El Kia e-Soul ha sido remodelado por completo; y además, el crossover eléctrico de la marca coreana está ahora disponible en dos niveles de potencia y capacidad de batería. La versión superior, denominada Long Range, se convierte en uno de los eléctricos de tamaño compacto con mayor autonomía teórica. Esta variante es la protagonista de nuestra prueba y del vídeo que os presentamos a continuación:

Kia ha decidido comercializar en Europa solamente la versión eléctrica de su nuevo Soul; y en España lo hace bajo la denominación e-Soul. Aunque el crossover compacto de la marca coreana llega a su tercera generación, técnicamente es la segunda desde que existe como coche puramente eléctrico. El nuevo e-Soul presume, en su modelo básico, de un motor de 100 kW (136 CV) y una batería de 39,2 kWh, suficiente para homologar según WLTP una autonomía de 276 km. Por su parte, el modelo superior tiene un motor de 150 kW (204 CV) y una batería mucho mayor, cuya capacidad de 64 kWh eleva la autonomía hasta 452 km. El consumo de esta versión es de 15,7 kWh/100 km, apenas una décima más que el modelo sencillo.
En ambos casos, el Kia e-Soul lleva un solo motor eléctrico que se encarga de hacer girar el eje delantero. Y en cuanto a la batería, cabe destacar que el nuevo modelo ya cuenta con refrigeración líquida, lo que a priori contribuye a optimizar su utilización y prolongar su vida útil. Esta tecnología es, a propósito, la misma que también emplean el Kia e-Niro y el Hyundai Kona EV, modelos que están a la venta con idénticas opciones de motor y batería.
Versátil, potente y con gran autonomía de uso
Con el motor eléctrico de 150 kW, el Kia e-Soul acelera de 0 a 100 km/h en 7,9 s y su velocidad máxima es de 167 km/h. No son cifras espectaculares; y aun así, la impresión de aceleración es muy intensa. Eso se debe a que la cifra de par es elevada (hablamos de 395 Nm) pero también porque el par máximo llega prácticamente desde parado. Esta es una característica que en realidad comparten todos los eléctricos y que sorprende a quienquiera que los conduce por primera vez.
Disponemos cuatro de conducción diseñados para adaptar la respuesta del vehículo a las necesidades de cada recorrido. Como su nombre sugiere, el modo Normal es el que ofrece un mayor equilibrio entre prestaciones y consumo. El modo Sport permite extraer el máximo partido del motor, con una aceleración inmediata. El modo Eco se ocupa justamente de lo contrario: favorecer un bajo consumo reduciendo la entrega de potencia y la respuesta al pedal del acelerador. Por último, el modo Eco+ limita la velocidad máxima del vehículo y la potencia del climatizador, con el objetivo de que lleguemos a un punto de recarga si vamos muy “apurados”.
Independientemente del modo elegido, también se nos ofrece un control de frenada regenerativa, que podemos seleccionar mediante las levas situadas tras el volante. Ojo, que no es un cambio de marchas: aquí lo que controlamos es la intensidad de la recuperación de energía, y con ello, la sensación de “freno motor”. En total disponemos de 4 niveles de recuperación.
En cuanto al chasis, me ha gustado el ajuste de la suspensión para autopista; pero lo que no esperaba es que cumpliese igual de bien en carretera. La explicación es doble: en primer lugar, el nuevo e-Soul equipa un eje trasero multibrazo (a diferencia del modelo anterior, con barra de torsión); y en segundo lugar, monta unos muelles y amortiguadores diseñados para soportar los 1.833 kg de peso total en orden de marcha. Temía que el tacto de las suspensiones fuese demasiado blando; pero a la hora de la verdad, el e-Soul resulta ser un coche muy equilibrado; y el hecho de llevar una enorme batería en los bajos ayuda a contener los balanceos de la carrocería.
Para asegurar el control de este coche tan pesado, el equipo de frenos está a la altura: al menos en cuanto a potencia de frenada; pero no, para mi gusto, por lo esponjoso de su tacto: como sucede en tantos coches híbridos y eléctricos, cuando pisas el freno primero lo primero que se activa es la inversión del motor y la recuperación de energía; y lo último, los discos de freno. Por cierto: la dirección podría haber sido algo más rápida y sensible; pero por lo demás no le falta precisión en el guiado.
Consume lo justo y admite carga rápida de 100 kW
Para calcular los consumos del Kia e-Soul Long Range, planeamos una ruta de 310 km con un 40% de recorrido por autopista, otro 40% por carreteras de segundo orden y un 20% de recorrido urbano. El promedio obtenido fue de 16,7 kWh/100 km, exactamente 1 kWh/100 km por encima de la homologación WLTP. Considerando la escasa proporción de kilometraje por ciudad, el resultado real me ha parecido especialmente positivo.
Las opciones más razonables para cargar un coche eléctrico son un puesto de instalación doméstica o bien una estación pública. En un wallbox de corriente alterna con 7,2 kW de potencia, es posible cargar la batería desde el 0 hasta el 100% en 6 horas y 10 minutos. La solución más veloz es llevar el coche a una estación de carga rápida con corriente continua; el eléctrico de Kia admite hasta 100 kW, potencia con la que es posible llevar la batería del 20% al 80% en apenas 42 minutos.
La estación de carga que usamos en nuestra prueba recargó la batería con una potencia de 43,2 kW, necesitando 60 minutos para cargar desde el 22% hasta el 80%.
Original, diferente y simpático
En comparación con el modelo anterior, el e-Soul ha crecido en dimensiones. Ahora es 5,5 centímetros más largo (mide 4,20 metros), con 3 cm más de distancia entre ejes (2,60 m de batalla). La altura también ha aumentado en 5 cm (1,61 m) y la única medida que se mantiene es la anchura total (1,80 m).
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Aparte de su carrocería a modo de intersección entre un turismo, un SUV y un monovolumen, el Kia e-Soul presenta otros rasgos distintivos. Sirvan como ejemplo sus ópticas delanteras unidas por una línea horizontal, su techo casi plano con barras longitudinales, el pilar C con efecto de “techo flotante” y el nombre del modelo, así como las protecciones de los bajos de la carrocería y pasos de rueda. La zaga del vehículo también es diferente a lo acostumbrado, con un portón rectangular y vertical abrazado por unas ópticas traseras en forma de arco.
El puesto de conducción del Kia e-Soul emplea colores discretos pero su diseño sí resuta original y alegre; lástima que encontremos demasiadas superficies en el delicado negro piano. Una de las principales cualidades de este automóvil tan “tecnológico” es que puede ofrecer hasta tres pantallas digitales. El cuadro de instrumentos de 7” sirve como ordenador de a bordo y da prioridad al velocímetro, el nivel de la batería y la gestión de la energía almacenada. El head-up display, proyectado sobre una lámina de plástico, sirve como perfecto complemento aunque no forma parte del equipamiento de serie.
La pantalla central puede ser de hasta 10,25” y destaca por su estupenda resolución y claridad. Lástima que esté en una posición demasiado baja y que mire directamente al frente, no hacia el conductor. A través de esta pantalla táctil podemos consultar el flujo energético del vehículo y acceder al sistema de navegación, que muestra indicaciones hacia los puntos de carga más próximos o que se encuentren en nuestra ruta. Además, el sistema de infoentretenimiento es compatible con Android Auto y Apple CarPlay, cuenta con un puerto USB y una bandeja de carga inalámbrica.
Una de las ventajas de lucir una carrocería tan “cúbica” es que la habitabilidad del interior tiende al máximo. De hecho, casi sorprende la cantidad de espacio que pueden disfrutar los pasajeros de la fila posterior, gracias a la estupenda anchura total, la enorme altura al techo y la más que decente distancia libre para las rodillas. Como aspectos mejorables, la banqueta es fija y el respaldo también.
El maletero, con apenas 315 litros de capacidad, es sin duda el gran olvidado por los diseñadores. Podríamos buscar disculpas en la corta longitud del vehículo, pero no por ello deja de ser un espacio de carga pequeño para el uso familiar.
Su capacidad es muy, muy justita, pero ofrece puntos positivos como una boca de carga muy rectangular, una bandeja superior plegable, una toma de 12V y unos ganchos para organizar la carga. También es posible situar el piso a una altura superior para enrasarlo con los respaldos traseros, que cuando están plegados completan una capacidad máxima de carga de 1.339 litros. Por desgracia, bajo el piso del maletero no hay una rueda de repuesto sino un kit de reparación; lo que a cambio concede espacio de sobra para guardar los cables de carga y otras cosillas.
Un eléctrico tan equilibrado como caro
El Kia e-Soul está a la venta en España con tres niveles de equipamiento: Concept, Drive y Emotion. El modelo con motor de 100 kW admite cualquiera de estos acabados, pero la versión Long Range sólo se ofrece a partir del nivel Drive. Su equipamiento incluye luces completas LED, barras de techo, cristales oscurecidos, volante calefactable, head-up display, pantalla de 10,25”, equipo de audio Harman/Kardon, control de crucero adaptativo y los asistentes de mantenimiento de carril y frenada de emergencia, entre otros elementos.
Nuestra unidad corresponde al acabado Emotion, que suma a lo anterior la detección de ángulo muerto, alerta de tráfico trasero y asientos en piel (los posteriores calefactados y los delanteros eléctricos y refrigerados).
Ya véis que este coche viene muy bien equipado pero, cuidadín: también es muy caro. El modelo de 100 kW cuesta 36.050 euros sin contar posibles ofertas, mientras que la versión Long Range con acabado Emotion tiene un precio de tarifa de, ojo, 44.400 euros. Mucho dinero, como digo; aunque el precio puede bajar bastante entre ayudas y descuentos. Como buena noticia, los niveles de equipamiento son cerrados, y el único extra permitido es la pintura de carrocería; esta bonita combinación de azul y negro cuesta 600 euros, con lo que el precio oficial del coche que estáis viendo es exactamente 45.000 euros.
El diseño no me termina de encajar aunque parece una buena opción.