Alpine ha vuelto y lo ha hecho con un coche muy atractivo que, pese a las lógicas diferencias técnicas, recuerda al A110 “original” en cuanto a ligereza y sensaciones de conducción. Como podéis ver en el video, hemos tenido la suerte de contar con un A110 por el que han pasado ya algo más de 40 años y con su propietario Jaume Segarra que, probablemente, sea uno de los hombres que más sabe de Alpine en España.
Por si fuese poco, es el autor -junto a Cristian Mestres- del único libro de la historia de Alpine escrito en nuestro idioma. Es obvio que las diferencias entre uno y otro son inmensas y que el objetivo de esta prueba es el nuevo Alpine A110, pero no me negaréis que es un lujo haber tenido con nosotros esta unidad y a su documentado propietario…
Una bonita historia
La historia de Alpine comenzó cuando en 1955 Jean Rédélé, piloto de rallys y pionero de la industria automovilista, lanzaba oficialmente la marca Alpine y presentaba sus primeros modelos en el Salón de Paris de ese mismo año. El A106, el A108… pero será con el A110 con el que logra el gran éxito tanto comercial como deportivo, como lo demuestra -entre otros- el título del campeón del mundo rallys de 1973.
Unos éxitos que obligan a Rédélé a crear una segunda unidad de producción en una fábrica fruto de un acuerdo con la direcón comercial de Renault Europa. De ese modo, Alpine se convertía en el representante oficial de Renault en competición hasta que en 1995 finaliza la producción. Varios años después y de diversos intentos por recuperar la marca con colaboraciones con marcas como Caterham -finalmente fallida- Renault decide que es el momento de volver a lanzar la marca Alpine. El resultado: este coche que hoy probamos para vosotros.
El nuevo Alpine
El nuevo Alpine es un coche muy interesante tanto técnica como estéticamente. Las diferencias con su antecesor son evidentes, pero han sabido entremezclar las líneas básicas de aquél con un estilo actual y deportivo. Desde luego es más grande que el A110 de los años 60/70 ya que mide 4.18 m de largo, 1,79 de ancho, 1,25 m de alto y tiene una batalla de 2,42 m. De frente, el nervio central del capo y la ubicación y forma de los faros es lo que más recuerda al A110 de antaño.
La línea lateral a media altura y la forma de la luneta trasera también evocan a su predecesor, sin embargo, ni los pilotos de led ni el gran difusor ni la salida de escape central, tienen nada que ver con el antiguo Alpine. El motor está situado en posición central trasera y tras él se encuentra el primer maletero. Sí, decimos el primero porque el nuevo Alpine -igual que el Cayman, por ejemplo- dispone de un maletero en la parte trasera, con una capacidad de 100 litros, y uno en la parte delantera de 96 litros de capacidad. El deposito de combustible está situado tras el eje delantero -es pos de conseguir un reparto de pesos equilibrado- y monta unas llantas de 18” con unos neumáticos no demasiado anchos con medidas 205/40 en las ruedas delanteras y 235/40 en las traseras.
Interior deportivo
El interior del Alpine demuestra el carácter deportivo del coche pero con ciertos toques de elegancia. No hay lujos pero se ve bien acabado. Fibra de carbono, aluminio cuero y plástico, están presentes en un habitáculo habitual de un dos plazas -es decir sin mucho espacio- pero no agobiante como en otros casos.
Destacan unos ligeros asientos tipo baquet que ofrecen una buena sujeción lateral pero que no tienen regulación alguna. Para contrarrestar la ausencia de regulación de los asientos, el volante es regulable en altura y profundidad e incorpora el botón de los modos de conducción Normal, Sport y Track. El modo Sport modifica la dureza de la dirección el sonido del motor, la respuesta inmediata del acelerador pero apenas modifica la entrada de los controles.
El modo más racing
En modo Track la respuesta es aún más inmediata y los controles retardan al máximo su actuación para dejarnos disfrutar de la conducción. En la estrecha consola central se encuentra el selector de marchas, los mandos para subir y bajar las ventanas, el botón de puesta en marcha y el de freno de estacionamiento. Bajo ella, el único espacio disponible para dejar algún objeto, conexiones USB y la placa numerada que personaliza cada unidad. El cuadro de instrumentos es de fácil lectura, alberga toda la información necesaria y cambia de color según el modo de conducción escogido.
La pantalla táctil multimedia es de 7” y el sistema es compatible con iOS y Android a través de MySpin. Asimismo, la aplicación Alpine Telemetrics permite grabar los tiempos por vuelta obtenidos en circuito y memorizar los resultados. Faros y pilotos de led, llantas de 18”, pinzas de freno en color azul Alpine, asientos tipo baquet, sensor de aparcamiento trasero, conectividad bluetooth y el equipo de audio aligerado, son de serie en esta edición limitada. Finalizadas las entregas de esta edición, Alpine ofrecerá el A110 en dos versiones: Pure, la más ligera y deportiva y la Légende, que, además de deportividad, ofrecerá un mayor confort y equipamiento.
Ligereza y agilidad
El primer objetivo que se ha buscado al crear el nuevo Alpine es que fuese ligero, ágil y que esas cualidades las transmitiera a su conductor. Y para ello, lo han dotado de una estructura muy ligera con chasis y carrocería de aluminio, un centro de gravedad muy bajo, un reparto de pesos muy equilibrado y un esquema de suspensión de doble triángulo en ambos ejes -con elementos de aluminio- que también colaboran a la efectividad dinámica y a la ligereza.
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A todos los proveedores -frenos, asientos llantas, etc,- se les pidió que los materiales fuesen lo mas ligeros posible y, finalmente, se consiguió un peso total del coche de sólo 1.080 kg que, en el caso de esta edición limitada, llega hasta los 1.103 kg debido a su mayor equipamiento. Dinámicamente es efectivo, fácil de conducir y muy divertido cuando las curvas se suceden. El centro de gravedad es bajo y eso ayuda que se sienta estable y aplomado.
Para disfrutar
Es ágil en las zonas enlazadas, tiene un paso por curva bastante rápido y la dirección se muestra muy directa, precisa y con muy buen tacto. En zonas más rápidas la sensación de aplomo y seguridad es elevada aunque, en determinadas ocasiones, el morro “flota” un poquito, pero nada que ponga crisis a la eficacia que demuestra también en virajes rápidos. Pese a su deportividad, es un coche que se conduce con facilidad y que se te hace familiar en cuanto arrancas.
En modo Track, que es cuando la respuesta del motor y cambio es más inmediata y los controles permiten conocer todo el potencial dinámico del Alpine, es cuando más se disfruta con él, especialmente en zonas muy viradas. Unos frenos con un tacto muy bueno y gran efectividad, acompaña y redondea el buen hacer de todo el conjunto. Pero, cuidado, el Alpine no es un deportivo con el que sólo se disfruta en ese tipo de carreteras. En absoluto. El nuevo dos plazas de la firma francesa acepta de buen grado las autopistas, los largos recorridos e incluso la ciudad.
252 cv son suficientes
Lo hemos visto. El Alpine tiene un gran chasis, un esquema de suspensión efectivo, buenos frenos… ¿Y el motor? Un conjunto así tiene que ir acompañado de un propulsor que esté a la altura. Ningún problema. El A110 monta un motor 1,8 litros 4 cilindros turbo, con 252 CV a 6.000 vueltas, un par máximo de 320 Nm a partir de 2.000 vueltas y una caja de cambios automática de doble embrague de siete velocidades. De hecho, es el mismo propulsor que monta el Mégane RS, pero con menos potencia.
Y el resultado es muy bueno la verdad. Quizá uno esperaba más potencia para un coche de este estilo, pero os puedo asegurar que la que tiene es más que suficiente para no defraudar a nadie. Es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 4,5 segundos y alcanzar una velocidad máxima limitada de 250 km/h. Durante nuestra prueba los consumos se movieron entre los 7 y los 8,5 litros, dependiendo del tipo de carretera y la conducción.
Respuesta homogénea
Tiene muy buena respuesta desde abajo, es suave y sin vacíos cuando sube de vueltas pero contundente y rápida al mismo tiempo. Se estira hasta casi las 7.000 rpm y es cuando uno se da cuenta de que se va muy rápido cuando empalmamos marchas manteniendo el cuentavueltas en esa zona.
En modo Track, los controles retrasan su entrada al máximo -también se pueden desconectar totalmente- la gestión del cambio no permite que suba de marchas automáticamente cuando llega al corte y sólo se puede utilizar con las levas. Fantástico. Así es como mejor transmite esa sensación de deportivo ligero, rápido y divertido que querían que fuese el nuevo Alpine. En mi opinión, pese a disponer de menos potencia que el Megane RS, creo que han acertado de lleno dotándolo con una potencia que ayuda a mantener el gran equilibrio general que ofrece el conjunto.
Grata sorpresa
El nuevo Alpine nos ha gustado. Creemos que han conseguido lo que buscaban, es decir, hacer un coche con tecnología actual pero con el “sabor” y las características dinámicas de aquellos míticos A110 de antaño. La unidad probada pertenece a una edición limitada que cuesta 61.500 € -y que si no lo pediste hace ya algunos meses será imposible conseguirlo- pero sí estará disponible en la versión Pure, como la opción más ligera y con menos equipamientos en pos de un peso liviano, y el Légende como opción con mayor confort y equipamiento, con un coste que se moverá entre los 50.000 y 60.000 €. Por precio, se encara directamente al Porsche 718 Cayman con lo que, en mi opinión, al alemán le ha salido un rival a tener en cuenta -al menos en lo que a dinámica se refiere-.
También te digo, que es posible no cumpla tus expectativas. Para eso tienes otras marcas y si no también te cabe la posibilidad de tunearlo y potenciarlo. Pruébalo, después opinas.