Todos los Nismo. Todos
La cita era en el Circuito de Cheste, en Valencia y el menú sonaba muy apetitoso. Nissan nos había citado en la pista valenciana para probar toda su gama de modelos deportivos y conocer de primera mano los nuevos productos de la factoría Nismo. Y para allá que nos fuimos, pese a las amenazas de lluvia para poder conducir los Nissan más apasionantes.
La marca montó un evento para los propietarios de GT-R a los que iba a presentar al triatleta y broker Josef Ajram, al que ha fichado como embajador de imagen junto a Lucas Ordoñez, su piloto de Playstation, y pensó que, ya puestos, podía invitar a la prensa a rodar con toda la gama de deportivos.
Había cinco coches de calle que probar y tres sorpresas añadidas; la primera, disfrutar de una vuelta a los mandos de uno de los primeros coches eléctricos de competición, el LEAF Nismo RC, la segunda, copilotar a Lucas Ordoñez, el piloto oficial de la marca japonesa en las carreras de prototipos al volante de uno de los Juke R de producción limitadísima y la tercera, aprender a controlar el sobreviraje a 30 por hora al volante de un Juke Nismo al que le habían colocado unas fundas de plástico en las ruedas traseras para convertirlo en una especie de bailarina del Bolshoi.
Vamos primeros con los coches de calle. Del primero, el revisado Nissan 370Z para 2013 no os añadiré nada a lo que ya explicó Luís Miguel Reyes en esta prueba a fondo del coche. Es obvio que en apenas tres vueltas a Cheste -lo que podíamos dar con cada uno de ellos- es difícil sacar más conclusiones que las que sacó Luismi en una semana así que vamos con el resto. El primero, una exclusiva ya que, por primera vez, pudimos ponernos al volante del Nissan 370Z Nismo.
Más potencia, más agarre
El 370Z Nismo es una evolución más deportiva del 370Z del que conserva el bloque motor y la caja de cambios manual de seis velocidades (no existe con cambio automático ni tampoco con la carrocería roadster). La potencia, sin embargo, pasa de 328 a 344 CV y, gracias a ello, la aceleración de 0 a 100 km/h. se reduce en una décima de segundo, quedando ahora en 5,2" segundos.
Si el trabajo en la mecánica es modesto, en el apartado dinámico y, aunque no lo parezca, los cambios son notables. Nismo ha estudiado el coche aerodinámicamente para dotarle de más apoyo a alta velocidad. Para ello dispone de un labio inferior en el parachoques delantero, faldones laterales, un difusor trasero nuevo y un más que vistoso alerón posterior "doblado" en sus extremos y con un soporte que recuerda en cierta manera a los 911 de hace unas décadas.
Nismo ha retocado también el chasis, rebajando la altura libre al suelo en 1 cm, montando frenos más potentes, llantas Rays de 19 pulgadas y unas suspensiones más firmes pensadas para un uso más deportivo que el de un 370Z convencional.
En Cheste, en nuestra fugaz toma de contacto y después de saltar del 370Z 2013 al Nismo, el coche me pareció claramente más deportivo. El motor, que da lo mejor de sí de 4.000 vueltas para arriba me pareció muy similar -la potencia superior se percibe sólo a alto régimen y muy ligeramente- pero el comportamiento dinámico sí cambia. El bastidor más rígido estabiliza el coche en las curvas rápidas y la mayor mordiente de la frenada y el menor movimiento durante la misma transmiten más confianza en pista.
El coche es realmente rápido en el paso por curva, contiene mejor las oscilaciones de carrocería -algo que en circuito es muy saludable- y la electrónica correctora interviene mucho menos que en el 370Z normal, lo que significa que el chasis es de primer nivel. Habrá que esperar a ver el precio final pero si es cercano al del 370Z no hay duda de que se tratará de una opción muy a tener en cuenta y de uno de los pocos coches que puede crearle algún que otro quebradero de cabeza al excelso -por su equilibrio- Porsche Cayman S.
GT-R 2013
Los coches deportivos se dividen en dos tipos; los que cuando los metes en un circuito se encuentran incómodos y los que parece que hayan sido desarrollados para competir aunque ese no haya sido el fin de la marca al desarrollarlos. El GT-R es uno de ellos y la versión 2013, con algunas mejoras notables, es la confirmación definitiva.
Godzilla va mutando cada año en busca de la perfección y para 2013, se ha dotado de un nuevo motor de 550 CV fruto de los retoques en los inyectores y el cárter. Este motor, que es el que se ha trasplantado al insólito Juke R, permite que el GT-R reivindique ahora una aceleración de 0 a 100 km/h. en 2,7 segundos, una décima menos que antes.
Por si fuera poco, Nissan asegura que la nueva carrocería -nueva porque el coche es nuevo, no porque sea distinta- es más rígida y que ha cambiado el set up de la suspensión y de la estabilizadora delantera buscando rebajar el centro de gravedad.
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Rizar el rizo, pensaréis. Bueno, sí, pero todo ayuda. Probamos en Cheste -tres vueltas con cada uno- una versión Track Pack del GT-R 2012 y una unidad de la versión de 2013. Soy incapaz de deciros cuál me gustó más. En cualquier caso, un GT-R en un circuito es siempre una pasada.
El coche acelera de un modo impresionante pero lo mejor no es como acelera sino como pasa las curvas, como frena, como agarra con sus cuatro ruedas motrices, en definitiva, como va. Si llevara estampado en el morro un logo de Ferrari, de Maserati o de Aston Martin, por ejemplo, este coche, aunque valiera el doble, se vendería el doble. Cada vez que me bajo de un GT-R -tanto si es en pista como en carretera- me pregunto porqué no tienen uno todos aquellos que se lo pueden permitir. Nunca lo entenderé.
Es el superdeportivo definitivo porqué lo tiene todo; se puede utilizar a diario, es cómodo, relativamente amplio y no machaca las cervicales y cuando se trata de correr de verdad allí dónde es posible hacerlo, no hay quién le tosa.
Experiencias inéditas
Del otro coche que probé, el Juke Nismo, no voy a contaros mucho. No es un coche para circuito, así, llánamente, y menos metido en la misma salsa que sus ilustres compañeros de fatigas. Como buen GTI, el Juke morrea -además, al ser más alto, morrea más- y en pista, el control de estabilidad se gana el sueldo. Con esto, queda dicho todo.
De lo que sí os hablaré para terminar es de las dos experiencias de que disfruté en Cheste, dos experiencias inéditas y muy interesantes. La primera fue subirme a la izquierda de Lucas Ordoñez en un Juke R. Sí, a la izquierda, ya que el aprendiz de Godzilla llevaba el volante en el lado british.
Al R no le pasa como al Juke Nismo. El centro de gravedad está más elevado que en un GT-R y el coche es más corto de batalla de manera que se le nota el nervio añadido pero eso a Lucas le importa más bien poco. El piloto español, salido hace ya unos años de la primera edición de la Nissan GT Academy, un programa que ha convertido a cracks de los videojuegos en pilotos profesionales, demostró que el Juke R no tiene secretos para él. Como va a tenerlos para un tipo capaz de hacer esto.
Este R no tiene nada que ver con el prototipo que probamos Luismi Reyes y un servidor en Castellolí hace unos meses. Aquello era un pobre concept car artesanal zurrado en mil batallas, con la transmisión a punto de rendirse definitivamente y con más ruidos que un sonajero. Éste no, éste era una máquina tremenda que en manos de un piloto profesional como Lucas, entrega lo mejor de sí.
Cuando uno se sienta en un coche como este y con un tipo como este al volante, el tiempo pasa tan rápido que siempre te quedan cosas por hacer. Una vuelta con Lucas -dos para ser exactos- debería poderse paladear, vivirla a cámara lenta para saborear cada décima de segundo. Pero no, todo va tan deprisa, a tanta chufa -nunca mejor dicho ya que era en Valencia- que uno tiene que elegir. Hay que elegir entre mirar como se consume el circuito o mirar como conduce. Hay que elegir entre escuchar el rugido del motor o lo que cuenta Lucas en cuanto le preguntas algo. Hay que elegir entre concentrarse en pensar cuando frenarías tú, cuando acelerarías o cuando atacarías el vértice de cada curva y compararlo con lo que él hace o simplemente dejarte llevar por las sensaciones que te va transmitiendo el cuerpo; lo que ves, lo que oyes, lo que notas embutido en los baquets del Juke. Genial.
Como genial fue poder dar una vuelta a Cheste con el LEAF Nismo RC. Esta cosa es un desarrollo de Nismo para que sus ingenieros no se aburran. No ha competido nunca ni competirá, que se sepa, pero es muy importante que exista. Y es muy importante porqué desmiente un tópico; el que asegura que las carreras de coches ecológicos serán tremendamente aburridas y que cuando toda la movilidad sea eléctrica no nos divertiremos con las carreras de coches. ¿Como que no? Mientras haya tipos decididos a llegar a la meta antes que el resto y mientras haya ingenieros que sean capaces de idear cosas como esta, no nos aburriremos. No señores, todavía no está todo perdido.
El LEAF RC es un despiece de un LEAF. Me explico. El motor es el mismo del LEAF, la caja de cambios también pero todo el envoltorio cambia. El aparato tiene chasis tubular, lleva el motor en la parte central y tiene una carrocería de fibra. Es, por tanto, un coche de competición y cuando te sientas en su báquet y te atas el casco y el arnés de cuatro puntos, miras a la pantallita digital que es lo único que tienes delante y agarras con firmeza el volante dices; pues sí, estoy al volante de un coche de competición.
Luego, aceleras y todo aquello que tenías interiorizado sobre los eléctricos se desmorona como un castillo de naipes. Los eléctricos no hacen ruido. ¿Qué no? En el LEAF RC el motor silba como si llevara turbo pero todo lo demás suena a competición. La vuelta a Cheste fue una sucesión de clings, clongs y cataclongs más que estimulante. Los eléctricos no corren. No, este tampoco pero Dios, como acelera. Los eléctricos son sosos. No, las que son sosas son las lavadoras. Vas sentado en el suelo y metiendo ruido pero llegas a la curva, giras y gira, aceleras y sale a toda mecha, sin controles, sin ayudas, con una velocidad de paso por curva mejor que la del GT-R. Todo va duro pero todo funciona y la vuelta es la más corta de la jornada. ¿Sólo una? Claro, hay una veintena larga de colegas esperando para hacer lo mismo que yo y este LEAF tiene el mismo problema que su hermano civilizado. Al rato, se le acaban las pilas.
del gtr no voy a decir nada que no se sepa ya que nissan solo piensa en el , es asi como lo veo , del z pasan olimpicamente solo lo ven como un coche pa lucir sin importar si puedes ser mas rapido o menos , la version nismo me hace reir y me da vergüenza si fuera un ingeriero de nismo ya que poco sabeis de este coche enfrentandolo a otros de su categoria , el dia que vi este video me dio vergüenza ajena de tener un z , por dios ,y pretenderan vender muchos en europa al precio que supuestamente lo tendran que poner no jajajaja.