El Mazda CX-5 llegó al mercado hace 10 años (toda la información sobre el Mazda CX-5) y se ha convertido en uno de los modelos más vendidos de la marca japonesa. Tras algunos restylings llega ahora una nueva puesta a punto con pequeños cambios estéticos, nuevos equipamientos y mejoras en el comportamiento dinámico. Ya está a la venta, con un precio de partida que arranca en 30.900 euros.
No esperéis muchos cambios en esta versión 2022, pero también es verdad que esas modificaciones le sientan muy bien. Empezando por el apartado estético, ¿qué tenemos?: una parrilla ligeramente rediseñada con un aspecto más tridimensional, faros delanteros más finos y alargados con tecnología LED que le aportan con un aspecto un poco más agresivo y... en el frontal nada más.
También se añaden llantas de 19 pulgadas para todos los niveles de acabado, desde el de acceso llamado Origin, y unos pilotos traseros que también son de nueva factura.
Entre los nuevos acabados caben destacar las versiones especiales, como la Newground, que aporta un toque más campero al vehículo con protecciones delanteras y traseras en tono plateado, embellecedores en las puertas, retrovisores exteriores negros y unos detalles en verde lima para la parrilla delantera y el interior.
La versión Homura, que es la que estamos probando, es la más deportiva, con llantas negras, marcos negros, retrovisores negros, protecciones también en negro y unos escapes un poco más grandes.
Mientras que la Signature, la tope de gama, pinta del mismo color que la carrocería todas las protecciones de bajos y pasos de rueda.
Para completar el aspecto exterior, se añade un nuevo color de carrocería, llamado Zircon Sand, a la actual paleta de colores compuesta por 9 tonalidades más.
Dependiendo del nivel de equipamiento elegido, también habrá algunos cambios en el interior, como por ejemplo algunas molduras, incluso de madera, o la tapicería de los asientos, que puede ser de tela, de cuero, de piel vuelta… o si éstos están calefactados e incluso ventilados.
Lo que es común en todos los acabados es la pantalla central de 10,25 pulgadas con conectividad Android Auto y Apple CarPlay, así como la cámara de visión trasera. A partir de ahí, podrá añadir la navegación o algunas opciones extra.
Lo demás no cambia y lo cierto es que sigue siendo un interior agradable y bien terminado. La gente de Mazda ha querido ir un paso más allá en términos de confort para los ocupantes y ha montado nuevos asientos con ergonomía mejorada para reducir el cansancio y la fatiga. Todo ello, junto a la buena regulación del asiento y el volante, nos deja un puesto de conducción realmente cómodo.
En las plazas traseras no hay cambios. El CX-5 sigue siendo un coche estupendo para cuatro adultos de buena estatura, ya que los de atrás gozarán de buen espacio tanto para las rodillas como de altura hasta el techo. Incorporar una tercera persona en la segunda fila es posible, pero no es de las mejores plazas centrales que hemos visto últimamente. Banqueta más alta, respaldo más duro y hay un túnel de transmisión que molesta un poco.
El maletero es el mismo, pero hay pequeños cambios o mejoras. La primera es que la capacidad de carga ha aumentado ligeramente hasta los 522 litros. Esto se ha logrado con una redistribución del doble fondo, que ahora aporta un poco más de espacio para pequeños objetos. La segunda mejora la encontramos en el suelo del maletero, que ahora está enrasado con la boca de carga y será más fácil de cargar. Y la tercera, es que este suelo es reversible y está formado por dos piezas. Incluso en la versión Newground, una de las caras es resistente al agua. Muy útil para llevar objetos húmedos o sucios.
El CX-5, además de convertirse en el todocamino superventas de Mazda, también fue el primero en adoptar la plataforma Skyactive, que posteriormente se ha convertido en seña de identidad de la marca, por sus avanzados procesos de construcción, rigidez, ligereza y eficiencia dinámica.
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Como recientemente ocurrió con los Mazda3 y CX-30, en este nuevo CX-5 se ha revisado la suspensión, con nuevos muelles y amortiguadores, para aportar mayor estabilidad incluso con el firme irregular. Y lo cierto es que hace muchos años que no me subía a un CX-5, por lo que no os puedo asegurar si este cambio en la suspensión se nota mucho o no. Pero debo deciros que este es un coche cómodo a la hora de conducir. Es más de vías rápidas por su orientación más confortable, pero tampoco es demasiado torpe en carretera. Es blandito, eso sí, y balancea un poco, incluso se percibe algo pesado, pero a la hora de afrontar curvas también es verdad que transmite confianza.
En cambio el tacto de la dirección no me ha convencido del todo. Me hubiese gustado un poco más de información y algo menos de resistencia al giro ya que, incluso en modo normal, el volante pesa bastante. Luego está el tema del guiado que sí es bueno, pero me ha faltado un poquito más de feeling.
La gama de motores está formada por dos propulsores de gasolina Skyactiv-G, un 2.0 de 165 CV y un 2.5 de 194 CV, y otras dos mecánicas diésel de 2,2 litros con 150 y 184 CV.
Dependiendo de la motorización y el nivel de acabado, se podrá elegir entre cambio manual o transmisión automática de seis velocidades por convertidor de par, así como la posibilidad de que sea tracción delantera o tracción total.
Otra novedad en el nuevo CX-5 es el selector de modos de conducción Mazda Intelligent Drive, que permite seleccionar el programa de conducción más adecuado con solo pulsar un botón. Además, si el modelo incluye el sistema de tracción total i-Activ, el selector contará adicionalmente con un modo Off-Road para situaciones fuera del asfalto.
Para esta toma de contacto Mazda nos ha dejado un CX-5 con el motor de gasolina de 194 CV, cambio automático y tracción a las cuatro ruedas.
Este motor mueve realmente bien al CX-5, con mucha soltura y ganas. Sin embargo, hablamos de un motor atmosférico (no tiene turbo) y la conducción es un poco distinta a lo que estamos acostumbrados en la actualidad. En este caso, a bajas vueltas parece que no tenga apenas potencia y ésta se va incrementando de manera exponencial a la vez que se aumentan las revoluciones. Por lo tanto, para sacarle todo el potencial a este 2.5 Skyactiv-G habrá que llevarlo en la zona media del cuentavueltas o en la parte superior.
La gestión electrónica del cambio automático es buena. Tiene 6 marchas con un escalonamiento correcto y una suavidad notable a la hora de engranar la siguiente marcha. Dispone de levas detrás del volante y modo secuencial con la propia palanca del cambio.
No es una versión que gaste poco. Su ficha técnica refleja un consumo combinado homologado de 8,1 l/100 km, y en nuestra toma de contacto el ordenador de a bordo acabó reflejando un consumo un litro superior.
Para terminar, en cuanto a los sistemas de seguridad, la novedad más destacada es el Asistente de tráfico y crucero, capaz de controlar el acelerador, el freno y la dirección en situaciones de tráfico lento. También puede incorporar reconocimiento de señales, mantenimiento de carril, control activo de la velocidad, faros full LED adaptativos… etc.
¿Qué nos queda? El precio. El nuevo Mazda CX-5 2022 ya se encuentra a la venta en España. Su precio arranca en 30.900 euros con acabado Origin y motor gasolina de 165 CV. Parece un poco elevado pero lo cierto es que ya desde el acabado de acceso el coche viene muy bien equipado.
Ya era muy buen coche, por lo tanto cuanto menos se modifique, mejor. Yo sólo le rebajaría la suspensión...