Volvo XC40 Recharge Twin: El primer 100% eléctrico de la marca sueca

Conducimos durante unos días la nueva versión 100% eléctrica del Volvo XC40, que llega al mercado como la punta de lanza de los modelos electrificados que Volvo va a presentar a partir de ahora.

Volvo es una de las marcas más comprometidas con la electrificación de sus modelos. Espera que en 2025, de aquí a tres años solo, la mitad de sus ventas correspondan a coches totalmente eléctricos. De ahí que hoy estemos hablando de su primer modelo movido 100% con batería, el nuevo Volvo XC40 Recharge Twin. Esta es la versión electrificada del XC40 (ojo, no la confundáis con la híbrida enchufable, que también se llama Recharge), y ofrece nada menos que 408 CV de potencia y más de 400 kms de autonomía homologada.

Es el mismo XC40 que ya conocemos desde su lanzamiento en 2018 (enlace a la videoprueba del Volvo XC40), pero al que se le han añadido un pack de baterías y dos motores eléctricos, uno en cada eje, para convertirlo directamente en un coche cero emisiones.

Volvo ha aprovechado la misma plataforma desarrollada conjuntamente con el grupo chino Geely, propietario de la marca sueca desde hace años, para crear su primer modelo 100% eléctrico. Sorprende porque sobre esa plataforma ha sido capaz de colocar dos motores eléctricos de 150 KW cada uno, situados en cada uno de los ejes del coche y una batería de gran capacidad, 78 kW/h, colocada en el piso, en la parte central del vehículo.

Toda esta tecnología le da una potencia de nada menos que 408 CV, tracción a las cuatro ruedas y una autonomía teórica por encima de los 400 kilómetros, que pueden ser más de 500 kilómetros si se usa el coche solo en ciudad.

Estas cifras son las homologadas, y sobre el papel son buenas cifras; Hacen del XC40 Recharge una buena alternativa si estáis buscando un coche eléctrico, con estilo todocamino y familiar. Sus rivales más directos en el mundo de los SUV son el Mercedes-Benz EQA (enlace a la videoprueba del Mercedes-Benz EQA) o el Lexus UX300e, que son más baratos, pero tienen menos prestaciones.

Volvo vende el XC40 Twin Recharge desde 53.414 euros en acabado Plus. Este que hemos probado, Ultimate, cuesta 58.347 euros de tarifa. Es el acabado más completo, aunque todo hay que decirlo, el precio hace esta versión un tanto exclusiva.

Está a punto de llegar una versión más económica, con un solo motor eléctrico, tracción delantera y 425 kms de autonomía, a un precio de tarifa que parte de los 44.955 euros.

Como veis, esta versión eléctrica no se diferencia en absoluto de cualquier otra versión del XC40 con motor de gasolina, diésel o híbrido. Solo hay algunos detalles que la delatan, como la parrilla completamente cerrada, típica de un coche eléctrico en el que no hay motor térmico que refrigerar. Esta parrilla cerrada también beneficia la aerodinámica.

En esta versión podemos ver el logo Recharge en el pilar C, o unas bonitas llantas de estilo aerodinámico, de 20 pulgadas en la versión probada, con neumáticos de diferente anchura y perfil según el eje. Viene bien calzado, para trasladar esos 408 CV de su motor al asfalto con pocas pérdidas de tracción.

El resto del exterior es idéntico al de cualquier otra versión del XC40, excepto el logo en el portón y el detalle de no montar tubo de escape.

Uno de los puntos delicados en cualquier eléctrico es la capacidad del maletero, que suele ser siempre más pequeño que el de las versiones con motor térmico. En el XC40 pasa esto, el maletero tiene buenos detalles, como un doble fondo o los huecos laterales y una vez ampliado deja un piso totalmente plano. Pero en realidad ofrece 39 litros menos que el maletero de un XC40 con motor térmico. En concreto, 413 litros de capacidad hasta la bandeja. Ojo, guarda un as en la manga: su maletero delantero, de 30 litros, en el que podemos guardar los cables de carga y el kit reparapinchazos en su doble fondo. Queda así compensado.

En las plazas traseras encontramos un buen espacio, incluso una buena altura de la banqueta al suelo, algo que no suele ocurrir en todos los eléctricos. Pero molesta el túnel de transmisión para el pasajero de la plaza central. Un tunel de transmisión que está ahí porque la plataforma de este eléctrico deriva de la que utilizan las versiones con motor de gasolina y diésel. En estas plazas traseras hay un buen apoyabrazos, salidas de ventilación y tomas USB.

El Volvo XC40 Recharge es un buen SUV de estilo familiar, como el resto de la gama XC40. No pierde habitabilidad, es muy cómodo y silencioso, y permite largos desplazamientos siempre que calculemos hacer entre 300 y 400 kilómetros como máximo o tengamos controlados los puntos de recarga en el itinerario.

Lo de los 400 kilómetros es más teoría que realidad. Llevándolo al extremo, puede ocurrir que no te de para hacer más de 300 kilómetros. En esta prueba consumió el 60% de la batería en un recorrido de 150 kms, eso sí, apretando a fondo el acelerador cuando se podía, en un recorrido con mucha autopista y carretera de montaña, y además, en pleno invierno a bajo cero, el peor escenario para un coche eléctrico. El consumo medio de energía en estas condiciones se mueve entre 25 y 30 kWh a los 100, bastante elevado. Para alcanzar esos 400 kilómetros teóricos de autonomía con una sola carga deberéis conducir el coche con suavidad, fuera de vías rápidas y principalmente en recorridos urbanos. De lo contrario, olvidaros.

La batería se recarga hasta el 80% en 40 minutos si encontramos un terminal de corriente continua de 150 kW. En uno de 50 kW, que es lo habitual, tarda unas 2 horas.

En casa, con corriente alterna a 11 kW, necesita entre 8 y 10 horas.

Una de las novedades que incluye esta versión eléctrica es que monta un nuevo sistema de infoentretenimiento que incluye el Asistente de Google, Google Maps y Google Play. Esto nos permite, de forma muy rápida y mediante órdenes de voz, por ejemplo, localizar el punto de recarga más cercano.

Con Google assistant también podemos activar spotify, por ejemplo, o saber como está el tráfico hasta el trabajo. Estos servicios son gratuitos durante los primeros 4 años desde la compra del coche.

Esta versión eléctrica también dispone de menús y pantallas específicos: hay uno que permite planificar la carga; y en el cuadro de instrumentos encontramos, a mano derecha, un indicador de consumo de energía que nos permite saber si estamos gastando o recuperando mediante el sistema regenerativo. Este cuadro de instrumentos digital puede personalizarse en varios modos. Uno de ellos es el de navegador, y muestra un ordenador de a bordo que nos indica lo que estamos consumiendo. Pero no veo por ningún lado la autonomía restante.

En la parte inferior del cuadro de instrumentos hay una barra que indica el porcentaje de batería pero no la autonomía, que solo aparece cuando nos quedan 50 kilómetros. La solución, al final, es preguntarle al sistema, mediante la órden de voz “Hey Google” cuanta autonomía queda, y el sistema contesta al instante.

Esta versión tope de gama venía con un equipo de sonido Harman Kardon, que podemos ecualizar desde la pantalla. También con un techo solar panorámico, con un curioso pulsador de tipo táctil, no mecánico. El climatizador, para bien o para mal, también se maneja desde la propia pantalla, no hay botones físicos.

En cuanto a funcionalidad y soluciones de almacenamiento, son buenas. Hay un hueco en la consola con cargador inalámbrico, un pequeño cajón para dejar el teléfono, una papelera desmontable, una buena guantera, huecos en las puertas, y detalles como la guantera con gancho para colocar el bolso.

Curiosamente, no hay botón de arranque. El coche se abre de forma automática y arranca en cuanto nos sentamos, gracias a un sensor, como en los Tesla.

Lo que más sorprende de este Volvo eléctrico es cómo acelera y recupera, en cualquier momento y de forma instantánea. Es de los que te pega al asiento al acelerar, incluso de forma brusca. Hace el 0 a 100 en 4,9 segundos. Pensad que sus motores eléctricos dan en conjunto 408 CV y 650 Nm de par de forma instantánea.

Este coche engaña. Bajo su apariencia de SUV familiar, tenemos un verdadero bólido de aceleraciones mareantes. Lástima que su enorme peso, por encima de las 2 toneladas, perjudique su dinámica en curva. Hay bastantes inercias, el coche balancea en las curvas. No tiene un carácter deportivo, si exceptuamos su aceleración brutal.

Tracciona muy bien, gracias a que equipa tracción integral. Se lleva con precisión, con una dirección puede endurecerse a través de la pantalla.

Se percibe muy aplomado, y es que tiene una distribución ideal del peso al montar un motor en cada eje. Además, el centro de gravedad es bajo, ya que las baterías se han colocado en la posición más inferior posible. Es la versión más dinámica de la gama XC40, la más silenciosa y refinada. Rueda sin apenas ruido, es lineal en su respuesta, es cómodo… ofrece todo un lujo de conducción.

¿Qué echo en falta? Unas suspensiones más rígidas y unas levas detrás del volante para optimizar el sistema de frenada regenerativo. Solo nos permite conducir a un modo One Pedal, pero debemos activarlo en la pantalla.

Volvo es sinónimo de seguridad desde hace décadas. Este coche equipa cámara marcha atrás 360º, con 4 cámaras, Cross traffic alert, para salir marcha atrás de un aparcamiento, alerta de ángulo muerto, sistema de mantenimiento de carril y frenado automático de emergencia, entre otros sistemas.

También tiene un programa para conducir fuera de carretera, que básicamente da más retención a los motores eléctricos y permite controlar mejor el coche en lugares complicados. Pero no es un buen SUV para liarse por el campo. Pesa mucho, los neumáticos no agarran, tienen poco balón y es fácil golpear la carrocería. Eso sí, rodar con él por la montaña sin hacer ruido es toda una experiencia.

La marca sueca tiene previsto lanzar este año una variante del XC40 Recharge con un solo motor eléctrico en lugar de dos. Será más económica, y contará con mayor autonomía. Y completará la gama con el nuevo Volvo C40 Recharge, la versión cupé de este SUV, también eléctrica.

La versión que he probado para vosotros digamos que se posiciona como la más familiar y prestacional de la gama, una buena forma de entrar en el mundo de los eléctricos, en el que Volvo va a tener mucho que decir.

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