El Skoda Fabia Scout es la versión “campera” del Skoda Fabia Combi, uno de los pocos familiares supervivientes en el segmento de los utilitarios, sólo molestado ligeramente por el Renault Clio Sport Tourer. Está disponible sólo con motores de gasolina, de 1 litro de cilindrada y con potencias que van desde los 75 a los 110 CV. Nosotros vamos a probar la intermedia, de 95 CV. ¿Será suficiente?
Estética más robusta con detalles típicos de crossover, un maletero de los buenos, de segmento superior, un equipamiento de serie bastante correcto, equipamiento opcional con costes razonables y un precio final con descuento muy ajustado. Esas son sus principales bazas.
Pero, antes de entrar en materia, vamos a configurar éste Fabia Scout que nos ha cedido Skoda España para realizar esta prueba. Veamos:
La versión de acceso a la gama con el motor de 75 CV cuesta 18.430 euros. Para el motor de 95 CV hay que sumar 1.000 euros más a la tarifa. Partimos de los 19.430 euros. A ellos hay que sumar la pintura Azul Race metalizada, que cuesta 455 euros, las barras del techo en color plata, 75 euros más, los sensores de lluvia y luces, 210 euros, el limitador de velocidad, 145 euros, el asistente de arranque en pendiente, otros 75 euros, y la rueda de repuesto de tipo temporal que cuesta 100 euros.
En total, este modelo que probamos cuesta 20.490 euros, a los que habrá que aplicar un descuento comercial sujeto a la financiación de 5.550 €. Por lo tanto, nos sale por un precio de 14.940 euros, que no está nada mal para todo lo que ofrece.
Entre el equipamiento de serie cabe destacar la luz diurna LED, los faros antiniebla, el climatizador, los cuatro elevalunas eléctricos, retrovisores exteriores también eléctricos, asiento del conductor con regulación en altura, palanca del cambio y volante multifunción de cuero, sistema multimedia con bluetooth y conectividad Android Auto, Apple CarPlay y Mirror Link, así como algunas de las soluciones "Simply Clever" de Skoda: como el clip en el parabrisas para dejar la tarjeta o el tiquet de aparcamiento o el ya clásico rascador de hielo situado en la tapa de la boca de carga de combustible.
También son de serie las llantas de 17 pulgadas que monta esta unidad, los retrovisores en plateado, el protector delantero en contraste, el difusor trasero exclusivo, así como los detalles en plástico negro mate que recorren toda la parte inferior de la carrocería y que le otorgan un aspecto más crossover al conjunto.
Otras opciones destacadas que Skoda propone para el Fabia Scout en forma de equipamiento opcional son los faros delanteros y traseros de LED, el navegador para el sistema de infoentretenimiento, el techo de cristal panorámico y varias ayudas a la conducción y sistemas de seguridad.
Este modelo está basado en el Skoda Fabia Combi. Es el mismo coche, pero con un aspecto más aventurero. Eso significa que comparte prácticamente todas las cotas. La única variación la encontramos en la longitud, ya que los nuevos protectores le otorgan un par de centímetros extra. De tal forma, el Fabia Scout mide 4,29 metros de largo, 1,73 de ancho, 1,45 de alto y aporta una distancia entre ejes de 2,45 metros.
530 litros de maletero
El interior propone un diseño muy del estilo de Skoda, muy limpio, sin demasiado elementos decorativos pero muy agradable a la vista. Eso sí, la gran mayoría de los materiales utilizados, por no decir todos, son plásticos duros, pero es lo que se lleva en este segmento que busca más poder ofrecer un buen precio que una calidad extraordinaria.
Los asientos están tapizados en tela y ofrecen un buen confort a la vez que una sujeción lateral bastante conseguida. También es bastante fácil encontrar una postura de conducción cómoda ya que el volante puede regularse tanto en altura como en profundidad, y eso se agradece si eres de gran estatura como es mi caso.
Desde el puesto de conducción todo queda perfectamente al alcance de la mano. Todo está muy bien ordenado y en su sitio. La pantalla central táctil también cuenta con botones de acceso rápido, que se agradece, y el cuadro de instrumentos es bastante clásico, con dos grandes indicadores analógicos a los lados y una pequeña pantalla en el centro, en blanco y negro, con diferente información.
Las plazas traseras son bastante buenas y permiten que dos ocupantes de estatura media puedan acompañarnos sin demasiados problemas. La distancia para las rodillas está bien e incluso la altura al techo es muy buena. El confort de los asientos está bastante bien conseguido, incluso en la plaza central, aunque dada la anchura del modelo se presta a usarse sólo en ocasiones de “emergencia”.
El maletero es de los grandes. Ofrece una capacidad estándar de 530 litros, un volumen similar o superior a vehículos de una categoría superior. Cuenta además con un espacio bastante bien aprovechable, con huecos a los lados para separar la carga. Abatiendo los asientos se consiguen 1.395 litros totales, aunque el piso no queda completamente enrasado sino que queda un pequeño escalón.
Sólo tricilíndricos de gasolina
Las mecánicas que propone Skoda para el Fabia Scout, y también para el resto de la gama Fabia, todas parten de un mismo motor tricilíndrico de gasolina, turbo, y de sólo 1 litro de cilindrada, con potencias de 75, 95 y 110 CV.
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El modelo que probamos monta el propulsor intermedio, un 1.0 de 95 CV con 160 Nm de par que se asocia a un cambio manual de 5 velocidades. Tan sólo la versión más potente de 110 CV equipa un cambio de 6 relaciones de serie, y también es la única que puede montar un cambio de doble embrague DSG de 7 velocidades.
El Skoda Fabia Scout sólo pesa 1.141 kg, es por este motivo que hemos pensado que una mecánica que no llega a los 100 CV puede acabar siendo una de las más adecuadas para este modelo. Según su homologación WLTP, más realista que la NEDC que se usaba hasta hace poco, este coche debería gastar en ciclo mixto 5,7 l/100 km.
Desde que me entregaron el coche, lo he usado a diario para mis desplazamientos habituales. He ido a trabajar con él, de compras y para moverme de fin de semana fuera de Barcelona. Según el ordenador de a bordo mi media ha sido ligeramente superior, muy cercana a los 6,5 l/100km.
Esto es debido a que, aunque el motor es capaz de mover bien al coche una vez lanzado, le falta un poco de fuerza a la hora de acelerar o recuperar. Y si vamos cargados aún se nota más. Esto obliga a subirlo bastante de revoluciones para encontrar un avance con cierta fuerza y contundencia.
Hasta las 2.000 vueltas está muerto. A bajas vueltas aguanta el ritmo más o menos decentemente, pero ante fuertes pendientes o a la hora de adelantar habrá que echar mano del cambio de marchas, bajar una o dos, y hundir bien el pedal del acelerador para que el coche responda. Su rango óptimo está sobre las 3.000 rpm, pero claro, consume más. Lo que sí os puedo asegurar es que en vías rápidas es un auténtico mechero. Se mueve por debajo de los 5 litros sin problema.
Buena dinámica de conducción
El Fabia Scout muestra un buen aplomo en autopista, es un coche bastante cómodo a la hora de realizar largas tiradas, manteniendo ritmos elevados sin despeinarse. Tampoco defrauda en ciudad, donde hace gala de una buena agilidad para callejear y moverse entre el denso tráfico de las urbes. Y por si fuera poco, también responde bastante bien en carreteras secundarias.
Resulta que la gente de Skoda ha conseguido darle al coche un equilibrio perfecto entre el confort de marcha y la dinámica. Me ha sorprendido el tarado de la suspensión, más firme de lo que uno podría esperar. Con un ritmo un poco más alegre el coche balancea un poco, pero no rebota, se queda ahí, con muy buena estabilidad en el paso por curva. También me ha gustado mucho el guiado: preciso y con buena información de lo que pasa bajo las ruedas.
Los frenos sufren un poco si aumentamos el ritmo y practicamos una conducción un poco más deportiva. Tienden a la fatiga tras varias frenadas contundentes, pero ante un ritmo completamente normal, sus cuatro frenos de disco cumplen a la perfección.
Para acabar, retomo el tema del motor, y es que en el fondo me ha gustando bastante, y estoy seguro que para el 80% de conductores será más que suficiente. No es un motor de grandes sensaciones pero se comporta bien y está muy bien respaldado por un cambio que, con sólo 5 marchas, ofrece un escalonamiento bien conseguido, con las dos primeras marchas bastante cortas y una quinta larguísima para desahogar.
Lo único que no me ha convencido demasiado ha sido el sonido del propulsor, poco agradable y con algunas vibraciones cuando circulamos a bajas vueltas. Desventajas de los 3 cilindros…
Un buen coche a precio asequible
Pocos modelos de este segmento, el de los utilitarios, pueden ofrecer un habitáculo tan espacioso como el del Skoda Fabia Combi o el de este Scout. Para comparar, habría que irse a un segmento superior, el de los compactos. Sin embargo, el hecho de contar con una plataforma más simple que éstos también hace que el coste del vehículo se abarate.
En este caso, hablamos de un modelo que parte de algo más de 12.000 euros con descuentos, y tal y como lo tenemos configurado nosotros, no llega ni a los 15.000. No está mal.
Tras probarlo a fondo durante unos días los resultados han sido bastante satisfactorios en todos los aspectos: tiene una estética agradable, un equipamiento de serie correcto y opcionales para acabar de configurarlo a dedo con costes asequibles, un habitáculo agradable aunque con mucho plástico duro, un maletero de buena capacidad, un motor que cumple a la perfección con su cometido y una dinámica de conducción que me ha sorprendido. No se puede pedir más.
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