1.200 Km en un Mazda CX-60 diésel por Marruecos
PRUEBAS

1.200 Km en un Mazda CX-60 diésel por Marruecos

Joan Dalmau

Joan Dalmau

5 opiniones

Mazda nos ofreció la posibilidad de probar, de una manera diferente, el CX-60 Diésel y, por supuesto, aceptamos el reto. La marca japonesa organizó un viaje de dos jornadas por el Atlas marroquí, con salida y llegada en Marrakech y noche en Ouarzazate. La idea era comprobar cómo va el Mazda CX-60 Diésel, la única versión que no habíamos probado a fondo, en las complicadas carreteras marroquís. Nosotros, además, nos propusimos demostrar que para viajar a Marruecos y disfrutar de sus fantásticos paisajes, no hace falta tener un todoterreno preparado a tope. Con un buen SUV como este Mazda basta y sobra.

La previsión era organizar este Epic Drive (así llama Mazda este tipo de eventos) en septiembre, pero justo antes de salir, se produjo el terremoto de magnitud 6,8 que afectó a la provincia de Marrakech-Safí, el más fuerte de la historia del país desde que existen instrumentos de medición. Estos nos obligó a posponer el evento a finales de abril. En nuestro viaje nos dirigimos, en la primera etapa, desde Marrakech hacia el sur, camino de la zona que fue el epicentro del temblor.

En el sur de la provincia son claramente visibles todavía los efectos del terremoto que se cobró la vida de casi 3.000 personas. Edificios agrietados, cuando no completamente destruidos, carreteras con derrumbes, vallas eliminadas y, sobre todo, casetas prefabricadas y tiendas de campaña para acoger a los desplazados y a las personas que perdieron sus hogares se encuentran a lo largo de recorrido.

Las carreteras del Atlas discurren en un paisaje semi-desértico, con algunos pequeños pueblos de economía primaria.
Las carreteras del Atlas discurren en un paisaje semi-desértico, con algunos pequeños pueblos de economía primaria.

Las carreteras de esta zona del Atlas, utilizadas por los montañeros y senderistas que se dirigen a las principales cumbres de la cordillera como el Toubkal, el pico más alto de Marruecos, son carreteras de montaña, con muchas curvas para superar los diferentes puertos y con pequeñas poblaciones que viven de la agricultura y la ganadería en su trazado. El primer escollo a superar fue el puerto de Tizi N'Test, de 2.100 metros, el más alto del Atlas, con su serpenteante carretera de ascenso y descenso.

El navegador del Mazda CX-60, con información de Google Maps a través de Apple Car Play nos llevó en dirección a Taroudant, aunque no llegamos a esta ciudad fortificada. Antes nos desviamos hacia el sureste, camino de Taliouine. El paisaje cambia radicalmente en esta zona. Las montañas del Atlas ceden su sitio al desierto, también montañoso, pero sin apenas vegetación más que en los pocos puntos donde los oueds, los ríos anchos y secos de la zona, permiten la creación de pequeños oasis.

Las pistas marroquis permiten llegar a algunos pueblos algo más alejados de las carreteras. Su estado varía mucho en función del tráfico y la región.
Las pistas marroquis permiten llegar a algunos pueblos algo más alejados de las carreteras. Su estado varía mucho en función del tráfico y la región.

En esta zona es fácil encontrar palmerales que siguen el curso de los ríos y que concentran los asentamientos humanos. En los palmerales se cultiva el suelo para plantar todo tipo de verduras y forraje para el ganado y se controla el agua mediante balsas y canalizaciones. En esta zona existen numerosas pistas para llegar a los diferentes pueblos, en ocasiones sobre la superficie de chotts, lagos con superficie polvorienta en los que se puede rodar a cierta velocidad levantando, eso sí, una nube de polvo.

El motor del Mazda CX-60 Diésel

Nuestro Mazda CX-60, rojo Soul Red Crystal y en acabado Homura, el más deportivo, era de serie, sin ningún tipo de protección de bajos y con las ruedas de fábrica con neumáticos asfálticos montados en llantas de 20 pulgadas. En Marruecos, sobre todo en pista, hay que tener cuidado con los neumáticos. Si vais a hacer pista, mejor cambiar los de serie por otros más especializados, de uso mixto, con los flancos reforzados. Y si solo vais a hacer asfalto, no hace falta cambiarlos, pero, eso sí, haceros con una rueda de recambio. Prevenir nunca está de más.

El motor diésel es perfecto para un coche así si vamos a destinarlo, sobre todo a viajar. Por potencia, por par y por consumo.
El motor diésel es perfecto para un coche así si vamos a destinarlo, sobre todo a viajar. Por potencia, por par y por consumo.

La mecánica, evidentemente, también era de serie. Mazda ha desarrollado un nuevo motor de seis cilindros en línea diésel para este coche. Tiene una elevada cilindrada de 3,2 litros y una potencia de 254 CV en esta versión con tracción integral, cambio automático de ocho velocidades e hibridación ligera, lo que le proporciona la etiqueta Eco.

Es un motor a contracorriente, de cilindrada alta, mucha potencia, mucho par y un rendimiento excelente en toda la gama de revoluciones que, además, gasta muy poco. Mazda homologa de media unos optimistas 5,2 litros, pero en nuestro periplo por Marruecos, exigiéndole a fondo y subiendo un puerto tras otro, nos dio una media de 7,2 litros, insólitamente baja en un coche de casi dos toneladas, de tracción total y caja automática.

La caja, por cierto, es de ocho marchas, se puede manejar en modo secuencial y es de embrague multidisco. Funciona bien y tiene una buena respuesta, aunque es preferible dejarla en modo automático y en sport en lugar de en manual ya que, como en todos los diésel, las marchas se acaban pronto y suele ser más eficaz el coche gestionando los cambios que uno mismo.

Llegar al sur de Marruecos es algo mucho más asequible de lo que muchos podéis pensar. Con un buen SUV basta y sobra.
Llegar al sur de Marruecos es algo mucho más asequible de lo que muchos podéis pensar. Con un buen SUV basta y sobra.

El desierto tiene un magnetismo raro y el que se enamora de él, está llamado a volver una y otra vez. La soledad, el silencio, la nada más absoluta de los parajes del sur marroquí en un paisaje rocoso y de tonos ocres solo alterado por algunas acacias solitarias son absorbentes. Detenerse aquí y disfrutar de un entorno tan agreste como atractivo es algo que todos deberíamos hacer, al menos, una vez en la vida. Y Marruecos está muy cerca. Y es muy fácil llegar hasta aquí. Solo necesitamos ganas de conducir.

Desde Ouarzazate y siguiendo el curso del río Dades, la carretera se convierte en un hormigueo constante en pueblos construidos a orillas del río, pueblos a los que se accede atravesando el cauce seco del oued. En estas circunstancias se alterna el asfalto con las pistas, lo que nos recuerda que el Mazda CX-60 tiene diferentes modos de conducción, entre ellos uno para off-road.

El modo off-road adecúa la transmisión del coche a la circulación en pista. Si esta es buena, solo hay que tener cuidado con los neumáticos.
El modo off-road adecúa la transmisión del coche a la circulación en pista. Si esta es buena, solo hay que tener cuidado con los neumáticos.

Los modos de conducción (normal, Eco, Sport y el citado off-road) modifican la respuesta del motor, la transmisión, la dirección y los sistemas electrónicos de corrección de la estabilidad para adaptar la conducción al tipo de terreno. No hay muchas diferencias de respuesta entre los modos Eco y normal, pero en Sport el coche tiene una respuesta más contundente al acelerador y estira más las marchas. Otra cosa que cambia es el reparto de par, que incrementa el porcentaje en el eje trasero en el modo Sport y lo reparte constantemente en función de la adherencia en el off-Road.

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Los pequeños pueblos, llenos de vida del palmeral intermitente que sigue el curso del Dades esconden todo tipo de construcciones, entre ellas kashbash como la de Skoura. En la zona (en la carretera que va de Ouarzazate a Marrakesh a apenas 30 km de la primera población) se encuentra también la de Ait-Ben-Hadou, una de las más turísticas de Marruecos.

La kashbah de Ait-Ben-Haddou es una de las más conocidas de Marruecos y de las que en mejor estado se encuentra.
La kashbah de Ait-Ben-Haddou es una de las más conocidas de Marruecos y de las que en mejor estado se encuentra.

Llegados a Boumalne Dades, un centro neurálgico en el curso del río, con numerosos hoteles y parte de la población sobre el risco que bordea el cauce, seguimos hacia el norte por una carretera estrecha y con innumerables curvas donde nos encontramos de todo, como es habitual en Marruecos, desde gente en moto o en bici hasta carros tirados por asnos, gente andando, turistas en autocaravana o todoterreno y grupos de moteros. A media altura nos detenemos en uno de los puntos más emblemáticos de esta carretera, los Dedos de Mono, una curiosa formación rocosa.

Por el Valle y las curvas del Dades

No hay documental o artículo de internet que hable de carreteras exóticas, peligrosas o imprescindibles que no cite la carretera que sube desde el Dades hacia Agoudal, un pequeño pueblo a orillas del río. Para acceder al altiplano hay que superar un angosto cañón por una serie, ya famosa, de curvas que hemos visto cientos de veces en reportajes o fotografías de todo tipo. Estas curvas no son en absoluto peligrosas o no o son más que otros puntos en los que convergen camiones lentos, gente en bici o a pie y un desnivel notable, pero lo cierto es que esta carretera y no solo estas famosas paellas, es una de las más pintorescas de Marruecos.

Las típicas y tópicas curvas de las gargantas del Dades permiten superar una elevada altura en muy pocos kilómetros.
Las típicas y tópicas curvas de las gargantas del Dades permiten superar una elevada altura en muy pocos kilómetros.

Desde Agoudal, al que llegamos por una carretera ya completamente asfaltada, podemos girar a la derecha para volver a Boumalne Dades por las también espectaculares gargantas del Todrá, siguiendo una carretera completamente asfaltada o, como hicimos nosotros, seguir en dirección al norte, hacia Imilchil y luego Beni Melal. Antes de Agoudal hay un puerto de montaña con unas vistas espectaculares de unos enormes cañones en el que el Gobierno marroquí está construyendo una carretera eliminando así la pista existente hasta ahora y por la que todavía se circula.

Esta es una de las características de Marruecos, el rápido desarrollo de su red viaria con el asfaltado de pistas y la mejora de carreteras ya existentes, incluso con dobles carriles en algunos puertos para facilitar el adelantar a los camiones que, cargados, van casi al paso humano en las cuestas. Antes de llegar a Agoudal, la bajada del puerto ya está asfaltada y nos permite recuperar tiempo. Otra constante en Marruecos en los últimos años son los radares, tanto fijos como de pistola en manos de la Gendarmerie Royale, así que cuidado.

Marruecos es un país de contrastes donde el paisaje cambia constantemente y donde la vida se concentra en la calle.
Marruecos es un país de contrastes donde el paisaje cambia constantemente y donde la vida se concentra en la calle.

Camino de Beni Melal paramos a comer en uno de los lagos de la zona. Sí, en medio del desierto también hay lagos. El acceso a las orillas no suele ser fácil, pero con un SUV se llega sin problemas, siempre cuidando los neumáticos. La ruta hacia Beni Melal, de más de 100 kilómetros, es una sucesión de puertos de montaña en los que el desierto va dejando su lugar a los cultivos y nosotros pudimos poner a prueba el comportamiento dinámico de nuestro CX-60 diésel.

Así va el Mazda CX-60 diésel en carretera

La suspensión del CX-60 es convencional, es decir, no tiene regulación electrónica, y su tarado es intermedio, para conseguir un buen comportamiento dinámico en asfalto preservando, al mismo tiempo, un confort de buen nivel en autopista y una conducción en pista que copie bien el terreno. El único problema es una cierta tendencia al rebote del eje trasero, que encaja peor en compresión los golpes fuertes en baches de lo que lo haría una suspensión algo más blanda.

Un coche como el Mazda CX-60 Diésel es perfecto, por habitabilidad, comportamiento y consumo, para un largo viaje por Marruecos.
Un coche como el Mazda CX-60 Diésel es perfecto, por habitabilidad, comportamiento y consumo, para un largo viaje por Marruecos.

El resto del chasis está a un buen nivel. La dirección es precisa y tiene la asistencia justa (en modo Sport se endurece, pero muy poco), los frenos están bien para un coche de carácter familiar y tienen una resistencia a la fatiga notable, como comprobamos en las bajadas de los puertos del Atlas y la tracción es siempre buena. El reparto de par activo del coche, con un sistema de vectorización que analiza cómo tracciona cada rueda, permite disponer siempre de una aceleración progresiva, pero contundente cuando hace falta gracias, también, al elevado par del motor (hasta 550 Nm, que es mucho).

La llanura donde está esta Beni Melal, una ciudad de notable tamaño se extiende, superado el Atlas hasta Marrakech en unos últimos 200 kilómetros de ruta más bien aburridos y con mucho tráfico, con rotondas constantes. Tiempo de recapitular. En dos días hicimos más de 1.200 kilómetros con un consumo medio de 7,2 litros a los 100, un gasto realmente bajo para un coche del tamaño de este Mazda CX-60. Con 4,75 metros de largo y 1.959 kilos en vacío, que se convierten en 2.300 a coche cargado, conseguir 7,2 litros subiendo puertos de montaña, circulando en pista y sacando la quintaesencia del chasis en muchos momentos es un consumo excepcional.

Marrakesh, inicio y final de nuestras dos jornadas de viaje, es uno de los destinos más turísticos del país y bien vale una visita.
Marrakesh, inicio y final de nuestras dos jornadas de viaje, es uno de los destinos más turísticos del país y bien vale una visita.

Llegamos al final del viaje, a Marrakech, ya de noche, con muy buenas sensaciones sobre el coche y con, una vez más, la convicción de que este es el mejor método para descubrir el país. Embarcar en Tarifa, en Motril, en Algeciras, en Málaga o en Almería hacia Tánger, Alhucemas o Nador es asequible (unos 35 euros por persona más unos 150 por el coche) y una vez en Marruecos hay que acostumbrarse a un tráfico menos organizado y al que hay que prestar atención constante, sobre todo en el norte, mucho más poblado, pero el coche nos permitirá llegar a sitios increíbles, ya sea un turismo o un SUV que nos permita, además, adentrarnos por pistas en más o menos buen estado. Marruecos está al lado y es un destino perfecto para unas vacaciones en familia, así que no tenéis excusa.

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jm
javier masoliver

Me quedo con las ganas de saber qué tal va en pistas...

J
Joaquín

Los Mazda, tan elegantes como siempre. Bonito reportaje

C
Carlos

excelente video felicidades

A
Alex_VLC

¿La tracción integral para este tipo de ruta es necesaria o algo prescindible?

jm
juan manuel segarra

Buen video, esta bonito.

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