Mercedes-Benz ha presentado en el CES de Las Vegas, la feria de electrónica más importante del mundo, el Mercedes-Benz Vision AVTR, siglas que corresponden a Advanced Vehicle Transformation pero que también se incluyen en la palabra Avatar. Y es que Mercedes se ha inspirado en el mundo de Pandora para ofrecer su visión de un futuro automovilístico a largo plazo con cero impacto en el medio ambiente cuya principal novedad es la presencia de una batería con tecnología de grafeno, todavía en una primera fase experimental.
Mercedes-Benz busca, con este coche, conseguir una nueva interacción entre el hombre, la máquina y la naturaleza. El Vision AVTR no tiene volante y se gestiona mediante un elemento circular emergente en el centro de la consola. Al colocar la mano encima, el interior del coche cobra vida e identifica al conductor por el latido de su corazón y su respiración. Tras la activación, el vehículo proyecta un menú de acciones sobre la palma de la mano del conductor que puede elegir las diferentes funcionalidades que se le ofrecen y disfrutar de ellas a través de gráficos en 3D e imágenes que se proyectan en la pantalla curva del salpicadero.
El diseño del coche es muy espectacular. Tiene formato de cupé de cuatro plazas, con grandes puertas de cristal que abren hacia arriba, parabrisas muy inclinado y una línea de luz en el frontal a modo de faros. Las ruedas, enormes, eliminan visualmente los neumáticos mediante unas llantas envolventes con brazos de luz, todo ello inspirado en el mundo de la película Avatar.
¿El Grafeno como solución de futuro?
Por primera vez, un vehículo, aunque sea conceptual, utiliza una célula química orgánica con base de grafeno totalmente libre de metales raros. Los materiales de la batería son reciclables de manera esta es la primera batería de un automóvil libre de recursos fósiles.
Esta batería, de apenas 10 cm de grosor, ofrece una capacidad de 110 kwh, autoriza una autonomía de 700 kilómetros y se recarga al completo por inducción en menos de 15 minutos. El Vision AVTR dispone de cuatro propulsores eléctricos, uno por rueda, con una potencia combinada de 350 kw (475 CV). Cada motor se gestiona de manera autónoma. La posibilidad de que el eje delantero y el trasero funcionen de manera independiente permite que el Vision AVTR se desplace lateralmente.
Los 33 flaps biónicos situados en la parte trasera del vehículo reproducen las escamas de un reptil y pueden comunicarse con el conductor y poner a este en contacto con el mundo exterior mediante movimientos naturales.
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Los materiales de interior son también sostenibles, con una piel de microfibra llamada Dinamica que garantiza su sostenibilidad durante todo el proceso productivo. El piso está acabado en una madera llamada Karuun que crece a gran velocidad y es originaria de Indonesia.
Este coche, autónomo, eléctrico y de impacto cero no pasará de ser un concept car pero sin duda anuncia tecnologías de futuro muy interesantes. Tanto se ha hablado del grafeno y sus cualidades casi mágicas que ver por primera vez una batería de este tipo en un coche, aunque se trata de una tecnología que está al inicio de su proceso de desarrollo, abre la puerta a un futuro en que la electrificación pondrá de manifiesto todas sus ventajas acabando, de un plumazo, con todos sus inconvenientes.