudad y carretera
Algunos de los cambios mecánicos que Honda ha introducido en el Jazz afectan a los amortiguadores, que tienen menos fricción interna para mejorar el confort. La suspensión delantera tiene una nueva geometría y en el eje trasero se monta una nueva barra de torsión.
Es un coche cómodo, con suspensiones blandas, que hacen agradable los viajes en carretera y también en ciudad. Sólo a ritmo vivo en carreteras de montaña se notan balanceos e inercias, fruto precisamente de este tarado suave de suspensión. Pero para el uso general del coche, que invita a conducir tranquilo, son adecuadas, ya que favorecen un confort de marcha bastante elevado.
El Honda Jazz monta discos ventilados delante y macizos detrás. Frena bien, pero tiene el tacto típico de un híbrido: poca mordiente inicial y algo de brusquedad después. Es cuestión de acostumbrarse.
En cuanto a sistemas de seguridad, monta el paquete Honda Sensing, que ahora funciona con una nueva cámara de gran angular que mejora la precisión del aviso de colisión frontal, que ahora detecta peatones de noche, ciclistas y activa los frenos de forma automática; el sistema de mantenimiento de carril, el control de crucero adaptativo, el de ayuda a la permanencia en carretera, el aviso de ángulo muerto, el reconocimiento de señales de tráfico, el limitador de velocidad o las luces de carretera automáticas.
Este Honda se empieza a vender en acabados Comfort, Elegance y Executive.
Honda Jazz Crosstar, la versión crossover
Y si queréis un Jazz crossover, el Jazz Crosstar ofrece una imagen más todocamino, la de un mini-SUV.
El Honda Jazz y el Honda Jazz Crosstar son el mismo coche, pero el Crosstar tiene una carrocería un centímetro y medio más alta respecto al suelo. Pero hay otras diferencias: la parrilla es más corta y ancha, y viene acabada en negro mate; cambian el color del paragolpes, también en negro, como los pasos de rueda y los “estribos” de la parte inferior de las puertas. Equipa raíles de techo y unas llantas específicas de 16 pulgadas. En la zaga, el logo Crosstar lo identifica como la versión crossover del Honda Jazz.
También tiene una tapicería interior con un tramado diferente, ya que a diferencia de la que se monta en el Honda Jazz normal, éste es impermeable.
En cuanto a comportamiento, se nota más firme en carretera debido a que sus suspensiones son un poco más rígidas para compensar ese centímetro y medio más de altura de la carrocería.
En un camino se siente ligero, manejable, y no especialmente incómodo. Un poco las sensaciones que uno tiene cuando se mueve en un salvaje entorno urbano, pero trasladadas al monte. Este Crosstar es un crossover, un turismo con tracción delantera con protecciones simuladas y poco más. Sirve para ir por caminos anchos, a ser posible sin muchos baches ni fuertes pendientes.
Pero esta vez, de forma excepcional, lo quise poner al límite cuando se trata de franquear obstáculo. Y comprobé, como esperaba, que este límite llega muy rápido. Esto, por ejemplo, es lo que pasa en las crestas, es fácil que rocen los estribos, y eso a pesar de que es un coche corto. Pero es que tampoco tiene una gran altura libre que digamos. Ni recorrido de suspensión. Las ruedas pierden muy rápidamente contacto con el terreno. Es normal, las suspensiones son prácticamente las de un turismo. Eso sí, gira muy bien y tampoco trepa mal, el motor empuja desde muy abajo, y tampoco se cala, es automático. Pero insisto: mejor fardar de su estética SUV en ciudad o carretera, y dejar las excursiones en campo para otros modelos más adecuados.
Dicho esto, sólo queda un apunte sobre los precios. Este Honda Jazz Crosstar se vende por 27.900 euros, Precio de Venta al Público, no están incluidas posibles promociones ni ayudas del gobierno. Es un poco más caro que el Honda Jazz, que empieza su tarifa en 22.900 euros y acaba en 26.300 euros de la versión Executive.
Es, por lo tanto, un pelín más caro que un Toyota Yaris Hybrid y está por encima de lo que cuesta el recién llegado Renault Clio E-Tech, otro de sus competidores híbridos en el segmento.
Realmente su diseño no me convence y el precio aún menos. Me temo que sus ventas serán residuales.