Hay días especiales que uno recuerda para siempre y amanecer en la idílica Costa Esmeralda (Cerdeña) con el objetivo de probar por primera vez el Lamborghini Huracán Sterrato, junto al resto de modelos de la gama Huracán, es uno de ellos. Al menos para un periodista de motor…
Porque el Huracán Sterrato es un superdeportivo, sí, pero no uno cualquiera; es uno con el que enfrentarse a carreteras –o, mejor dicho, caminos- a los que ni te acercarías con ninguno de sus hermanos. Y es que Lamborghini ha sumado el concepto aventura a los atributos que ya conocíamos -lujo, refinamiento y deportividad- y, de esta forma, nace el Sterrato: un superdeportivo con aptitudes todoterreno y el encargado de despedir al motor V10 atmosférico tal y como lo conocemos.
Pero, ¿por qué ha decidido Lamborghini dar una vuelta tan arriesgada al concepto del Huracán para esta despedida? Desde la compañía lo tienen claro: si van a salir de su zona de confort electrificando uno de los motores más apreciados de la historia, como también ocurrirá con el Lamborghini Aventador y su V12, es una buena forma de demostrar que no hay límites y pueden hacer lo que se propongan. Y hacerlo muy bien.
Para comprobar si esto es así hemos viajado hasta Porto Cervo, un lugar lleno de carreteras de montaña reviradas y donde el asfalto no está diseñado precisamente para las suspensiones de un superdeportivo como puede ser el Huracán… pero el Sterrato es una excepción, claro, no entra dentro de ese grupo convencional a pesar de compartir genética.
Tiene una mayor distancia al suelo, 44 mm más respecto al Lamborghini Huracán EVO que también hemos tenido ocasión de probar, lo que viene de la mano de un mayor recorrido de las suspensiones y también un mayor ancho de vías. Han calibrado, además, los modos Strada y Sport respecto al EVO y el selector Anima suma el modo Rally, destinado a condiciones de baja adherencia como puede ser el barro, la nieve y otras superficies deslizantes.
Su aspecto también es revelador: basta con fijarse en las protecciones en los bajos delanteros, los umbrales de las puertas y los arcos de rueda con los remaches, que son toda una declaración de intenciones, así como en las luces de rally en el frontal y el scoop o toma de aire en el techo, que tiene también la función de garantizar aire limpio al motor cuando circule por carreteras polvorientas.
Resulta extraño a la vista, desde luego, pero a su vez, el Lamborghini Huracán Sterrato te mira desafiante… Ahora bien, ¿habrán sacrificado algo de deportividad en él para darle ese espíritu off-road? ¿Es realmente la mejor manera de decir adiós a un icono antes de su reinterpretación?
Lamborghini Huracán Sterrato: ¿lo mejor de todos los mundos?
El Lamborghini Huracán Sterrato fue el último que probé durante mi jornada de conducción por la isla de Cerdeña; antes, pasaron por mis manos los todopoderosos Huracán EVO Spyder, Huracán Técnica, y el Lamborghini Huracán STO, el coche de carreras camuflado para la calle. Y todos ellos son capaces de transmitirte sensaciones muy dispares.
El glamour y el refinamiento dinámico del EVO Spyder te llevan directamente al equilibrio del Huracán Técnica, a mi juicio la criatura mejor calibrada de toda la gama según lo que persigue Lamborghini, para desembocar en la dureza del Huracán STO, donde verdaderamente te sientes más piloto de carreras que conductor. El verdadero caza de combate dispuesto a revolver tus entrañas si le pides que te dé todo lo que tiene. Pero, ¿en dónde encaja el Sterrato?
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Como te decía anteriormente, su estética y configuración dejan claras sus intenciones: lejos de la pista de carreras, aunque sería perfectamente capaz de salir airoso de cualquier circuito, desde luego; en el habitáculo, realmente hay poco que te despiste de que estás en un Lamborghini Huracán: asientos deportivos con doble estructura de carbono, cinturones de seguridad de cuatro puntos, volante achatado en la base y acabado en Alcantara, así como alfombrillas de aluminio. Tan solo la inscripción Sterrato en los asientos y una chapa en el lateral que indica que es una edición limitada a 1499 unidades delatan que es especial.
Al arrancarlo, la melodía es conocida. El V10 atmosférico brama y retumba en tu caja torácica, como queriendo ocupar ese vacío que sabe que pronto dejará en nuestros corazones. Bueno, realmente quizá me estoy poniendo un poco dramática, pero saber que tiene los días contados hace que disfrute mucho más del sonido que emite.
Las carreteras del norte de Cerdeña son exigentes; baches, peraltes, y horquillas ascendentes que dejan en el precipicio la vista del Mediterráneo son el lugar ideal para disfrutar de este superdeportivo que prácticamente se anticipa a tus intenciones en cada curva. Es como que te leyera la mente. Y tiene lógica, ya que cuentan con el Lamborghini Dinamica Veicolo Integrata, que es como el cerebro tecnológico de esta criatura, y te ofrece una experiencia de conducción plena ya que gestiona tus maniobras para garantizar la mejor dinámica de conducción en función del modo de conducción elegido, o del entorno.
El sistema está integrado con información adicional que recibe mediante inclinómetro, geocoordenadas, brújula y ángulo de viraje, así que tendrás en todo momento el mejor Lamborghini para la circunstancia que se está dando. Pero no quiere decir que disfrutes menos de la conducción, en ningún caso. Más bien es una manera de animarte a superar tus límites y exprimir al máximo cada uno de los 610 CV y 560 Nm de par que dispone.
El Lamborghini Huracán Sterrato se siente quizá más dócil en cuanto a comportamiento que sus hermanos, especialmente porque cuenta con unos amortiguadores más blandos y, por supuesto, a la suspensión más elevada, pero su estabilidad y la manera de leer la carretera es sensacional.
Si lo conduces despacio, disfrutando de las paradisiacas vistas mediterráneas, lo sientes tranquilo, confortable… el coche ideal para disfrutar de cualquier carretera durante kilómetros. Pero basta con clavar el pie en el acelerador para sentir como despierta en él el espíritu que impregnan en los modelos de Sant’Ágata Bolognese. Notas como el V10 respira, toma aire, para después emitir un rugido que te catapulta hacia la siguiente curva de la ruta. No sabemos que nos deparará su electrificación, pero este recuerdo será inolvidable…
Lamentablemente, durante nuestra jornada de pruebas no pudimos exprimirlo como el coche ‘off-road’ que promete ser, pero este primer contacto nos bastó para saber que el concepto del Huracán Sterrato está muy bien meditado. Tiene lo mejor de los mundos que cualquier amante del motor disfrutaría: un coche capaz de alcanzar los 100 km/h en 3,4 segundos y de circular a 260 km/h, o de enfrentarse de lado a las pistas de tierra de cualquier tramo de rally sin despeinarse.
Es un fin de fiesta muy especial, y la recordaremos como una de las creaciones más peculiares de la compañía italiana, que no parece tener miedo a enfrentarse a nada, sea como sea el camino que tiene por delante.
Esta bien, ya veremos cuando lleguen los electricos.