Dos iguales para hoy...
No nos referimos al reclamo para comprar lotería y tampoco nos hemos equivocado al poner el titular. Lo que ocurre es que el Seat León y el Audi A3 Sportback son iguales. En todo. Bueno, mejor dicho, en casi todo.
Para constatarlo no te pierdas el interesante video que ha elaborado Joan Dalmau y, si sigues leyendo, te comentaré las diferencias técnicas que hay entre ellos -pocas, pero "haberlas haylas"- e intentaré “encontrar” el porqué de esa diferencia de 5.790 € que existe entre uno y otro en el “precio de serie”.
La nueva plataforma modular del Grupo Volkswagen es la base que se ha utilizado para construir la mayoría de los coches compactos del segmento C del grupo y, el Seat León y el Audi A3 Sportback, son un ejemplo. Ambos comparten plataforma, distancia entre ejes, eje delantero, barras, palieres y, por supuesto, motor. Y los dos incorporan el eje trasero con barra de torsión -que es lo que montan los León de hasta 150 CV- y, los A3 de 105… No me negaréis que no es curioso porque, a la vista, nadie diría que son tan parejos, ¿verdad?.
Dinámicamente las diferencias no son excesivas, al contrario, y aunque sí las hay, sinceramente, son pocas. Similitud también en lo que respecta al motor porque ambos montan el 1.6 TDi de 4 cilindros en línea turboalimentado, de 105 CV a 4.000 rpm y un par máximo de 250 Nm entre 1.500 y 2.750 rpm. Eso sí, las cajas de cambios son distintas.
El Audi dispone de sexta velocidad y el León se conforma con cinco relaciones. Pese a ello, las cifras oficiales de consumo son idénticas (3,8 litros de media a los 100 y unas emisiones de 99 gramos/km de Co2). Más datos de igualdad. Los frenos; ambos disponen de los mismos discos, ventilados delante y en los que únicamente cambia la pinza trasera debido a que el A3 dispone de freno de mano eléctrico de serie, otras de las escasas diferencias entre ambos.
Visto lo visto, por el momento no hay ninguna razón para que exista la diferencia de precio que hay a igualdad de equipamiento, así que seguiremos buscando.
Interiores confortables y equipamiento base
Los diseñadores de Seat sabían que en el nuevo León debía reflejarse también en el interior el nivel del diseño exterior. Y lo lograron destacando la amplitud de la consola central, claramente orientada hacia el conductor, mientras que el salpicadero tiene un nuevo y atractivo estilo que da sensación de espacio y de cierta elegancia, sin olvidar un toque de deportividad. Botones y controles están estratégicamente ubicados para mayor comodidad del conductor, con grandes esferas en el cuadro de instrumentos, fáciles de leer y con el sistema de información al conductor como parte del equipamiento de serie.
Dispone de bastantes espacios para guardar objetos como el situado bajo el climatizador y el del cofre del apoyabrazos central -aunque queda demasiado bajo-. Junto al freno de mano hay un portabebidas doble y una pequeña guantera con tapa bajo el mando de las luces.
Por su parte, el A3 Sportback presenta un diseño elegante, con el cuadro de instrumentos con el frontal arqueado y el salpicadero de formas estilizadas y aplanadas que le dan un aspecto sobrio.
La consola central, que a ambos lados incorpora almohadillas para las rodillas, está más despejada gracias a la ausencia de la palanca del freno de mano, consiguiendo así espacio para dos huecos portabebidas delanteros, el mando del MMI -de serie en el acabado Ambiente- el botón de arranque -opcional- y, al lado derecho de la palanca de cambios, el botón del volumen de la radio.
En ambos casos el espacio interior es superior al de sus antecesores, ofrecen una buena posición de conducción -a nuestro gusto con un tacto de volante mejor en el Audi- y disponen de unos asientos cómodos y de optima sujeción lateral con multireglajes manuales.
Los volantes disponen de los mandos para las funciones de teléfono, audio y ordenador de a bordo. El espacio delantero es similar en ambos, aunque la posición de la consola central, un poco más elevada en el A3, deja la palanca de cambios y los espacios porta objetos mejor colocados. De serie, ambos disponen de pantalla táctil, de 5” en el León y de 5,8” escamoteable y situada en el salpicadero, en el A3.
Las versiones de este comparativo, Style -en el caso del León- y Ambiente -en el del A3- están bien equipadas de serie y más allá de los elementos de seguridad habituales, el Seat dispone de autoblocante electrónico XDS, suspensión confort, Start/Stop, faros halógenos con función Coming Home, banqueta trasera plegable, ganchos de carga en el maletero, toma de 12v delantera, asistente de arranque en pendiente, climatizador bizona, conexión Bluetooth, puerto USB/Aux-in, tarjeta SD, lector CD, 6 altavoces, llantas de aleación de 16”, retrovisores eléctricos y calefactables e inserciones interiores cromadas.
El Audi A3 llega también con los elementos de seguridad conocidos y el control MMI, detector de fatiga del conductor, climatizador Confort, ayuda de aparcamiento trasera, control automático de velocidad, freno de estacionamiento electromecánico, función de arranque y parada, retrovisores eléctricos, inserciones Barlovento 3D en consola central, Bluetooth, llantas de 16”, toma Aux-in y asiento trasero abatible 60/40. Esta es la principal equipación de serie de ambos con sus respectivos acabados.
Como se puede ver es muy similar y las diferencias sólo aparecen si decidimos gastarnos dinero en opciones. Así, con estos acabados y la equipación de serie, el León cuesta 21.900 euros y el Audi 27.690 euros.
Las únicas diferencias entre ambos son que el Seat lleva sensor de presión de neumáticos, anclajes isofix, desconexión de airbag de acompañante y asistente de arranque en pendiente (en el Audi estos opcionales suman 300 euros) y el A3 dispone de rueda de repuesto de emergencia, sensor de aparcamiento trasero y sensores de luz y lluvia que, si montamos en el Seat, nos encarecerán el producto en 405 euros.
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Lo único que no puede llevar el seat ni pagándolo aparte -sexta marcha al margen- son el freno de mano eléctrico y el capó delantero con protección de peatones -se levanta ligeramente en caso de atropello para alejar a la persona atropellada del parabrisas-.
Buenas prestaciones, buenos consumos
Teniendo claro que ambos modelos disponen de un equipamiento de serie similar, que ofrecen un espacio prácticamente idéntico, que los dos tienen un maletero de 380 litros -aunque el Audi tiene mejor acceso y dispone de un fondo rígido que se puede situar a dos alturas-, y que a nivel técnico son prácticamente iguales, no queda otra que ver cómo van en marcha… y, lógicamente, no esperamos muchas diferencias.
Cualquiera de los dos es perfecto para viajar por autovías y autopistas. Sus motores van “sobrados” en este tipo de vías, el confort es notable y las suspensiones tienen un tarado ideal para ellas. No son excesivamente blandas pero sí muy cómodas. Los motores no son ruidosos y permiten mantener ritmos elevados si lo deseamos. En ese tipo de tramos, el A3 saca ventaja de su sexta marcha con la que consigue unos mejores consumos gracias al desarrollo más largo, a pesar de los 49 kg. de peso a favor del León -1.335 kg. el A3, 1.286 kg. el León-. A nivel de ruido, el Audi es ligeramente más silencioso y da la impresión de estar mejor aislado.
Como habréis visto y os ha explicado Joan Dalmau en el video, los dos “pasaron” por nuestra pista de pruebas de Parcmotor, en Castellolí, en la que se obtuvieron datos interesantes de consumo y de comportamiento, aunque la carretera también hizo de juez. Ninguno es un deportivo -y desde luego el León ha abandonado ese carácter de sus predecesores-, pero sigue siendo algo más dinámico -si se puede utilizar esa palabra con ellos- que su rival.
Quizá por el menor peso, o un tarado de hidráulicos diferentes, el Seat “se mueve” más a gusto en zonas viradas, en las que se muestra ágil y con una buena estabilidad. El A3 no queda muy lejos, en absoluto, pero es algo más blando y menos ágil, especialmente en los cambios de trayectoria y a la hora de inscribir el morro en la curva.
El tacto del pedal del freno nos pareció un poco “blando” -el del León especialmente- pero la frenada es totalmente efectiva. Ambos propulsores ofrecen una respuesta lineal, constante -no rabiosa pero suficiente para poder tener respuesta-, y tan sólo arrancando, con el motor muy bajo de vueltas, le cuesta demasiado hacer su trabajo. Incluso llega a ser incómodo.
Las diferencias son pequeñas, pero suficientes como para notarlas. En cuestión de consumos las cosas están parecidas, también, pese a que cada uno saca ventaja donde mejor funciona, es decir, el León en carreteras en las que se necesite utilizar con “alegría” la tercera, cuarta y quinta, y el A3 en las que se pueda utilizar la sexta.
Con el Audi, en zonas de montaña y reviradas gastaremos algo más debido al peso y a los desarrollos mas largos, pero “llaneando” es él el que marca el ritmo del consumo. Durante el comparativo obtuvimos cifras medias realmente interesantes como lo demuestran los 5,2 litros del León o los 5,5 del Audi. No son unos consumos tan ajustados como indican sus fabricantes, pero nos parecen interesantes para las prestaciones de estos coches.
En Castellolí, como veréis en el vídeo, ventaja para el León en conducción deportiva con 7,7 a 8,2 mientras que en el regreso a Barcelona se invirtieron las cosas con ventaja del Audi (4,2 contra 4,6 del León).
Más extras para el Audi
Audi ofrece una “carta” más extensa para equipar el coche. Al nuevo Sportback podremos dotarlo de suspensión deportiva, llantas de 17” y 18”, Audi Drive select, -para configurar el vehículo en modo Comfort, Efficiency, Dynamic o Individual-, faros de xenón Plus, luz adaptativa, control de arranque en pendientes, asientos deportivos con ajuste eléctrico, paquete portaobjetos del maletero, techo panorámico eléctrico, sistema de aparcamiento acústico plus, control de crucero adaptativo, asistente de frenada a una velocidad menor de 30 km/h, asistente de cambio de carril, MMI navegación plus con MMI Touch -con pantalla de 7” y pad para introducir datos dibujando letras- instalación de manos libres y Audi Connect con navegación a través de Google Earth, entre otras opciones.
Y por supuesto -y quizá en lo que más diferencias marca con el León-, un sin fin de personalizaciones con diferentes tipos de tapicerías, cueros para el volante, colores de costuras, e inserciones de diferentes materiales además de las opciones Individual casi al gusto del cliente.
Asimismo, exteriormente propone, parachoques de diseño deportivo, alerón trasero, salida de escape cromada, difusor trasero en gris, barras de techo y colores metalizados. Por su parte, el León también se deja “completar” con tecnología a nivel de navegación, faros completos de LED (no disponibles en el Audi, de momento), sensores de lluvia y aparcamiento, pantalla de 5,8”, asientos deportivos calefactables con tapicería de Alcántara o de piel, o con el sistema de asistencia de salida involuntaria de carril.
En ningún caso, el Seat dispone de la lista de personalización que hemos descrito para el Audi. Con este equipamiento, el A3 roza los 40.000 euros mientras que el León equipado “hasta los dientes” no llega a los 29.000 euros.
Detalles
Son, precisamente, los que marcan las diferencian de precio entre ellos. La diferencia económica se puede “encontrar” en “pequeños lujos” de acabados, en algunos materiales y en la posibilidad de personalizar el A3 con un sin fin de extras. En el Audi, el interior está más “currado” y, en algunos puntos, es de más calidad. Pero no somos capaces ni de cuantificarlos ni de justificar la diferencia de precio. En todo caso es un hecho que ahí está.
A la postre, nuestros protagonistas de hoy de aspecto tan diferente y de entrañas tan iguales, se han ganado nuestro respeto por su calidad, prestaciones, buenos consumos y buena imagen. Está claro que el que quiera un berlina práctica, bien equipada, de buenas prestaciones, poco consumo y con una capacidad de carga aceptable, se decidirá por el León. El que, con las mismas prestaciones, quiera un poco más de estatus de marca y posibilidades de equipar al máximo su vehículo, se decantará por el Audi.
Ese si k no lo kiero ni regalado