Raro, raro, raro...
Así es este comparativo. Ambos comparten la característica de ser híbridos pero ni tan siquiera tienen un sistema similar ya que el 3008 es un híbrido convencional y el Prius es un híbrido enchufable. Todo lo demás les separa. El japonés tiene un motor térmico de gasolina mientras que el del francés es diesel. El Peugeot ofrece una potencia de 200 CV mientras que el Prius roza los 136. El Toyota es 4x2. El 3008 4x4. Uno es una berlina de cinco puertas y el otro... ¿que es el 3008? ¿un SUV? ¿un monovolumen? Dejémoslo en un crossover.
En cualquier caso, lo que es probable es que a quien le guste el Prius difícilmente le gustará el Peugeot y viceversa, ¡o quizá sí!, Lo que está claro es que, aún siendo vehículos muy diferentes por estética, por capacidad interior y, en definitiva, por concepto, ambos son híbridos, los dos “alardean” de consumir poco y de ser muy respetuosos con el medio ambiente y, en eso, -en tener un coche que gaste y contamine poco, 49 gr/km el Prius y 99 gr/km el Peugeot- sí que estará de acuerdo todo el mundo.
Aquellas personas concienciadas con el respeto al medio ambiente, los que busquen un coche diferente y tecnológicamente a la última y los que busquen un coche de cinco plazas "diferente" pueden tener a ambos en su lista de la compra así que vamos a ver qué une y qué separa a nuestros protagonistas sin olvidar, claro está, ofreceros detalles de cómo van dinámicamente, de sus interiores y de equipamiento.
Motores diferentes y el Toyota más “eléctrico” que nunca
El Peugeot 3008 HYbrid4 dispone de un motor térmico diésel 2.0 de cuatro cilindros en línea y cuatro válvulas por cilindro, que entrega una potencia de 163 CV a 3.850 rpm y un par máximo de 300 Nm a 1.750 rpm. Por su parte, el Prius Plug-in está dotado de un propulsor térmico 1.8 de gasolina, de cuatro cilindros en línea y cuatro válvulas por cilindro, con una potencia de 99 CV a 5.200 rpm y un par máximo de 142 Nm a 4.000 rpm.
El motor del Prius va acoplado a una transmisión de variador continuo e-CVT -que ofrece esa sensación tan poco agradable de desacuerdo entre la manera cómo gana velocidad y como sube el motor de revoluciones-, mientras que le Peugeot dispone de una caja de cambios ETG6 manual pilotada que, aunque ofrece mejores sensaciones que la de su rival, es lenta tanto subiendo marchas como reduciendo, ya sea en modo automático o manejándola con las levas del volante.
Si sumamos a los motores térmicos las potencias que proporcionan los motores eléctricos respectivos, el Peugeot -con un motor de 37 CV- alcanza los 200 totales, mientras el Toyota llega hasta los 136 CV. Unas cifras que permite a ambos -con sus diferentes pesos, 1.495 kg el japonés y 1.735 kg el 3008- desenvolverse bien es cualquier circunstancia y tipo de vías.
El Toyota Plug-in Hybrid ofrece el mismo funcionamiento que el Prius convencional, pero ahora dispone de una batería más potente, recargable mediante una fuente de 230 V externa, que ofrece una mayor autonomía en modo eléctrico. El motor eléctrico también actúa como generador de gran capacidad al decelerar y frenar (frenado regenerativo), mientras que el motor de combustión también ayuda a cargar la batería.
Tras años de estudios, los técnicos de Toyota vieron que casi el 80% de los desplazamientos cotidianos realizados por los usuarios no superaban los 25 km. Por eso, y gracias en gran medida a la capacidad de la nueva batería de ión-litio de 4,4 kWh, el Plug-in ha aumentado su autonomía “eléctrica” hasta los 25 km, según Toyota.
En busca de bajos consumos
Si el Prius recurre a la combinación “enchufable” e híbrido, el Peugeot se conforma con la última opción, pero con un buen número de elementos puestos al día. El que fuera el primer diesel híbrido del mercado, dispone de una nueva gestión electrónica que optimiza las fases de recuperación de energía en frenada y la gestión de la batería, dando lugar a mejores rendimientos en términos de consumos y de emisiones de CO2.
El 3008 Hybrid4 puede circular ahora en modo cero emisiones hasta los 85 km/h, frente a los 70 km/h del modelo anterior. Al francés se le debe considerar un híbrido puro pues, mientras que el motor térmico “da vida” al tren delantero, el eléctrico lo hace con el trasero y es capaz de “mover” el vehículo” en cero emisiones a través de las ruedas traseras. Esta fórmula le permite también circular en 4x4 sin que exista conexión física entre ambos ejes.
Tanto el Toyota como el Peugeot, disponen de varios modos de conducción en busca del menor consumo y, en el caso del 3008, de la comentada disponibilidad de tracción total cuando la necesitemos. Aunque con ninguno de los dos hemos sido capaces de obtener las cifras de consumos y autonomía eléctrica que ambas marcas anuncian, sí hemos “visto” cifras interesantes -como los 4,2 litros del Toyota o los 5,6 litros del Peugeot-, aunque para ello tendremos que ponerle bastante empeño, sobre todo con el francés.
Apretando botones, girando el mando
Con el Prius, sólo en modo eléctrico rozamos los 18 kilómetros utilizando únicamente la batería y a baja velocidad. Aunque no es la cifra que dice la marca, con la batería a tope -en 90 minutos se recarga al máximo- la autonomía aumenta considerablemente respecto al Prius normal y si vamos como mucho tacto, podemos hacer un recorrido urbano amplio sin que el motor de gasolina llegue a ponerse en marcha.
En el Toyota disponemos de cuatro botones en la consola central que definen la forma de funcionamiento y de conducción. De salida, está seleccionado el modo HV, que hace funcionar al Prius PHEV como a su antecesor, es decir, combinando el motor de gasolina con la intervención del motor eléctrico. El modo EV utiliza toda la capacidad de la batería para funcionar al 100% en modo eléctrico, siempre que no necesitemos potencia adicional, momento en el que se activaría el motor térmico.
Con el EV, si la capacidad de la batería está al máximo, es cuando sacaremos partido a circular únicamente en eléctrico, pudiendo alcanzar hasta 85 km/h. El modo EV-City, retrasa la entrada del motor de combustión lo máximo posible y es el modo que busca la mayor efectividad en el ahorro de consumo. Por último, el modo ECO modificará algunos parámetros como el acelerador o el control del aire acondicionado con el fin de gastar lo mínimo posible la carga de batería.
Doble personalidad
También el 3008 nos da opciones varias a la hora de conducirlo. Un mando situado en la consola central junto al cambio, nos permitirá utilizar los cuatro modos de conducción posibles: Auto, Sport, 4WD y ZEV. La opción Auto es la que “va de serie” cuando arrancamos y la que elegirá el funcionamiento más eficaz en pos de la eficiencia. A diferencia del Toyota, el 3008 nos permitirá una conducción más “deportiva” si lo deseamos mediante el modo Sport que, entonces, busca maximizar el rendimiento del conjunto mecánico.
Con el modo 4WD tendremos a nuestra disposición la tracción total. Normalmente, la tracción del tren trasero sólo funciona con el motor eléctrico mientras las baterías estén operativas, pero si seleccionamos el modo 4WD, el motor térmico les seguirá mandando corriente -aunque las baterías estén descargadas- para que podamos disponer de la tracción total siempre que lo necesitemos, hasta una cierta velocidad.
Si lo que queremos es disfrutar de todo el potencial del 3008, el modo Sport será la elección correcta. Varía la gestión del cambio, la respuesta es inmediata y, gracias a la tecnología hidráulica que limita el balanceo de la carrocería, la efectividad es máxima. El Peugeot es capaz de desdoblar su personalidad. Eso sí, en ese modo, olvidémonos de los consumos porque para eso está el modo ZEV -cero emisiones- que fuerza la tracción únicamente eléctrica. Pese a todo, si no estamos atentos con el acelerador o las baterías están algo descargadas, es casi imposible mantener el funcionamiento de motor eléctrico en exclusiva.
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Por fuera y por dentro
El restyling que Peugeot ha practicado en su 3008 pasa por la nueva imagen del frontal y mejoras en equipamiento. Los principales cambios se encuentran en el parachoques y en la calandra frontal. Los grupos ópticos también han sido modificados y mientras que los delanteros incorporan luces de cruce de LED, los traseros proponen un diseño con el haz de luz LED en tres barras.
El interior mantiene las mismas soluciones conocidas -con la aparatosa pero cómoda consola central- desde donde se manejan todos los mandos, pero recibe novedades de equipamiento como el Head Up Display con proyección de información sobre una lámina de metacrilato (no sobre el parabrisas), nuevos embellecedores en la consola, nuevos tapizados y colores específicos del material de los revestimientos de las puertas.
Por su parte, el Prius mantiene la rejilla superior lo más pequeña posible para favorecer el coeficiente aerodinámico, pero aumenta en tamaño la rejilla inferior. En el lateral derecho se encuentra la nueva tapa de recarga eléctrica, identificada con un detalle en forma de enchufe, mientras los tiradores cromados de las puertas, el logotipo “Plug-in Hybrid” y las llantas de aleación de 15 pulgadas, son elementos exclusivos de esta versión PHEV.
El interior mantiene la estructura con la “intrusiva” consola central elevada y el salpicadero albergando el gran cuadro de instrumentos. Si bien en el Peugeot la pantalla del navegador queda demasiado alejada a nuestro gusto, en el Toyota preside la parte superior de la consola a una distancia perfecta. En ambos casos, tanto en el cuadro de instrumentos -sobre todo en el Toyota- como en las pantallas, dispondremos de información sobre el modo en el que estamos circulando, es decir, sólo con el motor eléctrico, con ambos, etc.
Entre los dos asientos, tanto en el 3008 como en el Plug-in, dispondremos de dos guanteras de buena capacidad y huecos portabebidas, en el caso del francés. Pocas diferencias en lo que respecta a la comodidad de las plazas delanteras ya que los dos ofrecen un alto grado de confort, si bien el Peugeot permite una conducción más alta tipo crossover.
En ambos casos los espacios para objetos en las puertas son algo escasos. Las plazas traseras son correctas pero algo mejores en el 3008. Debido a las baterías, la capacidad del maletero del Peugeot queda reducida a 333 litros frente a los 432 litros de las versiones “normales”. El Plug-in aventaja en este sentido al Hybrid4 con una capacidad de 443 litros pero en cambio, sus plazas traseras pecan de una cota de altura inferior.
El Peugeot, por cierto, mantiene el portón trasero de doble apertura (la parte de la luneta hacia arriba y la inferior hacia abajo). Este tipo de apertura facilita sentarse sobre la parte inferior cuado está abierta o apoyar en ella bultos pesados pero aleja al usuario del fondo del maletero.
Equipados
El Peugeot dispone de los elementos de seguridad habituales como todos los airbags -excepto los laterales traseros- sistema ABS, ayuda de arrancada en pendiente, ayuda de frenada de emergencia, control de estabilidad y de tracción, llantas de 17”, detector de obstáculos trasero, distribución de frenada electrónica EBD, luz diurna LED, volante multirregulable con mandos de radio, retrovisores térmicos, apoyabrazos trasero con compartimento y climatizador bizona. No faltan detalles como la función "Follow Me Home", el asiento del pasajero abatible en forma de mesa, la luz del maletero en forma de linterna extraíble, el sensor de lluvia, retrovisores abatibles eléctricos, las redes en los respaldos de los asientos delanteros, el volante de cuero o el piso del maletero practicable en tres posiciones.
En lo que respecta a multimedia dispondremos de manos libres Bluetooth, navegador con pantalla de 7”, radio CD, seis altavoces, toma auxiliar y toma USB. Las opciones quedan para el paquete de obstáculos delantero, medición de espacio para aparcar y cámara de visión trasera (462 €), el Pack Cuero eléctrico, compuesto por asientos delanteros eléctricos y con calefacción, tapicería de cuero y las cortinillas laterales traseras con un precio de 2.000 €, la pintura metalizada (471 €) y las llantas de 18” que cuestan 450 €.
Por su parte, el Prius Plug-in, en su acabado Advance, ofrece los mismos airbags que su oponente más el de rodillas para el conductor. Por supuesto dispone de ABS, asistente de arranque en subida, control de estabilidad, dirección asistida eléctrica variable en función de la velocidad, luces diurnas LED, retrovisores eléctricos y calefactados, volante con mandos Touch Tracer multirregulable, climatizador, acceso y arranque sin llave, reposabrazos central trasero, tapicería cuero/tela, bolsas en los respaldos de los asientos delanteros y respaldo trasero abatible 60/40.
En cuanto a equipo de sonido y multimedia, el Prius PHEV dispone de Bluetooth, entrada de sonido auxiliar, pantalla multifunción 6.1” Toyota Touch, radio CD, seis altavoces y USB. Las únicas opciones que se contemplan en esta versión son el paquete Touch &Go, que esta compuesto por el navegador con mapas de Europa, conectividad Bluetooth avanzada y acceso a APPS (800 €), la pintura blanco perlado (525 €) y la metalizada (425 €). El precio del Plug-in en este acabado es de 35.550 € (33.250 € con descuentos promocionales en vigor). Nuestra unidad, sin descuento y con los extras de que disponía, tiene un precio de 36.350 €. Por su parte, el Peugeot cuesta 31.000 €. Con los extras de nuestra unidad -Pack Cuero y techo panorámico- se va a 33.953 €.
El Prius mejor en ciudad. El Peugeot en carretera
En el Prius Plug-in se han revisado las suspensiones para compensar el mayor peso de la batería y se ha optimizado la dirección eléctrica para mantener el confort y la efectividad, algo que se ha conseguido, especialmente en el primer apartado. Porque el Prius sigue siendo un coche cómodo con el que se puede ir a buen ritmo, aunque está lejos de cualquier “aventura” que tenga que ver con la deportividad.
La suspensión es blanda, la dirección algo lenta y las prestaciones no son destacables. Pero su “potencial” está en su suavidad de marcha, su agilidad por ciudad -a pesar de la dirección- y en la ampliación de kilometraje para poder rodar en eléctrico, disfrutando de la relax que ello produce. Los consumos en ciudad también son mejores que antes y que los del Peugeot y, sin duda, es donde más partido sacaremos del Plug-in.
El HYbrid4 no se asusta al enfrentarse al Prius en ciudad, pero tiene la batalla perdida. La mayor capacidad para poder rodar en cero emisiones del japonés es determinante, pese a que el 3008 le intente hacer frente circulando en modo ZEV. Por el contario, en carretera el francés supera al Prius sin discusión.
Buscar la eficiencia con el Peugeot es posible pero nos obliga a estar muy atentos en la conducción. Atentos a cómo y cuanto aceleramos, a las bajadas y, en definitiva, a aprovechar su condición de híbrido aunque eso es algo que el propio coche incita a hacer. El francés, además, nos ofrece un plus impensable en el Prius. Nos deja conducir con un cierto aire deportivo -especialmente en el modo Sport-, se mueve en zonas viradas con una efectividad sorprendente y nos da la tracción total cuando la necesitemos o la deseemos, especialmente en firmes deslizantes, mojados e incluso, aunque sin grandes alegrías, en pistas de tierra en buen estado donde es mucho más seguro aventu8rarse con el 3008 que con el Prius, que no está, en absoluto pensado para ello..
Lo decíamos al principio. Son muy diferentes y sus cualidades y defectos también. El Prius toma ventaja en cuanto a “cero emisiones” pero transmite poco y está penalizado por su cambio. Es, en nuestra opinión, un coche un tanto insulso, muy urbano y muy de autopista.
El Peugeot gasta claramente más pese a que consuma un combustible algo más barato, tiene poco margen de funcionamiento eléctrico pero es más pasional. Si eso no te importa y lo único que te interesa es gastar y contaminar poco el Toyota será una buena elección, aunque el precio sea algo más alto. Si buscas un consumo relativamente contenido y emitir poco -aunque nunca llegarás a las cifras del Prius- pero sin renunciar a la sensación de “conducir”, el 3008 te convencerá.
Y por lo que respecta a la habitabilidad y a la relación precio-equipamiento, el Peugeot es más amplio pero tiene menos maletero (aunque éste es más modular). El Toyota, ligeramente más caro, está tan equipado como su rival y tiene un diseño interior más tecnológico aunque con un acabado parecido.
Si los críticos del Prius hubieran probado alguno, sus críticas serían constructivas ya que, te puede o no gustar, pero no tiene nada de malo. Es fiable, barato de mantener, silencioso, cómodo, tranquilo, para quien quiera ir tranquilo, y también para quien quiera ir rápido tiene una aceleración aceptable y el límite de velocidad se consigue fácilmente...