Mercedes-AMG presentó en Madrid la nueva generación del SL, un roadster 2+2 de auténtico lujo que recupera la capota de lona, las plazas traseras y mantiene su alto nivel de potencia, hasta 585 CV. Lo vemos al detalle.
Mercedes-AMG venderá tres versiones del SL: la 43 AMG, con 390 CV, que es la que se presentó en Madrid en exclusiva; la 53 AMG, con 476 CV y la 63 AMG, con 585 CV, estas últimas con motor V8.
Solo la 43 AMG con motor de 4 cilindros está hibridizada. Las otras dos versiones montan motores V8 de gasolina puros y duros, sin electrificar, casi una rareza hoy en día.
El Mercedes-AMG SL llega a su séptima generación con un chasis totalmente nuevo; un chasis construido en aluminio y parcialmente en magnesio. No comparte ninguna pieza con el anterior SL; Y tiene una nueva carrocería que, si bien sigue la línea esperada en un SL, cuenta con detalles originales.
Vuelve la capota
De entrada, vuelve a recuperar la capota de lona, lo que le da un aire muy clásico. No habrá versión hard top. Y también recupera las dos plazas traseras, convirtiendolo en un 2+2.
Es un coche más grande, y más ligero. También más moderno en su diseño exterior e interior.
En el frontal podéis ver una nueva parrilla, con 14 láminas verticales lo que, según Mercedes, es un guiño al 300 SL de competición de 1952. Es de tipo activo.
En los SL más altos de gama hay una pieza de fibra de carbono situada en la parte baja del parachoques delantero que baja 4 cm para crear el “efecto Venturi”.
El faldón delantero tiene dos grandes tomas de aire en su parte exterior, que por cierto, son simuladas.
El coche mantiene algunos rasgos típicos del SL, como las nervaduras del capó, la alta línea de cintura o la trasera redondeada, un poco al estilo de un 911.
Mercedes-AMG ofrecerá tres colores para la capota y hasta 12 colores diferentes para la carrocería, incluido este atrevido Azul Hiper.
Esta unidad montaba llantas de aleación de 21 pulgadas con neumáticos Michelin Pilot Sport.
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Interior más moderno, pero no vanguardista
El interior huye en cierto modo de la espectacularidad de los últimos modelos de Mercedes, pero es evidente que muestra la influencia de AMG en su diseño. Su magnífico volante deportivo, las superficies de carbono, el logo AMG en los cabezales de los asientos y los acabados generales, de alta precisión y lujo.
No nos dejaron sentarnos en el coche, debido a que se trataba de una unidad preserie en exclusiva, pero comprobamos como funcionaban las dos pantallas digitales. Una para el cuadro de instrumentos, de 12,3 pulgadas, configurable y repleta de menús; y otra, muy poco integrada, en el centro del salpicadero, de 11,9 pulgadas.
Como curiosidad, esta pantalla central puede ajustarse de forma eléctrica en dos posiciones, para evitar reflejos.
El sistema operativo es el MBUX de segunda generación, estrenado en el Clase S. Contará con menús exclusivos de AMG, com el Performance y el Track Pace.
Las dos plazas traseras son las habituales en un deportivo 2+2: pequeñas y para ocasiones puntuales. Mejor que no tenerlas, está claro. La anterior generación, biplaza, resultaba menos funcional.
La unidad de SL que Mercedes-AMG presentó en Madrid lucía una tapicería en color blanco, aunque la marca anuncia una amplia gama de tapizados diferentes para los asientos deportivos o los asientos Performance, que son opcionales). Se podrá configurar con tapizados en napa de uno o dos colores y un revestimiento en napa Style con pespunteado en rombos o la combinación deportiva de napa con microfibra y costuras de adorno en amarillo o rojo.
La versión tope de gama, SL63, montará el bloque AMG de 8 cilindros en V y cuatro litros de cilindrada sobrealimentado por dos turbocompresores. Y un chasis con eje trasero direccional, suspensión activa, tren de rodaje AMG con Active Ride Control y diferencial autoblocante trasero, entre otros elementos destinados a optimizar su comportamiento dinámico.
Con esta séptima generación, Mercedes-AMG rinde homenaje a los 70 años de historia en la saga SL, (enlace al video sobre la historia del Mercedes-Benz 300SL Gullwing) una estirpe de deportivos roadster que ha subido su cotización con el paso de los años, especialmente las unidades más deportivas con el sello AMG.
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