El nuevo Mercedes-Benz EQV 300 es la evolución más esperada del monovolumen de la firma de la estrella, un modelo reconocido por su calidad y sofisticación. Se trata de la variante 100% eléctrica del Clase V, como el probado por Gerard Farré en este vídeo, utilizado por muchas empresas dedicadas al transporte de pasajeros pero también por familias numerosas. Es más, la firma germana ha apostado por mantener la producción de esta variante en la misma fábrica, situada en Vitoria y que ha reacondicionado la línea de trabajo para poder ensamblar ambos modelos sin problema. Probamos brevemente el nuevo Mercedes-Benz EQV, con 204 CV de potencia y hasta 355 kilómetros de autonomía (WLTP).
El Mercedes-Benz EQV tiene mucho más sentido como vehículo de transporte de pasajeros que como coche particula. La firma no lo cree así y prevé el mismo porcentaje de ventas que en sus modelos de combustión, siendo el 40% de cliente particular y el restante de profesionales.
La introducción de la propulsión eléctrica en este tipo de vehículos tiene todo el sentido del mundo, pese a su gran tamaño y sus funciones habituales. Entrar en las ciudades más transitadas será complicado, y cada vez más, a causa de los protocolos anticontaminación y las restricciones al tráfico. Es por eso que Mercedes nos planteó una ruta hasta el centro de la ciudad, hasta el Edificio España recientemente convertido en el hotel con las vistas más vertiginosas de la ciudad. Poder circular por Gran Vía con el EQV es como volver al pasado, un trayecto que, a día de hoy, no es fácil realizar así que rápidamente nos sentamos tras el volante de este eléctrico.
Breve contacto con el EQV
Fueron apenas 20 kilómetros de recorrido así que no se pueden extraer conclusiones determinantes sobre el dinamismo del Mercedes-Benz EQV. Sin embargo, sí podemos aprovechar para hablaros de sus sistemas y las funciones que realizan cada uno de ellos, empezando por los modos de conducción. Para gestionar la entrega de potencia y el ahorro de batería, puedes escoger entre cuatro modos de conducción: Modo C, Eco, Eco+ y Sport. El primero de ellos es el estándar y entrega la potencia completa del motor (150 kW) con los sistemas de confort activados. El modo E prioriza el ahorro de energía pero sin afectar mucho la potencia (100 kW) ni la climatización. El E+, en cambio, reduce al máximo la climatización y solo entrega 80 kW de potencia del motor. El modo S o Sport (150 kW) ofrece una respuesta más sensible del acelerador.
Además, como en todo eléctrico, existen modos de retención del motor. En este caso son cinco modos Dauto, D+, D, D- y D--, siendo el último el que más energía regenera. Tanto que podríamos realizar una conducción de un solo pedal, utilizando el acelerador y nuestra presión en él para frenar completamente el EQV. Como en el Mercedes-Benz A 250 e que probé hace unos días, la variante híbrida enchufable del compacto, existe un modo automático que en función de los radares activa la retención. No me gustó en el compacto y tampoco lo hace en este frugón ya que prefiero saber realmente cómo actuará esta retención.
Mucha batería, mucho peso
En cualquier caso, el objetivo del comprador será realizar, sin preocupaciones, los trayectos urbanos e interurbanos en ciudades como Madrid o Barcelona. Para ello, este furgón, capaz de llevar a ocho personas en su interior, cuenta con un motor eléctrico de 150 kW, es decir 204 CV y una autonomía homologada de 355 kilómetros (WLTP). Bajo el piso tiene una enorme batería de iones de litio de 100 kWh (90 útiles) por lo que podemos hacernos una idea del peso total de un vehículo así. El Mercedes-Benz EQV 300 supera los 2.635 kilogramos ante la báscula, algo que perjudica directamente a su dinamismo. Para contrarrestarlo, la firma ha elevado 2 centímetros la suspensión.
Existe un único rival del EQV, el Opel Zafira-e. Tiene un precio más accesible pero las prestaciones y los datos de autonomía ni se le acercan. El EQV está a la venta en dos carrocerías de 5,14 para la larga, la versión que acumula el 80% de las ventas en los modelos de combustión, y 5,37 metros de extralargo. La distribución del modelo probado, que es de carrocería larga, es de siete personas.
Cuando saques al Mercedes-Benz EQV del concesionario te vendrá con una limitación de velocidad máxima de 160 km/h. Si quieres priorizar el consumo y mantener mejor la carga eléctrica, puedes rebajarlo hasta los 140 km/h. Personalmente, no soy partidaria de esa limitación ya que no sabes nunca qué puede suceder. Eso sí, la firma asegura que con esa limitación no modificas la entrega de par máximo de 362 Nm, así que tendrás la misma aceleración. Más importante es saber jugar con las levas tras el volante y modificar la retención del motor eléctrico. Si conduces con un alto nivel de retención por ciudad conseguirás conducir con el pedal del acelerador, contener los consumos e incluso mantener el nivel de la carga en la batería.
Los consumos, durante el breve contacto realizado, se mantuvieron en los 24 kWh/100 km. Es menos de lo homologado por la firma (28 kWh/100km) pero es bastante alto. El peso y la aerodinámica del modelo no son puntos favorables ante el ahorro. Es curioso, cuanta más batería introduces más gastas y así entramos en el gran paradigma de la movilidad eléctrica actual, el pez que se muerde la cola. Ese consumo medio no bajó durante el tramo realizado en la ciudad. Es más, en algún momento se nos disparó. Algo que no tiene mucho sentido, ya que íbamos con el modo de máxima retención y es el mejor entorno para este tipo de vehículos.
Para unos pocos
El precio de salida del modelo que estuvimos probando, de carrocería larga, es de 79.084 euros. Un precio que puede parecer excesivo para un eléctrico que no supera los 400 kilómetros de autonomía excepto en la circulación puramente urbana. Sin embargo, Mercedes invita a todos sus concesionarios a realizar ofertas y aplicar un descuento similar al que tendría un cliente que se acogiera al Plan MOVES II, es decir unos 4.000 euros. A eso hay que sumarle la colocación de un sistema Wallbox de carga trifásica en casa por poco más de 1.000 euros y la certeza de que mantendrá un valor interesante de recompra en caso de querer cambiarlo por otro Mercedes a los tres o cuatro años.
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Es un modelo caro, y Mercedes-Benz lo sabe y lo defiende. Lo argumenta con el nivel de confort y de calidad que ofrece, y que no tiene competencia alguna. Si a eso le sumamos el motor eléctrico, que ofrece un habitáculo completamente silencioso, tenemos un furgón para el traslado de pasajeros realmente lujoso y sofisticado. Es por eso que, a pesar de las expectativas de ventas de Mercedes-Benz, nosotros optamos más por su éxito entre los servicios de transporte o Shuttles de hoteles que requieran de poca autonomía pero se vean beneficiados de su distintivo cero de la DGT.
Es sorprendente lo ágil que acaba resultando el Mercedes-Benz EQV en la ciudad. Teniendo en cuenta sus cotas, y que apenas tiene un radio de giro de 12,9 metros, resulta fácil desenvolverse entre el resto de vehículos. En ese detalle tiene mucho que ver su empuje eléctrico, bastante reactivo nada más pisar el acelerador. En cuestión de segundos te habrás colocado o habrás adelantado a quien te apetezca. Una vez realizado los 20 primeros kilómetros podemos hablar un poco de su dinamismo, pero sin servir de sentencia. El caso es que, la introducción de las baterías afecta claramente a su peso, y se nota. Se siente más pesada pero también más aplomada y fácil de conducir. Además, no creo que nadie se vaya de tramo con un EQV. Como tampoco se dejará notar su tracción delantera, algo que no suele suceder con los vehículos industriales ligeros de la firma de la estrella.
La batería de iones de litio está fabricada en un solo bloque de tamaño considerable. No es la misma que lleva el EQC pero tampoco la comparte con el eSprinter. Ofrece 100 kWh de capacidad, de los que utilizaremos solo 90 kWh por un tema de salud de la batería. Se cargará en una toma de corriente alterna de 11 kW en poco menos de 10 horas y en corriente continua, a 110 kW, completara el 10 a 80 % en 45 minutos. Si lo enchufamos a una toma de corriente doméstica superará las 15 horas de carga.
¿Es interesante el Mercedes-Benz EQV?
La variante eléctrica la podemos reconocer gracias a su frontal específico. En él encontramos la toma de carga en el paragolpes derecho, justo por debajo de los grupos ópticos oscurecidos. La parrilla también es exclusiva del modelo eléctrico, con un marco cromado que recorre la parte inferior, y también forma parte del diseño denominado EQV High. Las llantas de 17 pulgadas carenadas ayudan a la aerodinámica del conjunto. La zaga imita el perfil de un paquete AMG, con el paragolpes cromado y un pequeño spoiler en el techo. En el portón encontramos el emblema EQV 300 del modelo en cuestión.
De serie, el Mercedes-Benz EQV incorpora navegador y tapicería con costuras en oro rosado. Por lo general, el EQV llega más equipado de serie que cualquier otro modelo de la gama Clase V y en su sistema de infoentretenimiento encontramos un menú exclusivo referente a su propulsión. Este apartado, denominado EQ, sirve para gestionar la carga del vehículo, encontrar puntos de carga, estar informado sobre el flujo de esta y saber sus consumos.
Por lo demás, estamos ante un Clase V convencional. Este furgón se caracteriza por el alto nivel de acabados, el lujo y la digitalización de su interior, a pesar de que todavía conserva la intrumentación de la generación anterior, un fallo a nuestro parecer. Eso sí, gracias al ajuste del espacio para introducir las baterías, contamos con el mismo espacio para pasajeros y del maletero. Su capacidad de carga se mantiene en los 1.030 litros en la batalla larga y los 1.410 en la configuración extralarga, ambos con asientos de pasajeros.
La conclusión sobre la prueba es relativa, dado que apenas hemos podido conducir el EQV. Eso sí, nos ha resultado agradable y es que transmite mucha calma, siendo uno de los eléctricos más silenciosos que he probado hasta la fecha. La presencia de las baterías no perjudica su dinamismo total, pese a dejarse notar en curvas rápidas, ya que tampoco hablamos de un modelo deportivo, además la agilidad en ciudad no parece verse afectada. Lo que sí se ve afectado es su precio ya que, el EQV sale desde casi 80.000 euros. Un precio algo elevado pero que puede resultar una inversión para empresas dedicadas al transporte de personas.
Por cierto, mejorar el sistema de puntuacion de las estrellitas... porque en los teléfonos, a poco que te descuides, le das a una cuando querías darle a 5