El todoterreno más exclusivo del mundo
Llevar el máximo lujo al segmento SUV. Esta es la apuesta que ha hecho Bentley con el nuevo Bentayga; un coche que, sin dejar de ser todo un Bentley, es capaz de transitar por caminos en más o menos buen estado ofreciendo un nivel de confort como si se viajara por autopista. Y todo ello, además, con un aspecto apabullante: por dimensiones, por lujo y por las prestaciones que es capaz de ofrecer con sus más de 600 CV de potencia para mover las 2,4 toneladas de peso mínimo en orden de marcha
Tanto lujo no parece hecho para meterse en el primer barrizal o rebozarse en polvo aunque el coche sea capaz de hacerlo. Los 180.000 euros que cuesta, impuestos aparte –la versión base cuesta en España 241.484 euros una vez matriculada- no invitan a saltar de obstáculo en obstáculo, vadear ríos, transitar por lodazales o ir por estrechos caminos en los que en cada curva parece existir una rama dispuesta a arañar su inmaculada pintura.
La marca ha lanzado el coche en una variante inicial llamada ‘First Edition’, cuyo precio se encarama hasta los 340.000 euros una vez matriculado. Ésta incorpora de serie la mayor parte de elementos que son opcionales en la ‘básica’, pudiendo adoptarse configuración de sólo dos butacas traseras sin coste, que incorporan función ventilación y masaje, además de múltiples regulaciones (los asientos delanteros también llevan todas estas funciones). La versión básica tiene un opcional denominado ‘All Terrain’, con protección de bajos, suspensiones de altura regulable y diversos programas de conducción; de serie en la ‘First Edition’.
Yo, insisto, no me atrevería a sacarlo del asfalto aunque es posible que algún jeque o multimillonario no comparta esta preocupación e incluso le perezca ridícula. Como dijo el millonario Vaderlbirt, “si te preocupa lo que cuesta mantenerlo, es que no puedes tenerlo” y no hace falta que os confirme que, en mi caso, no me preocupa para nada el precio de mantenimiento porque, efectivamente, no puedo tenerlo.
Potencial de ventas
Pero está claro que si Bentley ha tomado esta determinación no ha sido por puro capricho ni siquiera por un tema de imagen. Lo ha hecho porque ha visto un mercado potencial suficiente para un coche de este tipo, siempre dentro de los pequeños nichos de mercado en que se mueve una marca tan elitista como esta.
Los SUV no son una moda pasajera como se pensó inicialmente, sino una opción que buena parte de los automovilistas barajan en el momento de la compra. En unos tiempos en que las cortapisas a la velocidad y la demonizada ‘conducción deportiva’ están cada vez más presentes en el día a día de los conductores, los SUV aportan algo diferente: sensación de control sobre el entorno, sensación de seguridad y dominio…. y el sueño de la libertad para escapar de los trillados caminos de asfalto.
Bentley tomó la decisión del Bentayga a sabiendas. El éxito de los SUV de lujo (Mercedes ML, BMW X5, Audi Q7 y, sobre todo, del Porsche Cayenne, el coche que permitió a una de las marcas deportivas de referencia duplicar sus ventas, decidió a la marca británica a dar el paso. Eso y la disponibilidad dentro del Gruupo Volkswagen de los mimbres tecnológicos necesarios para ello. En Bentley esperan que con el Bentayga pase lo mismo que con el Cayenne aunque cambiando el componente deportivo del Porsche por el del lujo supremo: para 2016 están previstas 3.500 unidades, que serán 5.000 en 2017 y la cifra debe aumentar en el futuro ya que el próximo año llegarán versiones con motor V8 de gasolina y V8 TDI.
Bentley en la actualidad forma parte del grupo VW. De ahí que haya podido ‘beber’ en sus fuentes para poder realizar de forma rápida, eficaz y sobre el papel rentable, este SUV. La plataforma es la misma que estrenó el nuevo Audi Q7 y que usarán los futuros Touareg y Cayenne. Muchos elementos están realizados en aluminio y por esta razón la carrocería se fabrica en la misma planta alemana donde se montan los Q7, aunque después se envía a Bentley para el montaje final y acabados.
Motor espectacular y prestaciones muy elevadas
El motor W12 tampoco es absolutamente inédito en el segmento; en su día lo uso el VW Touareg, aunque la generación actual del W12 tenga muy poco que ver que con aquel. El actual de Bentley, por ejemplo, amén de disponer de doble turbo tiene un sistema de admisión peculiar, mixto, con dos inyectores, uno de inyección directa y oro de inyección indirecta. En cada momento el control electrónico se encarga de elegir la opción más adecuada.
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Por eso el motor ofrece 608 CV, pero lo importante es que esta potencia se mantiene constantes entre 2.500 y 6.000 rpm. Y el par máximo es asimismo espectacular: 900 Nm de 1.350 a 4.500 rpm. Unas cifras impresionantes, que permiten unas prestaciones de lo más elevado: la velocidad máxima anunciada son 301 km/h. Y pese a sus 2.400 kg. de peso, la marca asegura que puede pasar de 0 a 100 en sólo 4”1, una cifra que para sí quisieran muchos deportivos. Y es que con tanto par, la pronta respuesta está siempre garatizada
El Bentayga es un SUV con todas las de la ley. La tracción es integral permanente y exhibe una altura libre al suelo, regulable, que puede llegar a los 24,5 cm. El cambio automático es de 8 velocidades y aunque no lleve reductora, sus cifras de potencia y par deben ser suficientes para que supere fuertes obstáculos incluso con su peso, del orden de las 2,4 toneladas. Para intentar contener el consumo se recurre a la desconexión de cilindros y a la llamada ‘función vela’ entre 5ª y 8ª velocidad, de forma que el coche rueda por inercia.
Gigante en la carretera
Al volante, el Bentley respira suavidad. La versión con la que pudimos hacer unos kilómetros llevaba tres asientos atrás, pero un buen paquete de opciones, incluida la ‘All Terrain’. Una pequeña muestra: 8 programas de conducción a elegir, que incluso varían la altura y dureza de las suspensiones. Éstas son independientes por paralelogramos deformables y disponen de muelles neumáticos.
Desde el primer momento sorprende el nivel de confort y la docilidad del coche. También su aceleración, pero hay que ser consciente de su tamaño y su peso. Las inercias son importantes en las frenadas o en curva, pese a las ayudas electrónicas.
No hay que perder de vista que estamos hablando de un coche de más de 5,1 metros de longitud y dos metros de anchura. En carreteras de montaña los carriles se hacen estrechos. Pero en autopista o autovía es una auténtica delicia. Las suspensiones neumáticas dejan notar su eficacia. Y no sólo sobre el asfalto liso sino también cuando se transita por pistas o firmes en no tan buen estado. El aplomo del coche a velocidades legales es espectacular, aunque hay que tenerle bien tomadas las medidas.
El consumo es ciertamente elevado. En ciudad se sube por las nubes y el medio oficial es 13,1 litros, imposible de alcanzar en conducción normal donde rara vez baja de 16-17 litros. Pero estaremos de acuerdo que para los clientes de Bentley este es un dato menor.
Lujo total
El equipamiento es suntuoso. Hasta tres sistemas de audio a elegir, diversas posibilidades de revestimientos en madera, llantas de 20 a 22”., opción de neumáticos más adaptados al ‘off road’ que los de serie que son de asfalto, conexión wifi 4G; dos tablets digitales para los asientos posteriores (opcionales).... La lista de opciones es casi interminable, desde elementos ordenadores para el maletero hasta un juego de tres cestas de picnic Mulliner Hamper facturadas a sólo poco más de 28.000 euros. Naturalmente, las opciones Bentley tienen precios acordes con el coste del coche.
El Bentayga es todo un Bentley y todo un SUV. Es imposible para desapercibido con él. Y su público potencial está bien definido; su precio ya marca el primer listón. Y el otro, el deseo de dejarse ver.
Ooooooh que pasada!!!