Revolución

El Espace fue en su momento uno de los pioneros del segmento monovolumen y su inventor real en Europa pero, además, aportó innumerables nuevos conceptos en aspectos como la modularidad, la funcionalidad o el almacenamiento interior a lo largo de las cuatro generaciones precedentes.
Este es un modelo sumamente importante para Renault y, por ello, la marca ha llevado a cabo una inversión notable en desarrollo y producción con nada menos que 420 millones de euros. Este modelo comparte su nuevo chasis con la nueva berlina Talisman, sustituto del Laguna con el que completará la parte alta de la gama de la firma dle rombo.
Tras tres años de intenso trabajo, los técnicos de marca han creado un automóvil que poco tiene que ver con el modelo al que sustituye. Hasta la fecha el Espace había sido un monovolumen de gran formato con siete asientos individuales extraíbles y una impecable modularidad. Ahora el concepto ha cambiado bastante y ya no podemos considerar el modelo como un monovolumen en términos estrictos.
El nuevo Espace es un crossover, un automóvil que fusiona varios conceptos a la vez para cumplir con nuevas necesidades. En el interior de su aerodinámica carrocería encontramos un habitáculo que sigue ofreciendo siete plazas pero de una forma algo distinta. A su vez, la mayor altura libre al suelo permite adentrarnos sin problemas en caminos sin asfaltar de dificultad baja. Una de las mejores pantallas táctiles del mercado, acabados dignos de una marca Premium y dirección a las cuatro ruedas hacen que en conjunto el Espace represente para Renault toda una revolución.
Con estilo propio
La carrocería del Espace poco tiene que ver con la de la generación anterior y su diseño sigue las líneas marcadas por los últimos modelos de la marca. Los ajustes de las puertas, capó y demás elementos móviles tienen unas franquicias mínimas, los espacios entre estas distintas piezas es por tanto mínimo dando una mayor sensación de calidad.
Podemos escoger entre dos configuraciones distintas con 5 o 7 plazas. La tercera fila de asientos supone un sobrecoste que ronda los 900-1200 euros en función de la motorización y el nivel de acabado (si lleva tapicería de piel, por ejemplo, es más cara). Nuestra unidad de pruebas era de 7 plazas según el esquema tipo habitual en Europa de 2+3+2.
Los amplios y confortables asientos delanteros, que en esta versión Initiale cuentan con regulación eléctrica, son ideales para llevar a cabo largos viajes. El espacio tanto entre ambas plazas como con respecto al techo hace que disfrutemos de una gran sensación de amplitud y confort.
En la segunda fila tenemos tres asientos individuales con regulación longitudinal independiente así como respaldo regulable en inclinación. Aquí la altura libre al techo es algo inferior debido al diseño de la carrocería y al techo panorámico de cristal (1.400 euros).
La tercera fila permite acomodar a adultos de hasta 1,70 metros de alto, eso sí, siempre que adelantemos la segunda fila para ganar unos preciosos centímetros extra. Los pies caben bajo la base de la segunda fila, la anchura entre codos es buena y la altura libre al techo es correcta.
Plegar los asientos nunca había sido tan fácil en un Espace. En el pasado se tenían que plegar de uno en uno de forma manual y, si queríamos aumentar la capacidad de carga, desencajarlos de los anclajes en el piso del habitáculo para terminar extrayéndolos. Cada uno pesaba alrededor de 20 kilos (entre otras cosas porque llevaban el cinturón de seguridad integrado) y además se necesitaba de un trastero o garaje cerrado para guardarlos mientras no los usábamos.
Por primera vez el Espace cuenta con un sistema de plegado bajo el piso del maletero al estilo de modelos como el nuevo Ford S-Max, el Lancia Voyager o el también recientemente renovado SEAT Alhambra. La ventaja del Renault es que el plegado es automático. Apretando un único botón podemos hacerlos desaparecer todos a la vez. También cabe la posibilidad de plegarlos uno a uno mediante cinco botones, uno para cada asiento.
Para volverlos a instalar, eso sí, debemos hacerlo de forma manual, evidentemente uno a uno. El Lancia Voyager permite plegarlos y desplegarlos de forma automática mediante botones desde el mismo maletero pero es el único modelo del mercado que ofrece algo así.
Con siete plazas, el Espace ofrece un maletero de 247 litros, un volumen algo justo que además se encuentra limitado por la acusada inclinación de los respaldos de la tercera fila, lo que impide cargar hasta el techo.
El espacio de carga mejora ostensiblemente con la configuración de 5 plazas del habitáculo. En función de la posición en la que fijemos la segunda fila disfrutaremos de un volumen de entre 614 y 719 litros.
Los SEAT Alhambra y Volkswagen Sharan están por delante a la hora de ofrecer capacidad de carga en configuración 5 plazas, ambos con 955 litros. El Espace supera a otros modelos de similares características como el FIAT Freemont (540 litros), el Ford S-Max (700 litros) y el Tata Aria (588 litros). El Lancia Voyager (1.450 litros) y el SsangYong Rodius (875 litros) son más grandes y tienen más maletero pero no hay que olvidar que presentan sólo 4 plazas con las dos primeras filas debido a su habitáculo de configuración "americana" tipo 2+2+3.
Dejando sólo las 2 plazas delanteras conseguimos un generoso volumen de carga de 2.035 litros. Así pues el Espace se sitúa por delante de FIAT Freemont (1.461 litros) y del Tata Aria (1.777 litros). No obstante, queda bastante por detrás del Ssangyong Rodius (2.583 litros) y de los SEAT Alhambra y Volkswagen Sharan (2.430 litros). El que más espacio de carga ofrece en esta configuración es el Lancia Voyager con unos colosales 3.912 litros fruto de su mayor longitud y se su ingenioso sistema Stow&Go que permite esconder los asientos debajo del piso..
Lujo parisino
En el interior esta versión Initiale Paris, la tope de gama, presenta unos acabados a la altura de lo que ya hemos visto en el exterior. Materiales plásticos con tacto suave y mullido, tapicería de cuero en paneles de las puertas y asientos con una ejecución impecable son elementos que reflejan esta destacable mejora experimentada por los productos de la firma francesa.
Los asientos con masaje integrado que monta de serie son otro elemento que refleja la voluntad de Renault a la hora de subir un escalón y luchar de tú a tú con marcas Premium de la talla de Audi o Mercedes-Benz.
Bien es cierto, que si los comparamos con los de un Audi A6 o con los de un Mercedes-Benz Clase S podemos decir que los asientos de Renault mueven demasiado la espalda en su conjunto. Los sistemas de masaje de las firmas alemanas son más evolucionados y se encargan de incidir en puntos concretos de la espalda, lumbares, hombros y demás.
Un diez en conectividad
La pantalla táctil a modo de iPad que integra en la consola central es una de las mejores que he usado hasta la fecha. Moverte en sus menú es de lo más intuitivo y sencillo. Un 10 para Renault y su R-Link 2.
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Movernos dentro de sus distintos menú es de lo más intuitivo. Además, reconoce de forma muy rápida los movimientos que hacemos con los dedos. Por poner un ejemplo, a la hora de marcar la numeración de un teléfono lo podemos hacer a la misma velocidad que lo haríamos en un Smartphone de última generación. ¡Por fin una pantalla táctil que reacciona de forma veloz!
A través del sistema R-Link 2 lo podemos gestionar prácticamente todo, todo y todo. Teléfono, climatización, navegador y demás sistemas multimedia se controlan a través de su pantalla táctil. El sistema de aparcamiento asistido (750 euros) también se activa mediante esta pantalla.
La instrumentación del cuadro principal que hay detrás del volante también es 100% digital con una pantalla de dimensiones inferiores a las de la de la consola central. En función del modo de conducción que seleccionemos a través del sistema Multi-Sense presenta un color y un formato distinto. Este tipo de soluciones, al igual que el Head-Up display (850 euros) hasta ahora sólo habíamos visto en modelos Premium.
Más alto pero también más ágil
La tecnología sigue en el chasis. El sistema Multi-Sense se encarga de endurecer o suavizar la suspensión en función de nuestras preferencias. Del mismo modo, la dirección también puede ser regulada en este sentido, así como el tacto del pedal del acelerador. Además de los modos pre-programados (Eco, Sport, Comfort y Neutral) dispone de un modo en el que podemos configurar cada parámetro a nuestro gusto.
El Espace es cómodo en cualquier tipo de vía, ya sea en ciudad, en una carretera secundaria o en autopista. En función del tipo de asfalto que nos encontremos podremos regular la dureza de la suspensión para acomodarnos mejor a él.
En nuestra prueba tuvimos la oportunidad de conducirlo por caminos sin asfaltar de dificultad media y nos sorprendió por lo bien que filtra las irregularidades del piso. La altura libre al suelo superior aporta un extra de seguridad en este terreno.
Otra de las innovaciones que incorpora el nuevo Espace es el sistema 4Control de dirección a las cuatro ruedas. A menos de 60 km/h las ruedas traseras giran 1º en sentido opuesto a las delanteras para facilitar la maniobrabilidad, ya sea aparcando o bien callejeando.
Después de conducirlo durante una semana al montarme en otro monovolumen de gran formato sin dirección de 4 ruedas tuve que volver a replantearme cómo afrontar un aparcamiento en la calle. Con el Espace la maniobra es casi tan sencilla como si estuvieras al volante de un turismo de tamaño compacto.
Por encima de 60 km/h las ruedas del tren posterior giran 1º en el mismo sentido que las delanteras. De esta forma se consigue mejorar la estabilidad en curva rápida y también agilizar la maniobra de cambio de carril. El sistema 4Control hace que este Renault parezca un coche más pequeño de lo que en realidad es. Merece la pena recordar que mide 4,85 metros de largo, 1,88 metros de ancho y 1,67 metros de alto.
La visibilidad delantera es excepcional, tanto por las dimensiones del parabrisas inclinado, como por las ventanillas que encontramos por delante del pilar A. Estas últimas son de gran ayuda a la hora de afrontar un cruce o salir de un garaje.
Motor diésel de 160 CV
El propulsor que lo anima es más que suficiente. Se trata de un 4 en línea turbodiésel de 1,6 litros que brinda 160 CV a 4.000 rpm. Sin embargo, para aprovechar al máximo su rendimiento no es necesario llegar a las 4.000 rpm. Lo mejor es mantenernos siempre cerca de las 2.000 rpm, precisamente es por debajo de este régimen cuando eroga los 380 Nm de par máximo, concretamente a 1.750 rpm.
Sorprende que una mecánica de tan baja cilindrada sea capaz de ofrecer recuperaciones tan contundentes. Eso si, cuando circulamos con el maletero a plena carga y con tres pasajeros en la segunda fila no recupera con tanta soltura. La oferta mecánica está compuesta por otro motor diésel de inferior potencia con 130 CV y un gasolina turbo TCe de 200 CV.
Toda la gama Espace monta una caja automática de doble embrague EDC de seis relaciones a excepción del motor diésel menos potente dCi 130 que sólo está disponible con un cambio manual, también de 6 velocidades.
La palanca del cambio está en una posición perfecta, además su tamaño, forma y tacto, la convierten en una de las más ergonómicas que he probado jamás. Es una lástima que el modo automático sea tan cómodo, esto hace que apenas tengas tentaciones de conectar el modo manual y con ello usar la palanca.
En lo que a consumos se refiere llegamos a conseguir una cifra media de 6,7 l/100 km en un trayecto de vía rápida con poca carga y a velocidad constante. No obstante, después de 1.000 kilómetros de prueba la media fue algo superior, concretamente de 8,2 l/100 km. Aún así, esta última es una cifra más que destacable, sobre todo si tenemos en cuenta la altura de su carrocería y su peso.
En resumidas cuentas
Si necesitara un turismo con 5 plazas de verdad y un maletero talla XXL el Espace sería una de las principales opciones a tener en cuenta. La calidad de sus acabados, el confort de su chasis, los ajustados consumos y su precio hacen que sea el modelo que más me convence de su segmento. La gama empieza con el motor dCi 130 en acabado Life desde 30.950 euros. También es clave el hecho de que en la segunda fila disponga de tres plazas reales.
Además, la opción de la tercera fila de asientos (1.200 euros en el caso de la versión Initiale) aporta un plus de versatilidad al conjunto, lástima que con las 7 plazas la capacidad de carga del maletero quede bastante limitada.
La unidad que probamos del Espace, un Initiale Paris Energy dCi 160 EDC había sido configurada con todas las opciones disponibles a excepción de las pantallas de DVD integradas en los reposacabezas delanteros. De los 42.900 euros de este acabado tope de gama el precio final asciende a 48.250 euros. Estamos ante casi 20.000 euros más que la versión base, una cifra que lo sitúa muy cerca de un Mercedes-Benz Clase V o un Volkswagen Multivan, mucho más grandes pero, evidentemente, menos equipados y con un comportamiento dinámico que nada tiene que ver con el de este nuevo Espace crossover.
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Esos motores caen como chinches, y los cambios automáticos igual. Renault debe ser la marca menos fiable del mundo ahora mismo