“Sin drogas habría 900 muertos menos”

La Directora General de la Dirección General de Tráfico (DGT), María Seguí, ha sido clara: "Si a fecha de hoy ningún conductor se pusiera al volante tras haber consumido drogas, en un año presentaríamos un informe con 900 fallecidos menos". Sin duda podríamos hablar de mejores cifras que los 1.126 fallecidos en accidentes en 2015.

El objetivo de conseguir cero víctimas de tráfico está más cerca. Jesús Monclús, Director de Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, cree que en un plazo medio se puede lograr, “en 2030 en tráfico urbano y en 2050 en carretera”, explica, y lo hace durante la presentación del informe “Conducción y Drogas. Factores subyacentes a los comportamientos de riesgo” que ha realizado conjuntamente con la Fundación de Ayuda Contra la Drogadicción (FAD).

Las cifras sobre el consumo de drogas antes de conducir son preocupantes. Uno de cada dos conductores implicados en un accidente ha consumido alguna sustancia ilegal y uno de cada tres jóvenes reconoce haberse montado en un vehículo conducido por alguien que había consumido drogas.

La DGT hacía un balance a principios de año de la siniestralidad en 2015 con el dato de que el 21% de los conductores involucrados en accidentes dieron positivo en el test de drogas. María Seguí aclara que “son conductores con heridas leves o ilesos que estaban en condiciones de realizar el test salival, por lo que a esta cifra habría que añadir los conductores graves y fallecidos”. El porcentaje de positivos se eleva al 59% cuando se trata de conductores infractores. En total en 2015 se realizaron 68.959 controles de drogas con un 33% positivos (22.451) y la DGT ya ha anunciado que estos controles aumentarán un 38% hasta los 120.000.

¿Qué es lo que está pasando? ¿Falta información, concienciación? Fundación MAPFRE se ha centrado en el colectivo de jóvenes conductores (entre 16 y 30 años) para analizar de forma detallada lo que piensan y cómo perciben los riesgos asociados a la conducción.

La primera conclusión que se obtiene es que estos jóvenes están bien informados, conocen la teoría y de hecho, cuando se les pregunta directamente, descartan los comportamientos arriesgados y sancionados como es el hecho de consumir alcohol y/o drogas cuando se va a conducir. Pero esa es la teoría. La realidad es otra.

Las cerca de 1.000 encuestas realizadas indican que el 10% ha conducido ‘alguna vez’ bajo los efectos de las drogas y que un 36% lo ha hecho tras haber ingerido alcohol. Muchas de estas personas responden a un perfil masculino, de entre 25 y 30 años, que trabajan o compaginan estudios con trabajo, residen en entornos rurales y son conductores habituales.

Pero no sólo los conductores son poco responsables, también los pasajeros. Seis de cada diez declara haberse subido en los últimos seis meses a un vehículo cuyo conductor había bebido alcohol y más del 30% lo ha hecho en un vehículo con un conductor que había consumido porros, cocaína y pastillas, entre otras sustancias. Incluso entre un 1 y un 4% lo ven como algo ‘habitual’.

Por sus respuestas, el estudio concluye que una parte de los jóvenes relativiza el consumo de alcohol como factor de riesgo, concretamente un 13,6% cree que esta sustancia ‘aumenta algo’ el riesgo y también un 17,5% de los amigos ven normal que se beba o consumo drogas aunque se tenga que conducir.

Y esto pasa por la actitud de unas minorías muy significativas que declaran ‘saber’ lo que pueden consumir, se muestran seguros de sus límites, conocen cómo contrarrestar los efectos de este tipo de sustancias y creen que por ello no tienen que acudir a la abstención absoluta.

Pensando así no es de extrañar que el 42,1% de los jóvenes que beben alcohol a diario y el 14,9% de los que lo hacen frecuentemente considere que el riesgo de sufrir un accidente se incrementa ‘dependiendo de la cantidad’ o ‘apenas aumenta’. De forma similar piensan el 42,9% de los que consumen cannabis frecuentemente y el 26,7% de los que la consumen a diario.

Así opinan una buena parte de los jóvenes en España. Pero están confundidos. Las drogas y el alcohol son incompatibles totalmente con la conducción. “No te engañes, las drogas al volante son las que conducen la situación”, así reza el eslogan de la nueva campaña de Fundación MAPFRE. Métetelo en la cabeza.