El Clase C de Mercedes es, históricamente, el modelo más importante de la firma alemana. Lleva más de 10,5 millones de unidades vendidas desde 1982, y la sexta generación llega precisamente para mantener un buen volumen de ventas y para mostrar todas las posibilidades de la marca germana en un segmento C de berlinas premium que va perdiendo adeptos en pro de los SUV.
Hoy os presentamos el nuevo Clase C con carrocería sedán, la más vendida en nuestro país, en su versión 200 de gasolina, con micro-hibridación y 204 CV de potencia. Pero como lo mejor está en en interior, empezaremos hablando de qué nos ofrece su nuevo habitáculo.
Un interior sereno, deportivo y mucha tecnología
La calidad percibida en el nuevo habitáculo es muy alta, con un fuerte aporte tecnológico compuesto por un cuadro de instrumentos digital heredado del Clase S y por supuesto por la gran pantalla central a modo de tableta.
El nuevo sistema multimedia MBUX, rediseñado y un 50% más rápido, es ahora de serie, en cambio el tamaño de la pantalla puede variar en función de la opción elegida. La de nuestra unidad de prubas es la grande, de 11,9 pulgadas de diagonal, y es completamente táctil. Está ligeramente orientada hacia el conductor pero para mi gusto está situada en una posición muy baja que obliga a desviar demasiado la vista para acertar con el dedo en el sitio exacto. Y además, requiere un máster en informática para conocer todas sus funcionalidades al dedillo. Nunca mejor dicho. Tiene muchísima información y opciones, y posiblemente sea el sistema de infoentretenimiento más completo que se monta hoy en día en un coche de esta categoría.
Para empezar, tiene lo de siempre: la navegación, radio, audio en streaming, conectividad android auto y apple carplay, y varias informaciones relacionadas con la conducción. Pero eso es sólo una pequeña parte, porque hay mucho más…
Incluye reconocimiento por voz, huella dactilar con perfiles prefijados para cada conductor, actualizaciones online, posibilidad de carsharing para compartir coche entre particulares, red wifi, los modos de conducción, un completo menú para ajustar cada uno de los sistemas de ayuda a la conducción y, por supuesto, la climatización integrada. Eso que tan poco nos gusta…
El sistema multimdia tiene algunos botones físicos en la parte baja como atajos rápidos a algunas de las funciones. También podemos utilizarlo con los mandos del volante de la parte derecha. Aunque cuesta acostumbrarse un poco a esta nueva configuración táctil, yo personalmente prefería la antigua "seta". Me resultaba más fácil.
Con los mandos de la izquiera situados en el volante controlamos la pantalla del cuadro de instrumentos digital. En ella también tenemos mucha información sobre la conducción y además también podemos variar su aspecto entre varios modos prefijados y variar algunos parámetros. Muy completa.
A nivel de calidad, podríamos decir que el nuevo Clase C está un punto por encima del de la generación anterior. Incluso, en mi opinión, también está por encima del de sus grandes rivales como son el Audi A4 y el BMW Serie 3. La firma alemana ofrece un montón de acabados, guarnecidos, volantes, molduras y cueros distintos para vestir el interior del coche al gusto del propietario. Y en este caso, la combinación elegida en esta unidad en concreto, me parece muy acertada.
Tenemos un salpicadero y puertas forradas en cuero, aunque la parte baja es de plástico duro. Un guarnecido de madera negra de poro abierto con líneas verticales de aluminio que queda muy elegante, tres aireadores centrales más dos laterales, el dichoso negro piano que no falte, y unos asientos de corte deportivo para esta versión AMG Line, que son más cómodos que los anteriores. Recogen igual de bien el cuerpo pero tienen un poco más de mullido. Y en este acabado rojo, pienso que quedan muy bien.
La ausencia de botones hace que el nuevo Clase C recurra a superficies táctiles, como la pantalla, pulsadores de tipo hápticos, como por ejemplo el de los mandos para regular los espejos, o incluso de otro tipo, como los de la regulación del asiento. Estos no son botones ni tampoco piezas desplazables como antes. Ahora vienen a ser algo así como unas piezas con sensor de presión. Es decir, no se mueven físicamente, sino que captan la presión que ejercemos sobre ellas para activar su función. Una chorradita más, curiosa, pero que a mi se me hace un poco rara.
El nuevo Clase C berlina es más largo (4,75 m) y más ancho (1,82 m) que el modelo anterior, pero más bajo (1,44 m). Crece 6,5 cm de largo, 1 cm de ancho y su distancia entre ejes se amplía casi 5 cm (2,86 m). En cambio ahora es 1 centímetro más bajo. Y además de mejorar su estampa visual y la estabilidad de marcha también se mejoran las cotas de habitabilidad interior.
En el puesto de conducción se percibe un coche amplio, cómodo y con mucho recorrido de ajuste tanto para el asiento como el volante para encontrar la postura de conducción ideal. Además, los asientos pueden contar con calefacción, ventilación y masaje.
Pero donde más se nota es atrás. Las plazas son amplias y tienen mucho espacio tanto para las rodillas como para la cabeza. Incluso alguien de gran estatura como yo notará un buen confort en las plazas traseras. Tenemos dos asientos bien marcados, que incluso recogen bien el cuerpo y son de los más cómodos que he probado últimamente. Se complementan con un reposabrazos con portabebidas y una zona para dejar el teléfono. Sin embargo, como suele ocurrir cuando tenemos dos asientos tan marcados a los lados, la plaza central no resulta nada cómoda. Por mullido, altura y por este un gran túnel de transmisión que dificulta la colocación de los pies de un tercer acompañante.
También, dependiendo del acabado elegido o de las opciones que se le quieran añadir al coche, contamos con climatizador para las plazas traseras, pero no un climatizador general, no, dos climatizadores independientes. Por lo que es un coche con climatizador de cuatro zonas.
Esta unidad está configurada con el sistema de manos libres del maletero, muy cómodo cuando vamos cargados o tenemos que descargar. Y funciona bien, no como otros. Una vez abierto, ¿qué tenemos? Pues un maletero decente pero con un acceso limitado por una boca de carga pequeña y un umbral de carga bastante alto.
La capacidad se mantiene en 455 litros, que es lo que ofrecía la generación anterior. Tampoco es que ofrezca unas dimensiones muy cúbicas, por lo que habrá que jugar al Tetris para aprovechar todo el espacio disponible. Bajo el piso cuenta con un pequeño hueco para dejar por ejemplo el kit reparapinchazos, un chaleco o el manual de instrucciones. Con los tiradores laterales podemos abatir los respaldos traseros, con lo que conseguiremos una capacidad total de 1.480 litros para transportar objetos mucho más largos de lo habitual.
Inspirado en el Clase S
En cuanto al diseño, poco que decir. La nueva silueta está claramente inspirada en la del Clase S y según la línea de acabado elegida el coche tendrá un aspecto más sobrio y elegante con la Avantgarde o un poco más deportiva como en este caso con la AMG Line que probamos.
¿Qué cambia entre una y otra? Pues por ejemplo todo el frontal. Desde la parrilla, que tiene una forma distinta, hasta toda la zona del paragolpes, con entradas de entradas de aire mucho más grandes en el AMG Line, pero que no son funcionales. Las llantas y las taloneras, también más deportivas en el AMG Line, más elegantes en el Avantgarde y hasta 18 pulgadas, o más deportivas y hasta 19 pulgadas como las multiradio que monta nuestro AMG Line.
Atrás también cambia el diseño del paragolpes, con salidas de aire falsas en los laterales del AMG Line que no tiene el Avantgarde y sobretodo con el diseño del difusor y los escapes, mucho más deportivos aquí, y que también son falsos.
Sólo por montar la línea de diseño deportiva AMG Line, el Clase C incluye unos frenos de mayores dimensiones, los cristales oscurecidos, la parrilla en forma de V invertida con estrellitas en vez de diamantes, llantas de 18 pulgadas o de 19 en opción, los mencionados asientos deportivos, el volante de cuero AMG y pedales de aluminio.
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De serie, todos los Clase C llevan faros LED High Performance, aunque como opción también se puede elegir el sistema Digital Light capaz de proyectar líneas guía o símbolos sobre la carretera. Los pilotos traseros también son LED.
Motor de gasolina de 204 CV con micro-hibridación
Actualmente, toda la gama disponible del Mercedes Clase C tiene pegatina ECO de la DGT. Porque todos los propulsores disponibles, tanto en gasolina como en diésel, cuentan con micro-hibridación con un sistema de 48V que aporta 20 CV extra en algunas fases de la conducción.
Esta es la versión de gasolina 200, con un motor de 4 cilindros turbo, de 1.5 litros y 204 CV de potencia.
Repaso rápido a su ficha y nos metemos de lleno en conducción: acelera de 0 a 100 en 7,3 segundos y ofrece una punta de 246 km/h. Nada mal para los más de 1.600 kg de peso que declara. Y un consumo homologado combinado de 6,4 l/100 km con unas emisiones de 144 gr/km. Como ya os he dicho, cuenta con el distintivo ECO de la DGT.
Durante nuestra prueba, el consumo medio fue de 6,8 l/100 km, una cifra muy correcta para las prestaciones que ofrece el coche.
Al volante
Todas las versiones son automáticas. No hay un Clase C manual. Y todas montan el mismo cambio automático 9G-Tronic de 9 relaciones como su nombre indica. Un cambio de tipo convertidor de par con un funcionamiento exquisito: suave, rápido y con la posibilidad de usarlo en modo secuencial con las levas detrás del volante.
El Clase C es un coche rutero por excelencia. Su configuración está muy enfocada al bienestar de sus ocupantes y a ofrecer un agrado de conducción sin igual. Los retoques en la puesta a punto del chasis no han sufrido un cambio demasiado perceptible, por lo que se mantienen un poco las sensaciones que ya venía ofreciendo el Clase C anterior.
El coche propone varios modos de conducción para adecuar sus prestaciones a voluntad del conductor, pero en este caso os debo decir que tampoco se percibe un cambio exagerado entre un modo y otro. Si nos vamos al extremo de comparar el modo Eco con el Sport+, pues obviamente sí que se nota, pero entre el Comfort y el Sport, que posiblemente serán los más usados, la diferencia es poca. Se estiran un poco más las marchas pero poco más.
En el nuevo Clase C está todo muy filtrado, incluso la insonorización del habitáculo ha dado un paso adelante. Es un coche silencioso, que funciona muy fino, pero que también balancea bastante en curva y la dirección transmite poca información.
De este modo, podríamos afirmar que el hábitat natural del Clase C es la autopista, donde va a sacar a relucir el excelente trabajo de los ingenieros de Mercedes para poner a punto un coche con el que da gusto hacer largas tiradas por vías rápidas.
En carretera sufre un poco más, pero no se defiende nada mal. Pese al balanceo de la carrocería, muestra una buena estabilidad, un paso por curva seguro y tiene potencia de sobra para elevar un poco el ritmo si así lo queremos.
El motor se muestra muy acorde con las pretensiones del coche. Y con la ayuda de la micro-hibridación, siempre que las baterías estén cargadas, tiene muy buena respuesta, ya sea desde parado o a la hora de realizar un adelantamiento.
Y para terminar, relativo al sistema micro-híbrido, en este coche sí se nota de una forma clara. A la hora de arrancar de forma suave es muy silencioso y tienes empuje prácticamente desde el primer instante. Lo mismo ocurre ya circulando, generalmente hay un “lag” o un pequeño retraso desde que apretamos el acelerador hasta que el motor o el turbo responde, y en este caso apenas se percibe, porque ahí está el pequeño motor eléctrico que empieza a empujar instantáneamente, desde el primer momento.
Lo último en seguridad
Otro de los puntos fuertes de este nuevo Clase C es la inmensa cantidad de gadgets, ayudas y asistentes a la conducción que puede montar. Es casi una locura.
Tenemos desde los ya clásicos avisadores en el ángulo muerto, el cambio de carril involuntario, el reconocimiento de fatiga, cambio automático entre luces de carretera y cruce, sensores de lluvia, y muchos más… a los que puede añadir, por ejemplo, la navegación con realidad aumentada, el detector de peatones, la frenada de emergencia automática, el sistema de conducción semi-autónoma con cambio de carril automático, un espectáculo de cámaras de 360º para no perder detalle de nada a la hora de aparcar, o incluso los nuevos airbags situados entre las dos plazas delanteras o los airbags frontales para los ocupantes traseros.
Vamos, que esto es prácticamente un Clase S en formato reducido.
Precio
Lo que no es tan reducido es su precio. Ya sabéis, Mercedes… coche premium… opcionales caros… pero eso sí, un arsenal tecnológico espectacular. El precio de tarifa para este C 200 Berlina AMG Line es de 50.853 euros. Al que hay que sumarle todo esto que llevaba nuestra unidad de pruebas: Pintura Designo Blanco Opalita Bright, llantas de aleación multiradio de 19 pulgadas, tapicería de cuero rojo y negro, molduras de madera negra de poros abiertos con líneas de aluminio y el paquete Premium Plus, que añade el techo panorámico corredizo, el head up diplay, el climatizador Thermotronic de 4 zonas, sistema multimedia MBUX Premium, control de ángulo muerto, asientos eléctricos con memoria y calefactados, apertura y arranque sin llave, iluminación ambiente premium, faros Digital Light, cámara de 360º y navegación con realidad aumentada, entre otros. Total, que este modelo tal y como lo véis cuesta casi 61.000 euros.
Y oye, si ves que el nuevo Clase C se te va de precio, pues igual con el anterior ya te sirve. En estos enlaces puedes consultar la oferta de Mercedes-Benz Clase C que tenemos en coches.net: Ver Mercedes Clase C nuevos en coches.net Ver Mercedes Clase C de km0 en coches.net Ver Mercedes Clase C de segunda mano en coches.net
El coche me encanta y el aire que le da Nestor a sus vídeos también. Pero joé el precio con extras es un clase S. Bueno, tendré que conformarme con mi C 220 ochoañero hasta que me toque la Primitiva. Nestor. Te recuerdo que tienes que repasar la declinación del verbo apretar. Je je.