SEAT Ibiza KIT CAR Campeón del Mundo

Prueba en vídeo del SEAT Ibiza KIT CAR, un coche de carreras que ganó tres veces la categoría F2 del Campeonato del Mundo de Rally en las temporadas 1996, 1997 y 1998. Este es el primer coche fabricado en España que ganó un título mundial en competición, obra del equipo deportivo que se conocía como SEAT Sport.

SEAT únicamente fabricó 20 kits para modificar el Ibiza. Esta era la fórmula de construcción de los KIT CAR, de ahí su nombre. Un conjunto de mejoras formadas por el motor, las aletas sobredimensionadas, frenos, suspensiones y demás que se aplicaban al coche de calle para convertirlo en un coche de rally.

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El SEAT Ibiza KIT CAR llegó en 1996 para competir en la disputada categoría de 2 litros, conocida como F2. Frente a coches de tracción delantera con motor atmosférico de 2.000 c.c. como eran Peugeot 306 Maxi y Renault Mégane KIT CAR.

El Ibiza era un coche muy robusto, pero con 250 CV no era el más potente de la categoría. A nivel de chasis tenía algunos puntos flacos que lo limitaban mucho tanto a la hora de transmitir la potencia al suelo, así como en el paso por curva.

¿Cómo logró entonces ganar tres veces seguidas el Mundial? Por su robustez y su consistencia en las participaciones. Mientras que Peugeot y Renault se limitaban principalmente a competir en las pruebas de asfalto, SEAT apostó por un calendario en el que había pruebas de asfalto, tierra y nieve. En la primera participación en el Rally Monte Carlo de 1996 el alemán Erwin Weber terminó décimo. Chus Puras ganó sólo una prueba de la categoría de dos ruedas motrices ese año.

Pero ojo, para ganar aquel primer mundial de 1996 SEAT contó con la inestimable ayuda del piloto andorrano Ferran Font junto a su copiloto Joan Sureda. Lo mejor de todo es que no contaron con uno de los KIT CAR oficiales. Compitieron con uno de los SEAT Ibiza CUPRA que los ouvriers usaban como muletto en los reconocimientos de los tramos los jueves anteriores a los rallyes del mundial. Vamos, un coche de calle con las barras anti-vuelco atornilladas al chasis y no soldadas como los coche oficiales. Incluso con la caja de cambios de origen.

El mismo jueves ese coche se preparaba como coche de rally para inscribirlo en la categoría más próxima a la serie, la Grupo N. Precisamente, en aquel entonces los coches de Grupo N con motor atmosférico 2 litros y tracción delantera también sumaban puntos para la conocida como “Copa F2”. La categoría que se disputaban los Ibiza KIT CAR.

La historia es brutal, aquel primer título mundial se logró gracias al apoyo que dio un coche de calle. Pero no termina ahí. Ferran Font consiguió ese volante in extremis. El andorrano había quedado subcampeón de la Copa Marbella en 1994 y también subcampeón de la Copa Ibiza de 1995. Por reglamentación los dos primeros clasificados no les estaba permitido seguir en la copa de promoción.

Font primero compró un Ibiza Grupo A de Carlos Soler y así dar el salto al Mundial en el Rally de Portugal de 1996. Poco después le propuso a SEAT Sport la opción de seguir en el mundial con un Grupo N, aprovechando los mulettos que los ouvriers conducían para realizar los reconocimientos en cada prueba del mundial. Él pagaba sus gastos y corría, el coche ya estaba allí por el tema de los reconocimientos.

El piloto andorrano fue cumpliendo con los objetivos que le marcaba SEAT que era terminar para ir acumulando puntos. En Argentina, Australia, Nueva Zelanda y el RAC Font recogió 36 puntos y el título lo ganó SEAT por 10 puntos. SEAT Sport ganó el Mundial pero no hubo opción de seguir por parte de Font.

El Ibiza KIT CAR nunca fue la máxima expresión de la categoría F2, en su momento sus rivales franceses estaban muy por encima, con diferencias de en torno a 2 segundos por tramo. Eran mucho más anchos de vías y encima contaban con mecánicas que giraban por encima de las 10.000 rpm con potencias que pasaban de largo los 300 CV.

El primer KIT CAR estaba animado por un 4 en línea atmosférico de 1984 c.c. Una mecánica que anunciaba 250 CV a 7.800 rpm. Montaba una caja de cambio secuencial de 6 relaciones y declaraba 930 kilos sobre la báscula.

Inicialmente su motor entregaba 260 CV y el tren delantero sufría de lo lindo para poder transmitir todo ese potencial al asfalto. A lo largo de la temporada se terminó reduciendo la potencia a 250 CV para mejorar la tracción. Un motor que era una evolución del 2 litros 16 válvulas del VW Golf GTI de calle.

Antes de salir al circuito de Mora d’Ebre solo, me di unas vueltas con Antonio Rius al lado. Rius fue el piloto de pruebas de SEAT Sport durante el desarrollo del Ibiza KIT CAR. Él fue quien puso a punto estos coches y mejor que él no los conoce nadie.

La experiencia al volante del primer KIT CAR fue bestial. El sonido del motor, el tacto general del coche, todo en sí es una auténtica pasada. Poder cambiar con una palanca secuencial ahí en medio. Tantas y tantas veces que había visto imágenes del WRC con esas cámaras interiores en las que se veía a los pilotos… Y estar ahí al volante fue increíble.

En el desarrollo del Ibiza KIT CAR Evo2, que se introdujo en abril de 1997, intervino el francés Benoit Bagur. La potencia creció hasta los 270 CV, pero destacaba por las numerosas mejoras aplicadas tanto en las suspensiones como en el monocasco. Bagur diseñó una jaula antivuelco más rígida, cambió la geometría del McPherson delantero y rediseñó por completo la suspensión trasera.

La caja de cambios Hewland recibió unos desarrollos más largos. Asimismo, las nuevas llantas de 18” permitieron montar frenos más grandes. Delante recurría a pinzas de 6 pistones con discos de 376 mm y detrás pinzas de 4 pistones con discos 280 mm.

Pese a las numerosas y sustanciales mejoras seguía estando lejos de los Maxi Mégane y del 306 Maxi sobre el asafato. Seat Sport se concentró en hacer un coche que fuese capaz de batir a sus rivales en todos los terrenos y no centrarse únicamente en el asfalto como sí hicieron las marcas francesas. De este modo se dio lugar a un coche capaz de ganar tanto sobre la nieve de Suecia o la tierra del Acrópolis. Aún así, Harri Rovanperä llegó a ganar sobre asfalto en Italia ese 1997, quedando décimo absoluto.

En 1998 Rovanperä terminó quinto absoluto en el durísimo Rally Safari. Toda una demostración de la robustez del Ibiza KIT CAR. Junto a sus compañeros de equipo Tony Gardemeister y Gwyndaf Evans esa temporada 1998 lograron el tercer título de marcas en la categoría 2 litros. Los esfuerzos de la temporada 1999 se centraron en el Córdoba WRC, con lo que lamentablemente se dejó de lado el Ibiza KIT CAR, un coche que sin duda alguna habría ganado un cuarto título de 2 litros esa temporada.

Nada más salir a pista se nota mucho mejor que la evolución anterior. Todo va más fino, la suspensión filtra todavía más, gira más plano… Y qué decir del sonido de su motor. Es una locura cómo aulla cuando sube de vueltas. No hay nada como un motor atmosférico alto de régimen.

Precisamente fueron los KIT CAR, los coches de carreras que potenciaron el apetito por los GTI de tracción delantera de altas prestaciones. Coches de rally que daban lugar a versiones de calle al estilo del Peugeot 306 S16 o el propio SEAT Ibiza CUPRA. Un concepto que ha llegado hasta nuestros días con deportivos de tracción delantera bautizados como hothatch: CUPRA León, Ford Focus ST, Honda Civic Type-R, Peugeot 308 GTI, Renault Mégane RS...

Los KIT CAR aparecieron a principios de la década de los 90 con potencias de en torno a 150 CV. ¿Quién iba a decir que a finales de esa misma década tendrían el doble de potencia y que serían capaces de ganar a los todopoderosos Grupo A y WRC? Más anchos que sus rivales de tracción integral, más ligeros y con una potencia similar pusieron en apuros a los WRC sobre asfalto.