Android Auto: Google se "cuela" en nuestro coche

No podemos decir que el Salón de Barcelona se haya acercado, por el momento, a la altura de las grandes exhibiciones europeas (Frankfurt, París y por encima de ellas Ginebra). Quizás a causa de ello, o cuando menos con la idea de ofrecer una diferenciación que le permita ganar relevancia, la muestra española ha decidido aumentar su apuesta por el “coche conectado”. Una decisión acertada en cuanto a temática, pues se trata de uno de los frentes con mayor potencial de desarrollo en el mundo del automóvil; y también por ubicación, ya que su coincidencia geográfica con el Mobile Word Congress puede convertir a Barcelona en la “capital europea” de las tecnologías móviles. Al fin y al cabo, ¿qué hay más móvil que nuestro coche?

Las tecnologías digitales han tomado una enorme importancia en nuestras vidas.

En este sentido, la presente edición de la muestra barcelonesa está sirviendo como escenario para una serie de charlas y conferencias sobre nuevas tecnologías relacionadas con el mundo de la automoción: seguridad activa, conducción autónoma, conectividad, etc. Esta última fue la gran protagonista de la presentación realizada por Google, a la que hemos asistido invitados por la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones.

Subió al escenario dispuesto por ANFAC el Head of Industry Branding, quien nos describió a lo largo de una amena disertación la enorme importancia que las tecnologías digitales han tomado en nuestras vidas. Tanta que hoy estamos disfrutando de un nuevo escenario de inmediatez en el acceso a la información, que ha desembocado en una clara mejora de nuestras capacidades de comunicación, organización personal, toma de decisiones y aprovechamiento del tiempo (incluso el de ocio).

Compañías como Facebook, Apple, Microsoft, Amazon y la propia Google tiene mucho que ver en la época de transformación digital y social que estamos viviendo. Para muchos de nosotros, Google es probablemente la gran protagonista de nuestro día a día; y lo es a consecuencia de su gran catálogo de servicios interconectados. Cuando necesitamos informarnos, casi todos usamos el buscador de Google. Millones de personas utilizan Chrome como navegador, con el que acceden a Gmail para enviar y leer correos, Calendar para organizar su agenda, Maps para buscar direcciones y trazar rutas, y YouTube para ver vídeos de gatitos -¡y de coches, que para eso tenemos nuestro propio canal!. Por si fuese poco, la inmensa mayoría de teléfonos móviles de la actualidad están gestionados por el sistema operativo Android.

Este conjunto de productos y servicios emplea a Google+ a modo de columna vertebral; un proyecto que, pese a haber fracasado como red social (así lo veo yo al menos, con Facebook en camino de dominar el mundo) sí ha servido para convertir a Google en una auténtica plataforma tejida con el hilo de sus cuentas de usuario. Así es, por una parte, cómo podemos acceder desde cualquier dispositivo a toda nuestra información; y por otra, cómo Google lo aprende todo sobre nosotros: dónde vivimos, qué nos interesa, qué compramos, adónde vamos… Gracias a ello, la compañía de Mountain View mejora diariamente la calidad de la información que nos suministra y sugiere; y de camino, alimenta cualquier fantasía paranoica, conspiratoria y distópica que podamos imaginar. Pero esa es otra historia.

Precisamente esta enorme acumulación de datos es la que hace posible uno de sus servicios con mayor potencial de desarrollo. Hablo de Google Now, que lleva el concepto de buscador un paso más allá para convertirse en un auténtico asistente personal. Sus claves: comportamiento predictivo (Google Now nos presenta información relevante, como la previsión del tiempo y la mejor ruta hacia el trabajo, sin necesidad de que la consultemos) y respuesta a nuestras órdenes de voz (ya sea para realizar cualquier consulta o para establecer un recordatorio, por ejemplo).

Esta suma de habilidades, convertida en sinergia por Google Now –y que también han puesto en práctica rivales tan duros como Apple con su asistente Siri y Microsoft con su homóloga Cortana-, cuenta con todos los ingredientes necesarios para poder dar el salto desde nuestro teléfono móvil hasta nuestro coche. Y aquí es donde entra en juego Android Auto.

El automóvil se ha convertido en el próximo campo de batalla entre las grandes compañías tecnológicas. Más concretamente para Google y Apple, que están luchando (de forma pública la primera, y en secreto –dicen- la segunda) por presentar un proyecto realmente viable de automóvil conducido de manera autónoma. Dejando a un lado esta cuestión de futuro, donde sí hay avances definidos es en el área del infoentretenimiento, en el que ambas corporaciones han visto una nueva forma de retener a sus usuarios en los ecosistemas ofrecidos por cada una de ellas. Si tienes un teléfono Android, podrás usar Android Auto; si tienes un iPhone, podrás usar CarPlay.

El automóvil se ha convertido en el próximo campo de batalla entre las tecnológicas.

Pero ya que hoy hablamos hoy de Google, centrémonos en Android Auto. Esta tecnología se encarga de conectar nuestro smarthpone (Android, por supuesto) a la pantalla del sistema de , a través de la cual tendremos acceso todo el ecosistema de Google (el asistente Google Now, el navegador de Google Maps, las canciones de Google Música, etc.- así como a las aplicaciones compatibles. Así, el smartphone se convierte en el auténtico sistema multimedia de nuestro coche, cuya pantalla táctil se limita a ejercer de… eso mismo, de pantalla táctil.

Al conectar el teléfono por USB, las aplicaciones se muestran en el visor del coche, adaptadas tanto en apariencia como en funcionamiento de forma que sea fácil manejarlas con los dedos. Obviamente, la mejor manera de controlar Android Auto es mediante órdenes de voz, que nos servirán tanto para solicitar el guiado a nuestro destino como para realizar llamadas de teléfono, hacer consultas a Google, elegir qué música escuchar y acceder a las aplicaciones compatibles.

La plataforma Android Auto, al igual que Apple CarPlay, cuenta con innegables ventajas para todos los actores implicados en este negocio. Para empezar, las marcas de automóviles ya no tendrán por qué invertir tanto dinero y esfuerzo en desarrollar sus propias plataformas, pudiendo ceder la responsabilidad a auténticos expertos en estas lides. Se abren también nuevas oportunidades para los fabricantes de sistemas multimedia, que podrán vender productos certificados a los clientes que quieran poner al día su automóvil. Los desarrolladores de software, por su parte, preferirán trabajar sobre plataformas rentables y de gran alcance, en vez de mantener aplicaciones específicas para cada marca de automóvil.

Pero sin duda los grandes beneficiados seremos los clientes finales, al poder disfrutar de aplicaciones de calidad y permanentemente actualizadas. Dado que la pantalla del coche se convierte en un terminal tonto para nuestro smartphone, es éste el encargado de aportar las aplicaciones y su propia capacidad de procesamiento; y claro, resulta más cómodo y económico actualizar las apps del móvil, e incluso reemplazar el propio dispositivo cada cierto tiempo, que vernos obligados a cambiar el radio-navegador integrado en el coche -o seguir usando el mismo hasta el fin de sus días-.

Dicho todo esto, también se está trabajando en una versión de Android Auto integrada en el sistema de infoentretenimiento del coche, que obviamente trae la ventaja de no tener que conectar el móvil pero también un claro riesgo de obsolescencia con el paso de los años. De todas formas, conectar el móvil tampoco es por ahora una solución perfecta, ya que se han detectado problemas de incompatibilidad entre diferentes smartphones, versiones de Android y sistemas de infotainment.

Según nos explicó Carlos Hernández, además de la comodidad de uso y las grandes posibilidades técnicas que trae consigo Android Auto, el “otro” gran motivo por el que la compañía norteamericana pretende popularizar su plataforma es la reducción de la siniestralidad. El responsable de Google apuntaló esta idea con un dato revelador: el 25% de los accidentes de tráfico en Estados Unidos se deben a distracciones del conductor por consultar su teléfono móvil.

Sin duda la funcionalidad “manos libres” que aporta Android Auto ayudará a minimizar posibles faltas de atención, pero a mi modo de ver éste no es el mejor argumento que Google puede emplear para . La propia tarea de componer y verbalizar nuestras ideas (para que el sistema de reconocimiento de voz las interprete adecuadamente) ya es una distracción por sí misma, tanto como pueden serlo las notificaciones que vayamos recibiendo por parte de Google Now. Sí, puede que el beneficio global de este sistema supere a sus inconvenientes, pero tampoco es la panacea.

En cualquier caso, la viabilidad de Android Auto parece garantizada, ya que cuenta con un importante respaldo por parte de la industria. La iniciativa Open Automotive Alliance, impulsada precisamente por Google, reúne a buena parte de los fabricantes de automóviles, incluyendo a los grupos General Motors, Ford, FCA, Volkswagen (sin Porsche) Hyundai y–aunque echamos en falta a BMW, Daimler, Jaguar Land Rover y PSA Peugeot Citroën-, junto a la Alianza Renault-Nissan, la marca sueca Volvo las japonesas Honda, Mazda, Suzuki, Subaru y Mitsubishi –pero no Toyota / Lexus-. También se han sumado a esta alianza muchos de los principales proveedores de , como pueden ser Alpine, Clarion, Harman, JVC Kenwood, LG, Nvidia, Panasonic, Parrot y Pioneer.

El futuro del infoentretenimiento en el coche tendrá mucho que ver con Google y Apple.

Considerando todo lo visto hasta ahora, parece evidente que el futuro del infoentretenimiento en el coche tendrá mucho que ver con Google y Apple. Seguro, muchos fabricantes de automóviles continuarán desarrollando sus propios sistemas; pero la lógica invita a incorporar la compatibilidad con Android Auto y CarPlay. E incluso con el –diría que frustrado- estándar MirrorLink, que como pudimos comprobar en nuestra videoprueba del Skoda Fabia presenta más inconvenientes que bondades. Google, desde luego, cuenta con gran ventaja en esta carrera, gracias a su aplastante cuota del mercado de la telefonía móvil, el incontable número de usuarios registrados, y su amplia variedad de servicios interconectados y gratuitos. Sólo les queda solucionar los fallos de compatibilidad de su plataforma Android Auto, que por desgracia tienen mucho que ver con el enorme problema de fragmentación del sistema operativo Android. Y los señores de Apple saben bastante sobre eso de aprovechar sus oportunidades.