Swedish Job - Capítulo 7

Si hay un modelo de Saab que en los últimos años se ha revalorizado es este, el Saab 900 Turbo, especialmente en su versión cabrio, al que ya podríamos catalogar como coche de culto. Este es el modelo más icónico de cuantos ha fabricado en su historia la marca escandinava, y es que de hecho, este es el último Saab 100% , antes de que la firma Sueca pasara a formar parte del grupo General Motors.

Del Saab 900 hubo toda clase de carrocerías, con 2, 3, 4 y 5 puertas, y como hemos dicho antes una versión descapotable que fue fruto de una petición del gerente de Saab Scania en Estados Unidos.

El que pudimos probar en Trollhattan era propiedad de Peter, el responsable del museo de la marca y que pudisteis ver en el capítulo anterior. Se trata de un coche de uso diario que se encuentra en perfectas condiciones.

El Saab 900 fué un gran éxito de la firma de Trollhattan, ya que en su primera generación se produjeron 908.817 unidades. Si como vimos el Volvo 1800 era el coche de El Santo, el Saab 900 era el coche favorito de James Bond en las novelas de Jhon Gardner.

Sus medidas son peculiares. Estamos ante un coche bastante largo, con 4,74 metros, pero con una batalla muy corta de 2,52 metros, lo que hace que tenga unos voladizos prominentes. Por otro lado, es un coche estrecho con 1,69 metros. Su altura es de 1,42 metros.Su peso neto es de 1.315 kilos

Pocos serán los que a estas alturas no sepan que Saab es una de las grandes marcas de la industria aeronáutica mundial, y en este modelo se aplicaron diferentes soluciones que provenían de esta división de la empresa sueca, como por ejemplo su parabrisas curvo a 45º o la consola central orientada hacia el conductor, aunque la más llamativa es, por supuesto  su diseño, obra de Bjorn Envall con esta línea lateral tan peculiar y muy rompedora en su momento, que respondía a las premisas de la ergonomía y la funcionalidad.

El arco del parabrisas delantero estaba reforzado para impedir que en un impacto con animales (renos y alces principalmente) los ocupantes del vehículo no vieran invadido el habitáculo con el animal. A su vez, los parachoques estaban construidos con un plástico deformable, que volvía a su forma original en caso de impactos leves.

En el lateral destaca el símbolo Turbo y sus llantas BBS opcionales de 16 pulgadas, además de toda la zona cubierta de plásticos en la mitad inferior de la carrocería, que pertenece al kit Aero, que le confería un aspecto más deportivo. Mientras que en la parte trasera encontramos otra solución aerodinámica que evitaba turbulencias en esta parte posterior, estamos hablando de un alerón perfectamente integrado en la base del portón.

Las curiosidades e innovaciones también se encuentran en el interior. Para empezar se le otorga todo el protagonismo al conductor, con una consola donde todos los mandos quedan a mano sin tener que desviar la vista de la carretera. La instrumentación es simple pero de muy fácil lectura, con los indicadores estrictamente necesarios. Velocímetro, cuentarrevoluciones,nivel del depósito de gasolina, temperatura del aceite y soplado del turbo.

Los asientos confeccionados en piel,  aparte de cómodos, también eran regulables en altura,  longitud y también podíamos regular el reposacabezas. Además estaban calefactados, algo de gran utilidad en Suecia.

Esta unidad contaba como opción con el techo solar practicable de una calidad impresionante, y como curiosidad también tenemos la ubicación de la guantera, algo que nos sorprende a día de hoy, pero que en su día era habitual ya que los coches no contaban con el sistema airbag.

Y para acabar con el interior un protocolo a tener en cuenta cuando abandonemos el vehículo, y es que la llave solamente se puede extraer si una vez parado el coche insertamos la marcha atrás.

Detrás de la primera fila encontramos dos plazas traseras  (recordemos que este Volvo 900 Turbo es un coche de 4 plazas) cuyos ocupantes gozarán de un gran confort, con una buena amplitud en anchura, aunque la distancia para las piernas es un poco justa para tallas superiores a 1,75 m.

El maletero es un auténtico trastero sobre ruedas, con una capacidad de 602 litros con todos los asientos habilitados. Si plegamos la segunda fila, podemos dormir en él, ya que la longitud hasta la boca de carga es de 1,85 m, y su capacidad pasa a ser de 1.600 litros.

Después de abrir el capó de una forma muy peculiar como denotan las imágenes, vemos este motor turbo 2.0 de 4 cilindros en línea con 16 válvulas. El bloque motor fue el mismo en todos los modelos, pero se comercializó con 8 y 16 válvulas, atmosférico y turbo y dentro de los turbo, con turbo de baja presión o de alta presión, con potencias que iban de los 100 a los 185 CV.

Una curiosidad es que podíamos consultar el nivel de aceite de la caja de cambios.

Las prestaciones no estaban nada mal para la época, y es que su motor turbo entregaba 160 CV a 5.500 revoluciones por minuto. Realizaba el 0-100 en 9,6 segundos, y su velocidad máxima era de 200 kilómetros por hora. Su consumo oscila entre los 7,6 litros en conducción por autopista y los 12,2 en circulación urbana.