Ya hemos conducido el Opel Insignia 2020, que se presenta con cambios estéticos, nueva gama de motores y mayor tecnología en cualquiera de sus carrocerías: la sedán Gran sport y la familiar Sports Tourer:
Puede que las berlinas estén pasando de moda y cediendo terreno frente a los SUV, pero todavía sobreviven algunos modelos de renombre; entre ellos, el Opel Insignia. La segunda generación de la berlina alemana, que lleva entre nosotros desde 2017, se ha puesto al día con nuevos motores, algunas mejoras tecnológicas y una capa de maquillaje.
El Opel Insignia es, junto con el compacto Astra (enlace a la videoprueba del Opel Astra 2020), uno de los últimos representantes de la época de Opel bajo la tutela de General Motors. Con el ingreso en el Grupo PSA, la gran mayoría de modelos de Opel han adoptado la base tecnológica de la multinacional francesa; y en el caso del Insignia, cuentan los rumores que la transformación de su ADN incluirá un cambio de concepto hacia SUV o crossover.
Pero de momento, el Insignia sigue siendo una berlina. Puede que no sea el tipo de automóvil más emocionante, pero sí el ideal para quienes viajan a menudo con la familia; o para flotas de empresa, como viene siendo el caso durante los últimos años.
Sea como fuere, el Insignia se ha sometido a un restyling que le ayudará a mantener su “frescura” y seguir plantando cara frente a su competencia: léase Volkswagen Passat (enlace a la videoprueba del Volkswagen Passat GTE), Ford Mondeo (enlace a la videoprueba del Ford Mondeo Sportbreak), Skoda Superb (enlace a la videoprueba del Skoda Superb Scout), Mazda6, Renault Talisman y Peugeot 508 (enlace a la videoprueba del Peugeot 508 PSE) entre otros.
Pocos cambios visibles y una nueva gama de motores
Empecemos repasando los cambios que saltan a la vista, y que son aplicables tanto al sedán Grand Sport como al familiar Sports Tourer. El más evidente es la parrilla, que ahora es más ancha y luce un logotipo de mayor tamaño. También son nuevas las líneas cromadas que se dirigen hacia las luces diurnas, que ahora están en una posición inferior. De hecho, los faros han sido renovados por completo. Sus carcasas son más afiladas y los proyectores LED vienen de serie.
Además, de manera opcional, llega un nuevo sistema de iluminación IntelliLux LED Pixel con 84 diodos en cada faro. Si el anterior sistema IntelliLux, con sólo 16 diodos, ya me pareció estupendo, ahora es todavía mejor.También cambia el paragolpes delantero, que presenta un diseño más atractivo e incorpora unos nuevos antinieblas, también de tipo LED.
La vista lateral permanece intacta, aunque sí llegan nuevos diseños de llantas; y en la trasera del vehículo sucede más o menos lo mismo: el único cambio destacado se centra en la incorporación de unas vistosas salidas de escape… que al menos en esta versión solo no son más que molduras decorativas.
Pero tal vez el aspecto más relevante de la actualización del Insignia tenga que ver con la renovación de la gama de motores, prácticamente en su totalidad: ahora es más eficiente, con una reducción de consumo de hasta un 18%. Este motor en concreto es el diésel más prestacional: un 2 litros turbo con 174 CV de potencia.
Este diésel se caracteriza por su buena relación entre potencia y consumo, ya que homologa 4,7 litros por cada 100 km recorridos. Como alternativa diésel, la gama de lanzamiento del Insignia ofrece el 1.5 turbo de tres cilindros y 122 CV, que apenas rebaja los consumos en 1 décima de litro. Ambos propulsores dan a elegir entre una caja de cambios manual de 6 marchas o automática de 8 velocidades.
En gasolina tenemos, por el momento, dos variantes sobre el mismo bloque tetracilíndrico de 2 litros turboalimentado, con potencias de 170 y 200 CV respectivamente. Se asocian a una caja automática de 9 relaciones para marcar un consumo combinado de 7 litros y medio a los 100 km.
La familia de mecánicas se completará más adelante con un motor de 1.4 litros con tres cilindros y 145 CV, que se convertirá en punto de acceso a la gama de gasolina. Y esperamos con los brazos abiertos la llegada del próximo Insignia GSI, aunque deje atrás la opción diésel y su motor 2.0 turbo de gasolina se quede en 230 CV, 30 menos que antes. En cualquier caso, esta variante deportiva con cambio automático de 9 velocidades y suspensión pilotada se convertirá en el único Insignia en equipar tracción a las cuatro ruedas.
Por otra parte, la versión “campera” del Opel Insignia, el Country Tourer, ha sido descatalogada.
El puesto de conducción es casi idéntico al que ya conocíamos: exhibe el mismo diseño -sosete-, las mismas calidades -muy buenas en términos generales- y también los mismos asientos, lo que en el caso de Opel siempre es buena noticia porque son auténticos especialistas en la materia. En concreto, estos asientos de cuero con certificación AGR son particularmente cómodos; lástima que sean opcionales.
Lo que cambia básicamente es que las variantes del sistema de infoentretenimiento han sido actualizadas y presentan una nueva interfaz de usuario más sencilla e intuitiva. Además, todos los modelos, desde el más básico, son compatibles con Android Auto y Apple CarPlay.
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La cámara de visión trasera ha sido renovada para transmitir una imagen mucho más nítida a la pantalla central; y puede combinarse con el radar posterior para permitir la vigilancia de tráfico cruzado. Y por lo demás, como digo, sigue siendo el mismo Insignia de siempre; un coche muy confortable y espacioso.
De las plazas traseras no hay nada nuevo que contar. Ofrecen como hasta ahora muchísimo espacio libre para las piernas; y aunque disfrutaremos de bastante anchura, la altura al techo no es para tirar cohetes. Siguen a nuestro alcance los mismos botones para la calefacción de los asientos, las mismas salidas de aireación y los mismos puertos USB de tipo A.
El maletero también permanece sin cambios: su capacidad es de 490 litros en Grand Sport y 560 litros en Sports Tourer. En ambos casos siguen siendo maleteros relativamente pequeños para un coche de 4,90 metros.
Como punto a favor, los tiradores situados en las paredes del maletero permiten plegar de manera remota los respaldos traseros, que están divididos en tres secciones. Con los asientos abatidos, la capacidad máxima es de 1.450 litros en el Grand Sport y 1.640 litros en el Sports Tourer.
Hecho para disfrutar del cada viaje
Para esta primera prueba de conducción, y como ya habéis visto, Opel nos ha cedido un Insignia Sports Tourer con el motor turbodiésel de 2 litros y 174 CV. Recordemos que este propulsor puede acompañarse de una caja manual de 6 marchas o automática de 8 velocidades, que es la que monta nuestra unidad.
Este motor me parece el ideal para el Insignia. Es potente, acelera con alegría, recupera muy bien y además tiene unos consumos bajos. Con todo ello, es el más indicado para viajar, que es el uso que se le va a dar a este coche. La única pega que le encuentro a este diésel es que es un tanto ruidoso. En diésel, como dije, está presente la alternativa de 1.5 litros y 122 CV; pero sus prestaciones son muy inferiores, consume prácticamente lo mismo y pierde un cilindro por el camino.
La caja automática de tipo convertidor de par y 8 velocidades que gobierna a este diésel de 174 CV también me parece más recomendable que la caja manual. Es suave, selecciona las marchas con suficiente rapidez y cumple adecuadamente tanto en ciudad como en carretera.
El chasis no ha recibido cambios y por tanto sigue presentado las mismas cualidades que ya conocíamos. El Opel Insignia continúa siendo un automóvil de comportamiento noble, muy cómodo y especialmente adaptado al uso en autopista. Pero en carretera también va mucho mejor de lo que cabría esperar de su tamaño y peso, gracias en parte a unas suspensiones de dureza media y ajuste bien equilibrado.
El Insignia se maneja con soltura, encadena curvas con relativa facilidad y frena de manera decidida, con un tacto de pedal muy directo. La dirección es suficientemente rápida aunque demasiado asistida en mi opinión. Podemos aumentar su dureza haciendo poniendo el selector de programas de conducción en el modo Sport; que además afecta a la respuesta del acelerador, del cambio y también de los amortiguadores (si hemos elegido la suspensión adaptativa).
En conjunto: sigue sigue el mismo coche, con una gama de motores algo simplificada pero a cambio más eficiente.
¿Cuánto cuesta el Opel Insignia 2020?
El Opel Insignia con especificaciones de 2020 ya está a la venta en España con los niveles de acabado Edition, Business Edition, GS Line y Business Elegance.
Los precios, antes de aplicar descuentos, parten desde los 33.500 euros que cuesta el Insignia Grand Sport Edition 1.5 diésel de 122 CV. El familiar Sports Tourer equivalente eleva su precio en 1.500 euros y cuesta 35.000 euros sin descuentos. La versión probada, Sports Tourer 2.0 diésel de 174 CV con cambio automático y el acabado más lujoso, Business Elegance, eleva su precio hasta 45.600 euros según la tarifa oficial.
Siempre berlina y si puede ser sport tourer mucho mejor. El insignia un buen coche.