Vamos a probar en este trabajo dos coches de la misma marca y que comparten tecnología, pero que se dirigen a públicos diferentes, de manera que más que una comparativa, estamos ante una prueba doble del Land Rover Discovery Sport, un SUV de carácter familiar, práctico y funcional, relativamente lujoso y con unas buenas posibilidades para circular fuera de carretera y del Range Rover Evoque, un SUV de lujo, más pequeño, más exclusivo y con un diseño más refinado. En ambos casos, con un sistema de propulsión híbrido enchufable con una potencia máxima de 309 CV y que arrancan por encima de los 50.000 euros de precio de tarifa.
No hay más que ponerlos uno junto a otro para apreciar sus notables diferencias. El Evoque mide 4,37 metros, que son 22 cm menos que su hermano mayor y tiene una batalla más corta de 2,68 metros contra 2,74. Ambos son igual de anchos (1,80 metros) mientras que, en altura, el Discovery se impone con 1,72 metros por 1,65 del Evoque. La altura libre al suelo del Discovery Sport es de 21,2 cm por 17 en el caso del Evoque lo que nos lleva a pensar que las aptitudes fuera de carretera del primero serán más que interesantes.
Por diseño, el Evoque es el hermanito pequeño del Range Rover Velar (prueba de este modelo en vídeo en este enlace) y tiene los principales elementos que hicieron de la anterior generación un verdadero icono que se vendió como rosquillas. Tiene un frontal potente, con unos faros muy finos, una línea de cristales ascendente y un aspecto general compacto y elegante.
El Discovery Sport, en cambio, tiene un diseño menos refinado, con más superficie acristalada, un montante trasero de generoso grosor y unos pasos de rueda que serán siempre oscuros a condición de que no compréis una versión como la de la prueba, con el paquete R-Dynamic, ya que entonces pasan a ser del mismo color de la carrocería y el coche pasa a tener un aspecto más asfáltico.
La novedad en estos dos coches la tenemos bajos los capós. Ambos comparten un sistema de propulsión híbrido enchufable compuesto por un motor de gasolina de 200 CV y un motor eléctrico de 109 CV que pueden llegar a funcionar al máximo de sus respectivas potencias para proporcionar 309 CV y 540 Nm de par, que se dice pronto.
El motor de gasolina es un miembro de la familia Ingenium de la marca, de 3 cilindros y 1,5 litros resultado de amputarle un cilindro al bloque de cuatro. ¿Un motor de tres cilindros para un coche tan grande, os preguntaréis? Pues sí. ¿Motivos? Uno esencialmente y no, no es un tema de espacio bajo el capó puesto que el motor eléctrico está sobre el eje trasero sino de peso. Con el 3 cilindros se ahorran 37 kilos y eso en coches que superan de largo las dos toneladas, siempre es bienvenido.
Prestaciones. La velocidad máxima es de 213 km/h. en el Evoque y de 209 km/h. en el Discovery Sport que es ligeramente más lento que su hermano pequeño en el 0 a 100: 6.6 segundos por 6,4 del Evoque. Hemos dicho que el motor eléctrico va situado sobre el eje trasero mientras que la batería se sitúa bajo el asiento posterior. De este modo, apenas se pierde capacidad de maletero.
El maletero del Evoque es de 472 litros, mientras que el del Discovery Sport llega a los 780 litros si adelantamos al máximo la segunda fila. Ambos tienen un plano de carga bastante alto, que obliga a elevar mucho los bultos que vayamos a cargar y mantienen un cierto espacio debajo del piso.
En el caso del Discovery Sport cabe una rueda de repuesto. Por supuesto, la banqueta posterior puede abatirse en ambos casos quedando un volumen de 1.156 litros en el Evoque y 1.574 en el Discovery Sport que, por cierto, en esta versión híbrida enchufable pierde la posibilidad de disponer de una tercera fila de asientos que sí ofrecen las versiones térmicas en opción.
En las plazas traseras es donde más diferencias existen, porque las del Discovery son realmente amplias. Hemos medido 32 cm de distancia entre filas con el asiento delantero situado una posición de conducción intermedia y la altura al techo desde la base de la banqueta es de 97 cm. La sensación de espacio, además, se amplifica al tener una mayor superficie acristalada. Para tres ocupantes, la anchura de la banqueta es correcta pero la plaza central tiene un respaldo duro como suele suceder en estos casos.
En el Evoque sucede lo mismo, pero, además tiene menos espacio para las piernas (8 cm menos) aunque se mantiene el espacio hasta el techo. La sensación detrás es de estar un poco más agobiado ya que la superficie acristalada es menor y hay, en general menos espacio, pero no hay que olvidar que el Evoque no llega a los 4,40 metros que es la longitud de cualquier coche compacto y si lo comparamos con ellos, la habitabilidad es similar.
En la parte delantera, las diferencias de diseño existen, pero no son extraordinarias. El Evoque tiene la pantalla central un poco más integrada dentro del salpicadero y un espacio mayor para los mandos del climatizador que es digital, pero está separado de la pantalla principal. Al tener una consola flotante, más de diseño, el Evoque tiene un espacio portaobjetos debajo de la misma, de acceso no muy sencillo.
El Evoque es un coche más acogedor, que envuelve más al conductor, que le hace sentirse al volante de un coche más deportivo, más de gama alta. La instrumentación digital es la misma pero la zona alrededor del cambio cambia y el toque de la pantalla, demasiado baja, pero con un cistal curvado y escamoteable, le da un aire más lujoso.
El Discovery Sport mantiene el elevado nivel de calidad de su hermano, con materiales de muy buena calidad y un acabado realmente premium, pero su diseño es más clásico y funcional. La pantalla queda integrada con la zona del climatizador, ganamos un espacio para el cargador inalámbrico y el espacio alrededor del pomo del cambio es más estrecho.
Elementos como el volante o la palanca del cambio son iguales en ambos, así como las palancas y otros elementos, pero el Discovery Sport tiene un aire general menos refinado, como si el hecho de no llamarse Range le impidiera ser un coche premium de pleno derecho. De todas formas, hay que destacar que el acabado bicolor, que debe ser bastante delicado, le da un aire muy elegante.
Vamos ahora con la parte dinámica
Ambos coches tienen un comportamiento similar ya que comparten el motor y el peso elevado pero el Evoque, en carretera, es un coche claramente más dinámico. La suspensión del Range tiene menos recorrido y es más firme lo que no llega a afectar a su confort de marcha, y, en cambio, le convierte en un coche más ágil. En cualquier caso, ni uno ni otro buscan la efectividad en carretera. Son coches potentes, con buenas prestaciones, es cierto, pero con un peso que se hace notar.
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Más de 2.150 kilos son muchos kilos, incluso para coches en los que la presencia de la batería en el piso permite rebajar ligeramente el centro de gravedad. Es cierto que ambos, especialmente el Evoque, van bien en carretera, pero no son coches para apurar en las curvas. Las inercias en ambos son notables ya que el peso es elevado y tienden claramente al subviraje pese a su condición de 4x4.
El Discovery es un coche más torpón. La elevada altura libre y una suspensión bastante elástica hacen de él un coche apropiado para carreteras anchas donde proporciona un confort de marcha más elevado incluso que el del Evoque, pero cuando entramos en zonas muy viradas o carreteras de montaña, el peso se nota en exceso y nos obliga a tomarnos las cosas con calma.
El motor es suave y muy progresivo gracias a la ayuda del eléctrico, que compensa la posible falta de fuerza en baja del motor térmico con una ayuda desde cero revoluciones que proporciona a ambos una muy buena aceleración. La verdad es que van sobrados de potencia y que el motor tiene un empuje notable tanto en aceleración pura como en las recuperaciones. Estos dos coches montan una caja de cambios automática de convertidor de par de ocho relaciones (no hay que confundirla con la de nueve que llevan el resto de versiones automáticas con motor de gasolina o diésel) cuyo comportamiento es correcto. Es una caja suave, casi imperceptible cuando funciona en modo automático y que resulta algo lenta cuando le exigimos una respuesta más inmediata.
En cualquier caso, el terreno de predilección de ambos es la autopista, donde ofrecen un confort de conducción elevado. Son coches silenciosos y que, además, tienen la posibilidad de circular en modo eléctrico. Ambos disponen de tres modos de conducción. Por defecto se ponen en marcha en el modo híbrido, que combina ambos motores. Arrancan siempre en eléctrico y, en función de la carga de la batería, tardan más o menos en activar el motor térmico.
Si nos apetece, podemos forzar a que circulen siempre en modo EV, es decir, 100% eléctrico. En este caso, el silencio es total y el coche funciona en modo eléctrico siempre que se mantenga carga en la batería y que no superemos los 130 km/h. Finalmente, existe un modo Save que utiliza el motor de gasolina desde que se acciona para mantener intacta la carga de la batería y poder utilizar el modo EV más adelante.
Land Rover ha homologado una autonomía en modo eléctrico de 64 km en el Discovery Sport y de 66 en el Evoque. Lo cierto es que es difícil llegar a conseguirlos. En ciudad, pueden llegar sin problemas a los 60 pero en carretera o si salimos directamente a la autopista, estaremos sobre los 50 kilómetros como mucho. La batería puede cargarse en un wallbox hasta a 7 kilowatios en corriente alterna y acepta cargas semi-rápidas de hasta 32 kilowatios en corriente continua.
Una vez se acaba la carga de la batería, estos coches funcionan en modo híbrido, es decir, mantienen siempre un cierto nivel de carga en la batería para garantizar la disponibilidad de los 309 CV en las fases de aceleración y usan el motor eléctrico, además, para mover el coche en circunstancias favorables. Eso significa que, en carretera o autopista, en todas las bajadas, si damos un poco de gas para mantener la velocidad, el coche se moverá en eléctrico y lo mismo hace en ciudad a baja velocidad.
Lo cierto es que, en recorrido largos de carretera, los consumos están entre 6 y 8 litros en función del ritmo y de la orografía mientras que en autopista a 120 sostenidos, nos mantendremos incluso por debajo de seis litros, que son consumos realmente buenos para coches tan pesados.
Dos coches interesante fuera de carretera
Ambos modelos disponen del sistema Terrain Response de avance fuera del asfalto, un sistema de tracción a las cuatro ruedas con control electrónico que adapta la electrónica del vehículo a las condiciones del terreno. Tiene también sistema de arranque en pendientes, control de descenso y el sistema All Terrain Progress Control que permite fijar una determinada velocidad de avance que el coche mantiene para, en aquellas zonas más complicadas, limitarnos a manejar el volante para avanzar, olvidándonos del gas.
En pista, se invierte un poco el carácter de ambos coches. La suspensión ligeramente más firme del Evoque resulta menos adecuada para la circulación por pistas y el Discovery, con una suspensión más flexible, copia mejor el terreno y se muestra más confortables. Es evidente que ni uno ni otro son coches para moverse por zonas muy rotas ni aventurarse por trialeras, pero la ayuda de la electrónica les convierte, sobre todo al Discovery Sport, en unos de los SUV más polivalentes fuera del asfalto y con mejores posibilidades en la superación de obstáculos.
Los ángulos característicos no son extraordinarios pero el diseño del frontal permite al Discovery tener un ángulo de ataque de 25 grados (22 el Evoque) y superar los 30 grados de salida en ambos casos. La capacidad de vadeo de ambos es de 60 cm, que es mucho para un SUV. Estos son dos coches, en definitiva, con los que aventurarse fuera del asfalto con cierta solvencia. Son mejores que muchos otros SUV del mercado para ello, pero, también son más caros que la mayoría.
Precios elevados en ambos
El Evoque con esta motorización híbrida enchufable cuesta 52.800 euros, que suben a 57.300 en la versión S a la que correspondía nuestra unidad. Con los extras montados, entre ellos las llantas de 20 pulgadas, los asientos eléctricos, el volante de ajuste eléctrico, el retrovisor interior con visión exterior, un gadget realmente útil o el acceso sin llave, nuestro Evoque costaba 66.600 euros. El Discovery, por su parte, arranca, con este propulsor desde 50.510 euros. La versión S, igualada a equipamiento con el Evoque cuesta 55.800 euros y la S con el kit R-Dynamic exterior de nuestra unidad vale 58.150. Con todos los extras (llantas de 20 pulgadas, faros matrix LED, asientos eléctricos con calefacción y memoria, volante con calefacción, ciertos paquetes de ayudas a la conducción y acceso sin llave, nuestro coche costaba 69.404 euros.
Esto de los híbridos enchufables se irá generalizando cada vez más. Tienen la posibilidad de usarse durante la semana en modo 100% eléctrico a muy bajo coste de uso y luego, los fines de semana, viajar con ellos gastando menos de lo que gastaríamos con un gasolina. Y además, con la etiqueta Cero de la DGT, que nunca viene mal y que tiene sus ventajas, sobre todo en las grandes ciudades. En este caso, además, con el añadido de que no solo pueden circular por carretera sino también fuera de ella. Eso sí, hay que tener una economía saneada ya que estos dos SUV, tan distintos por fuera y tan iguales por dentro, tienen también un precio similar, siempre por encima de los 50.000 euros.
No me gusta ninguno de los dos.