Leapmotor C10: El SUV eléctrico más barato de su segmento

Leapmotor, la nueva marca china que importa y distribuye Stellantis en Europa ha lanzado dos modelos en nuestro mercado, el pequeño urbano T03 y el SUV C10, ambos eléctricos. Este último es el último modelo lanzado por el fabricante y el primero que se ha planteado como un modelo global para ser vendido en todo el mundo. Es un SUV del segmento D que mide 4,74 metros de largo por 1,90 de ancho y 1,68 de alto y tiene una distancia entre ejes de 2,85 metros. Su precio en España arranca en unos muy competitivos 34.900 euros antes de aplicar el Plan MOVES.

Tu coche eléctrico al mejor precio en coches.net

Con este coche Leapmotor demuestra que estará presente en todos los segmentos del mercado, desde los coches urbanos a los grandes SUV de viaje a precios bajos para el tipo de coche que ofrece. A este C10 100% eléctrico se le añadirá pronto en la gama una versión con autonomía extendida dotada del mismo motor eléctrico trasero, pero con un propulsor de gasolina delantero que realizará funciones de generador para alimentar la batería y, a través de ella, el propulsor eléctrico. Esta segunda variante debería llegar a mediados de 2025 puesto que en China ya se comercializa.

Leapmotor asegura que este modelo, que se importa de China y, por consiguiente, debe pagar el arancel impuesto a todos los vehículos eléctricos de aquella procedencia, podría montarse en Europa próximamente, incluso con un 25% de piezas locales para evitar el mencionado arancel. La fábrica de Stellantis de Fiat en Mirafiori (Turín) parece la mejor posicionada para recibir el encargo de la producción del C10 para Europa.

La estética exterior del Leapmotor del C10 es muy china, sin aristas, con líneas suaves, un frontal con una fina línea de luz entre los faros y una trasera claramente inspirada en la de la última generación del Porsche Cayenne (tanto el montante trasero como la línea de luces) que parecen tener todos los SUV actuales. Un coche proporcionado, que no parece medir lo que mide, que no enamorará, pero que tampoco disgustará a nadie.

El interior también es el típico de cualquier modelo de SUV eléctrico actual de origen chino, claramente influenciado por el diseño de los Tesla. Una pantalla para la instrumentación de 10,25 pulgadas, otra central de 14,6, es decir, de formato grande y botones solo en el volante para moverse por los menús y ejecutar diferentes funciones como, por ejemplo, la regulación de los retrovisores.

El coche tiene la palanca del cambio tras el volante donde está también la de los intermitentes y los limpias (a la izquierda) evitando así los intermitentes en el volante de los Tesla de nueva generación. Incorpora numerosos huecos para dejar objetos, con una gran guantera bajo el reposabrazos y otra debajo de la consola central, ésta poco útil. El sistema de ventilación está oculto para conseguir un diseño minimalista y dispone de una sofisticada iluminación ambiental (solo en el acabado tope de gama Design) y un techo solar fijo de cristal con cortinilla de más de 2 metros cuadrados de superficie.

El sistema de información y entretenimiento tiene control por voz que responde a la persona que se dirige a él y cuenta con inteligencia artificial para adaptar las funciones a los hábitos del conductor. En el coche hay un cargador inalámbrico y cinco tomas de recarga de móviles, el sistema de luz ambiental se sincroniza con el equipo de sonido de 12 altavoces y el coche dispone de climatizador controlable desde una aplicación de móvil con la que se puede abrir y cerrar el coche.

La mayoría de las funciones de regulación (luces, retrovisores, conexión y desconexión de las ayudas a la conducción, elección de los modos de conducción, calefacción y regulación de asientos y, por supuesto, navegación, equipo de audios y climatización) pasan por la pantalla central, situada en una posición correcta. A diferencia de los Tesla, el C10 mantiene una segunda pantalla para la instrumentación ya que carece de head-up display. El coche se abre y se pone en marcha mediante una tarjeta similar a la de los Tesla o mediante una llave en el teléfono móvil.

Las plazas traseras de este coche son muy amplias, con una gran distancia entre filas como es habitual en los modelos de origen chino y más en los eléctricos, que tienen una batalla larga para colocar la batería que, en este caso, hace parte de la estructura del vehículo de manera similar a las de los modelos de BYD. La altura libre al techo es muy elevada y los pasajeros van sentados en una posición cómoda, sin flexionar en exceso las rodillas como en otros eléctricos.

La plaza central trasera es muy aprovechable. No es tan cómoda como las exteriores, pero el piso plano ayuda a situar los pies y el reposabrazos central no es de los más incómodos como respaldo. El equipamiento atrás incluye salidas de aire, pero sin climatización trasera y tomas de USB para recargar dispositivos.

El maletero cuenta con apertura eléctrica solo en el acabado superior Design y es bastante alto. Tiene una capacidad de 435 litros, pero cuenta con dos dobles fondos, el más cercano al umbral con un hueco generoso debajo y el más cercano a los asientos traseros con dos bandejas para dejar los cables de recarga o cualquier otro objeto. Con los respaldos traseros abatidos, el volumen del maletero es de 1.410 litros y existe la posibilidad de abatir hacia atrás los respaldos delanteros para crear una espacio donde colocar encima un colchón de 1,8 x 1,2 metros.

El motor de este coche ofrece 218 CV y entrega 320 Nm de par. La batería va en el piso, con un sofisticado sistema de gestión térmica. La batería es de 69,9 kWh y autoriza una autonomía homologada de 420 KM. Se recarga a un máximo de 6,6 en alterna y de 84 en continua con 30 minutos para pasar del 30 al 80%. Esta última cifra es decepcionante frente a modelos de la competencia que superan los 150 kW e incluso algunos, con cifras superiores.

El motor es suficiente para un coche de este tipo y destinado a un uso familiar. Tiene una velocidad punta de 170 y acelera de 0 a 50 en 3,9 segundos, pero sobre todo recupera con presteza gracias al empuje constante del motor eléctrico. Además, al tener la tracción en el eje trasero, donde se sitúa el motor (de ahí el elevado plano de carga del maletero), la tracción es siempre impecable y la agilidad del coche se ve incrementada por la capacidad de giro del eje delantero, que no se encarga de mover el coche.

Leapmotor explicó en la conferencia de prensa de esta toma de contacto que el desarrollo del chasis lo han llevado a cabo con la colaboración de los ingenieros de Alfa Romeo en la pista de pruebas de Balocco, cerca de Milán. Lo cierto es que, a diferencia de otros modelos de origen chino, que suelen tener una suspensión blanda, el C10 ofrece un tacto de suspensión firme que evita los balanceos de la carrocería y genera una excelente sensación de control al volante.

La dirección no es muy informativa, pero resulta precisa y los frenos son efectivos, aunque hay que acostumbrarse a su tacto ya que, a baja velocidad, frenan de golpe en las maniobras. En carretera funcionan mejor, con una modulación más conseguida. El coche tiene una función de pedal único para recuperar el máximo de energía y homologa en ciudad una autonomía muy superior a la convencional, con 595 km. El conductor puede elegir entre los modos normal, eco y sport y entre diferentes niveles de regeneración de energía, siempre a través de la pantalla central.

La gama del C10 se estructura en dos acabados: Style y Design y cinco colores exteriores blanco, negros, dos grises y el verde y dos interiores, en negro y marrón. El primero lleva llantas de 18 pulgadas y el segundo de 20. Todos los C10 llevan climatizador bizona, asientos eléctricos, techo panorámico, cámara de 360 grados, navegador y 17 ayudas a la conducción. El acabado Design incluye el portón trasero eléctrico, asientos ventilados y con calefacción tapizados en piel sintética y la citada iluminación ambiental. El precio de este coche es de 34.900 euros para el acabado Style al que pueden restarse los 7.000 del Plan Moves. El Design cuesta 36.400 euros.

Otra marca china que llega a Europa con coches eléctricos, como la mayoría de ellas. La diferencia es que, en este caso, contará con la red de concesionarios de Stellantis y que, a corto plazo, todos podría fabricarse en Europa en las plantas del grupo, muchas de ellas con más capacidad de la usada actualmente. Después de conducir este C10, lo más destacado es su buena relación precio-equipamiento. No destaca en ningún aspecto en concreto, no es ni muy potentes ni ofrece grandes autonomías o velocidades de recarga competitivas, pero su precio es muy competitivos ya que cuesta menos que cualquier modelo SUV de Stellantis de medio metro menos de longitud y se sitúa como el coche de segmento D de 4,70 metros eléctricos más económico del mercado.