Toyota ha presentado la versión 2018 del Land Cruiser, que llega al mercado con pequeños cambios estéticos y mecánicos, y con la misma filosofía de siempre: ser un vehículo capaz de rodar confortablemente en carretera y ofrecer lo mejor fuera de ella.
Estaréis de acuerdo conmigo en que auténticos todoterreno quedan ya muy pocos. La tendencia en Europa y en países muy desarrollados de todo el mundo lleva a utilizar vehículos más eficientes, con una estética muy a la moda y con un precio competitivo. Los 4x4 puros y duros, equipados con transmisiones integrales y reductora, sobre robustas y relativamente pesadas carrocerías y con diseños atemporales, han quedado un poco en fuera de juego. La demostración es que el Toyota Land Cruiser, un auténtico superventas en Europa hace unas décadas, ahora es un modelo que se matricula relativamente poco. Su aceptación, como la de otros 4x4 icónicos, ha ido cayendo casi en la misma medida que crecía la de los crossovers o todocaminos.
Quien compra hoy en día a un Toyota Land Cruiser no se guía por modas ni por una estética moderna y llamativa ni por puntuales ofertas comerciales. Sabe lo que busca, conoce perfectamente el modelo, acude al él porque es consciente de su robustez, fiabilidad, versatilidad y eficacia en carretera y fuera de ella. Son características que difícilmente encontrará en un todocamino, y que han hecho de este todoterreno una de las grandes referencias en su segmento.
Conservador
El Land Cruiser siempre ha tenido su público, y durante generaciones los cambios que ha recibido han sido muy pocos. La versión 2018 que he podido conducir por unos días en Namibia, lugar donde Toyota organizó la presentación internacional, demuestra que los japoneses siguen siendo muy conservadores con este TT tan icónico. Los cambios que ha recibido han sido mínimos, y eso que estamos hablando de una última generación del Land Cruiser que ya cumple casi diez años.
¿Necesita cambios más profundos? Quizás desde un punto de vista europeo sí que se agradecería una puesta al día más arriesgada, sobre todo en diseño, pero no olvidemos que el Toyota Land Cruiser es un modelo global, y eso significa que se vende en 195 países en todo el mundo. Sigue siendo un puntal importante de las ventas de Toyota. Es un coche ideal para países donde el asfalto escasea, donde se necesita un coche fiable, duradero, con buena capacidad de carga y autonomía.
Retoques exteriores
Los principales cambios estéticos se han realizado en el frontal del coche, con el objetivo de hacerlo un poco más actual (sólo un poco) y de paso, mejorar sus aptitudes para la circulación fuera de carretera. Así, se ha cambiado el capó, que ahora tiene una hendidura en la parte central que permite una mayor visibilidad hacia delante, un punto importante cuando se conduce en ciudad, pero sobre todo en off-road. En los lados de este nuevo capó hay dos nervaduras, que facilitan ver los extremos del vehículo mientras maniobramos. La parrilla se ha colocado un poco más alta, y se ha modificado la forma de los faros, que son un poco más estilizados. También se ha modificado la forma del paragolpes delantero, que tiene los antinieblas más integrados y luce unas líneas más angulosas.
El coche se viste con unas llantas de nuevo diseño, que pueden ser de 17, 18 o 19 pulgadas. Y atrás se han cambiado las ópticas y la moldura que cubre la matrícula.
Aspecto robusto
En el interior, las modificaciones se han centrado en bajar la parte superior de la consola central, para mejorar, una vez más, la visibilidad frontal. También se ha modificado el diseño del cuadro de instrumentos, que prescinde del carenado de los relojes. Entre ellos se ha colocado una nueva pantalla TFT de 4,2 pulgadas que da los datos principales de la ruta, del coche y del sistema de información y entretenimiento. También ha crecido la pantalla digital del navegador, que llega a las 8 pulgadas.
El rediseño de la consola central ha llevado a colocar los mandos de control del chasis separadados en dos bloques: Uno de ellos está justo por debajo de los mandos del climatizador, y allí están los pulsadores para activar o desactivar el control de tracción, el bloqueo del diferencial, el control de descensos o el Crawl Control, entre otros. Aquí también encontramos el dial para conectar la reductora.
El segundo bloque de pulsadores está detrás de la palanca del cambio, y en él se agrupan los botones para activar los programas Eco, Normal y Sport.
El equipamiento se ha ampliado con la incorporación de ventilación en los asientos delanteros y climatización en los traseros. También puede equipar una nueva iluminación de color blanco para la instrumentación, la consola central y la botonera de las puertas, así como iluminación en el suelo de los asientos delanteros, en los paneles de las puertas, en el techo y en las guanteras. Estos detalles dan un ambiente bastante refinado a este interior, cuyo aspecto de calidad y robustez llega de inmediato. Las molduras de color aluminio que recubren parte de esta consola central influyen en esta sensación.
El nuevo Toyota Land Cruiser también ha actualizado el sistema de navegación y multimedia Toyota Touch 2 & Go, que ofrece radio AM/FM/DAB, reproductor de CD/MP3, conectividad Bluetooth y conexión USB. Es compatible con smartphones a través de Mirrorlink y permite enviar y recibir SMS en la pantalla. A través del teléfono móvil también puede configurarse un punto de acceso Wi-fi. Mediante el sistema de reconocimiento de voz el conductor puede ahora indicar al navegador un destino, hacer una llamada telefónica, seleccionar una canción si tenemos el mp3 conectado y abrir aplicaciones.
En marcha
Toyota organizó una ruta por el desierto del Namib, en Namibia, de unos 700 kilómetros, que partió de Walvis Bay, recorrió la Costa de los Esqueletos, pasó por el Cráter Messum y se dirigió hacia las montañas de Brandberg. Después bajó hacia el sur, por la orilla del río Omaruru y acabó en la ciudad de Swakopmund.
Los que no conozcáis la zona, se caracteriza por tener algunos tramos de arena (y no sólo de playa), otros de pista pedregosa, ríos secos y alguna que otra trialera, no demasiado complicada pero que sí ralentiza el avance. Es un área de una increíble belleza paisajística, ideal para ser recorrida con un todoterreno. En este sentido, el confort que siempre ha caracterizado al Toyota Land Cruiser es un factor clave para hacer que la excursión no se convierta en un calvario.
Este confort de marcha está garantizado con un esquema de suspensión independiente en el eje delantero y eje rígido en el trasero y por unas suspensiones con una capacidad excelente de absorber los baches. El Land Cruiser siempre se ha caracterizado por “copiar” muy bien el terreno, gracias a la elasticidad y recorrido de sus suspensiones. Esto no cambia en absoluto en la versión 2018. También se mantiene la suspensión adaptiva kinética (KDSS) que desconecta las estabilizadoras en el momento en el que insertamos la reductora, para permitir el mayor recorrido de suspensión posible.
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Por otro lado, el coche equipa un diferencial central de deslizamiento limitado de tipo Torsen, que reparte el par motriz hasta un máximo de un 30% en el eje delantero y un 70% en el trasero, o bien puede bloquearse para entregar este par motriz en un 50% entre ejes. En esta versión 2018 los clientes también pueden escoger entre tres tipos de diferencial para el eje trasero: de tipo abierto, con posibilidad de bloqueo o bien un Torsen de deslizamiento limitado.
Ayudas electrónicas
Con esta transmisión 4x4, el Toyota Land Cruiser mantiene su reputación, sigue siendo uno de los todoterrenos más efectivos del mercado. Además, se sirve de las ayudas electrónicas para hacer que su manejo en off-road sea más sencillo. Las versiones más equipadas, VXL, equipan el sistema de Selección Multiterreno (MTS) que cuenta con cinco modos de conducción: barro y arena, piedras sueltas, baches, piedras y tierra y piedras. Al activar cualquiera de ellos, el coche ajusta automáticamente la reacción del motor al acelerador y la actuación del control de tracción, para garantizar la máxima motricidad.
En Namibia tuve ocasión de conducir un Land Cruiser con MTS y otro sin MTS, y lo cierto es que este sistema hace todavía más refinada y fácil la conducción fuera de carretera. En el Land Cruiser con MTS el control de tracción se percibe menos intrusivo y la motricidad un grado superior.
Otra ayuda electrónica es el Sistema de Avance Activo (Crown Control), que viene a ser un control de velocidad de crucero para off-road. El conductor sólo debe marcar la velocidad a la que quiere que avance el coche sobre el terreno, y él lo hace de forma automática. También equipa control de descenso y de arranque en pendiente.
Una novedad del nuevo Land Cruiser es el sistema de visión 360º, que permite ver qué tenemos frente o bajo el vehículo, a sus laterales o, está claro, justo detrás. Es un buen sistema para facilitar el aparcamiento en la ciudad, interesante en un coche que mide casi cinco metros, pero también resulta muy efectivo en montaña. Concretamente, lo encontré útil en el paso de una cresta, ya que permite ver qué hay delante antes de bajar el morro del coche. Esto hace la conducción más segura.
Toyota ha introducido otros sistemas de ayuda a la conducción, claramente enfocados a mejorar la seguridad circulando por carretera. El Toyota Safety Sense cuenta con un sistema de seguridad precolisión con detección de peatones, control de crucero adaptativo, avisador de cambio involuntario de carril, reconocimiento de señales de tráfico, control de ángulo muerto, alerta de tráfico cruzado posterior y sistema de alerta de presión de los neumáticos.
En Namibia fue necesario visualizar constantemente este sistema de alerta de presión de neumáticos, para controlar un posible pinchazo en las pedregosas pistas del desierto. La caravana, de unos 15 coches, sufrió en total tres pinchazos. Tiene mérito, teniendo en cuenta que las unidades que Toyota llevó a Namibia eran estrictamente de serie, equipadas con llantas de aleación de 19 pulgadas y neumáticos de diseño muy para asfalto y con un perfil más bien bajo. Este TT, con llantas de menor diámetro y neumáticos más específicos y con perfil más alto se encuentra todavía más a gusto en off-road.
Buena autonomía
En los cerca de 700 kilómetros que recorrimos por el desierto namibio se consumió aproximadamente un depósito de gasoil, una clara prueba de la buena autonomía que este Toyota tiene con el motor de cuatro cilindros 2.8 D-4D de 177CV, el ya conocido del modelo anterior. No hay ningún cambio mecánico destacable, y puede ir unido a un cambio manual de seis velocidades o uno automático, también de 6 relaciones. Es un motor con buena respuesta, especialmente unido al cambio automático (desarrolla 370Nm de par a sólo 1.200 r.p.m) y aunque no es muy rápido, sí que garantiza una conducción muy agradable on y off-road. Ahora se ha cambiado el diseño de la palanca, que sigue estando forrada en cuero.
Para ajustar al máximo el confort, la economía o la efectividad en carretera, el Land Cruiser tiene otro sistema selector del modo de conducción, que permite escoger entre los programas Eco, Comfort, Normal, Sport S y Sport S+. No tuve ocasión de comprobar su funcionamiento en Namibia, un país con muy poco asfalto y sí mucha pista o carreteras de sal. En cualquier caso, es un buen sistema para optimizar al máximo el comportamiento en carretera de un TT con un centro de gravedad y un peso bastante elevado.
El Toyota Land Cruiser 2018 ya está a la venta con la siguiente tarifa (sin promociones incluidas):
Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D NX 3p 36.050€ Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D GX 3p 38.850€ Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D VX 3p 43.600€ Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D VX Auto 3p 46.100€ Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D VXL Auto3p 52.100€
Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D NX 5p 39.100€ Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D GX 5p 41.900€ Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D VX 5p 47.600€ Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D VX Auto 5p 50.100€ Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D VXL Auto 5p 60.600€ Toyota Land Cruiser 2.8 D-4D Limited Auto 5p 71.400€