KGM Tívoli: Un antes y después para SsangYong

El Tívoli, un SUV que ha sido un pilar fundamental para SsangYong, ahora bajo la marca KG Mobility (KGM), regresa con una nueva actualización y la premisa de ofrecer un SUV de segmento B cómodo y accesible. El precio es uno de los factores que juegan a su favor ya que parte de los 16.900 €, pero claro, en el horizonte competitivo tiene a unos rudos competidor en precio como el MG ZS o el nuevo Duster y en características de motor como al Arona.

Hoy profundizamos en este KGM Tívoli, en su acabado Urban Plus y su motor de 135 CV con cambio manual, un etiqueta C de la DGT que puede convertirse en ECO en un abrir y cerrar de ojos con su versión GLP si lo necesitáis.

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Para situar al Tívoli frente a sus competidores, cabe destacar que la gama del Seat Arona comienza en unos 24.000 euros, la del Dacia Duster en 19.000 euros, y el MG ZS parte de 15.000 euros con descuentos, aunque con motores menos potentes. El Tívoli se encuentra en una posición competitiva, especialmente por su equilibrio entre equipamiento y coste.

El modelo que hemos configurado para esta prueba cuenta con un motor turbo de gasolina de 135 CV, acoplado a una caja de cambios manual de seis relaciones. Aunque es la motorización más modesta de la gama, el Tívoli también está disponible con un motor de 163 CV y transmisión automática. Además, KGM ofrece versiones con GLP que cuentan con la etiqueta ECO de la DGT, ideal para quienes buscan mayor sostenibilidad en áreas con restricciones de tráfico. Esto os lo contamos al final de la prueba.

El precio base de esta configuración es de 24.600 euros, pero gracias a las promociones actuales, se aplica un descuento de 4.300 euros. Si además se entrega un SsangYong o un KGM como parte del pago, se puede descontar hasta 1.000 euros adicionales, dejando el precio final en unos atractivos 19.310 euros.

Tras este pequeño contexto, empezamos con la prueba.

A nivel estético, el Tívoli presenta un frontal renovado, eliminando la parrilla tradicional para adoptar un estilo más moderno, incluso cercano a un vehículo eléctrico, aunque no lo sea. Esta actualización le otorga un aire más minimalista, concentrando todos los elementos en la parte baja del frontal.

A pesar de esto, los faros, que siguen siendo halógenos en este acabado, mantienen un diseño similar al de la versión anterior. Un detalle curioso es la desaparición del logotipo de KGM, reemplazado por el nombre del modelo en relieve tanto en la parte delantera como en la trasera, donde los cambios son mínimos. En general, se aprecia un enfoque hacia la simplicidad y modernidad, pero sin arriesgar en exceso.

No cambian tampoco sus medidas, pero no está de más recordarlas: este es un SUV utilitario de buen tamaño. Con 4,22 metros de largo, 1,81 metros de ancho y 1,61 de alto. Además, ofrece una generosa batalla de 2,6 metros y un peso, más o menos contenido, de 1.375 kg.

El interior del Tívoli se mantiene prácticamente igual, aunque con algunos pequeños cambios. El más notable es la nueva estructura que alberga la pantalla central, que ha sido rediseñada, y la eliminación de los botones físicos para el control de la climatización, que ahora se gestionan mediante una superficie táctil. La pantalla sigue siendo de 8 pulgadas, pero continúa colocada algo baja, lo que puede no ser del agrado de todos.

En la versión más equipada, llamada Limited y que solo está disponible con el motor de 163 CV, se ha incorporado un cuadro de instrumentos digital. Sin embargo, en los demás acabados, sigue siendo analógico, aunque con una pequeña pantalla TFT que muestra la información esencial. El sistema de infoentretenimiento es sencillo, con una resolución algo justa y sin demasiadas opciones avanzadas. No obstante, la compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay suple la mayoría de las necesidades tecnológicas actuales.

El diseño general del salpicadero y las puertas permanece igual, así como los plásticos duros que predominan en el habitáculo. A pesar de esto, el acabado en general es agradable y los ajustes son correctos. Hay detalles que no convencen del todo, como el uso extensivo del acabado en negro piano, que, aunque luce bien al principio, tiende a ensuciarse y rayarse con facilidad.

Además, el ajuste manual del volante no permite regulación en profundidad, un inconveniente para conductores altos que, al acomodar bien las piernas, encuentran el volante algo lejano. Otro pequeño inconveniente es el espacio destinado a dejar el teléfono, que ha quedado algo reducido para los estándares actuales.

En cuanto a las plazas traseras, siguen siendo de las más espaciosas dentro de su categoría, ofreciendo una buena distancia para las rodillas y una buena altura al techo. Además, los respaldos son reclinables, lo que mejora la comodidad de los pasajeros traseros. Sin embargo, como es común en muchos vehículos, la plaza central es algo incómoda, tanto por el asiento como por el túnel de transmisión que resta espacio.

El maletero del Tívoli sigue siendo uno de sus puntos fuertes, con una capacidad de 427 litros, colocándose como uno de los mejores en su segmento. Además, cuenta con un práctico sistema de doble fondo que permite cierta modularidad, aumentando la versatilidad del vehículo.

Abatiendo los asientos, la capacidad se incrementa hasta los 1.115 litros, lo que lo convierte en una opción muy interesante para aquellos que necesiten un coche familiar o para escapadas de fin de semana.

Bajo el capó, esta versión del Tívoli equipa un motor de gasolina de 1.5 litros con 135 CV, suficiente para un coche de estas dimensiones. Asociado a una caja de cambios manual de seis relaciones, el motor ofrece una entrega de potencia bastante lineal, lo que se traduce en una conducción suave pero poco emocionante.

Este enfoque prioriza la eficiencia, aunque con un consumo oficial de 7 litros a los 100 km, se queda algo corto respecto a lo que promete. Existen opciones más potentes, como la versión de 163 CV, en este caso, disponible con cambio automático.

El motor de 135 CV es bastante adecuado para un SUV de estas características. No obstante, como decía antes, la entrega de potencia es muy lineal lo que reduce un poco la sensación de fuerza, algo que también se ve afectado por una caja de cambios con relaciones largas, diseñada para mejorar la eficiencia y reducir el consumo de combustible.

Dicho esto, la eficiencia no es su punto fuerte. Aunque en su ficha técnica se indica un consumo combinado de 7 litros a los 100 km, en la práctica es habitual que esta cifra aumente, dependiendo del tipo de trayecto.

Un aspecto que no convence del todo es el tacto de la caja de cambios. La palanca tiene un recorrido algo largo y la primera marcha no siempre entra con facilidad, a veces incluso se puede confundir con la tercera. Esto podría ser un problema de esta unidad en particular, aunque no descartamos que afecte a más versiones con cambio manual.

En 2020, el Tívoli recibió algunas mejoras en su chasis, como nuevas estabilizadoras, una geometría de suspensión revisada y la incorporación de nuevos muelles y amortiguadores, lo que mejoró notablemente su comportamiento. Este avance se mantiene en la versión actual, brindando una conducción más precisa que en los primeros años de comercialización. Aun así, el Tívoli no es un SUV pensado para un estilo de conducción deportivo.

Su enfoque está claramente orientado hacia el confort, con una suspensión blanda que absorbe bien las irregularidades de la carretera, aunque permite cierto balanceo de la carrocería. Es definitivamente más agradecida en vías rápidas y en ciudad, y algo más torpe en carreteras reviradas. En este sentido de confort es bastante similar al MG ZS pero con el extra de potencia que os menciono.

En general, es un coche que inspira confianza, especialmente en trayectos urbanos o en vías rápidas, aunque se siente menos ágil en carreteras con curvas pronunciadas. La dirección, aunque precisa, no destaca por ser especialmente comunicativa, en parte debido al perfil alto de los neumáticos. El volante, además, es algo grande en diámetro, lo que puede restar algo de comodidad al conducir.

En resumen, el Tívoli es un coche cómodo para el uso diario, aunque encuentro difícil ajustar la posición de conducción a mi gusto debido a la falta de ajuste en profundidad del volante. Para los conductores más altos, esto puede ser un inconveniente, ya que obliga a estar más lejos del volante si se ajustan correctamente las piernas. Aparte de eso, es un coche sencillo pero eficiente, ideal para desplazamientos cotidianos.

Y como este Tívoli es la actualización de la actualización, os dejamos el resumen del resumen para cerrar la prueba: tenemos un lavado de cara más moderno y con cambios en el equipamiento manteniendo las mecánicas que ya conocemos.

Es cierto que el Tívoli sube de precio, pero a pesar de la subida, esta no se nota en exceso y sigue teniendo una factura bastante accesible y económica para el segmento en el que se mueve. Por lo tanto, creemos que este KGM Tívoli Urban Plus de 135 CV sigue siendo una opción muy interesante si buscáis un vehículo de estas características. Mención especial extra por su habitabilidad y maletero que son de las mejores del segmento.

Vamos cerrando ya con un consejo, por un poco más de dinero podéis convertir este SUV etiqueta C en etiqueta ECO por unos 3.000 € con la versión de GLP que se puede encargar directamente a fábrica y con la misma potencia y equipamiento.

Da para pensárselo...