Hoy haremos una prueba distinta del nuevo Clase G para celebrar su 40° aniversario. El nuevo Mercedes-AMG G63 de 585 CV es un súpercoche capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos, que al mismo tiempo puede subir literalmente por cualquier pared en offroad extremo.
En la presentación de Carcassonne ya lo pude probar a fondo tanto en asfalto como en offroad. Incluso tuve ocasión de probar un 230 GE clásico. Si clicáis sobre este enlace lo podréis conocer más en detalle.
La comparativa que realizamos hoy en Masia Vilasendra se centra en ver lo que cambia con respecto al modelo anterior y al mismo tiempo haremos una prueba empírica. Veremos la reacción que provoca cuando en conductores de G.
Parece casi un G500 al cuadrado
Estéticamente es muy parecido a los anteriores, mantiene la tradicional forma de caja de zapatos que lo caracteriza desde 1979. Lo que no podemos apreciar a simple vista, pero si una vez lo conducimos, son los 170 kilos que pesa ahora de menos.
El nuevo G está años luz por delante de las generaciones anteriores del Geländewagen. Los cambios en suspensión y dirección hacen que sea capaz de ofrecer unas prestaciones dignas de un Audi RS6 Avant. Es surrealista.
Ahora es 53 mm más largo, 121 mm más ancho y 3 mm más alto. Mide 4,87 metros de largo, 1,98 de ancho y 1,96 de alto. La distancia entre ejes crece 40 milímetros quedando en 2,89 metros.
La cota de anchura es muy evidente a simple vista, de hecho, puede llegar a recordar al 500 al cuadrado, por tener las ruedas casi a ras del exterior de los pasos de rueda.
Si bien hay nueva calandra, nuevos faros y nuevo parachoques, por fortuna se mantienen los intermitentes en lo alto de las aletas delanteras, toda una seña de identidad de este modelo.
El precio en este coche es como el consumo de su motor. Habrá quien se tire de los pelos, a otros les va a dar igual. En conducción alegre es fácil rondar en torno a 25 l/100 km, pero si te lo propones puedes pasar de 40 l/100 km de media.
El G 63 cuesta 173.749,99 euros, eso sí, una vez sumados todos los extras de esta unidad la cifra asciende hasta unos módicos 220.000 euros, 219.864,27 euros para ser exactos.
El modelo más económico de la gama actual es el G 350d con 114.500 euros y está animado por un V6 diésel de 286 CV. La otra opción mecánica es el G 500 gasolina con un V8 biturbo de 422 CV que asciende hasta 127.450 euros.
G500 y Brabus D6S
En primer lugar, echaremos un vistazo al G500 de Yago. Animado por un V8 de 5 litros atmosférico que declara 296 CV, cuenta con un kit estético de AMG G63 completo, y llantas de 21”.
También incorpora una interesante modificación en la suspensión. Unos muelles hechos a medida por la firma canadiense Birchmount. Esta última modificación rebaja la altura de la carrocería al suelo en 50 mm, y gracias a que son el doble de gruesos mejoran la estabilidad en carretera.
El otro G era el Brabus D6S de Jaume. Equipa todo el kit de carrocería Widebody, separadores, llantas de 22”, así como la preparación de motor que incrementa la potencia del V6 diésel del 350d de 245 a 272 CV. La cifra de par también crece de 600 a 680 Nm. Una preparación oficial valorada en cerca de 40.000 euros.
Fijaos que el Brabus de Jaume no lleva los intermitentes en lo alto de las aletas delanteras. El kit estético de este D6S los traslada a la parte inferior del parachoques, agrupándolos en tres ópticas circulares.
Ante el ojo inexperto, a simple vista los tres parecen iguales. Sin embargo, entre el más antiguo de esta prueba y el más nuevo hay 15 años. El G500 de Yago es de 2005, mientras que el Brabus de Jaume es de 2012. Mercedes ha conseguido mantener casi intacto el diseño tan característico del G.
Llegan las pantallitas
El interior es mucho más versátil tal y como ya descubrimos en la presentación de Carcassone. Sus pantallitas, dos de 12,3”, no tienen nada que ver con los indicadores analógicos de los otros G que hoy tenemos aquí.
Los cuadros con agujas de toda la vida tienen su encanto. Claro que puedes contar con mucha más información a través de las pantallitas modernas. Como no, está conectado a la última con Mercedes Me Connect, Apple CarPlay y todo lo que puedas imaginar.
La calidad de acabados del nuevo también es superior, cuero de primerísimo nivel, fibra de carbono, Alcantara… Los asientos delanteros además de climatizados y calefactados, tienen masaje, de hecho, son de los mejores que he probado hasta la fecha.
Los asientos delanteros incorporan asimismo contorno dinámico que se hincha y deshincha en función de a qué lado giremos para tenernos lo más sujetos posibles en conducción dinámica.
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En la primera fila se han ganado 38 milímetros para las piernas, y 150 milímetros en la segunda. La altura al techo es descomunal, claro la forma de caja de zapatos de su carrocería es lo que tiene…
Cabe el carrito y la bici
En configuración 5 plazas hasta bandeja su maletero declara 454 litros de capacidad. Sin la bandeja podemos cargar hasta el techo, no hay otro coche en el mercado con un volumen de carga equivalente, dejando los grandes monovolúmenes y furgonetas a un lado, claro.
Haremos la prueba del algodón, ¿es igual de práctico su maletero? Jaume nos ha traído una bici de carretera y un carrito de bebé. En su G los puede poner tal cual en el maletero. ¿Caben también en el nuevo?
Pues sí que caben los dos, bicicleta y cochecito montado. En ningún otro turismo, no derivado de un vehículo comercial (furgoneta) puedes poner un carrito de bebé montado, sin plegar.
Las paredes del maletero del modelo anterior eran más anchas , ahora los pasos de rueda llegan casi hasta las mismas ventanillas. Incluso con este cambio sigue siendo casi igual de capaz.
Los respaldos de la segunda fila además de ser abatibles en dos partes tipo 40/60 ahora permiten regular su inclinación en varios ángulos distintos. Levantando la base de los asientos traseros y plegando el respaldo logramos una superficie de carga completamente plana.
Chasis de otra Galaxia
El elemento clave que convierte a este todo-terreno en un súpercoche es el V8 de 4 litros biturbo que equipa. Declara 585 CV a 6.000 rpm y 850 Nm de 2.500 a 3.500 rpm. Sus prestaciones son atómicas. Acelera de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos.
Ahora la punta pasa de estar limitada a 210 a 220 km/h, y con el paquete opcional AMG Driver esta última cifra asciende hasta los 240 km/h. Con lo bien que nos habría ido en nuestro German Job…
Ya aluciné en la presentación de Carcassone. Nada tiene que ver con el G63 anterior. Nada. Está años luz por delante, galaxias por delante a nivel dinámico. Dado que esta unidad estaba equipada con llantas de 22” y neumáticos Goodyear Eagle F1 con medidas 295/40 R22 ni nos hemos planteado salir del asfalto.
El comportamiento dinámico del nuevo G no sería el mismo sin la arquitectura de la suspensión delantera en forma de Z, y la dirección electromecánica, en sustitución de la de recirculación de bolas. Además, el nuevo motor V8 de 4 litros es más compacto y ligero que el 5.5 anterior, con lo que ahora está más bajo y mejor centrado en el chasis.
Tanto Jaume como Yago quedaron impresionados con el comportamiento dinámico del G. Habían leído sobre él, habían visto vídeos, pero no imaginaban que fuese tan bien. Dadle al play del vídeo para ver sus reacciones, merece la pena.
Claro que este G63 tiene el doble de potencia que los otros G que nos acompañan hoy. Pero lo que más cambia es el comportamiento dinámico, las reacciones, los movimientos de carrocería, el tacto de la dirección.
Se acabó lo de tener que estar corrigiendo la dirección en todo momento, incluso en línea recta. Qué decir de cómo entra en una curva, lo bien que apoya y cómo sale del viraje. Es otro coche de pies a cabeza.
La carrocería sigue inclinando, pero aportando un altísimo nivel de seguridad en todo momento. Lo más salvaje es ver cómo levanta el morro al acelerar, parece una lancha fuera borda, es una pasada.
Ellos pensaban que la mejora sería sustancial, que sería superior al modelo que están acostumbrados a conducir. Ya espraban que aceleraría mucho, pero para nada imaginaban que se iban a encontrar con reacciones de súper-coche, que frena, gira bien, entra bien en la curva...
En resumidas cuentas
En estas 4 décadas el G parecía que iba evolucionando paso a paso, pero con esta última generación el salto hacia delante ha sido exponencial. Todo ello sin perder ni un ápice sus aptitudes en offroad, ni su capacidad interior, ni su confort de marcha. Y lo mejor de todo, cuando cierras una puerta, sigue sonando así de bien.
Lo más fuerte es que el Clase G se sigue fabricando a mano en la factoría que Magna tiene en Graz, Austria. Del mismo modo que se lleva haciendo desde que el 10 de febrero de 1979 con la serie W460.
¿El precio es desmedido? Depende, es mucho más barato que un Bentley Bentayga o un Lamborghini Urus. Aporta un diseño icónico, una calidad intachable y unas prestaciones de auténtico súper-coche.
Buenísimo el reportaje. Pocos coches alcanzan el status de mito y el clase G sin duda lo es: el mejor todo terreno del mundo (sin tener en cuenta el precio). Hay algo que repiten sus compradores, que es un coche diferente, con carácter diferenciado y eso es algo que nos gusta a muchos conductores. Si fuera millonario creo que tendría uno, pero con motor G400 de 333 CV. Una de las cualidades de la clase G es que son eternos, se pueden heredar de padres a hijos y a nietos y el cacharro sigue funcionado.