MINI GP, un GTI delantera con 300 CV

El MINI GP, un GTI tracción delantera con 300 CV, es lo más parecido a un 911 GT3 RS. No, no se trata de un GT de circuitos, pero sí de un GTI claramente enfocado a ser disfrutado en circuito. También es biplaza como el Porsche y tiene un tacto 100% de carreras. Está animado por un motor 2 litros turbo de 4 cilindros de 306 CV y es capaz de alcanzar los 265 km/h. Cuando estaba a la venta costaba 45.900 euros.

Costaba en pasado porqué las 100 unidades que estaban asignadas al mercado español ya se han vendido todas. Esta es una serie limitada a 3.000 unidades y este éxito de ventas refleja que ha sido bien recibido por el público. Ahora si quieres uno lo puedes encontrar aquí en coches.net de segunda mano o kilómetro cero.

De hecho, esta es la única manera que tienes de comprar un MINI GP. Ahora mismo hay 10 anunciados y sólo uno de ellos mantiene el precio de cuando estuvo a la venta. ¿Son más baratos los demás? No. Son más caros. Llegando hasta los 58.000 euros. Es la ley de la oferta y la demanda. Vamos, lo que ahora mismo está pasando con la PlayStation 5.

Hay coches que son un auténtico capricho. Y el MINI John Cooper Works GP, conocido popularmente como MINI GP, es uno de ellos. Es 10.000 euros más caro que el coche sobre el que está basado y pierde los asientos traseros.

Claro que es una serie limitada, que la mecánica ha sido potenciada, el chasis es casi de carreras y las prestaciones que anuncia son de escándalo. Pero bueno… Hay que tenerlo muy claro, porqué este no es un coche apto para todos los públicos. No lo digo sólo por lo que cuesta, que no es precisamente barato que digamos, sino por el concepto de vehículo en si mismo. Así como, por la funcionalidad que aporta.

El MINI GP es 4 centímetros más ancho por los pasos de rueda sobredimensionados en carbono forjado que equipa de serie. Un elemento estético muy llamativo que demuestra a simple golpe de vista que no se trata de un MINI más.

Precisamente sobre el carbono de los pasos de rueda delanteros podemos ver el número 1149 que refleja que se trata de la unidad número 1149 de las 3.000 que se van a fabricar del MINI GP.

Monta llantas de 18” con un diseño específico, unas llantas que van calzadas con neumáticos Hankook Ventus S1 evo Z con medidas 225/35-18. Una goma tipo semi-slick que necesita coger temperatura para ofrecer un buen rendimiento.

Alrededor de la carrocería además de poder leer las siglas “GP” un sinfín de veces, también saltan a la vista los detalles en color rojo que visten frontal, laterales, llantas, así como el colosal alerón trasero.

2 plazas y un gran maletero

El habitáculo es básicamente idéntico al de un MINI Cooper. Claro que ha sido dotado de un gran número de detalles exclusivos de esta serie limitada. Si fuera no había quedado suficientemente claro que se trata de la versión GP, dentro terminarás de cerciorarte de ello. El logo GP está por todas partes.

Las levas del cambio integradas en el volante son de metal, los pedales de aluminio, los cinturones de seguridad de color rojo, la numeración de la unidad se encuentra grabada en el salpicadero… Más detalles que descubrimos son los pedales de aluminio, el logotipo GP presente por todas partes, así como los cinturones de seguridad en color rojo.

También luce lo último en pantallitas, con una pantalla en el centro del salpicadero que podemos gestionar a través del mando del iDrive, y un cuadro de instrumentos 100% digital que va sujeto a la columna de dirección. En lugar de esta pantalla, habría preferido unos indicadores analógicos como cuadro principal, llamadme rebelde.

La palanca del cambio puede parecer que tiene un diseño un tanto peculiar, quizás desproporcionado. Sin embargo, en conducción deportiva luego veremos lo bien que va. Ojo que recurre a la sensacional caja automática ZF que tantas veces he alabado, pero eso os lo cuento dentro de bien poco.

Otra palanca de estilo tradicional es la del freno de mano, ideal si queremos derrapar en las horquillas. Es una gozada contar con un freno de mano de verdad, sobre todo ahora que están tan de moda los frenos electro-hidráulicos de botón…

Los asientos delanteros son cómodos, pero no son todo lo Racing que podrían ser. Sujetan, aunque no en exceso. Dado el carácter tan circuitero del coche, para mi gusto deberían ser más extremos, más de carreras.

La segunda fila no hay porqué valorarla, más que nada porqué es inexistente. Se trata de un biplaza puro y duro. Y dado que la carrocería es la misma que la del MINI del que deriva ve incrementada la capacidad de carga del maletero de forma exponencial.

En lugar de los más que limitados 211 litros del MINI Cooper normal, el GP ofrece un volumen de carga de 612 litros. Mejor que un SUV y que muchos familiares. Y sí. Aquí también están las siglas GP, no vaya a ser que no las hayamos visto todavía.

Iniciamos la prueba en el circuito de Andorra, ubicado en lo alto del Port d’Envalira a 2.400 metros de altitud, muy cerca del Pas de la Casa. Un circuito famoso por su actividad invernal organizando carreras sobre hielo como las G-Series y el Trophee Andros. Eso sí, durante el resto del año la actividad no cesa, realizando cursos de conducción, tandas para coches y motocicletas.

La meteorología no estuvo de nuestro lado aquel día. Si bien la mañana empezó bien, poco a poco el cielo se fue cubriendo de nubes hasta el punto de que primero llegó la niebla y luego ya nos terminó nevando.

Una retirada a tiempo puede ser una gran victoria. Nos fuimos en busca de una carretera que le encajara a la perfección. Y esta no fue otra, que el famoso Coll d’Ordino, en la parroquia andorrana de Canillo.

En esta lengua de asfalto envuelta por unos paisajes idílicos pude probar como es debido el MINI GP. En lugar de los típicos motores de 3 cilindros que monta actualmente MINI. Este GP está animado por un 4 cilindros en línea.

Por fin llegó el rightsizing y no tanto downsizing. Un motor 2 litros turbo que entrega 306 CV de forma continuada entre las 5.000 y las 6.250 rpm. Los 450 Nm de par máximo están disponibles de 1.750 a 4.500 rpm.

Las sensaciones que transmite son tales que parece que tenga incluso más caballos de los que anuncia. En marchas cortas ves como el eje delantero lucha por transmitir toda esta caballería al suelo. Y ya en marchas largas te das cuenta de que empuja mucho más de lo que sobre el papel debería.

Precisamente para aprovechar al máximo el rendimiento de este propulsor, el MINI GP cuenta con un diferencial autoblocante de deslizamiento limitado. Algo habitual en un GTI de este calibre, pero que en este caso particular cuenta con una calibración muy extrema.

Casi siempre puedes sacarle todo el partido al motor, ahora bien, ni se te ocurra soltar las manos del volante. El diferencial ejerce mucha fuerza sobre el tren anterior, llegando a mover la dirección de forma continuada.

Lo que los británicos califican como “torque steer” es muy exagerado en este coche. He conducido unos cuantos GTI con esa potencia y en ningún caso he visto reacciones tan forzadas sobre la dirección como el caso de este MINI.

Aquí lo más importante es saber lo que estás haciendo en todo momento. Y estar al 200% en la conducción. Ni música, ni navegador, ni historias. Si quieres ir rápido con el MINI GP debes concentrarte al máximo en lo que verdaderamente importa, conducir.

La caja de cambios es una auténtica pasada. Es la archiconocida ZF de 8 relaciones. Para mi la mejor caja automática con convertidor de par del mercado. Una caja que va de cine en un pick-up como el Volkswagen Amarok, un Aston Martin DB11, un Audi RS6 o un BMW M5. Aquí en el MINI GP no es ninguna excepción. Te permite jugar con el modo manual 100% de verdad llegando al corte siempre que quieras.

Después de probar el modo manual con las levas y con la palanca, me quedo con recurrir a esta última. Las levas son demasiado pequeñas para mi gusto. Mientras que la palanca está muy a mano y encima te da ese toque de coche de carreras.

El equipo de suspensión es específico y aporta una calibración casi de carreras. Rebaja la altura libre al suelo 10 mm y encima cuenta con una mayor anchura de vías. Es increíble ver lo que se llega a aguantar. La agilidad en cambios de apoyo, como absorbe baches en apoyos fuertes. Es alucinante. Pocos coches de calle ofrecen semejante tacto de coche de carreras.

Pero es que la cosa no termina ahí. Además, transmite un montón. Este es de esos pocos coches nuevos que comunican todo lo que pasa, milímetro a milímetro de la carretera, todo, todo, todo.

Las prestaciones son espectaculares para tratarse de un tracción delantera. Declara una aceleración de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos y una velocidad punta de 265 km/h. Si bien el consumo homologado es de 7,3 l/100 km, la realidad supera la ficción. A buen ritmo es fácil superar los 20 l/100 km.

Además, el depósito de sólo 44 litros de capacidad hace que lo fácil termine siendo un depósito al día. Si estás en una zona de montaña, rodeado de carreteras épicas en las que poder disfrutarlo, esa es la realidad.

Los frenos del MINI GP delante son discos de 360 mm y pinzas de 4 pistones. Aguantan bastante bien un uso intensivo, ahora bien a medida que aumentas el ritmo llega un punto en el que notas que ya empiezan a sufrir.

En un trazado más lento y revirado como el del circuito de Andorra quizás no habría podido experimentar el GP en su máxima expresión, como sí terminó siendo en el Coll d’Ordino. En las primeras vueltas al circuito no me terminó de… Ahora bien, en tramo más abierto ahí saca a relucir una patada descomunal, una mejor capacidad de tracción y sobre todo, un chasis que se aguanta lo que no está escrito. Y aquí llega la cuestión. ¿Me gastaría 50.000 euros en un MINI? Si fuese tracción 4x4 sí.

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