Škoda Kodiaq RS: ¿Puede un SUV ser deportivo?

Ya hemos conducido el nuevo Kodiaq RS, primer SUV de su gama deportiva de Škoda. Equipa un motor diésel biturbo de 2 litros y 240 CV de potencia con cambio automático DSG de 7 velocidades; trae de serie un tren de rodaje deportivo con amortiguación regulable, tracción a las cuatro ruedas, un completo equipamiento y, cómo no, una estética diferenciada. Su precio de 50.750 euros se ve rebajado en promoción hasta los 47.100 euros. En este artículo os transmitimos nuestras primeras impresiones sobre el Škoda Kodiaq RS, después de haberlo probado en la provincia de Cádiz con motivo de su presentación dinámica a la prensa internacional.

Škoda es conocida por fabricar automóviles con sentido práctico y con buena relación calidad/precio; pero no hay debemos olvidar que, casi desde su nacimiento, la firma checa acumula una larga experiencia en el mundo de la competición y más concretamente en los rallies. Las iniciales RS, que significan “Rally Sport”, fueron empleadas por primera vez en 1974 con los prototipos de carreras 180 RS y 200 RS. Poco más adelante, en 1977, el 130 RS ganó el mítico Rally de Monte Carlo en su categoría.

Cuarenta años después, Škoda sigue activa en el mundo de los rallies, consolidando un ADN deportivo que desde el inicio de este siglo transmite a sus coches de serie a través de la gama RS. Con el nuevo milenio fueron llegando los Octavia RS y Fabia RS; modelos prestacionales que no sólo han equipado propulsores de gasolina sino también de gasóleo. De hecho, el Kodiaq RS, primer SUV con este apellido, llega únicamente con motor diésel; aunque eso sí, con el diésel más potente de la historia de Škoda. Lo bastante potente como para convertirlo en el SUV de 7 plazas más rápido sobre el trazado de Nürburgring, el “infierno verde”.

La gama RS ya tiene su primer SUV

Aunque, como es lógico, el Kodiaq RS calca las medidas del modelo convencional (4,70 m de largo por 1,88 m de ancho y 1,68 m de alto, con 2,79 m de batalla), esta versión de tintes deportivos exhibe una estética adecuada a las circunstancias. Los cambios aplicados aquí y allá le permiten desmarcarse de sus hermanos de gama con una imagen claramente más aguerrida.

Además ser el primer SUV de Škoda en ofrecer el color Azul Race, monta unos paragolpes sobredimensionados, con dos enormes salidas de escape en la trasera (“real” el izquierdo y “decorativo” el derecho); y vienen de serie las llantas bitono de 20 pulgadas y las pinzas de freno pintadas en rojo. Pero lo que de verdad diferencia a esta variante son sus detalles de acabado en negro brillante: la parrilla -que luce además el nuevo logotipo RS-, las molduras del paragolpes delantero, las barras de techo, el contorno de las ventanas y los aditamentos a ambos lados de la luneta posterior. También nos encontramos en la zaga con un detalle característico de la gama: el reflector rojo que la recorre a lo todo lo ancho.

La ambientación del habitáculo cambia de arriba abajo, empezando desde el techo y los pilares recubiertos de tejido en color negro. El salpicadero luce unas molduras en símil carbono, patrón que se repite en los asientos de corte deportivo y con reposacabezas integrado, recubiertos de Alcantara en las zonas de contacto. Estos asientos, envolventes y sin embargo confortables, vienen de serie y tienen una apariencia impecable. Su hilatura en rojo se repite en el reposabrazos, la palanca de cambio y el volante deportivo achatado en el fondo; y casi lo mismo puede decirse del omnipresente logotipo RS. Otro detalle atractivo son los pedales rematados en acero inoxidable.

También es de serie un cuadro de instrumentos digital plenamente configurable, y que es en esencia el mismo que puede incorporar como opción el resto de variantes de la gama Kodiaq. La diferencia está en que la versión RS ofrece un modo añadido que reúne en el centro el cuentarrevoluciones y velocímetro, creando una imagen de lo más racing.

El Kodiaq RS está disponible en 5 ó 7 plazas. Por lo tanto, no hay cambios respecto a lo ofrecido por el resto de variantes en cuanto a habitabilidad, modularidad y capacidad de carga (que sigue siendo de 600 litros con cinco plazas en uso y de 231 litros si aprovechamos las siete). Para mayor detalle, os invito a revisar nuestra comparativa de SUV de 7 plazas, en la que el modelo de Škoda fue protagonista destacado.

El Kodiaq RS sólo está disponible con un motor diésel biturbo de dos litros y 4 cilindros, con 240 CV de potencia y 500 Nm de par. Este propulsor, desarrollado por el Grupo Volkswagen -y también presente en los Arteon y Tiguan Allspace-, se convierte en el diésel más poderoso jamás equipado por un Škoda. Sus cifras son notables en este SUV, capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos para alcanzar una velocidad máxima de 221 km/h. Puede que no nos regale el sonido ni la estirada de un buen motor de gasolina, pero a su favor tiene lo que suelen tener los diesel: un consumo contenido. En este caso, la cifra homologada es de 6,4 l/100 km.

Este motor destaca por su imponente “patada” a casi cualquier régimen, regalándonos la sensación de disponer de una buena reserva de par siempre que la necesitemos. De hecho sus 240 CV son más que sobrados para acelerar con facilidad y soltura, aunque el peso y volumen de este SUV no permiten alcanzar las prestaciones que este turbodiésel entrega en un coche tan distinto como el Volkswagen Arteon. En cualquier caso, el Kodiaq RS “anda” mucho y bien.

Otra cuestión es que la marca haya elegido un motor diésel, decisión discutible y sin embargo comprensible. Pensando en el puro concepto de coche deportivo, hubiésemos preferido el tacto de un motor de gasolina; pero aceptando que se trata de un SUV de 7 plazas, destinado principalmente al uso viajero y familiar, cobra sentido que Škoda haya optado por un motor de gasóleo.

El Kodiaq RS no ofrece ni como opción una caja de cambios manual: viene de serie una caja de cambios automática DSG, de doble embrague y 7 velocidades. Su comportamiento no se escapa de lo esperado: encadena marchas con rapidez en la subida, no tanto en la bajada; y por lo demás, se muestra tan suave como de costumbre.

Lo que no acaba de gustarme son las levas, muy pequeñitas y poco usables si no llevamos nuestras manos siempre “a las tres menos cuarto”. Y otro aspecto que en mi opinión no encaja en un coche con aspiraciones deportivas es que cuando manejamos el cambio en modo manual, éste decide subir a la siguiente marcha cuando llegamos al “corte de inyección”, y pueda darse el caso de que subamos dos marchas de golpe: la que seleccionamos mediante la leva y la que la caja sube por su cuenta.

Un detalle particular del modelo RS es que incorpora un "emulador digital" del sonido del propulsor. Este dispositivo electrónico genera un sonido muy grave, acompasado con el régimen de giro del motor, que emite a través de unos altavoces situados en la parte inferior trasera del vehículo. A decir verdad, el resultado está bastante conseguido; pero si después de escucharlo no os gusta, sólo tenéis que reducir su volumen a través del menú correspondiente.

Hablando de menús. El selector de modos de conducción ofrece cinco programas distintos: Eco, Comfort, Normal, Sport y Snow. Además contamos con un modo Individual que nos permite ajustar cada parámetro a nuestro gusto: asistencia del volante, tacto del acelerador, sonido del motor, comportamiento de la caja de cambios e, incluso, la dureza de las suspensiones. Sí, en efecto: el Kodiaq RS trae de serie un tren de rodaje deportivo con amortiguación regulable. La diferencia entre el ajuste más suave y el más firme es bastante notable; pero ni siquiera en este último caso sacrificaremos el confort de marcha que esperamos de un Kodiaq. El objetivo, conseguido en mi opinión, es dar a elegir entre el máximo agrado de conducción y un elevado nivel de eficacia, sin llegar a extremos innecesarios.

El buen trabajo de las suspensiones ayuda a contener las inercias, que tienden a ser importantes en un SUV de este tamaño. El coche gira bastante plano en curvas rápidas, otorga confianza en zonas reviradas y, además, la dirección progresiva incrementa la impresión de agilidad. En esta primera toma de contacto, también me ha parecido adecuada la potencia de frenada y su resistencia a la fatiga. En suma, y a falta de una prueba más detallada, parece un conjunto a la altura de las circunstancias.

El Kodiaq RS también equipa de serie un sistema de tracción total controlado electrónicamente. En conducción suave y sobre piso con buena adherencia, sólo se recurre a la tracción delantera; pero a medida que las cosas se compliquen, el sistema 4x4 irá variando el reparto de par, siendo capaz entregar hasta 85% a una sola rueda.

Este SUV tiene a su favor un modo off-road específico y una altura libre al suelo de 19,6 cm; pero sus ángulos poco favorables, sus llantas de 20 pulgadas y la ausencia de reductora o bloqueos, nos dan una idea de por dónde podremos pasar tranquilamente y cuándo tendremos que pensárnoslo. En resumen: el Kodiaq RS es un SUV 4x4, no un todoterreno.

Y ahora, el precio. El Škoda Kodiaq RS cuesta 50.750 euros, que con el descuento oficial de la marca se queda en 47.100 euros. Desde luego no es un coche asequible en términos absolutos, pero las cosas como son: viene casi totalmente equipado de serie. Fijaos: trae faros y pilotos traseros LED, llantas de 20”, unos fantásticos asientos deportivos, cuadro de instrumentos digital, suspensión adaptativa y tracción total. Todo lo que habéis visto en las imágenes está incluido en el precio, salvo el sistema de infoentretenimiento (que es un modelo más sencillo aunque también trae navegador) y el techo panorámico.

El Škoda Kodiaq RS ya está a la venta en España y las primeras unidades serán entregadas a partir de enero de 2019.