Mercedes-Benz es una de las marcas que ha apostado por la electrificación de su gama de automóviles, y este nuevo Mercedes Clase E 300e es un claro ejemplo. Os lo mostramos en su versión híbrida enchufable, una filosofía de propulsión ideal para una berlina de este estilo. En este caso, se trata de la versión plug-in con motor de gasolina. Mercedes-Benz vende otro Clase E plug-in con motor diésel, con algo más de potencia y más caro.
El Clase E siempre ha sido una berlina caracterizada por su buen rodar, por una gran suavidad de marcha, impecable confort y buena potencia. Y todo esto se ve potenciado ahora con el uso de la electricidad en su propulsor híbrido.
Potencia, le sobra: 320 CV. Tiene además 700 Nm de par máximo y ofrece una autonomía eléctrica teórica de 53 kilómetros. Bajo su capó hay un motor de gasolina de 4 cilindros en línea y un motor eléctrico de 90 Kw. La batería está en la parte trasera del coche. Es de 13,5 kW/h, y se recarga en cinco horas con un enchufe doméstico.
Esta tecnología híbrida queda disimulada en una berlina elegante, sugestiva, reconocible rápidamente como una de las mejores berlinas de Mercedes, con permiso, claro está, del Clase S.
Muchas opciones
Esta versión híbrida enchufable sitúa su tarifa en 63.900 euros. Esta unidad que veis en las imágenes tiene más de 15.000 euros en extras, por lo que su PVP se va a 74.448 euros.
Pensad, por ejemplo, que el bonito y llamativo color Designo Rojo Jacinto es una opción que vale 1.639 euros. Le da un toque más deportivo, y potencia los pequeños cambios estéticos que el Clase E ha recibido recientemente. Cambian los faros, que son full led de serie y de tipo Matrix en opción. La parrilla delantera es algo más estrecha, pero las entradas de aire son más grandes sobre todo en el acabado AMG Line de esta unidad que he probado. Pero cuidado, son entradas de aire simuladas, no reales. Tienen dos molduras horizontales, muy a la moda, que potencian la sensación de anchura y dan una imagen más deportiva.
En este acabado AMG Line el capó luce unas nervaduras específicas, además de llantas de 18” de serie.
La parte trasera del coche mantiene básicamente sus formas, pero cambia el diseño de las ópticas, que ahora están formadas por dos elementos y “entran” en el del portón.
Son casi cinco metros de berlina, que Mercedes-Benz vende también en versión cupé, cabrio, Estate y All Terrain. Está claro que hay donde escoger, Mercedes cuida este modelo, el más vendido por la marca en toda su historia, desde 1946.
Interior con cambios tecnológicos
En el interior encontramos la clásica distribución de los mandos de Mercedes-Benz, con la palanca del cambio detrás del volante, los pulsadores de ajuste de asiento en la puerta y los mandos de las luces separados, a mano izquierda, características del Clase E que mantiene desde el siglo pasado.
Lo más destacado de este interior son las dos pantallas digitales, ya conocidas, de gran tamaño. De serie monta pantallas de 10,25 pulgadas, pero en la unidad que hemos probado se habían instalado las del acabado AMG Line, de 12,3 pulgadas.
Mercedes-Benz equipa este modelo con la última generación del sistema MBUX, que puede manejarse por órdenes de voz, mediante el “Hey Mercedes” ya conocido. Su pantalla central, de tipo táctil, reconoce el movimiento de nuestra mano y se anticipa, prepara los menús para la orden que vamos a ejecutar.
También podemos manejar esta pantalla mediante el Touchpad situado en la consola central, que ahora es más compacto y tiene mejor tacto. A su lado están los pulsadores para manejar los diferentes modos de conducción, entre ellos el modo Individual, que permite modificar la dirección y la respuesta del motor según nuestros gustos. Aunque no es posible variar el tacto de los amortiguadores.
Otra novedad introducida en este nuevo Clase E es el navegador con función de realidad aumentada, que indica sobre la imagen por donde tenemos que ir, o la cámara de marcha atrás a 360 grados, que podemos activar directamente desde la consola.
Finalmente, como curiosidad, destacaros que ahora el coche calcula automáticamente la posición de conducción ideal. El conductor solo tiene que introducir su estatura e inmediatamente volante y asiento se ajustan a la posición que en teoría es más confortable. Debo deciros que en mi caso no lo acertó del todo, aunque se acercó. Yo suelo conducir algo más bajo y con el volante más alejado de lo que me propuso.
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La unidad probada venía con una opción interesante si se dispone de presupuesto: el techo corredizo, que da mucha luz al interior, y que cuesta 2353 euros.
Maletero, la asignatura pendiente
En las plazas traseras no hay cambios. Son cómodas, amplias, y lo único criticable es la poca altura al techo, que podría ser mejor.
El maletero ofrece una capacidad de 370 litros, considerablemente inferior a la de un Clase E con motor “convencional” o térmico, que es de 540 litros. El problema es el espacio que ocupan las baterías, que deja un escalón en el piso e impide que podamos disponer de un doble fondo mínimamente aprovechable. Está claro que este es uno de los puntos de mejora.
Lástima de este maletero tan pequeño, porque el Clase E tiene una clara vocación de coche familiar, de coche de representación, y este aspecto queda muy penalizado en esta versión híbrida enchufable.
Es lo que tiene optar por un plug-in. A cambio, el consumo de combustible puede ser cero, si recargamos la batería a tope y hacemos entre 40 y 50 kilómetros aproximadamente, que es lo que dura la energía de las baterías. Ideal para un uso urbano o de corto recorrido.
Rodar impecable, muy de Mercedes-Benz
Si os gustan los coches que ruedan fino, de forma silenciosa, progresiva, tanto en motor como en dirección y chasis, el Clase E no defrauda. Tiene potencia, un gran confort de marcha y un guiado muy preciso (es tracción total)
Este acabado AMG Line equipa amortiguadores adaptativos, que sujetan mejor el coche en los apoyos en carreteras de curvas y a la vez pueden hacer que el rodar sea confortable en autopista, por ejemplo. Varían de forma automática su tarado según las circunstancias de la conducción.
Esta versión híbrida enchufable del Clase E, con motor de gasolina, acelera casi igual que la enchufable con motor diésel, solo dos décimas más rápido. 5,7 segundos emplea en el 0 a 100, un buen registro.
Este motor híbrido entrega su potencia y par ya desde el inicio, por lo que la conducción se hace agradable, se puede llevar el coche de forma progresiva, con decisión desde el primer recorrido del acelerador. Además, es un motor silencioso, el tránsito entre el modo eléctrico y el modo térmico no se nota.
Las transmisiones son de calidad. A la tracción integral 4Matic se le une un cambio de tipo convertidor de par de 9 relaciones, que ofrece una respuesta rápida, precisa y agradable.
El cuanto a ayudas a la conducción, Mercedes ha incorporado en el Clase E nuevos sensores en el volante que detectan un posible hands-off (cuando dejamos de sujetar el volante o lo hacemos sin la suficiente presión); Un asistente activo de distancia que adapta la velocidad de forma automática según lo que le indique el navegador o las alertas de tráfico. Un asistente activo de retenciones, de dirección y de frenado o un control de ángulo muerto con advertencia al bajar del coche, para evitar accidentes al abrir la puerta, entre otras novedades.
Por lo tanto, estamos ante un Clase E que, como ya es tradición, ofrece mucha tecnología y calidad de construcción. Y en esta versión híbrida enchufable, se convierte en la ideal para el que usa mucho el coche para desplazamientos urbanos a diario.
Una auténtica maravilla rodeada de clase; elegancia e imagen de marca. Berlinas como esta Clase E me devuelven la alegría de pertenecer al gremio de los mayoristas de éxito. Qué guapo soy y que imperio tengo