Comparativo: Focus, i30, 308, Mégane, León y Golf

Para el segundo gran videocomparativo de Coches.net hemos elegido seis coches compactos del segmento C, el de mayor volumen en nuestro mercado, y, de entre las gamas respectivas, pedimos el tipo de coche más vendido de cada una de ellas, es decir, los diésel de entre 105 y 115 CV con cambio de marchas manual. Cada marca nos proporcionó la versión de acabado que consideró oportuna (ahí no hay posibilidades de elección) y los enfrentamos en un duelo en el que, como siempre, hay algunas ausencias. La más sonada es la del Opel Astra, otro superventas del que, en el momento del comparativo, no estaba disponible todavía el nuevo motor diésel de 110 CV.

También hemos dejado fuera otros modelos como el Kia Cee'd (aquí la prueba de la versión de 128 CV diésel), por su similitud con el i30, o los Toyota Auris (aquí la videoprueba del 120d) y Honda Civic (aquí la prueba del 1.6 i-DTEC) porque sus motores diésel se van a los 120 CV y queríamos acotar algo más la diferencia de potencias así como los modelos llamados premium; Audi A3 (aquí el video comparativo contra el León), Mercedes Clase A (aquí la videoprueba del A 200 CDI), Volvo V40 (aquí la prueba de la versión D2)... por su precio de tarifa claramente superior. Como hicimos con el comparativo de coches polivalentes diésel que podéis encontrar en este enlace, hemos dividido el comparativo en cinco grandes apartados; rendimiento del motor y consumos, comportamiento dinámico, puesto de conducción, plazas traseras y maletero y relación precio-equipamiento.

Vamos a ver ahora cada una de ellas firmada por el redactor encargado de cada apartado.

(Por Jaume Gustems)

Los poco más de 100 caballos de potencia que ofrecen los propulsores de estos compactos son suficientes para un uso general del coche sin que se perciba una falta de empuje destacable. Cierto es que el comparativo lo realizamos con una sola persona conduciendo y que la disponibilidad de estos motores se resentirá a plena carga, algo que puede ser habitual si vamos a darles un uso familiar.

El Volkswagen Golf y el Seat León por un lado y el Peugeot 308 y el Ford Focus por otros llevan el mismo propulsor. Los del León y el Golf son rigurosamente idénticos, no así en el caso del motor de origen PSA que montan el 308 y el Focus ya que el francés dispone de la última evolución del mismo mientras que el del Ford es de una generación anterior.

Nos ha gustado el comportamiento del motor del Volkswagen Golf y del León, todo elasticidad, como es característico en los motores del Grupo. No obstante, su rodar no llega al refinamiento del que ofrece el diésel del Renault Mégane, ni tampoco a la sensación de potencia que transmite el del Ford Focus, fruto de una programación específica de la centralita.

El motor diésel del Peugeot 308 acusa una cierta falta de empuje en bajos mientras que en el caso concreto del León y en relación al Golf, se percibe algo más tosco, al vibrar y transmitir una mayor sonoridad mecánica que el de sus competidores. Esto, no obstante, es más atribuible al nivel de aislamiento del Golf, superior al del León, que a las características del propio motor.

Finalmente, queda el motor del Hyundai i30, que a nuestro parecer se sitúa un paso por debajo del resto de rivales en este comparativo. No es el más potente ni el más refinado, pero eso sí, es el que menos consume, justo por debajo del Peugeot 308, el verdadero rey en este apartado.

El 308 se ha confirmado como el vencedor en nuestra prueba de consumo. Esta vez hemos escogido una ruta por carretera de unos 300 kilómetros desde el área metropolitana de Barcelona hasta El Port de la Selva, en el norte de la provincia de Girona. La logística de la prueba consistió en llenar los depósitos a tope (algunos como el del Focus con notable paciencia ya que el sistema de llenado sin tapón comporta que a veces el depósito rechace sistemáticamente la manguera cuando todavía queda mucho por llenar) e ir alternando los conductores en cada uno de los coches, para que los diferentes estilos de conducción no influyesen en el resultado.

Los consumos medios registrados estuvieron entre uno y dos litros por encima de los consumos medios oficiales. El Peugeot 308 gastó 5,45 litros a los 100 de media. Sólo unas décimas por encima se quedó el Hyundai i30, seguido del Renault Mégane. Es importante puntualizar que la diferencia entre ellos es casi inapreciable.

El Volkswagen Golf partía con cierta ventaja sobre sus competidores al ser una versión Bluemotion Technologies con llanta de 15 pulgadas, neumáticos de baja resistencia a la rodadura y sistema start/stop. Pero también era de los únicos, junto con el Seat León, que montaba un cambio de marchas de 5 velocidades y no de seis. Al final, fue el primero que superó los 6 litros a los 100 de media, muy cerca del Seat León, ambos en torno a los 6,1 litros a los 100. El que más gastó de los cinco fue el Ford Focus, que superó por dos décimas los seis litros a los 100 kilómetros.

(Por Luís Miguel Reyes)

Probar, comparar y elegir cuál de nuestros seis protagonistas es el mejor en cuanto a comportamiento dinámico se refiere no es tarea fácil, os lo aseguro. Y no lo es porque todos ellos ofrecen buenas prestaciones dinámicas y porque comparten soluciones técnicas que los hacen ser muy parejos a la hora de valorar.

Todos llevan sistemas de suspensión similares, con columnas McPherson delante y esquemas de barra de torsión detrás (Golf y León disponen de suspensión trasera multibrazo pero en las versiones más potentes, no en estos TDi 105), tienen dimensiones parecidas y proponen motores que van de los 105 a 115 CV. Con estos datos y con el buen nivel que ofrecen rodando por cualquier tipo de carreteras, comprenderéis la dificultad a la que hacía referencia anteriormente.

Sin que sea una clasificación “oficial” ni una puntuación estricta, sí hemos formado un “orden” para poder comentar las cualidades y defectos de cada uno y, después de recorrer muchos kilómetros, hemos colocado al Hyundai i30 cerrando el grupo. Y lo hemos hecho porque, pese a que las diferencias no son grandes y que no se queda muy rezagado respecto a los competidores, es el que menos aplomo general tiene y la suspensión ofrece un tarado demasiado blando.

El i30 dispone de dirección servo asistida de endurecimiento variable, lo que debería ser una ventaja, pero el inicio es excesivamente suave y, posteriormente, el punto de dureza excesivo. Tampoco su mayor sonoridad y peso le ayudan frente sus rivales. Pese a ello, en zonas viradas se desenvuelve bien, acepta de buen grado una conducción “alegre” pero no deportiva. El pedal de freno tiene un tacto un tanto blando pero nada se puede recriminar a su efectividad.

Es el turno del Ford Focus y debemos decir que nos ha sorprendido gratamente. Va realmente bien en curvas rápidas y ofrece un aplomo general elevado. Aunque está entre los que más pesan, también planta cara sus rivales en carreteras reviradas pese a no ser tan ágil de movimientos como alguno de sus oponentes. La buena respuesta de su motor, el más potente del lote, también tiene que ver en ello.

En este tipo de carreteras, si forzamos el ritmo el Focus nota su distancia entre ejes larga y sufre un poco para ser tan “activo” como sus rivales más ligeros. Por el contrario es uno de los mejores en autopistas y autovías, con un comportamiento propio de un coche de un tamaño superior. El tacto de la dirección es directa y efectiva pero un poco blanda. Buena frenada y tacto global agradable.

El León es uno de los que más sensación de ligereza ofrece y se muestra muy equilibrado en todo tipo de carreteras. Tiene un tarado de suspensión que le permite ser eficaz tanto en vías rápidas como en tramos más revirados -no estamos hablando de ir al límite- sin perjudicar el confort de marcha.

La dirección es precisa, se inscribe en los virajes con facilidad y la respuesta a bajo régimen de su motor también le ayuda. Es fácil conducirlo y si queremos adoptar un ritmo deportivo nos dejará disfrutar, gracias a una zaga que podremos “mover” si lo deseamos y a un comportamiento muy equilibrado. Una potente frenada con un buen tacto de pedal completa los puntos positivos del León.

El Mégane se mueve de maravilla. Inicialmente parece más lento de reacciones pero sólo es una sensación. En curvas rápidas es muy estable y ofrece un buen aplomo. Conduciéndolo parece el más “anchote” y en carreteras de montaña nos tendremos que acostumbrar a las formas del morro que nos harán pensar que es más ancho de lo que en realidad es. Una vez lo hayamos hecho, el Mégane nos dejará disfrutar de su gran equilibrio, de su buena frenada y de una dirección directa y precisa, aunque el tacto del volante no nos gustó tanto.

En curvas lentas parece costarle un poco mantener la trayectoria a partir de mitad del viraje obligando a “tirar” de más volante para finalizar la curva, eso sí, sin apenas subviraje. A la postre, uno de los mejores.

El Golf es el que transmite más finura de marcha. Es muy estable en todo tipo de virajes y hay que valorar su buen comportamiento en zonas viradas porque es el único del grupo que monta llanta de 15 pulgadas con neumáticos de bajo consumo.

La frenada, con un buen tacto de pedal, es excelente, aunque por el contrario la dirección es algo blanda, como también lo es la suspensión. No es excesivo, pero creemos que con un tarado un poquito más firme mejoraría, sin tener que perjudicar al confort. La posición de conducción es, a nuestro gusto, la peor de los seis pero, en conjunto, es uno de los mejores. Si en esta comparativa hubiera un podio, sin duda estaría en él.

Y por último la valoración de 308 que, la verdad, nos gustó mucho. Es el más ágil en la entrada a curva y permite ir muy ligero con facilidad. El tacto de dirección es excelente y en zonas “ratoneras” es el más eficaz tanto en la entrada a los virajes como en el paso por curva. Transmite precisión y ligereza.

En autopistas o similares quizá tiene menos aplomo -un poco menos- que alguno de sus rivales, pero eso no le impide ser un coche muy apto también para recorrer kilómetros con un buen confort. Sin duda su punto fuerte son las curvas y las zonas en las que se tenga que cambiar de trayectoria con rapidez. En nuestra opinión, ahí, el 308 es el líder. La frenada es de las mejores y la posición de conducción muy cómoda. Tan sólo un tarado de suspensión algo blando, lo limita para ser el mejor del comparativo con más claridad.

(Por Juan Carlos Grande)

El mejor puesto de conducción no es el resultado de una suma de factores objetivos. De hecho, no me parece buena idea basar su elección solamente en las métricas y especificaciones que hallaremos en el frío de una ficha técnica, pues lo que verdaderamente importa es sentirnos cómodos y a gusto cuando estamos al volante durante horas.

Para averiguarlo, no hay nada como tomar contacto con cada coche -a ser posible en movimiento- y escuchar nuestras propias sensaciones. En mi caso particular, lo he hecho para dar como ganador de este comparativo al Peugeot 308.

El compacto de la marca del león exhibe la mejor calidad de acabados de este comparativo, con permiso del Golf, el León y el Focus. La disposición de sus elementos me parece también la más original, con un volante de pequeño diámetro ubicado en una posición baja, con la instrumentación por encima. Me ha sorprendido mucho su minimalista consola central, con una gran pantalla táctil que sirve para controlar casi cualquier funcionalidad; aunque tal vez aquí los diseñadores de la casa francesa se hayan excedido un poco, ya que ni siquiera tendremos controles físicos para manejar el climatizador.

La originalidad del nuevo 308 contrasta con el diseño predecible -y hasta cierto punto anodino- de los Golf, León y Mégane. También aplaudo la frescura de las líneas del salpicadero del i30, lastrada por una calidad de acabados discreta. Aquí el Ford Focus es un mundo de contrastes, ya que mezcla un notable grado de terminación con un sentido de la ergonomía algo desencaminado: salpicadero y volante están repletos de botones, cursores y pantallas que llegan a intimidar al conductor en un primer momento. El Mégane tampoco acierta al situar los mandos del sistema de audio muy abajo y los controles del navegador junto al freno de mano.

Hallaremos la instrumentación más clara y sencilla tras el volante del i30 y del Mégane. Este último es además el único entre todos en situar el navegador en la posición idónea, sobre el centro del salpicadero. Las pantallas multifunción peor situadas son la del Golf, demasiado baja, y la del Focus, minúscula y alejada de la vista.

Me ha encantado la combinación de asiento, volante, pedales y palanca de cambio del Ford Focus, posiblemente el coche que mejor cuida al conductor cuando toca ponerse en marcha. Golf y León también nos harán sentir como en casa, mientras que probablemente el 308 dividirá a quienes lo prueben: su peculiar volante, pequeño y bajo, encantará a unos e irritará a otros. A mí no me ha disgustado en absoluto.

Los habitáculos del Focus y el Golf están muy bien insonorizados, algo que no podemos decir del relativamente ruidoso Seat León; Mégane, i30 y 308 se quedan en una zona más tibia. El coche con mejor visibilidad es el Volkswagen Golf, seguido de cerca por el Ford Focus. Ninguno de los restantes suspende en este apartado, aunque el Mégane falla levemente por su luneta demasiado pequeña, el León por un parabrisas no muy grande y el i30 por inclinar demasiado el montante del pilar A.

De los modelos comparados en esta prueba, el que ofrece mayor sensación de espacio es el Hyundai i30, con una importante distancia libre al techo, un parabrisas muy adelantado y –como opción- un techo panorámico de gran superficie, que aporta mucha luminosidad al habitáculo. En el extremo opuesto encontramos al Golf y al León, ambos con una consola central muy ancha, que roba mucho espacio y será un blanco fácil para nuestra rodilla derecha.

Por último, y como cabía esperar de un comparativo de automóviles compactos, ninguno de ellos ofrece demasiados huecos donde dejar lo que llevemos en nuestros bolsillos. De hecho, el Ford Focus y el Peugeot 308 no conceden mucho más allá del cofre situado bajo el reposabrazos. El Renault Mégane resuelve mejor este particular, con algún pequeño espacio disponible junto a la palanca de freno. La mejor nota va para los Volkswagen Golf y Seat León, que sacan partido de su exuberante consola central, presentando diferentes huecos de almacenaje, incluso protegidos con tapa.

(Por Néstor Abarca)

Empezaremos por las tres plazas traseras que homologan estos seis compactos. Hay dos que pecan en exceso por la poca habitabilidad que ofrecen atrás, mientras los cuatro restantes cumplen eficazmente con el cometido de aportar, al menos, dos plazas bien cómodas y una tercera central aprovechable. A continuación vamos a hacer un repaso coche a coche y os voy a revelar cuál de ellos me ha parecido el más cómodo y espacioso.

Si nos fijamos en el Seat León y el Volkswagen Golf, os daréis cuenta que ambos son prácticamente iguales en este sentido, pero existen pequeñas diferencias de espacio entre uno y otro. El modelo de la marca española tiene una altura hasta el techo ligeramente mayor que la del alemán y la distancia para las rodillas también es un poco mejor.

El Volkswagen Golf es más ancho en la zona de los hombros, un factor a tener en cuenta a la hora de tener que viajar tres personas. Acabo de comentar que el León le supera ligeramente en espacio para la cabeza y rodillas pero la diferencia en mínima. De tal manera el Golf también cuenta con suficiente espacio para acomodar a dos adultos.

En los dos casos la plaza central es totalmente utilizable, pero como suele ocurrir en la mayoría de vehículos su uso se reserva para trayectos cortos.

El Ford Focus es otro de los cuatro modelos con mejor nota. A mi parecer, queda un poco por detrás de los dos modelos VAG por pocos centímetros. La distancia para las piernas y la cabeza es buena para un adulto de estatura media. Me ha gustado especialmente la forma que ha encontrado Ford para distribuir los huecos portaobjetos. Los dos asientos laterales son bastante confortables pero el central, más elevado, me parece demasiado duro.

Al Mégane le lastra sobre todo la banqueta, demasiado corta y con un mullido demasiado duro para pasarse horas sentado. Tampoco me acaba de convencer el ángulo del respaldo, demasiado vertical. Las plazas son anchas pero el espacio resultante para las rodillas con los respaldos delanteros es muy justo.

Sorprendente el caso del Peugeot 308, un modelo que nos ha gustado mucho en general pero con una clara carencia de habitabilidad en la segunda fila. Es el peor de los seis. Las plazas traseras son muy justas, tanto en distancia longitudinal como en altura y se le suma el hándicap de disponer el túnel central más intrusivo de todos los modelos de la comparativa. El confort y el bienestar de los asientos tampoco es muy agradable para viajar.

Sí, el ganador es el Hyundai i30. Es el más equilibrado, con buen espacio para las piernas, una altura al techo considerable y unos asientos que en el global me han parecido los más cómodos. En el caso del coreano hay que resaltar que es el único de los seis en el que la plaza central es totalmente utilizable. No dispone de túnel central y aunque la consola central es un poco intrusiva no ofrece inconveniente para situar cómodamente los pies.

El Peugeot 308, que tan poco me ha gustado en sus plazas traseras, se lleva el primer puesto en cuanto al maletero. Es el que tiene mayor capacidad, 420 litros con los respaldos en su posición original y uno de los más cómodos para cargar. Las paredes son prácticamente rectas y la boca de carga es la más ancha y baja. Además, bajo el piso, cuenta con un hueco donde poder separar la carga más frágil. También cuenta con una trampilla en la plaza central y toma de 12 V.

El Mégane no queda muy lejos. Según su ficha técnica homologa unos buenos 405 litros, aunque según las mediciones es hasta ligeramente mayor que el del Peugeot. Por el contrario, el hueco situado bajo el piso es más pequeño. También me ha gustado especialmente las formas que ofrece, muy cúbicas, y como en el 308 una de las bocas de carga más cómodas. El Mégane “pincha” al abatir los respaldos y se queda en unos aceptables 1.162 litros de volumen de carga.

El Seat León también sale bien parado en esta comparativa. Sus 380 litros homologados se sitúan dentro de un rango que para mí aún es aceptable. El Seat añade un pequeño hueco en un costado, pero las formas de las paredes ya no son tan rectas como en los dos primeros. Entre el equipamiento estándar se encuentran cuatro aros para fijar una red y dos ganchos para colgar las bolsas de la compra, por ejemplo. Al Seat le falla una boca de carga demasiado alta pero se beneficia de poseer la mayor capacidad con los respaldos abatidos: 1.530 litros.

El Golf tiene la misma capacidad que el León: 380 litros, pero después de medir dimensiones nos resulta ligeramente más pequeño que el del Seat. En vez de uno, el Golf, dispone de dos huecos, uno a cada costado, y monta los mismos accesorios que el modelo de Seat. Al abatir los respaldos su capacidad queda en 1.270 litros aprovechables, 270 litros menos que el del León.

Las formas marcadas e irregulares que presenta el maletero del Hyundai i30 le lastran a la hora de conseguir buena nota en este apartado. Los 378 litros que ofrece son difíciles de aprovechar. Tampoco me ha gustado demasiado el acceso al maletero, con una boca de carga estrecha y alta que dificultará la introducción de bultos de gran tamaño. Con la segunda fila abatida la capacidad crece hasta los 1.316 litros y como punto a destacar es el único de los seis que ofrece tres anclajes Isofix para sillitas –todos tienen dos-.

Que el Focus tiene un maletero pequeño ya lo sabía, pero tanto… no. Visto al lado de todos estos modelos la sensación que ofrece es un poco pobre. Según la ficha caben 363 litros, pero como en el Hyundai difícilmente se pueden aprovechar todos. Al plegar los respaldos tampoco mejora demasiado la cosa: 1.148 litros, lejos de la capacidad de almacenaje de los mejores. Pero el Ford tiene algo que los demás no tienen y es la incorporación de soluciones simples que se agradecen como los cuatro ganchos, las dos tiras de velcro o la goma elástica que permiten sujetar bien la carga. Los dos tiradores para bajar el portón cuando éste está abierto son los más ergonómicos.

(Por Joan Dalmau)

En primer lugar, deciros que los precios que aparecen en este video son resultado de configurar las unidades de la prueba en las páginas web de las respectivas marcas y que, por tanto, incluyen los descuentos que estas aplican a fecha de mayo de 2014 pero no los derivados del Plan PIVE o los que puedan ofrecer los concesionarios.

El Ford Focus era un Titanium, acabado tope con este motor y facturado, con oferta, a 16.850 euros. El segundo más barato era el León, un Style con el pack iTech y un descuento de 4.000 euros en vigor que deja su precio en 18.170 euros. El Hyundai i30, correspondiente a la serie limitada Go Brasil Plus, se vende, descuento incluido, por 20.690 euros, el Mégane, un Bose Edition, tiene un precio de 21.300 euros, el Golf, un Edition, el acabado más sencillo con este motor, se va a los 22.000 euros mientras que el Peugeot 308, en su acabado más lujoso Allure cuesta 22.150 euros.

Vamos ahora con los equipamientos. Todos llevan airbags frontales, laterales y de techo a los que el Golf añade los de las rodillas para el conductor. También son comunes el ESP con asistente de arranque en pendiente, los faros antiniebla (salvo en el Golf), el control de crucero (salvo en el Golf donde cuesta 200 euros), el climatizador (salvo en el Golf que lleva sólo aire acondicionado), elevalunas eléctricos, cierre centralizado, equipo de sonido con Bluetooth y llantas de aleación de 16 pulgadas salvo el Golf, que se conforma con unas de 15 y el 308 y el i30, que lucen unas de 17.

Sobre ese equipamiento, el Golf ofrece muy poca cosa por lo que, para medirse en igualdad de condiciones, debe elegirse el acabado Advance, que empieza en 23.600 euros. El Hyundai, que tiene su equipamiento cerrado, dispone de asistente de aparcamiento trasero, cristales oscuros y faros y limpias automáticos. Su única opción es el navegador (900 euros).

El resto tienen un montón de opciones. El León ofrece un pack iTech por 612 euros con asientos deportivos, cambios de luces cortas a largas, asistente de cambio de carril, faros y limpias automáticos, e iluminación interior de LED por 600 euros y puede montar además faros completos de LED, detector de fatiga, tapicería de cuero, techo de cristal, control de crucero adaptativo y navegador entre otros elementos.

El Mégane, por su parte, ofrece navegador Tom Tom y equipo de audio Bose de serie y en opción el asistente de cambio de carril, el techo practicable, el acceso sin llave, y el navegador R-Link, uno de los mejor resueltos de este segmento y que cuesta 800 euros.

El Focus tiene un largo listado de opciones, entre ellas los sensores de aparcamiento, los faros de xenón, el acceso sin llave, los cristales oscuros, la tapicería de cuero, el equipo de audio Sony con navegador y pantalla de 5 pulgadas, la más pequeña y menos útil de los seis, llantas de 18 pulgadas, un paquete de elementos de seguridad con frenada en ciudad, reconocimiento de señales, vigilancia de ángulo muerto y asistente de cambio de carril además de unos curiosos protectores de puertas, las propias y las de los coches de al lado.

Finalmente el 308 es el más equipado de serie ya que lleva freno de mano eléctrico, asistente de aparcamiento, faros de LED, retrovisores exteriores abatibles eléctricamente, sensores de luz y lluvia y navegador. El techo de cristal, las llantas de 18 pulgadas, la cámara de retrovisión, el acceso sin llave, el control de crucero activo o el aviso de cambio de carril figuran en la lista de opciones.

Los precios de nuestras unidades con el equipamiento que habéis visto en el video eran los siguientes: De menos a más; 21.650 el Hyundai, 21.900 el León, 22.230 el Mégane, 23.010 el Golf, 24.375 el Focus y 24.680 el Peugeot pero hay que tener en cuenta varias consideraciones:

Primera; el Focus es el más barato tal como viene de serie. Segunda; el Hyundai y el León son los más competitivos en su nivel de equipamiento, especialmente el modelo español, y el Mégane no queda lejos. Tercera; el Peugeot tiene una relación precio-equipamiento muy interesante aunque sea el más caro de salida ya que cuenta con elementos como el navegador con pantalla táctil, los faros de LED o las llantas de 17 pulgadas que en el resto se pagan aparte. Y cuarta: El que queda descolgado por completo es el Golf, que es uno de los más caros y tiene el equipamiento más pobre.

Hemos comparado, por tanto, seis superventas en nuestro mercado, seis coches muy parejos destinados a familias. Todos tienen en común unas carrocerías de cinco puertas, amplias y bien rematadas y unos motores diésel de potencia discreta pero suficiente y consumo reducido.

La elección no es fácil aunque, según nuestro criterio, el Peugeot 308 ha resultado el ganador del comparativo por su comportamiento dinámico, el rendimiento y, sobre todo, el consumo de su motor, su buen maletero y sus posibilidades de equipamiento. Las plazas traseras justas son su principal inconveniente.

El Mégane y el León se sitúan a continuación. Ambos ofrecen un notable equilibrio, con el Renault destanaco en comportamiento, confort y maletero y el León en comportamiento y habitabilidad. Del Mégane no nos gustó su diseño interior mientras que en el Seat desentona la aspereza de su mecánica.

El Focus, con un buen comportamiento dinámico y un motor potente pero un diseño interior mejorable, un maletero pequeño y el peor consumo del lote, el Golf, con una presentación general muy buena y un gran comportameinto pero una relación precio-equipamiento muy pobre y el Hyundai i30, con la mejor habitabilidad trasera y un buen equipamiento a precio atractivo pero con poco maletero y un motor que no convence aunque gaste poco, quedan fuera del podio.