Analizamos un SUV compacto muy a tener en cuenta, aunque alguno de vosotros no hayais pensado en él: el Suzuki S-Cross. Acaba de recibir un restyling completo que incorpora nueva tecnología de hibridación. Probamos la versión de gasolina con 129 CV.
Hace ya 9 años que Suzuki compite en el segmento de los SUVs de tamaño medio, compactos, con el S-Cross. Por lo tanto, este no es un coche nuevo. De hecho, su base es la misma que la marca presentó en 2015, pero actualizada para los tiempos que corren.
El S-Cross ha tenido que competir durante estos años con rivales como el Nissan Qashqai, Seat Ateca, Peugeot 3008, Hyundai Kona, Skoda Kamiq, Kia Sportage y un sinfín de SUVs en torno a los 4,30 metros de largo. No lo ha tenido fácil, pero con esta última revisión gana en atractivo y se le ponen las cosas más de cara.
El S-Cross es un SUV que Suzuki vende paralelamente al Suzuki Vitara (enlace a la videoprueba del Suzuki Vitara). A diferencia del Vitara, tiene un estilo más crossover, menos purista, más moderno. Y por encima de él está el Suzuki Across, un clon del Toyota RAV4.
Hay que reconocer que el Suzuki S-Cross siempre ha sido, en mi opinión, un SUV con un diseño bastante anodino, un poco impersonal, y esto quizás le haya restado ventas. Ahora, con esta, digamos tercera generación, cambia un poco por fuera, es algo más atrevido, tiene más personalidad.
Tiene un frontal muy vertical, bien trabajado, con una línea cromada que cruza y enlaza los faros. Se distingué por sus pasos de rueda con formas muy cuadradas, pero que sobresalen poco, y por montar unas llantas de 17 pulgadas con neumáticos Continental Ecocontact ecológicos.
En la trasera podéis ver unas ópticas unidas por una banda en horizontal. Hay formas muy verticales, que a la vez dan sensación de gran anchura.
Esta unidad corresponde al acabado S3, el más completo. Monta un motor de 4 cilindros de gasolina de 129 CV, microhibridizado. Y una transmisión automática con sistema Allgrip. El consumo homologado de este coche es de 5,3 l/100 km y las emisiones son de 120 gramos de CO2/km.
Su precio: 36.429 euros de PVP. Todo lo que veis en las imágenes está incluido en el precio, incluso el techo panorámico, viene de serie en esta versión tope de gama.
Plazas delanteras actualizadas, pero clásicas
El salpicadero tiene un nuevo diseño y nuevos elementos, como una pantalla táctil de 9 pulgadas, cuya posición ha obligado a colocar las rejillas de ventilación en una posición inferior. El resto cambia más bien poco.
Esta pantalla tiene buenos menús, aunque es algo lenta. Dispone de conectividad con Android Auto y Apple CarPlay, este último inalámbrico. El equipo de sonido es bueno, suena bien. También equipa un sistema de visión exterior con cámaras de 360 grados.
El climatizador se controla mediante mandos físicos. En la consola hay un hueco para el móvil, pero no es para carga inalámbrica. También se incluye una toma USB convencional, y el freno de mano es de palanca. El pequeño cofre central tiene su tapa desplazable.
En la parte superior del techo encontramos un portagafas y un buen techo solar panorámico.Aquí encontramos el dial para la inserción de los distintos programas de conducción. Snow, Sport o Auto. Y el pulsador para bloquear el reparto de par, en modo Snow.
Buen espacio atrás
En las plazas traseras hay un acceso fácil, gracias que el piso está bajo y hay buen espacio. Una vez dentro, sorprende por la buena altura de banqueta y el correcto espacio para las piernas y los pies. Peca de poca altura al techo, al menos en esta versión con techo panorámico. Los respaldos son muy verticales, algo incómodos. Equipa un reposabrazos con portabebidas, pero no hay rejillas de ventilación ni posibilidad de regular la temperatura, ni tomas USB. Es un punto a revisar.
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El pasajero central viaja bastante cómodo, ya que no hay túnel de transmisión que moleste.
Maletero correcto, acabados justos
Tiene una capacidad de 430 litros. Podemos ganar 10 litros si colocamos el respaldo en posición vertical. La capacidad máxima, una vez abatidos los respaldos de la segunda fila, es de 1230 litros. Es un maletero con formas muy cuadradas, con una buena bandeja en el piso que puede colocarse en 2 posiciones. En el hueco inferior se guarda el kit reparapinchazos. Hay algunos ganchos, pero son de plástico.
Este es un coche para disfrutar en familia. Tiene buen espacio, y es cómodo en autopista y vías rápidas. Se lleva muy fácilmente. No tiene grandes prestaciones, pero el motor cumple bien.
Un gasolina con par abajo
Destaca por tener un motor que entrega mucho par abajo. Recuerdo hace años que cuando probaba un coche japonés con motor de gasolina de poca cilindrada era todo arriba. Ahora, con la microhibridación, tienes buena respuesta a bajas revoluciones.
El tacto de la dirección es muy directo, pero se nota muy filtrada, transmite poca información.
Este coche pesa 1.330 kilos , por lo que es bastante ligero. Se lleva de forma fácil y en general se hace agradable.
Viene bien equipado con tecnología de ayuda a la conducción, como el sistema de prevención de colisiones con reconocimiento de vehículos y peatones, alerta de tráfico trasero, control de descensos, control de velocidad adaptativo con función de parada y arranque, alerta de cambio involuntario de carril, asistente de mantenimiento de carril, vigilancia de ángulo muerto y reconocimiento de señales.
El sistema de mantenimiento de carril es muy intrusivo. Suerte que se puede desconectar mediante este pulsador.
El Suzuki S-Cross se fabrica en Hungría. La marca japonésa ha vendido hasta el momento 310.000 unidades en Europa, cifra que incrementarán con esta nueva generación.
Podéis encontrar unidades nuevas de Suzuki S-Cross a la venta en Coches.net, en este enlace.
Si preferís un Suzuki S-Cross de gerencia o KM0, podeís consultar la oferta aquí.
También hay una extensa oferta de Suzuki S-Cross de anteriores generaciones, usados, que podéis ver clicando en este otro enlace.
Scross S3, asientos simil cuero, muy incomodo de banqueta, el cosido se te clava en el culo, incomodo en un trayecto superior a 30 minutos, no entiendo porque pusieron un cosido en medio de la aleta, en vez de hacer una base hasta la aleta lateral.