“¿Ha llegado el momento de lanzarse ya a por un coche eléctrico?”. Si esa es vuestra gran incógnita, estáis en el lugar adecuado; y si no, igual también, porque en este vídeo y en este artículo os vamos a explicaros las ventajas e inconvenientes de los automóviles eléctricos, así que, ¡al lío!
Antes de dar el salto de fe hacia la movilidad eléctrica, es importante conocer los pros y contras de los vehículos “cero emisiones”, porque dar el salto al coche eléctrico es mucho más que cambiar la manguera por el enchufe.
Ventajas del coche eléctrico
Vamos primero con las que son, desde mi punto de vista, las principales ventajas del coche eléctrico. Desde el punto de vista de la conducción, podemos citar las siguientes:
Silencio de marcha. Circular en casi total silencio es sin duda uno de los aspectos más gratificantes de la conducción eléctrica: diremos adiós al ruido del motor -aunque tal vez nos llegue el particular silbido de los propulsores eléctricos- y podremos redescubrir el placer de conversar con nuestros acompañantes sin tener que levantar la voz.
Sin emisiones contaminantes. Como sabemos, los motores eléctricos alimentados por baterías no emiten gases de “efecto invernadero” ni de ningún otro tipo, lo que a largo plazo debería contribuir a limpiar el aire de nuestras ciudades y a contener o rebajar la contaminación producida por el transporte rodado. Dicho esto, la contaminación producida por la propia fabricación del coche, la obtención de materias primas para las baterías y el origen de la electricidad consumida son cuestiones que merecen un análisis pormenorizado que queda fuera del alcance de este artículo.
Es importante conocer los pros y contras de los vehículos “cero emisiones”
Potencia elevada. Los propulsores eléctricos permiten extraer elevados niveles de potencia con suma facilidad, lo que ha dado lugar a que la mayoría de automóviles eléctricos de la actualidad dispongan como mínimo de 150 kW de potencia (es decir 204 CV) o valores claramente superiores; más todavía cuando muchos de estos coches cuentan con dos motores, uno para cada eje. Ya los hay con tres propulsores, como el Tesla Model S Plaid con sus 1.020 CV, y llegarán modelos con un motor por rueda.
Aceleración instantánea. La inmediata respuesta al acelerador es otra gran virtud de los motores eléctricos, que generan gran empuje de manera inmediata y a partir de regímenes de revoluciones bajísimos. Esto permite acelerar desde parado con muchísima rapidez -salvando fácilmente la negativa relación peso/potencia de los coches eléctricos- y, por tanto, realizar maniobras de adelantamiento con mínimo riesgo.
Por otro lado, el coche eléctrico aporta otras ventajas desde el punto de vista de la propiedad del vehículo:
Mantenimiento sencillo y económico. Los motores eléctricos son por definición más simples, eficientes y duraderos que los térmicos; y al mismo tiempo, sus sistemas de transmisión suelen ser muy sencillos, con pocas partes móviles. Todo ello repercute en una menor probabilidad de sufrir averías, además de un coste de mantenimiento potencialmente bajo.
Recarga en el hogar a bajo coste. Las tarifas de las compañías de electricidad nos amargan la existencia con sus frecuentes subidas, y por ahora no parece que vayan a dejar de hacerlo. Aun así, cargar el vehículo a través de una instalación específica en nuestro garaje particular puede costar entre la tercera parte y la mitad que llenar el depósito de un coche de gasolina, especialmente si contratamos una tarifa que nos permita hacerlo durante la noche (ya que así aprovecharemos el menor coste de la electricidad durante las llamadas “horas valle”).
Los eléctricos aportan ventajas desde el punto de vista de la propiedad del vehículo.
Ayudas de las Administraciones. La compra de un eléctrico permite acceder a ayudas del Plan Moves III, con las podemos ahorrar hasta 7.000 euros en la compra de un vehículo eléctrico si su precio antes de impuestos no supera los 45.000 euros y si entregamos otro automóvil para su achatarramiento.
Etiqueta Cero. Por último, pero no por ello menos importante -puede que incluso más-, los coches eléctricos dan acceso a la etiqueta Cero emitida por la dirección General de Tráfico. Este distintivo medioambiental permite circular y aparcar en todas las Zonas de Bajas Emisiones, sin los límites que pueden afectar a los coches con distintivos menos favorables; además, en determinadas localidades los vehículos con distintivo Cero pueden aparcar gratuitamente en zona azul.
Desventajas e inconvenientes del coche eléctrico
Ya hemos visto que existen muchas y buenas razones para comprar un coche eléctrico, pero hacerlo también puede traer quebraderos de cabeza; más todavía en nuestra España, no tan desarrollada como nos gustaría ni en este ni en otros apartados. Os explico las que son, a mi entender, las principales desventajas del automóvil eléctrico:
Precio de compra elevado. Si hoy en día es difícil encontrar coches nuevos y baratos -salvo en coches.net, donde tenemos las mejores ofertas de coche nuevo-, me atrevo a decir que, de momento, no hay eléctricos nuevos y baratos. Pese a la reducción paulatina del coste de las baterías, éste continúa siendo altísimo y se traslada de manera inevitable al precio final del vehículo. Ni siquiera las ayudas del Moves III logran maquillar del todo la situación, así que quien quiera un eléctrico debe estar preparado para asumir su precio.
Dónde cargar la batería. Una vez comprado nuestro coche eléctrico, llega el otro gran problema, que es dónde recargar su batería; ya que, por mucho que tengamos la fortuna de disponer de garaje con nuestro propio punto de carga, tarde o temprano llegará la necesidad de hacerlo “en la calle”. Cierto es que la red europea de estaciones de carga está creciendo a gran ritmo, algo más “tranquilo” en España; pero sigue siendo tristemente habitual -y os lo digo desde la experiencia- llegar a una estación de recarga y encontrarnos ¡con que no funciona! Y lo que es peor: puede que la más próxima esté situada más allá de la autonomía restante en nuestro vehículo.
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“Angustia” de la autonomía. Por fortuna, es un problema que se está reduciendo gracias a la mayor capacidad y eficiencia energética de los últimos modelos eléctricos (que en muchos casos ya superan los 300 km de autonomía real y no solo teórica). Pero sufrir, se sufre más que con cualquier coche de combustión pura o con hibridación, con los que siempre sabes que llegarás a la próxima gasolinera.
Planificar los viajes. Viajar con un eléctrico es... complicado. Al menos, más complicado que hacerlo con un coche “de los de toda la vida”. Cuanto más largo vaya a ser nuestro viaje, más importante será planificarlo anotando la ubicación de las distintas estaciones de recarga que tengamos a nuestro paso, la potencia de recarga de cada punto y el tiempo que necesitaremos esperar cada vez. Todo ello contemplando la posibilidad de que alguna estación falle y tengamos que optar por un plan B. O incluso un plan C.
Coste de la carga rápida. Si cargar nuestro coche eléctrico puede ser barato cuando lo hacemos en casa, las recargas de alta potencia pueden ser y probablemente serán mucho más costosas (tal vez incluso más que llenar el depósito de gasolina en un coche equivalente). Por ese motivo, es conveniente comparar los precios marcados por cada red de estaciones de recarga, tanto como considerar la opción de contratar tarifas de suscripción con una cuota fija pero con precios más bajos.
Tiempo de recarga. No nos engañemos: la carga rápida tampoco es tan rápida. Está claro que, cuanto mayor sea la potencia de carga, menos tiempo tardaremos en cargar la batería; aunque en realidad, la duración del proceso dependerá de la capacidad de la propia batería, de la potencia máxima de carga admitida por el vehículo, de la potencia máxima que provea la estación y, claro está, de si queremos cargar la batería parcialmente o al completo. En cualquier caso, y para que os hagáis una idea: cargar la batería en una estación “ultrarrápida” supondrá esperar entre media hora y una hora; hacerlo en una estación “rápida” o en una instalación doméstica puede llevar entre 4 y 8 horas; y si lo único que tenéis cerca es un enchufe como los de casa… volved a por el coche mañana a la misma hora.
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Longevidad de las baterías. Ningún coche dura para siempre; y en el caso de los eléctricos, sus baterías tienen una vida útil probablemente más corta que la del resto del vehículo -pensemos que muchos fabricantes garantizan un 70% de su capacidad de carga pasados 8 años ó 160.000 km-. Dependiendo del uso que hagamos del coche, del clima en el que vivamos, de la potencia con la que realicemos cada recarga e incluso de la química interna de la propia batería, su esperanza de vida puede acortarse, y el coste de reemplazarla no va a ser bajo precisamente.
Valor de reventa del vehículo. Precisamente a causa de la degradación progresiva de la batería, el valor residual de un coche eléctrico descenderá aceleradamente cada año que pase. Sin darle más vueltas al asunto, os lanzo una pregunta sencilla: ¿os compraríais un eléctrico de segunda mano con, pongamos, seis años de antigüedad?
¿Sensaciones de conducción? El último inconveniente que planteo es claramente el más subjetivo de todos, ya que aquí el gusto personal de cada conductor cuenta más que cualquier otro criterio. Tratando de ser objetivos, debemos aceptar que al conducir un eléctrico perderemos, para bien o para mal, el sonido de un motor de combustión; y el peso extra de las grandes baterías (que pueden hacer que SUV eléctrico supere las dos toneladas y media) se torna enemigo de la conducción entre curvas. Si sois conscientes de ello y no os supone un problema, ¡adiós inconveniente!
¿Interesa comprar un coche eléctrico?
Conste que en este artículo he compartido con vosotros mi humilde y particular listado de ventajas y desventajas de los coches eléctricos. Seguro que muchos ampliaríais la lista de pros… o la de contras; y es probable que algunos estéis directamente en desacuerdo conmigo. Pues bien, para eso está la sección de opiniones, así que comentemos amigablemente.
Por todo lo dicho, si me preguntáis “¿merece la pena comprar hoy un eléctrico?” mi respuesta será… “¡De vosotros depende!”. Si por convicción o por necesidad queréis o tenéis que adquirir un automóvil 100% eléctrico, ¡adelante! Lo único que os aconsejo es que hagáis con él lo mismo que haríais con vuestra nueva pareja o vuestro nuevo compañero de piso: aceptarlo como es, con todo lo bueno y lo tan bueno. Que al final se le coge cariño. O puede que no.
Hola. Me parece muy correctos todos los comentarios sobre los coches eléctricos pero quisiera preguntar , si compro un coche eléctrico para usarlo durante 5 meses al año y el resto lo tengo parado en un garaje, como responderían las baterías ????? muchas gracias y saludos.