Hyundai i20 Coupé

Destinar sólo dos puertas laterales a un coche de orientación práctica supone, por definición, un contrasentido. Si vamos usar el coche a diario, ¿por qué tener más dificultades para acceder a las plazas traseras? ¿Por qué tener que mover una puerta más grande, más pesada y que necesita más espacio para poder entrar o salir? Curiosamente, la explicación no responde a nuestro sentido de la lógica, sino al de la estética.

Casi todos estaremos de acuerdo en que los coches de dos puertas suelen ser más vistosos que los de cuatro: ahí tenemos a los cupés, los descapotables, los deportivos de altas prestaciones… Incluso cuando hablamos de compactos o utilitarios, las variantes de tres puertas (contando, claro, con el portón del maletero) entran más por los ojos que las de cinco. Sí, en efecto, los coches de cinco puertas son más funcionales, pero a la vez menos atractivos que los de tres. De alguna manera, la silueta más limpia de estos últimos suele evocar deportividad y dinamismo; y tanto es así, que algunos automóviles de cinco puertas disimulan los tiradores traseros para tratar de engañar a nuestra vista, como hacen por ejemplo los Nissan Juke, Renault Clio y Alfa Romeo Giulietta.

En el caso de los utilitarios del segmento B, no siempre es fácil atraer a un público joven que busca un coche atractivo si el esfuerzo realizado por los diseñadores se limita a cambiar la forma y disposición de las puertas. Para otorgar mayor personalidad a estas variantes hay que ofrecer algo más. Hay que darles un enfoque más agresivo, más gamberro. Hay que hacer que su propietario se sienta más malote. Algunas marcas lo han entendido así, como demuestran el Opel Corsa 3 puertas y el Seat Ibiza SC, ambos con carrocerías diferenciadas que coinciden en reducir la altura del techo y acentuar su caída.

Pero como he podido comprobar en la presentación nacional del Hyundai i20 Coupé, el nuevo utilitario de tres puertas de la marca coreana va un paso más allá para diferenciarse del i20 de cinco puertas -aquí nuestra videoprueba del nuevo Hyundai i20-. No hay más que mirarlo por primera vez: este nuevo modelo trata de posicionarse, claramente, en busca de un público más juvenil y preocupado por su imagen que el del i20 “convencional”.

Y sus cambios empiezan desde el propio frontal, mucho más atrevido que el de su hermano burgués. ¡Parece mentira cómo puede cambiar la imagen de un coche con sólo cambiarle el paragolpes! Es toda una genialidad la idea de emplear paragolpes de gran superficie; porque con sólo modificar su diseño, cambiamos la “expresión facial” del modelo al que pertenece. En este caso, se ha optado por aumentar notablemente el tamaño de la parrilla e invertir su orientación, con lo que se obtiene una mayor sensación de anchura. Y de agresividad, que es lo que se buscaba. En este sentido, también cambia el diseño de los faros antiniebla y la disposición interna de las ópticas delanteras.

Evidentemente, las mayores diferencias se encuentran en la vista de perfil. La silueta es un poco más , con una altura del techo inferior en 2,5 cm, una mayor inclinación del parabrisas y unas ventanillas de menor superficie. Cambian por tanto sus tres pilares, en especial el C, muy poderoso visualmente y que cuenta con una línea horizontal en negro que se funde con el tintado de las ventanillas para generar un efecto de “techo flotante”. Para sugerir una mayor tensión, las puertas exhiben dos nervaduras paralelas muy marcadas que se extienden hacia los paneles posteriores donde nace una tercera, más curvada, que desemboca en las ópticas de nuevo diseño. La zaga, por lo demás, luce un spoiler de grandes dimensiones y un paragolpes específico para esta versión. Para redondear el conjunto –nunca mejor dicho- el i20 Coupé trae unas llantas de 17” que no veremos en el modelo de 5 puertas.

Salvo por su menor altura total (1,45 m), las dimensiones exteriores del i20 Coupé son casi iguales que las del i20: su longitud es de 4,05 m (1 cm más, que se explica por la forma de los paragolpes) y su anchura sin retrovisores es la misma de 1,73 m. La distancia entre ejes tampoco cambia un ápice, permaneciendo en los 2,57 m.

Pasando al interior del coche, el puesto de conducción es idéntico al del i20, excepto por la presencia de un práctico brazo extensor del cinturón que nos evitará tener que hacer contorsiones para ir a buscarlo al marco de la puerta. Y aparte de una opción para decorar el salpicadero y los asientos en tono naranja, nada más ha cambiado. Una buena noticia, visto el salto de calidad de esta nueva generación del utilitario coreano.

No es ninguna sorpresa que, si compramos un i20 Coupé, los grandes sacrificados serán nuestros pasajeros. Cierto es que los asientos delanteros tienen función “easy-entry” (se desplazan mucho hacia delante al plegarlos) con memoria de posición, pero acceder a los plazas posteriores no es tarea fácil en ningún coche de tres puertas. Aun así, detrás caben bien dos personas adultas, siempre que no midan más de 1,80 y/o gusten de lucir tupé en plan hipster. Excepto por la reducida altura al techo y por no poder bajar las ventanillas, es posible viajar en la fila de atrás sin sufrir episodios de claustrofobia. Para compensar un poco, el maletero ofrece 10 litros más que el del modelo de 5 puertas, alcanzando una respetable capacidad de 336 litros.

Pasando a los motores, podremos elegir entre cuatro distintos. En diésel tenemos el modesto 1.1 de 75 CV junto con el más interesante 1.4 de 90 CV; mientras que en gasolina están disponibles el 1.2 de 84 CV y el 1.4 de 100 CV, ambos atmosféricos. A lo largo de este año llegarán dos motorizaciones turboalimentadas de gasolina sobre el mismo bloque de 1.0 litros y tres cilindros, con potencias de 100 y 120 CV respectivamente.

La unidad que he podido conducir por los alrededores de Barcelona equipaba el motor de gasolina 1.4 de 100 CV, el más potente de los que ya están a la venta, asociado a una caja de cambios manual de seis velocidades. Dada la brevedad de la ruta organizada, mis impresiones de conducción no son tan profundas como las que me hubiese gustado compartir con vosotros.

Lo que sí me ha quedado claro es que el i20 Coupé mantiene, e incluso eleva, las virtudes que su hermano de cinco puertas presenta en el apartado dinámico. Estamos ante un coche divertido y sencillo conducir, ágil y ligero entre curvas pero con suficiente aplomo en autopista. Tal y como ocurre con el i20, circulando a velocidad de crucero parece más un compacto que un utilitario.

Esta impresión de pertenecer a una categoría superior tiene que ver también con su buen nivel de aislamiento acústico, sin duda uno de los mejores de entre los coches del segmento B que he podido conducir. Esta mezcla de cualidades de coche pequeño y mediano que el i20 Coupé exhibe a partes iguales lo convierten en un modelo muy interesante.

También he percibido una mayor firmeza de la suspensión comparándola con la del i20, e incluso un tacto de la dirección menos blando. Estos cambios, sin ser exagerados, contribuyen a ofrecer una sensación de dinamismo más apropiada para esta variante, sin apenas sacrificar la comodidad del modelo de 5 puertas. De hecho, si de mí dependiese, trasladaría a este último los equilibrados ajustes del Coupé.

Lástima que un coche tan bien realizado como éste carezca -de momento, hasta la llegada de los próximos turbo- de un motor de gasolina que esté a su altura. El propulsor 1.4 de 100 CV puede quedarle bien al i20, pero su respuesta es demasiado blanda para un coche como éste, de orientación más “deportiva”. Cierto es que tiene una funcionamiento suave y progresivo, y presenta un consumo homologado muy razonable (5,5 l/ 100 km), pero presenta las carencias prestacionales típicas de un motor de escasa cilindrada y alimentación atmosférica. Como siempre en estos casos, su cifra de par es baja (134 Nm) y su potencia máxima llega muy arriba (6.000 rpm), con lo que nos veremos jugando con el cambio manual de 6 velocidades más a menudo de lo que nos gustaría.

No quiero decir con esto que se trate de un mal motor; ni siquiera de uno mediocre. De hecho, es un buen ejemplo de hasta dónde se puede llegar con la tecnología actual dentro de las especificaciones elegidas. Pero en mi caso, preferiría esperar un poco hasta ver qué tal se comporta el próximo 1.0 turbo de 120 CV, que además de la obvia ventaja en potencia, promete pese a su baja cilindrada una mejor respuesta a medio régimen.

La caja de cambios manual de seis velocidades presenta un funcionamiento intachable, que sólo se ve afectado de manera indirecta por el escasísimo recorrido del pedal de embrague. Pisarlo cinco milímetros más de la cuenta desconectará la transmision como si lo hubiésemos hundido hasta el fondo, con lo que las primeras veces que salgamos de un semáforo nos harán sentir como si estiviésemos haciendo prácticas para obtener el carnet de conducir. Nada grave, pero sí molesto.

Por lo demás, y como decía antes, el Hyundai i20 Coupé me parece un modelo prometedor e interesante para un público joven que ha crecido cansado de ver , y que aspira a encontrar una alternativa algo más original. Como podréis ver más abajo en el listado oficial, al menos su precio no debería ser un obstáculo, situándose en el promedio de lo que vienen a costar aquellos modelos.

El nuevo Hyundai i20 Coupé ya está a la venta en nuestro país con dos niveles de acabado, uno más sencillo llamado Klass y otro más completo bajo el nombre Tecno; siendo este último de serie con el motor gasolina 1.4 de 100 CV. Así quedan los precios para España:

HYUNDAI i20 Coupé 1.2 85 CV Klass 15.750 € HYUNDAI i20 Coupé 1.2 85 CV Tecno 16.700 € HYUNDAI i20 Coupé 1.4 100 CV Tecno 17.700 € HYUNDAI i20 Coupé 1.4 CRDI 90 CV Klass 18.050 € HYUNDAI i20 Coupé 1.4 CRDI 90 CV Tecno 19.000 €