Estilo, lujo y pasión
El titular aglutina las principales características y cualidades de esta nueva berlina de Maserati, aunque no las únicas. Conducir el Quattroporte -un Maserati en definitiva-, es sinónimo de disfrutar y de tener buenas sensaciones al volante y, por supuesto, de confort y lujo. Este año se cumple el centenario de Maserati y Coches.net ha querido rendirle homenaje realizando esta prueba.
Pero, en realidad, hemos sido nosotros los que nos “hemos dado el homenaje” disfrutando de las prestaciones de esta gran berlina con alma de deportivo. Fuimos por todo tipo de carreteras y también lo “pusimos” sobre le asfalto del circuito de Parcmotor en Castellolí, nuestra pista de pruebas habitual, para disfrutar de todo su potencial sin limitaciones legales. Los 410 CV de su V6 y unas prestaciones dinámicas sorprendentes nos regalaron una jornada de trabajo excelente.
Imagen renovada
Mientras los hombres de Crator preparaban y colocaban las cámaras de video en el Maserati, nosotros quedamos prendados de la bonita estampa que ofrece el italiano lo mires por donde lo mires. El nuevo Quattroporte es la sexta generación de este modelo y aunque ha crecido tanto por fuera como por dentro, sus líneas mantienen la esencia que siempre lo ha caracterizado.
Sus rasgos son más modernos y ofrece una línea más fluida aunque mantiene la tradicional parrilla ovalada con aletas convexas para dar paso a las nuevas ópticas con luz diurna con tecnología LED. El paragolpes con entradas de aire laterales, el profundo cambio de la zaga, con los renovados pilotos traseros de LED y la incorporación de un spoiler sobre el capó, son los principales protagonistas de la nueva imagen del modelo.
Su perfil lateral es ahora más agresivo y dispone de tres ventanillas y puertas sin marcos. Unas bonitas llantas de 20” -opcionales- redondean su espectacular aspecto. El Quattroporte es un coche grande y lo demuestran sus más de 5 metros de largo, sus 2 metros de ancho y una batalla de algo más de 3 metros. Pese a ello, el peso ha disminuido gracias a la utilización de materiales ligeros en el subchasis y carrocería logrando un peso de 1.890 kg.
Confort interior
Como era de esperar, el interior es amplio y lujoso. De serie incluye asientos de piel calefactables y regulables eléctricamente en 12 posiciones, climatizador bi-zona y los interiores revestidos en piel Poltrona Frau. La calidad se percibe en superficies realizadas con maderas nobles, metales y pieles cuidadosamente seleccionados. El diseño del tablier y cuadro de instrumentos es sencillo pero muy claro -con dos instrumentos principales separados por una pantalla TFT de 7 pulgadas en la que se pueden visualizar los datos dinámicos del vehículo.
El coche combina la elegancia con la alta tecnología de la gran pantalla táctil de 8,4 pulgadas o con la disposición -opcional- de un equipo de sonido Bowers & Wilkins con 15 altavoces. El Maserati Touch Control incluye radio, navegador, lector de DVD, conexión USB y toma AUX. Desde la pantalla además se controla la calefacción y ventilación de los asientos, la calefacción del volante y se visualizan las imágenes de la cámara posterior.
En las plazas traseras el espacio es mayor que en su antecesor y los acompañantes dispondrán de 105 mm. más para acomodar sus piernas. Lo cierto es que esas plazas son comodísimas y muy amplias. Eso sí, el pasajero que viaje en la central irá muy incómodo debido a la escasa altura al techo y, sobre todo, por el voluminoso túnel central.
Opcionalmente se puede solicitar con dos asientos independientes. En este caso, los dos asientos están ventilados y dotados de regulación eléctrica. Las butacas están separadas por una consola central rematada con los mismos materiales que el resto del interior y dispone de conexión USB, toma de 12V y un generoso hueco portaobjetos con sendos portavasos colocados bajo los reposabrazos. Gracias a las nuevas dimensiones también aumenta la capacidad del maletero que ahora dispone de 530 litros con un espacio diáfano para facilitar la carga.
Bien equipado pero…
El Quattroporte llega muy bien equipado tanto en lo que se refiere a seguridad como a tecnología y confort, pero para disfrutar de todas las comodidades que puede llegar a ofrecer tendremos que recurrir a las opciones y éstas no son precisamente económicas. Entre los elementos de seguridad de serie dispone de airbags frontales de conductor y pasajero, de cabeza delanteros y traseros y laterales delanteros.
Antibloqueo de frenos ABS, asistente de arrancada en pendiente, cámara de visión trasera, control de crucero adaptativo, control de estabilidad, diferencial trasero de deslizamiento limitado, sistema de amortiguación Skyhook con control electrónico, faros bixenón, faros adaptativos, fijaciones ISOFIX, sensores de aparcamiento y volante multirregulable. En el plano del confort el Quattroporte de serie propone acceso sin llave, asientos delanteros con ajuste eléctrico -12 posiciones- y calefacción, climatizador bizona, sensor de luces y freno de mano electrónico.
En lo que respecta a la decoración Maserati propone para el Q4 la tapicería de cuero Poltrona Frau y la terminación interior en roble oscuro. El resto es opcional. En el tema multimedia no falta la radio, conexión Bluetooth, USB, lector de tarjetas SD, navegador, pantalla táctil de 8,4" y reproductor de DVD. Y a partir de aquí entramos en el mundo de los extras.
Con opciones caras
El Quattroporte “lleva de todo” si lo pagamos. Para tener las levas en el volante pagaremos 1.113 €, si queremos ir fresquitos con los asientos delanteros ventilados serán 1.086 € y si deseamos el climatizador de cuatro zonas nos costará 2.987 €. Las lunas trasera sobretitandas tienen un coste de 1.683 €, mientras que el techo solar tiene un precio de 2.240 €.
Para decorarlo a nuestro gusto la firma italiana nos propone las opciones de la pintura metalescente -2.036 €-, tapicería de cuero natural -4.751 €-, tapicería de cuero natural y parte central de asiento en Alcántara -5.159 €-, techo y pilares en Alcántara -1.731 €-, terminación interior en fibra de carbono -4.073 €- y volante de cuero con inserciones de madera o carbono -1.290 € y 1.222 € respectivamente-.
Si nos decidimos por los dos asientos traseros individuales tendremos que pagar 6.788 € y si queremos las mesitas traseras plegables 3.122 €. Disfrutar del sonido Premium del equipo Bowers&Wilkins con 15 altavoces nos costará 4.751 € y si queremos el sistema de entretenimiento trasero con sintonizador de TV, 6.041 €. Las llantas de 20” cuestan 2.579 € y las de 21” 5.702 €. Por supuesto la marca ofrece packs que aglutinan algunas de estas opciones. El precio del nuevo modelo Q4 es de 125.789 €. Nuestra unidad, con los extras que montaba rondaba los 143.000 €. No se puede negar que con el Quattroporte se puede viajar con toda clase de lujos y comodidades pero no con un coste bajo, desde luego.
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Tecnología sí, pero también pasión
El motor V6 Twin Turbo de 3 litros que monta esta versión -la otra motorización es un V8 de 530 CV-, está diseñado por Maserati, fabricado en Maranello y es el primer propulsorde la firma italiana que se combina con un sistema de tracción total. El V6 comparte con su hermano mayor la mayoría de componentes clave siendo idénticos el diámetro de los cilindros y el diseño de la cámara de combustión.
Idéntico también el esquema del turbocompresor, dotado de dos intercambiadores montados en la parte baja y distanciados de los radiadores principales para conseguir un aporte constante de aire fresco. El motor del Q4 ofrece una potencia de 410 caballos a 5.500 rpm, con un par máximo de 550 Nm entre 1.750 y 5.000 rpm. Las cifras son claras y demuestran su potencial. Acelera de o a 100 km/h en 4,9 segundos y alcanza los 285 km/h, todo ello con un peso de 1.890 kg. Para la transmisión recurre a un cambio automático ZF de 8 velocidades que pesa 4 kilos menos que el de seis de la versión anterior.
Dispone de varios modos de uso que se seleccionan mediante los botones situados en la consola central al lado de la palanca de cambio. Puede modificarse tanto en automático como en manual en los modos “Normal, “Sport” y I.C.E. -Increased Control Efficiency-. Está última opción está pensada para disfrutar de un funcionamiento silencioso del motor y fluidez de marcha. En la modalidad I.C.E. los cambios se producen automáticamente de la manera más suave posible, dando prioridad al consumo y al confort.
Tracción total
El consumo va más allá de los 10,6 litros que indica la marca, especialmente en conducción “alegre” pero, sinceramente, creemos que no será un problema para quien se plantee adquirir un Maserati. La suspensión también presenta una opción de cara a una conducción deportiva con la que, accionando el botón situado en la consola, se endurece para ofrecer mejores prestaciones.
El Q4 es el primer Maserati con tracción total y para ello emplea un sistema electrónico de tracción a las cuatro ruedas que transmite par al eje delantero -hasta un 50%- en situaciones de baja adherencia. El sistema trabaja conjuntamente con el control electrónico de estabilidad y dependiendo del deslizamiento de las ruedas, ángulo de giro y potencia suministrada, la gestión maximiza la adherencia a cada una de las ruedas para ofrecer el máximo agarre y tracción en condiciones deslizantes.
En situaciones en el que la adherencia es buena, el 100% del par lo transfiere al eje trasero. Es evidente que el Q4 dispone de la electrónica y de los elementos de seguridad necesarios para poder extraerle el máximo, pero la ausencia de componentes electrónicos que algunos de sus rivales incorporan, le permite ser más “conducible” y transmitir más sensaciones a su propietario.
Impecable en carretera. Bien en circuito
Pese a su condición de berlina de lujo, el Quattroporte no renuncia a la deportividad y lo demuestra con su buen comportamiento dinámico incluso en una pista. Durante la prueba tuvimos ocasión de rodar con él en Parcmotor y tenemos que decir que, pese a no ser un deportivo “de pura raza” y condicionado por su peso y sus dimensiones, el Q4 nos permitió disfrutar de él incluso en circuito. En curvas rápidas goza de un gran aplomo y su estabilidad es elevada.
En zonas más lentas también se defiende pero para ser efectivo exige una conducción sin brusquedades. Si realizamos frenadas al límite y cambios de dirección radicales, la transferencia de pesos -especialmente en las frenadas- es excesiva y provoca un subviraje prolongado a lo largo del viraje.
Imprescindible llevarlo con la suspensión en modo “dura” y en Sport -que acorta la relación de cambio y “aviva” la respuesta del gas- para poder rodar a buen ritmo en pista. Los frenos, con discos de 360 mm y pinzas de seis pistones, se muestran efectivos y con buen tacto, pero en circuito “sufren” y se fatigan si le exigimos “parar” al límite al gran Quattroporte.
En carretera es un festival de sensaciones agradables. Tanto si queremos circular con tranquilidad -disfrutando de la gran respuesta del motor a cualquier régimen y en cambio automático-, como si queremos hacerlo a un ritmo más deportivo -utilizando las levas del volante y el modo Sport-, el Q4 nos dará lo mejor de si mismo sin rechistar.
Pese a su aspecto lujoso y sus dimensiones, el Maserati puede sorprender a más de uno. En zonas viradas destaca por su efectividad, por su rápido paso por curva, por su capacidad de tracción y, en resumen, por lo deprisa que se puede ir con él en ese tipo de carreteras. Un apunte, incluso en conducción tranquila la suspensión de serie nos pareció demasiado blanda. Demasiados balanceos y excesivos rebotes tras un bache o desnivel, pese a ir a poca velocidad. Para nosotros, mejor la opción más deportiva también para uso cotidiano.
Buen trabajo
En nuestra opinión el Quattroporte invita a dejar al chofer en casa, ponernos al volante y dar rienda suelta a nuestro lado “gamberrete”. Si no lo hacemos, si decidimos que nos lleven o preferimos pasear tranquilamente mientras lo conducimos, tendremos todo lo bueno de una gran berlina de lujo. Es decir, confort, estilo y, al Q4, podemos añadirle pasión. Ha sido una grata sorpresa y debemos decir que, en nuestra opinión, la firma italiana ha hecho un buen trabajo con el nuevo Quattroporte.
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