La prueba de hoy es del Kia Rio 1.0 T-GDi MHEV iMT 120 CV GT Line. Un nombre muy largo para definir la versión más completa de la gama del rediseño de media vida de la cuarta generación del Rio, uno de los coches del segmento B más interesantes por su relación precio-producto. Con la actualización a que ha sido sometido ha mejorado, sobre todo, en equipamiento de seguridad y de conectividad, pero, al mismo tiempo, ahora puede ofrecer versiones híbridas ligeras como la que probaremos, motivo por el cual luce la etiqueta Eco de la DGT.
El Kia Rio es uno de los polivalentes o utilitarios del segmento B más grandes del mercado. Mide 4,07 metros de largo por 1,72 de ancho, 1,45 de alto y 2,58 de distancia entre ejes. Veamos ahora a que equivalen sus siglas: 1.0 se refiere a la cilindrada del motor, que tiene, exactamente 998 c.c. y es un propulsor a la moda, es decir, de tres cilindros. Lo de T-GDi significa que es un propulsor turbo y que dispone de inyección directa de gasolina. GDI por Gasoline, Direct Injection.
Lugo tenemos las siglas MHEV por Mild Hybrid Electric Vehicle, o lo que es lo mismo, híbrido ligero. Debajo del fondo del maletero, aprovechando el hueco de la rueda de recambio que desaparece, tenemos la batería de 48 voltios que alimenta el sistema de hibridación ligera. Como cualquier otro coche de este tipo tiene un pequeño motor eléctrico adosado al cigüeñal, que ayuda al motor de gasolina en las fases de aceleración máxima, y esta batería donde se acumula la energía recuperada en las desaceleraciones y las frenadas.
Las siglas iMT remiten a la caja de cambios manual, pero con el sistema de embrague automatizado. Luego veremos cómo funciona mientras que el 120 CV se añade a la denominación porque hay otra versión exactamente igual que esta, pero de 100 CV de potencia que cuesta 550 euros menos. Los que hagáis mucha más ciudad que carretera, os podéis ahorrar ese dinero. Los que uséis el coche cargado a menudo y para distancias más largas, mejor este de 120 CV.
Y finalmente, GT Line porque es la versión de aspecto deportivo, y más equipada de la gama. Con respecto a cualquier otro Rio en acabado Concept o Drive, la parrilla delantera es diferente, los parachoques también, las luces tienen un acabado oscurecido en sus cristales y las llantas son de 17 pulgadas con neumáticos en medidas 205/45.
Las novedades con respecto a la versión anterior son mínimas. El Rio mantiene el diseño del salpicadero, muy funcional, e incorpora algunas novedades. La más significativa es la pantalla central que pasa a ser de 8 pulgadas en lugar de 7 y que da servicio a un nuevo sistema multimedia llamado Uvo Connect II. También la pantallita de la instrumentación, de 4,2 pulgadas, es nueva y, al tratarse de una versión GT Line tenemos pedales de aluminio, volante de cuero, de muy buen aspecto y tacto, con el logotipo GT Line y la tapicería específica también de esta variante de estética más deportiva.
El nuevo sistema multimedia permite conectar al mismo tiempo dos dispositivos Bluetooth, es compatible con Apple Car Play y Android Auto, puede recibir datos desde una aplicación externa e incluye un navegador con información del tráfico en tiempo real. Además, tiene cámara de marcha atrás para complementar a los sensores de aparcamiento delanteros y traseros. Todo ello es de serie en esta versión.
Como también son de serie la mayoría de las ayudas a la conducción. El coche lleva el aviso de salida de carril, con corrección de trayectoria, es decir, con acción sobre el volante, el mantenimiento de carril, que es muy intrusivo, el aviso de riesgo de colisión, el detector de fatiga y el control de crucero. Todo ello podemos complementarlo con el control del ángulo muerto y el reconocimiento de señales de velocidad, pero deberemos pagar para ello un extra de 800 euros en el que se incluirán también los faros de LED. Este paquete, llamado Premium, es el único extra que tiene este coche además de la pintura metalizada. El color Perennial Grey de nuestra unidad cuesta 415 euros.
En las plazas delanteras destacan las numerosas regulaciones con altura y profundidad del volante, altura de la banqueta y altura del cinturón de seguridad, algo, por desgracia, cada vez más poco habitual. Y también nos gusta la presentación y el acabado. Es cierto que la mayoría de los plásticos son duros y que algunos de ellos, como el interior de la guantera, son un poco pobres, pero en general, la sensación de calidad es superior al Rio existente hasta ahora y, como en todos los coches del Grupo Hyundai Kia, el acabado es impecable, con esa sensación de que el coche va a durar mucho tiempo.
Las plazas traseras son de las mejores del segmento, tanto por distancia entre filas -aquí es donde se nota que este coche es uno de los más largos del segmento B- como por la altura libre al techo. Detrás no podrán viajar tres personas holgadamente porque eso es imposible en ningún coche de este tamaño, pero, si solo viajan dos, lo harán mejor que en otros coches parecidos. El equipamiento de las plazas traseras, no obstante, es algo pobre. Ofrece solo un bolsillo tras los asientos, una única toma USB y un par de huecos en las puertas para dejar objetos.
Por lo que respecta al maletero, la capacidad es de 325 litros, que le sitúa en el parte media-alta del segmento. Tiene un par de ganchos en los laterales y otro bajo la bandeja, una red de sujeción de carga de serie y una base muy resistente que, no obstante, no genera un doble fondo puesto que, como hemos visto al principio, debajo del piso tenemos la batería de 48 voltios. Si abatimos los respaldos de los asientos traseros, conseguimos una capacidad total de carga de 1.103 litros.
La versión más potente de la gama
Este Rio es el más potente de la gama, compuesta por tres mecánicas de gasolina. Existe una versión atmosférica de 84 CV con cambio de cinco marchas y dos variantes de este motor de tres cilindros y un litro turboalimentado de 100 y 120 CV. Esta, la de 120, es la única en que puede elegirse entre cambio manual de seis marchas o cambio automático.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
Nuestra unidad llevaba el cambio manual con el sistema iMT. Se trata de un cambio manual normal pero que tiene el embrague accionado eléctricamente. A diferencia de un cambio pilotado, en que no existe pedal de embrague y cuando se acciona el cambio el coche embraga y desembraga automáticamente, en el Rio hay que usar el cambio de la manera habitual, pisando el embrague. La gestión electrónica del embrague lo que hace es accionarlo cuando, en condiciones favorables, el coche entiende que puede avanzar a inercia.
Para ello hay que seleccionar el modo Eco y, cuando circulemos en autopista o carretera en bajada o en llano, dejar de acelerar. Entonces, el embrague se acciona y deja el coche como si estuviera en punto muerto. El resultado es que el coche avanza a inercia, sin freno motor y, por lo tanto, no pierde velocidad (o no la pierde de manera tan rápida). Con ello se consigue reducir ligeramente el consumo. Esta función, que es cada vez más habitual en las cajas de cambio automáticas, no existía hasta que la aplicó Kia en los cambios manuales.
Lo cierto es que es una función que ayuda, sobre todo en las bajadas prolongadas, donde realmente se nota que el coche no pierde velocidad fruto de la acción del freno motor, como sucede en cualquier otro coche manual cuando dejas de acelerar. Pero, en cambio, tiene, como contrapartida, un tiempo de respuesta lento al acelerar de nuevo ya que el embrague tiene que accionarse para recuperar la marcha que llevábamos engranada. No es que sea un gran problema, pero es algo a lo que hay que acostumbrarse.
Como hay que acostumbrarse a la sensación contraria cuando levantamos el pie del gas y parece como si el freno motor se incrementara. Esto es debido a que ha entrado en juego el sistema de regeneración de energía. Cuando levantamos el pie del gas, el pequeño motor eléctrico situado en el cigüeñal recupera la energía cinética generada al dejar de acelerar y carga, con ella, la batería de 48 voltios. De este modo, al acelerar con fuerza, ese plus de energía nos ayuda durante unos instantes a conseguir una aceleración más rápida. Este es el único efecto que la hibridación ligera tiene sobre la conducción.
Las prestaciones de este Kia Rio con correctas para un coche de este segmento, de esta potencia y de este peso (1.205 kilos). Acelera de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos y alcanza una velocidad máxima de 190 km/h. Y consume una media, en el protocolo WLTP, de 5,5 litros, un consumo que nosotros conseguimos en determinadas circunstancias, sobre todo en autopista donde, a 120, se queda en poco más de cinco litros. En otras, como en las carreteras de montaña, sube hasta siete.
Lo cierto es que este motor va bastante bien. Tiene el plus del empuje eléctrico en las aceleraciones fuertes, el turbo entra desde bastante abajo, tiene un par estable y no gasta en exceso. Lo único que le debe reprochar es que es muy poco refinado, Hace bastante ruido, tanto en frío, donde tiene ese claqueteo raro propio de los bloques de tres cilindros, como en caliente. Es ruidoso. Y el asilamiento no es todo lo bueno que debiera.
La suspensión, en cambio, está bien equilibrada. No es ni muy blanda ni muy dura, de manera que mantiene un buen nivel de confort, sobre todo en autopista, y evita que el coche balancee en exceso en carretera. El Rio no tiene el tacto deportivo de un Ibiza o un Clio, por ejemplo, pero tampoco es un coche blando que obligue a tomar precauciones en carreteras reviradas. Está en un término medio, a la misma altura que un Hyundai i20 (primera prueba en vídeo de este coche en este enlace), un Opel Corsa (primera prueba de este coche en este enlace) o un Nissan Micra (más información en este enlace), por ejemplo. La dirección es precisa, sin holguras, los frenos, con discos ventilados en el eje delantero y macizos detrás cumplen y no parece que sufran en exceso en un uso más o menos intenso y el coche tiene un paso por curva noble, no muy ágil, pero sí preciso, sin movimientos extraños.
Con arranque sin llave, navegador, cámara de marcha atrás, climatizador automático y todos los elementos de seguridad que hemos citado, el Kia Rio, en este acabado GT Line y con este motor de 120 CV manual cuesta 20.182 euros sin promociones de financiación que, en el caso de la unidad probada, suben hasta 21.429 euros por la pintura y el mencionado pack premium. Si financiamos con la marca, partiremos de un precio de tarifa de 18.296 euros que se convertirán en 19.511 con los extras. Para acceder a este precio de salida, no obstante, habrá que financiar un mínimo de 10.000 euros a un mínimo de 36 meses.
Otra alternativa -la mejor, sin duda- es entrar en coches.net donde encontraréis Kia Rio con este motor y este acabado desde 17.170 euros financiado y unidades nuevas del Rio desde 10.200 euros financiados y desde 13.100 euros al contado. Aquí tenéis el enlace.
Dentro del segmento B, el Kia Rio es un coche cumplidor. No es el que mejor va, ni el más deportivo, ni el que tiene un acabado más refinado, pero es más grande que la mayoría, tiene un buen maletero, transmite sensación de calidad y dispone de una mecánica que tiene un buen rendimiento, no gasta en exceso y, eso sí, hace bastante ruido. Un coche usable en carretera, en autopista y en ciudad y que exhibe la etiqueta Eco. Un coche con siete años de garantía, a precio correcto. Este es, en definitiva, de aquellos coches que cuando lo conduces durante una semana piensas que será el coche ideal para la mayoría de la gente que tenga en mente un coche de este tipo y que lo quiera nuevo. Uno de esos coches que te hacen exclamar, al terminar la prueba aquello de ¿para qué más?.
No está nada mal aunque por diseño me gusta más su primo el Hyundai i20 . Ambos tienen un estupendo descuento.