Vamos a hacer una comparativa de dos coches eléctricos, dos coches eléctricos de viaje, de los que se comprarán como primer coche en muchos casos por gente convencida de las bondades de la electrificación o con un estilo de vida que les permite utilizarlos de manera cotidiana. Son dos coches que van al mismo público, pero más diferentes de lo que parecen. Tenemos un coche de marca generalista desarrollado sobre una plataforma específica para coches eléctricos, el nuevo Hyundai Ioniq 6, y un coche premium desarrollado sobre una plataforma mixta para eléctricos y térmicos, el BMW i4 M50.
Si empezamos por el diseño, es evidente que hay un mundo entre un coche y otro. El BMW tiene muy pocas diferencias con respecto de un Serie 4 Gran Coupé de motor de combustión. Apenas la parrilla delantera cerrada, la ausencia de escapes y los logotipos. Como prescinde de todos los toques de color azul que sí tienen el resto de i4 que no son M, cuesta diferenciarlo de un M440 i xDrive Grand Coupé, por ejemplo.
El Hyundai, por su parte, es diferente de cualquier otro Hyundai. Por delante, tan cerrado, sin parrilla, tan redondeado, tiene un aire a Tesla, el perfil, con el morro corto, el techo tan redondeado, la batalla tan larga y las puertas tan grandes, es muy original. Y ojo, porque su coeficiente aerodinámico es de 0,21, el mejor de la historia de la marca. Y la trasera es muy, muy Porsche con la línea de luz tan horizontal de lado a lado, el alerón inferior integrado en el capó del maletero y el alerón superior en la base de la luneta
Vamos con las dimensiones. Longitud: 4,85 el Hyundai contra 4,78 del BMW. 7 cm más. En anchura, 3 más a favor también del coreano: 1,88 contra 1,85 y en altura, cinco más. El Hyundai mide 1,49 por 1,44 del BMW. Pero la gran diferencia en las cotas está en la batalla. 2,85 el BMW por 2,95 el Hyundai, 10 cm más, que son muchos. En la batalla y en la báscula: 2.290 kilos el BMW y 2.113 el Hyundai. Son pesados porque son eléctricos, pero hay casi 200 kilos de diferencia.
Diferencias en los maleteros de Hyundai Ioniq 6 y BMW i4
El Hyundai es un sedán de cuatro puertas con un maletero de 405 litros, poco práctico, porque, aunque es profundo, es poco alto y tiene un acceso estrecho. El BMW, en cambio, tiene cinco puertas, su maletero tiene 470 litros y, abatiendo los respaldos traseros, nos vamos a 1.290 litros. Más fácil de cargar y descargar, más funcional y más grande. Ventaja para el BMW aunque debajo del capó delantero el Hyundai esconda un maleterito extra de 15 litros que serían 45 si el coche fuera de tracción trasera y no integral.
En las plazas traseras del Hyundai se va relativamente bien. La distancia para las piernas gracias a su larga batalla es muy grande y en altura, cualquier persona de hasta 1,85 metros entrará bien pese a la caída del techo, muy redondeado en la parte trasera. Los ocupantes, eso sí, tendrán las piernas en un cierto ángulo, sin apoyar los muslos por completo ángulo. El Ioniq tiene el piso plano, pero la banqueta está bastante baja y los muslos no apoyan mucho.
En el BMW cuesta más entrar porque es más bajo y la puerta traseras es más pequeña y dentro se cabe peor. Una persona de 1,85 metros toca con la cabeza en el techo y el ángulo de las piernas es todavía más exagerado. Es lo que tiene utilizar una plataforma que sirve también para un coche de combustión. En el eléctrico se eleva el suelo porque está la batería debajo, pero la banqueta debe mantenerse a la misma altura porque si la subimos en proporción, tocamos en el techo. El resultado es que el ioniq, sin tener una habitabilidad extraordinaria, es mejor.
Si sentamos a tres personas detrás en el Hyundai aprovecharemos que la banqueta no tiene formas muy marcadas. Por anchura da, pero por altura, habrá que sentar al más bajito en el asiento central. En el BMW, con una banqueta trasera más baja, más corta y con un respaldo incómodo, tenemos un coche para cuatro plazas más que para cinco. No es que el pasajero central vaya muy incómod; es que su presencia hace que vayan muy incómodos los tres-
Plazas delanteras del Hyundai Ioniq 6 y del BMW i4
En el Hyundai tenemos unos asientos cómodos, de gran tamaño, una doble pantalla para la instrumentación y el equipo de información y entretenimiento y algunas curiosidades como el mando del cambio detrás del volante, los elevalunas en la consola central porque han querido limpiar las puertas, el climatizador digital fuera de la pantalla central o los retrovisores con cámara que, partiendo de la base de que no mejoran a los retrovisores convencionales en absolutamente nada, al menos están en una posición a la que no cuesta acostumbrarse y la imagen que proporcionan es de alta resolución.
El salpicadero tiene un diseño limpio, con la rejilla de aireación a todo lo ancho, acabados de calidad, buenos materiales, botón de puesta en marcha en el salpicadero, botón de modos de conducción en el volante, que tiene calefacción, head-up display de serie y cargador inalámbrico en la consola. Un habitáculo, en definitiva, realmente acogedor.
El del BMW, en cambio, es de corte deportivo. Asientos deportivos, inserciones de carbono de corte deportivo y, como en el caso del Hyundai, pantalla doble con instrumentación digital y la central para todo. Sí, sí, para todo. Para el climatizador, desafortunadamente, también.
El BMW conserva un volante redondo, firmado por BMW M y, por lo tanto, muy deportivo, la palanca es una palanca convencional y, por consiguiente, más deportiva, la posición de conducción es más baja, más… deportiva. Y tiene los elevalunas en la puerta, que no es que sea más deportivo, sino que están donde siempre. El BMW tiene también volante calefactable, pero es opcional. Tiene head-up display, pero es opcional y tiene, como no, cargador inalámbrico de móviles, aunque sí, es… opcional.
Dos motores para el Hyundai Ioniq 6 y el BMW i4
El Hyundai Ioniq 6 tiene dos motores, uno delante y otro detrás y el BMW i4 M50 también. El delantero del Ioniq tiene 101 CV, el trasero 224 y juntos suman 325, que no está nada mal. El delantero del BMW tiene 258 CV, el trasero 313, casi tantos como el Ioniq completo y juntos suman 544. No, no es que no sepamos sumar. Es que, en el caso del BMW, los dos nunca llegan a dar toda la potencia máxima al mismo tiempo.
La batería del Ioniq 6 es de 77,4 kWh y se recarga, ojo, hasta a 350 kw, siempre, claro está, que encontréis un cargador de 350 kw. La del BMW es un poquito más grande, de 83,9 kWh (hablamos en ambos casos de capacidad bruta). Y recarga a un máximo de 205 kw. El consumo del Ioniq, con su aerodinámica récord, su peso inferior y sus dos motores de menor potencia es de 16,9 kWh. El homologado del BMW asciende a 18,1 kWh. Por eso, necesita una batería ligeramente más grande para igualar al Hyundai en esos 519 km de autonomía teórica.
Calculamos el consumo en autopista, con unos 30 primeros kilómetros de mucho tráfico, que nos obligaron a circular entre 80 y 100 km/ y luego 120 más despejados, circulando con el cruise control a 120. El Hyundai Ioniq 6 nos consumió 16,4 kWh y el BMW i4 M50 19,1 kWh.
Prueba dinámica del Hyundai Ioniq 6 y del BMW i4 M50
La aceleración del BMW es espectacular. El M50 se pone de 0 a 100 km/h en 3,9 segundos. Y sin launch control. Y tantas veces como quieras… mientras tengas batería claro está. El Ioniq, por su parte, acelera mucho, como cualquier eléctrico, con esa aceleración directa, intensa, desde abajo, lineal, sin altos ni bajos. Acelera más que muchos coches de gasolina equivalentes y hace el 0 a 100 km/h en menos de 5,1 segundos. No es tan rápido como el BMW, pero ya quedamos en que era menos deportivo ¿no?
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La suspensión es la misma en ambos. Tienen un esquema McPherson delante y un multibrazo detrás. Lo que toca en un segmento como este y en coches que se las dan de tener un comportamiento en carretera de alto nivel, pero, como el BMW es más deportivo, tiene suspensión pilotada.
El Hyundai tiene una suspensión más blanda que otros coches eléctricos, pero no por ello resulta menos eficaz. La tracción a las cuatro ruedas le proporciona una estabilidad espectacular, en curva rápida se puede pasar muy deprisa y hay bastante diferencia entre los modos normal y sport. En el modo sport, la respuesta al acelerador es inmediata y más enérgica y la dirección se endurece, pero la suspensión no, ya que no es pilotada. Más confortable que abiertamente deportivo, el Hyundai es, no obstante, un coche muy rápido, con un tacto excelente y con un comportamiento estable y seguro.
El BMW es, y ahora no estamos haciendo broma, claramente más deportivo. Con la suspensión en modo confort ya es un poco más firme que el Hyundai, pero cuando la ponemos en modo sport, sin llegar a ser una tabla que lo convierta en un coche incómodo, consigue una eficacia brutal. La aceleración de los motores es tremenda, la capacidad de tracción con las cuatro ruedas motrices es alucinante y el coche tiene una estabilidad brutal. Además, es muy rápido, más que el Ioniq, sin ninguna duda.
Dirección: eléctrica en ambos, pero como el BMW es más deportivo, lleva una dirección deportiva variable con una desmultiplicación media inferior y más rápida. Frenos. Discos ventilados en ambos de 345 mm en ambos ejes en el Hyundai y de 374 mm delante y 348 mm detrás en el BMW. Ya se sabe que para parar coches de más de dos toneladas hacen falta frenos gordos
Tanto la direcció como los frenos del BMW son mejores; la primera por su precisión y los segundos por su potencia y por un tacto menos "eléctrico, pero el Hyundai tiene una dirección también muy buena, aunque menos precisa y menos informativa y sus frenos son correctos para su potencia igual que los del BMW para la suya.
En el Hyundai, si utilizamos las levas que tenemos detrás del volante, podemos graduar la frenada regenerativa del coche, es decir, cuanto queremos que el motor retenga y nos permita recuperar energía. De este modo, podemos “frenar” con las levas incrementando o reduciendo la cantidad de freno motor. Muy útil en ciudad o bajando puertos.
En el BMW solo tenemos dos alternativas. O mantenemos la posición normal del cambio, y tenemos una ligera recuperación, que apenas se nota o ponemos el cambio en la posición B y entonces el coche frena de manera notable al levantar el pie hasta el punto de que hay que mantener el gas pisado incluso en las bajadas. Esta fórmula es lo que se conoce como pedal único, pero en mi opinión y tras probar otros eléctricos con un sistema similar, este BMW se frena mucho más que otros y, al menos a mí, me cuesta adaptarme. No me resulta cómodo, por mucho que regenere.
Precios y equipamiento del BMW i4 y del Hyundai Ioniq 6
El Hyundai lleva todo. Todas las ayudas a la conducción imaginables. Todas. El techo solar practicable, el acceso y arranque sin llave, el cargador de móviles, un equipo de audio Bose, los asientos eléctricos, calefactados y ventilados con tapicería de cuero sintético, el asistente de aparcamiento con cámara de 360 grados con la posibilidad de aparcar desde fuera del coche y un enchufe para aparatos eléctricos, tanto dentro, como fuera con un adaptador. La única opción, la pintura metalizada cuesta 580 euros o 1.080 si es mate. Y cuesta 66.360 euros en esta versión tope de gama.
El BMW lleva todo lo que lleva, que no es todo. Lleva la suspensión pilotada y la dirección deportiva variable, pero el techo solar es opcional (1.367 euros), el cargador de móviles también (228), el equipo Harmann Kardon vale 1.025 euros (de serie lleva otro no tan bueno), el volante calefactado vale 308 euros, los asientos eléctricos con calefacción delante y detrás como el Hyundai y el acceso sin llave cuestan 2.259 euros, los asientos ventilados 2.392, la tapicería de cuero entre 1.655 y 3.791 dependiendo de la calidad elegida, el head-up display 1.310, la cámara de 360 grados 626 euros y las ayudas a la conducción que no lleva, que son la mayoría, 2.278 euros en un paquete que las incluye todas. Resultado: los 79.550 euros de tarifa se van a 95.431 euros.
Cierto es que el i4 eDrive 40, sin la suspensión y la dirección electrónicas y, eso sí, tracción trasera con un solo motor, cuesta 64.650 euros, que son casi 2.000 menos que el Hyundai a igualdad de potencia, pero cuando le montamos todo lo que lleva el Hyundai se va a 83.185 por culpa de los opcionales.
Ah, por cierto. Los consumos finales de la prueba. El BMW terminó con 24 kwh. El Hyundai con 19,3. Y sí, el Hyundai habría completado los 450 kilómetros del día sin recargar. El BMW no.
Si me regalan uno me quedo el BMW. Es un maquinón. Un coche realmente deportivo. Con una aceleración brutal, un comportamiento en carretera de deportivo puro. Un coche para recuperar la fe en los eléctricos… y para perder todos los puntos del carné.
Pero si tuviera que pagarlo, creo que me quedaría con el Hyundai. No va como el BMW, pero no hay ni lugares ni momentos en los que poder ir cómo va el BMW. Y, además, si vas como te permite ir el BMW, el juego se acaba pronto porque es eléctrico y la autonomía en conducción deportiva se diluye como un azucarillo. Más cómodo, más amplio, con mucho más equipamiento y mucho más barato, el Hyundai es la elección de la lógica, porqué, además, ni en calidad ni en comportamiento dinámico está tan lejos como la diferencia de precio haría suponer.
El Hyundai va muy pero que muy equipado y tiene un diseño para mi gusto muy atractivo pero claro, BMW es BMW y la gente con tanta pasta siempre de suele decantar por los premium.