Tras ocho años sin una nueva generación, el Volvo S60 necesitaba renovarse urgentemente y lo ha hecho dando un importante salto de calidad tanto en diseño como en tecnología, como ya hizo la marca con el Volvo V60. Para este modelo, Volvo descarta los motores diesel y únicamente está disponible con dos motores de gasolina de 190 y 250 CV y variantes híbridas enchufables más potentes. En esta ocasión lo probaremos con la mecánica T5 de 250 CV de potencia.
El Volvo S60 comparte plataforma y muchas otras cosas con el Volvo V60 -que ya nos gustó mucho cuando hicimos la prueba- así que no es difícil que la berlina nos siga agradando, sobre todo si tenemos en cuenta que si al confort y a la sensación de seguridad que siempre transmiten los modelos de esta marca le añadimos un “toque” deportivo -que supuestamente le han dado al Volvo S60 con este acabado R-Design- la combinación tiene que ser muy positiva. Veremos qué ocurre.
Rasgos de familia
La parte delantera es prácticamente idéntica a la del familiar. Mantiene los faros en forma T, la parrilla con el logo grande y, en este caso, el paragolpes es algo diferente al tratarse de la verisón R-Design. Los cambios empiezan en el pilar B. A partir de ese punto es cuando vemos la similitud con su hermano mayor el S90, aunque con un caída de techo un poco más acusada y una línea de cintura ascendente. La parte trasera también es muy parecida. Los pilotos son prácticamente idénticos y las salidas de escape también, aunque la tapa del maletero tiene un diseño algo más deportivo e integra la placa de la matrícula.
Las dimensiones exteriores son idénticas a las del V60: mide 4,76 metros de largo 1,85 m de ancho y 1,43 m de alto, con 2,87 metros de distancia entre ejes. La unidad de esta prueba pertenece al acabado R-Design que, además de algunos aspectos técnicos, incorpora diferencia estéticas respecto a sus hermanos. El paragolpes tiene formas más angulosas con detalles en negro y luces antiniebla, las llantas son específicas -opcionales de 19” en este caso- y dispone de doble salida de los escapes integrados.
Sin cambios en el interior del Volvo S60
En el interior se mantiene la misma estructura y detalles que en el familiar y, por supuesto, el nivel de buenos acabados y calidad. En el R-Design los asientos son de cuero y napa y de corte bastante deportivo. Recogen mejor lateralmente y se ajustan más al cuerpo, aunque mantienen el confort habitual. Disponen de todo tipo de regulación y, opcionalmente, son calefactables y ventilados.
El cuadro de instrumentos de 12.3” es digital configurable y la pantalla multimedia de 9” -compatible con Apple CarPlay y Android Auto- tiene una buena resolución y ofrece una amplia información, incluida la de las ayudas a la conducción. En la consola central se encuentra el mando de puesta en marcha, el de los modos de conducción, la palanca de cambios, un espacio portabebidas con tapa y el apoyabrazos central con hueco y con conexiones USB. Sorprendentemente, no hay un espacio de carga inalámbrica para móviles. El R Design incorpora levas del cambio en el volante, acordes con el carácter deportivo que se le ha querido dar a este acabado.
¿Está bien equipado el Volvo S60?
El S60 puede estar muy bien equipado, aunque a base de opciones. En ayudas a la conducción dispone de mantenimiento de carril, control de estabilidad, alerta de tráfico trasero, cámara de 360º con diferentes imágenes y control de aparcamiento entre otros. La mayoría de estos sistemas y elementos de confort son opcionales y se puede disponer de ellos individualmente o en diferentes paquetes.
Entre estos últimos, los más destacables son el Pack Xenium, que incluye cámara de aparcamiento trasero, Head Up Display, climatizador de cuatro zonas y techo solar por 2.444 €, o el Pack Intellisafe Pro, que con un coste de 1.755 €, aglutina los sistemas de alerta de ángulo muerto, control de crucero adaptativo, alerta de distancia y detector de vehículos en movimiento en la zona trasera. Además de estos paquetes opcionales, Volvo ofrece un sinfín de posibilidades para personalizar el coche en cuanto a tapicerías, decoraciones interiores, colores, etc. El S60 R-Design tiene un precio base de 48.570 €, pero con el equipamiento que lleva esta unidad se va a los 58.916 €.
Plazas traseras y maletero
El acceso a las plazas traseras es algo más incómodo que en el familiar porque hay girar más el cuello para no dar con la cabeza en el marco, pero una vez dentro, la altura al techo es prácticamente la misma que en el Volvo V60, así como el espacio para las piernas que es muy amplio. Las plazas trseras son ámplias para dos personas y si viaja un tercer ocupante, la plaza central es más cómoda de lo habitual en cuanto al respaldo y mullido, pero el túnel central es muy ancho, bastante alto y obliga a ir con las piernas muy abiertas.
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Opcionalmente, el maletero dispone de apertura manos libres que da acceso a un espacio de 442 litros de capacidad -87 menos que en el familiar-. Pero quizá, más que la diferencia de litros, la desventaja del berlina respecto al V60 reside en la boca de carga que, si bien es bastante amplia, queda algo limitada en altura. El maletero tiene formas regulares que permiten aprovechar bien la capacidad, la boca de carga esta bastante baja y el espacio es profundo. Opcionalmente, se puede abatir los asientos traseros desde el maletero y disponer de rueda de recambio, pero en ese caso nos tendremos que conformar con 392 litros de capacidad.
¿Sólo motores de gasolina?
Pues sí. El S60 solo está disponible con motores de gasolina y el de nuestra unidad de pruebas montaba el propulsor T5 de 250 CV con cambio automático de 8 marchas. Es un motor con una repuesta suave que empieza a empujar más allá de las 2.000 rpm, que se estira hasta las 5.500/ 6000 y que se muestra muy adecuado para mover el Volvo S60 si realizamos una conducción relajada, pero es un propulsor que no entusiasma. Y esa falta de transmitir sensaciones cuando le pedimos “guerra” se debe, en gran medida, al funcionamiento del cambio. No se puede negar que es un cambio suave y que funciona muy bien en una conducción relajada, por ciudad pero si le pedimos algo más, se muestra muy lento, incluso en el modo más deportivo.
Suave y eficaz
El cuatro cilindros gasolina de este S60 dispone de un par máximo de 350 Nm entre 1.800 y 4.800 vueltas, acelera de 0 a 100 km/ en 6,5” y alcanza una velocidad máxima de 240 km/h. Por su parte el cambio invita a conducir con tranquilidad y parece estar programado para ese tipo de uso. Pese a utilizarlo el modo Dynamic -la opción más deportiva disponible-, busca engranar la marcha siguiente en cuanto levantamos ligeramente el pie del acelerador, algo que provoca que al volver a acelerar busque una marcha más corta provocando otro cambio. Con las levas se puede llegar a mejorar un poco las sensaciones, pero sigue mostrándose muy lento en reducciones. Lo dicho, un cambio suave, ideal para viajar por autopista o circular por ciudad, pero no para una conducción más viva.
Estable, confortable, pero…
Dinámicamente ocurre algo parecido que con el motor y el cambio. A este acabado le han querido dar un toque más deportivo y para ello dispone de una suspensión un poquito más firme y de una dirección un poco más dura y precisa pero que no es suficiente para lograr que de sensación de deportividad. El comportamiento es correcto, tiene una buena estabilidad, va bien en curvas rápidas y mueve bien los 1.747 kg que pesa, pero si queremos imprimir un ritmo un poco mas elevado, una conducción algo más deportiva en zonas muy viradas, salen a relucir las carencias.
La suspensión se queda blanda, incluso en modo Dynamic y sufre en los cambios de dirección rápidos. Y es que, en realidad, es lógico porque el S60 es un coche fantástico para viajar cómodamente, aprovechando su suavidad de marcha, su buen aplomo y la seguridad de la que siempre ha hecho gala. Durante esta prueba, los consumos rondaros los 8,5 litros circulando por diferentes tipos de carreteras, una cifra que baja cuando circulamos a velocidad legal por vías rápidas.
Poco deportivo
La marca dice que con este acabado R-Design, el S60 es -y cito literalmente- “el sedán deportivo que reescribe la historia de la conducción”. Bueno, a nosotros nos parece un tanto optimista, aunque es cierto que lo han dotado del Chasis Sport -con muelles algo más firmes -y opcionalmente de dureza variable-, con una dirección de mejor tacto y con una menor altura al suelo de la carrocería. Cierto que con este acabado es un poco más intuitivo y algo más vivo de reacciones que en el resto, pero no es un coche que transmita sensaciones deportivas y, desde luego, donde mejor se disfruta de él es carreteras rápidas y autopistas. Dicho esto, hay que aclarar que el S60 es una muy buena opción entre las berlinas de su segmento. Fácíl de conducir, gran confort, buena frenada, gran aplomo, seguridad… Muchas cualidades.
Volvo debería apostar más por la tracción a las 4 ruedas permanente... (y si no superara los 4,60m de longitud, mejor).