La llegada del directivo Johan de Nysschen a la presidencia mundial de Infiniti ha tenido una primera consecuencia cuanto menos curiosa. La marca de lujo de Nissan cambiará, a partir del próximo año, la denominación de todos sus productos. Este cambio estratégico implicará la adopción de las letras Q y QX para designar los modelos y un numeral alusivo al tamaño de cada vehículo. Así, todos los modelos de berlinas, coupés y descapotables se conoceran por la letra Q, muy vinculada a la marca al principio de su singladura comercial (el primer modelo de Infiniti se llamó Q45) y que, según De Nysschen, tiene una imagen premium en Europa, seguramente influida por el éxito de los modelos Q de Audi. Los Infiniti SUV o 4x4 añadirán una X a la Q y se llamarán QX. La X es la letra que utiliza BMW para designar a sus modelos SUV y la que Volvo añade en los modelos del mismo tipo.
De este modo, la berlina G (en la imagen superior), que será remodelada coincidiendo con el Salón de Detroit, se convertirá en el primer modelo con la nueva nomenclatura y se llamará Q50. Los Serie G Coupé y Cabrio pasarán a denominarse Q60 con lo que, como Audi o BMW, Infiniti separará los cupés y cabrios de las berlinas (Audi A4 y A5 o BMW Serie 3 y Serie 4, por ejemplo).
El Infiniti M pasará a llamarse Q70 mientras que en el caso de los crossover, los EX, JX (modelo exclusivo para el mercado americano) y FX pasarán a denominarse QX50, QX60 y QX70. El enorme todoterreno QX, clónico de lujo del Nissan Patrol y que se vende sólo en determinados mercados como el americano o el ruso, pasará a llamarse QX80. Que al Q50, rival por tamaño de los Audi A4 y BMW Serie 3, se le asigne el número 50 indica muy claramente la idea de Infiniti de ampliar su gama por debajo. El futuro coche compacto de la marca, anunciado para 2014 y anticipado por el concept car Etherea, se llamará, por tanto, Q30.
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Este cambio permitirá a la marca estructurar su gama de manera muy similar a cómo lo hacen Audi, BMW y Volvo, tres de sus rivales en el mercado premium internacional. La eliminación de las actuales siglas numéricas (35, 37, 50 y 56) referidas a la cilindrada permitirá a la marca evitar lo que De Nysschen considera "una pérdida de valor de la denominación en cuanto se apliquen reducciones en la cilindrada de los motores, una tendencia imparable en el futuro". En resumen, que el presidente de la firma prefiere que alguien cambie su QX70 por otro QX70 en lugar de dejar un FX50 por un futuro FX30, pongamos por caso. Cosas de la psicología aplicada al marketing. De Nysschen ha explicado también que este tipo de cambios suponen un pequeño trauma interno pero que el público lo percibe menos de lo que uno piensa. Y lo dice por experiencia ya que antes de ser nombrado presidente mundial de Infiniti, trabajó en Audi of America, filial de la marca de los cuatro aros en Estados Unidos donde, desde la jefatura de marketing, capeó el cambio de denominaciones de los modelos de la marca, con la entrada en vigor de los nominales A.
#Mariscos. Mi Fiat tiene casi 13 años, el tacto de los botones no es tan exquisito como los mal llamados premium, pero a día de hoy, jamas ha fallado, todo funciona, y si me apuras un poquito, prefiero tener algo que no falle a algo aunque solo sea una vez. Y lo que me costo ese Fiat hace 13 años podía haberme comprado un supuesto premium, pero NO me dio la real gana, y de lo cual todavía no me arrepiento. Como el otro Fiat que tuve y que cambie por necesidad al ampliar la familia, fue un Fiat Uno 70 SX i.e, y que me costo en 1989, 1.550.000 de las antiguas pesetas, también era mas caro que los Super 5, luego Clio, Polo, Fiesta, AX, Rover, Ibiza o el 205, y que en 10 años que lo tuve, solo entro en 2 ocasiones en el taller por algo que no fuera por mantenimiento, y sumando tiempos entre esas 2 ocasiones no llego a los 40 minutos, en el archivo del concesionario se puede verificar, revisiones a raja tabla solamente, ya me gustaria oir a los que conozco con coches supuestamente premium decir lo mismo.